Este fic participa en el minireto de Marzo para "La Copa de las Casas 2017-18 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black
Al descubierto
— … y cuando entró en el carro, el hechizo desapareció dejando ver el verdadero aspecto de la mano —termina Gornuk.
Ted, Griphook y yo nos echamos a reír (una de las pocas veces que podíamos permitírnoslo).
Cualquiera que nos vea, miraría dos veces antes de seguir su rumbo. Es poco común que magos y duendes se comporten de esta forma, pero después de haber estado compartiendo camino unos meses, parecían haberse ablandado algo. Incluso después de pasar más de diez años trabajando con ellos, no se ve todos los días.
Observo a Dean, quien parece ajeno a nuestra conversación, distraído en sus pensamientos. No puedo evitar recordar al pequeño Liam.
—Ey, chico. ¿Ocurre algo?
Me mira sobresaltado.
—No es nada. Solo me preguntaba… —Se interrumpe, sacudiendo la cabeza—. ¿Te arrepientes de algo? Quiero decir, de no haber hecho algo antes de… esto.
—Sí —le respondo, pensando con tristeza en ese momento—. Unos días antes de huir, tuve una pelea con mi mujer. No pude disculparme y decirle cuánto la quiero. —Imaginas por un momento el rostro sonriente de Anna y no puedes evitar esbozar una sonrisa—. ¿Por qué preguntas? ¿Algún arrepentimiento? ¿Una chica? —añades esto último pícaramente.
—¡No hay ninguna chica! —exclama Dean ruborizándose—. Es solo que no tuve oportunidad de decirle algo a un amigo, solo eso. —Se sonroja más que antes, incapaz de mirarle a los ojos.
Rio entre dientes, pensando en lo obvio que es.
—No te preocupes, Dean. Sea lo que sea, podrás decírselo cuando esto acabe —le dices, revolviendo su pelo con cariño.
Sin embargo, antes de añadir algo más, Gornuk se desploma contra el suelo, inerte.
Ted y Griphook son los primeros en reaccionar. Ted saca la varita con rapidez mientras que el duende pone sus manos en posición de ataque. Un grupo de cuatro o cinco carroñeros salen de entre los árboles,y tiro del brazo del chico, haciendo que me siga, para correr en dirección contraria. No tengo tiempo para comprobar si los demás nos siguen.
En algún momento, escuchas la voz de Ted gritar y no puedes evitar detenerte. Está en el suelo, pero no sabes si vivo o muerto.
—¡Cuidado, Dirk!
Dean te empuja y un minuto después un rayo de luz verde le atraviesa el pecho. Lo último que piensas antes de aparecerte como puedes, es que, al final, no podrá hablar con su amigo.
N.A: No me convence mucho lo que me ha salido porque no me gusta escribir en primera persona, pero es lo que hay. Por cierto, podéis odiarme por matar a Dean. Y viva el Dean/Seamus. xD
