El Sueño

Y el sueño fluía como arrullado por un coro de dulces voces y mientras el Hobbit caminaba por las blancas playas y se dejaba guiar por la voz de quien reconocía

como la dama de sus sueños, su corazón le traía a la memoria aquellos años…y se decía que su historia no había acabado aun, como tantas veces le había dicho

Gandalf.

Sabia donde estaba, mas allá de lo que había leído y todo lo que había oído sobre esas tierras, en el fondo de su alma podía reconocer a aquel lugar como propio.

El aire, cargado de ecos del pasado y tan profundo que parecía poder oírse en el silencio las voces de los que tanto tiempo atrás habían forjado innumerables

historias. El cielo, coronado de millones de estrellas cuyos nombres casi conocía de memoria…Todo le decía que aquel era un lugar al que podría pertenecer, y una

parte de su existencia, estaba anclada en esas playas, y sabia que algún día…allí se dirigiría…pero no ese día.

-Ve Bilbo… tienes que cruzar el rio…es el tiempo… -

El sol entro por la ventana y una briza acaricio las cortinas blancas, como dejándole paso a aquel rayo que acabó cayendo sobre sus ojos.

Despertó, y como le sucedía últimamente, se quedo inmóvil mirando el cielo raso. Tratando de retener aquel sueño, queriendo evitar que se esfumara entre sus

dedos, que aferraban el aire queriendo aprisionarlo.

Suspiró resignado al saber que se había ido, una vez más, que nada podía hacer para cambiarlo. Había despertado y todo su mundo había quedado allí, lejos, en las

costas de mas allá del mar.

Se paso la mano por sus ojos y se incorporo molesto, el sol entraba de lleno en su cuarto, tendría que decirle a Hamfast que cambiara sus cortinas por otras de un

color más oscuro.

Se desperezo y salió de la cama y mientras caminaba por los pasillos repetía como pensando en voz alta:

-¿A dónde debo ir..? ¿A dónde quieres que vaya?

Hacia tanto tiempo que no salía realmente de los límites de La Comarca, que le parecía imposible el hecho de que tuviera que poner un pie fuera. Atrás habían

quedado sus aventuras y sus días de viajero…muy atrás

Trato de olvidar. Pero aun cuando su mente simulaba concentrarse en los huevos revueltos que estaba preparando en la sartén, su corazón aun recordaba la dulce voz

de su dama y aquella orden que no alcanzaba a comprender.

-Cruzar el rio…¿Qué puede haber más allá del rio..? Lo que quiero es cruzar el mar…de una vez por todas quiero cruzar el mar…

Y dijo esto casi sin querer y al escucharse, desistió de su revuelto y se dejo caer en la silla. Puso su cabeza entre manos y volvió a suspirar

Así permaneció sin moverse por largos minutos. Se sintió triste y avergonzado.

-Lo siento…se que debo estar aquí y quiero estar aquí…pero…

Se dijo casi para si después de todo ese tiempo

-Es que se me hace tan difícil…

Y no volvió a hablar porque sabía que no había nada para decir. Tal vez debía conformarse con sus sueños…y dejarlos allí, donde pertenecían…