Prólogo: Tristes recuerdos

La tormenta se había vuelto agresiva, sin embargo, no tenía nada fuera de lo común. "Simplemente una tormenta… pronto pasará" se decía Lisa a sí misma tranquilizando sus oscuros pensamientos llenos de melancolía. Jamás podría haber esperado que la puerta del gremio se abriera de par en par, dejando entrar un enfurecido vendaval.

Un joven, se apoyaba en el marco, moviendo su pecho de una forma acelerada, en cambio, había algo extraño en aquella imagen. Algo que hacía recordar a la mismísima muerte. Era sangre lo que manchaba su camiseta blanca. Y también lo que caía de su barbilla, haciendo que los ojos de la joven maga se llenaran de lágrimas. Tragó saliva y dio un paso hacia delante, el cual fue seguido por otro y después por otro. Al final acabó corriendo, para intentar estar a su lado.

-Lisa… estás aquí… -Dijo él con sus ojos azules llenos de lágrimas.

-Timothy te pondrás bien, -Decía la joven apartándose unos mechones de su rubio pelo de la cara- Wendy debería de venir en seguida.

-No tiene cura. –Afirmó el joven haciendo que el corazón de la joven se rompiera en múltiples pedacitos.

-Mi amor, escúchame, no me dejes, no me dejes sola. –Dijo al momento en el que alguien le cogía para apartarla de la sincera proximidad de sus labios.

-Vete, pero antes he de decirte una cosa. -Se acercó como pudo a sus labios para poder probar una vez más su húmeda piel, por una última vez- Te amo.

El beso fue demasiado corto, demasiado intenso, aún que Natsu estuviera viéndoles les daba igual. Le daba igual quien mirara, solo le importaba él, su mirada del color del cielo clavada en ella. Su sonrisa sincera, sus paseos cogidos de la mano, los susurros, los besos que le daba sin que ella casi no pudiera negarse.

Tyler, su hermano mellizo, rompió aquel beso finito, le apartó del único que le ha podido amar. Y al único que amaría. Se mordió el labio, dejando que las lágrimas brotaran con cierta necesidad. Vio cómo su tía Wendy se acercaba corriendo. A su vez que notaba como los brazos de su hermano la cubrían con cierto cuidado. No pudo soportar la necesidad de llorar, y así lo hizo, mientras que su hermano, sujetando a su hermana con decisión, observaba a su amigo lleno de dolor.

Se despidió de su amigo con la mirada, mientras que él vocalizaba con cuidado una palabra tan simple pero, tan llena de sentimiento que se le escapó una lágrima. "Gracias" aquello era lo único que supo decir, sin embargo Tyler supo que no merecía aquellas palabras llenas de significado, llenas de dolor.

Wendy se detuvo después de exhalar una larga bocanada de aire, observó el cuerpo que empezaba a palidecer. Trató de no llorar, de aquello ya se encargaban Lisa y Ty, aunque aquel hecho era el que más le doliera.

Aquel hecho jamás pudo olvidarlo, jamás pudo borrar de su mente aquella mirada vacía y fría. Jamás, incluso con los años, pudo olvidar que todo, empezaría a cambiar, que nada volvería a ser lo mismo.