Toda acción tiene sus consecuencias: Malas o buenas, que alteran no solo el futuro de un individuo, sino también de todos los que le rodean. También decidir el asesinato de alguien traerá al final consecuencias…que pueden traer más sangre de la que el asesino derramó….
Terhil, el hijo bastardo de la niebla
-Esto no quedará así Hyuga, esta deshonra será ajusticiada-dijo Fugaku Uchiha, lider del afamado clan uchiha y también jefe de la policía secreta de Konoha.
-Era un ninja fugitivo, ya sabes que no les puedo dar ordenes a los que no son mis subordinados-replico Hiashi con un tono carente de la más mínima emoción.
Los dos líderes estaban discutiendo en el interior de un restaurante nuevo que habían abierto unos comerciantes con algunas deudas, y que solo era visitado por las elites del lugar. Varios hombres de confianza de los dos clanes estaban sentados detrás de sus respectivos jefes, las manos cerca de los cuchillos y katanas camufladas, listos para atacar al menor movimiento sospechoso.
-Conozco las mentes de los Hyuga muy bien Hiashi, y también vuestras costumbres-dijo Fugaku mientras miraba a el Hyuga con sus ojos negros como la noche- Conozco vuestra marca maldita y como podéis matar a vuestros parientes de "segunda clase" cuando queráis, y ese hombre hombre estaba lo suficientemente vivo como para violar a mi prima y matar a dos de mis tios….
-Lamento lo que le a pasado a tu familia pero….-comenzó Hiashi, pero fue cortado cuando Fugaku golpeó la mesa casi partiéndola en el acto y haciendo aparecer a los guardaespaldas de los dos lideres con sus armas desenfundadas y listos para acuchillar.
-Mírame a los ojos y dime la verdad de una vez-dijo Fugaku lentamente mientras activaba el sharingan-¿Tu lo ordenaste?
-No-fue la respuesta de Hiashi.
-Ahora puedo creerte-dijo el uchiha mientras se relajaba otra vez en su silla y hacia un secillo movimiento de cabeza que hizo que sus guardas enfundaran las espadas-Aun así el bebe nacerá.
-¿Tan necesitados vais de gente uchihas?-preguntó Hiashi con un tono ligeramente sardónico.
-Solamente quiero comprobar si la teoría de que las técnicas visuales es cierta-dijo Fugaku con tono aburrido.
-Todo el mundo sabe que es casi imposible tener dos técnicas visuales, todos los que lo han intentado o los que alguna vez las han tenido han muerto de forma horrible…-dijo Hiashi con una mirada más seria aún-Si funciona condenarías…
-A un bastardo hijo de un renegado y totalmente prescindible-dijo Fugaku con una sonrisa malévola-Los bastardos y segundones son totalmente prescindibles Hiashi, creía que tú, siendo un Hyuga, lo comprenderías mejor.
Hiashi se levantó del asiento y con un respetuoso movimiento se fue del lugar acompañado por sus guardias.
"Ya verás Hyuga, dentro de unos meses tendré bajo mi mando al arma definitiva" pensó Fugaku mientras se levantaba de su asiento "Solo necesito tiempo esta vez"
10 años y algunos meses después….
- Solo un poco más Suiko, mantén los ojos fijos en un objetivo durante unos segundos mientras concentras tu energía alrededor de tus pupilas.
Suiko asintió mientras seguía paso a paso las instrucciones de su maestro. Sintió fluir su chakra lentamente, provocándole una sensación calida y conocida de las muchas veces que habían intentado este ejercicio.
-Primero intenta conectar el sharingan al mínimo como te enseñé-dijo su maestro mientras observaba atentamente a Suiko-Necesitas todo el chakra que puedas para el siguiente paso.
Suiko asintió de nuevo mientras su ojo derecho empezaba a cambiarse de color a un rojo intenso, y su pupila se rodeaba de algunas extrañas motas negras.
-Buen trabajo Suiko, ahora solo queda utilizar tu ojo izquierdo-dijo el maestro-Pero no te extralimites, recuerda que aún te costará bastante acostumbrarte y que gastas más chakra con esa técnica que con tu sharingan "normal".
-No te preocupes sensei tendré cuidado-dijo Suiko mientras concentraba su chakra en su otro ojo lo mejor que podía-Al final me saldrá aunque sea por intentos.
-Hay muchos caminos que pueden llevar al mismo destino Fugiko, solo tienes que encontrar el que esté mejor a tu gusto-dijo el maestro mientras hacía un rápido movimiento con la mano para que su alumno continuase.
-Byakugan!-gritó Suiko mientras activaba su otra técnica ocular y mantenía su sharingan también activo. Pudo observar la energía en el interior de los animales, árboles e incluso personas con su ojo izquierdo mientras que con el derecho podía observar las técnicas secretas u ocultas de los chunin que se entrenaban en el campo contiguo.
Iba a continuar pero sintió como sus reservas de energía se agotaban lentamente y como los ojos le empezaban a escocer. Su maestro también noto esto con lo cual se levantó del asiento y se acercó a su alumno.
-Creo que ya basta por hoy-dijo el maestro mientras le cerraba los parpados con suavidad- Si sigues así acabarás más ciego que Lurioto. Si quieres matarte a cansancio con otro entrenamiento entonces practicaremos con espadas otra vez.
-Vale sensei-dijo Suiko mientras observaba a su maestro con sus ojos normales: Uno negro como la noche y otro blanco sin pupila. Su pelo era de un color negro claro y tenía una altura considerable, pero no se le podía considerar muy alto. También era fuerte para su edad gracias al entrenamiento y la instrucción de su sensei y mejor amigo: Itachi Uchiha, de 10 años también- Hoy podrías enseñarme esa técnica con dos espadas!
-Primero vayamos a casa a descansar, después te la enseñaré-dijo Itachi pacientemente a su amigo-Recuerda que….
-Nunca es bueno sobreexplotarse demasiado-terminó Suiko-Al final me acabaré aprendiendo todas tus frases. En serio Itachi, ¿de donde las sacas todas? Tampoco es que seas muy viejo…
-Pero he aprendido de una forma infalible-dijo Itachi mientras se encaminaba hacia su casa seguido por Suiko.
-¿Y cual es?-pregunto Suiko emocionado.
-Abre los ojos y las orejas, aprovecha las oportunidades y enseñanzas de la vida, viaja un poco….y conoce a gente interesante-dijo Itachi.
-Tampoco hay que viajar lejos de Konoha para encontrar a gente extraña-dijo Suiko en voz baja con una sonrisa triste- Aquí todo el mundo puede disfrutar con el espectáculo del "bastardo de los uchiha".
-Han vuelto ha llamarte eso, verdad?-preguntó Itachi con voz seria.
-Si-admitió Suiko.
Itachi se paró en seco y miró fijamente a su amigo a los ojos.
- Permite que te de un buen consejo que me dio una gran amiga mía-dijo Itachi seriamente-Nunca olvides quien eres, porque ,desde luego, el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte. Pude que seas un bastardo, ¿pero eso no significa que no seas fuerte, listo o rápido verdad? No me digas que ser bastardo te impide ser un as en el agua…
-Eso es simplemente porque se me da bien….-respondió Suiko.
-Pues aprovecha esa ventaja al máximo-terminó Itachi revolviéndole un poco el pelo a su amigo-Todos somos buenos en algo….y eso no admite diferencias.
Suiko le dedicó a su amigo una de sus mejores sonrisas.
-Gracias, lo necesitaba de verdad…-dijo Suiko.
-Ningún problema-dijo Itachi-Ya hemos llegado, buenos días.
-Buenos días-respondieron dos de los guardias que vigilaban la puerta norte al inmenso recinto que albergaba al clan uchiha, amurallado y protegido por los miembros con más bajos del clan (referente a la clase, no la altura).
Suiko también dio un saludo corto antes de entrar en el recinto uchiha con sus propias calles y casas para los miembros del clan. Muchas de ellas eran del mismo tamaño aunque había algunas más grandes o pequeñas para los herreros, comerciantes y otros oficios importantes para el clan.
-¿Quien es ella?-preguntó Suiko de repente.
-Hm?-dijo Itachi distraído.
-La amiga que te ayudó….quien era?-preguntó Suiko de nuevo-¿La conociste antes que a mí verdad?
-Nos conocimos tres años antes de que fuéramos amigos tu y yo-empezó Itachi mientras miraba al cielo con cara de ensoñación-Yo tenía cuatro años y ella tres, en esa época la guerra aún no había acabado, yo no estaba en mis mejores condiciones y mi mente estaba literalmente destrozada. Es un sentimiento extraño….estas vivo, pero en tu interior no sientes nada, es como si fueras un muerto viviente. Ella había perdido hace poco a su madre en el parto de su hermano pequeño, fue en la época en que Sasuke nació, creo. Dos niños con traumas al principio de sus vidas.
-No lo sabía…-dijo Suiko entristecido.
-Nadie lo sabe-aclaró Itachi mientras abría la puerta de su casa-Todos los que vieron lo que yo ví están muertos o sin energía ya para hablar del tema. A lo que iba, ella procedía de otra villa oculta y venía con su padre, el cual tenía que hacer unas negociaciones.
Itachi entonces suspiró mientras su amigo y él se sentaban en su pequeño cuarto con una ventana y solo unos muebles.
-No me acuerdo muy bien como pero ella consiguió levantarme el ánimo-dijo Itachi con una de sus escasas sonrisas- Solo me acuerdo de una frase que me dijo.
-¿Cuál?-preguntó Suiko.
-"La muerte es algo cortante mientras que la vida está llena de infinitas posibilidades y cosas por ver"-dijo Itachi de memoria.
-¡¿Te dijo eso con tres años?-preguntó Suiko sorprendido.
-Dos años después admitió que esa frase se la había dicho su abuelo por parte de madre para reconfortarla en sus horas tristes-dijo Itachi-Pero funcionó, y encontré un objetivo para vivir e intentar disfrutar de la vida: Defender la villa y a mis seres queridos e intentar mantenerte vivo.
Suiko sonrió mientras se levantaba para coger una jarra de té que Itachi siempre tenía preparada cerca.
-Y por ahora creo que lo estás cumpliendo excelentemente-dijo Suiko mientras alzaba la jarra de té frío cerca de Itachi-¿Puedes hacer tú los honores?
Itachi hizo algunos sellos y un segundo después un fino chorro de fuego salió de su boca a toda velocidad calentando el té rápidamente.
- ¿Que haríamos sin las técnicas de fuego?-preguntó retóricamente Sukio mientras servía el aromático té de hierbas.
-¿Tardar en calentar el té?-respondió Itachi.
-Menos mal que estamos a salvo de tal aciago destino….-dijo Suiko con la voz más melodramática que pudo poner.
-Suiko…..bastardo o no, eres realmente único-dijo Itachi mientras alzaba su vaso en el aire y Suiko hacía lo mismo con el suyo.
-Que nunca peleemos…-empezó Itachi.
-…y siempre unidos estemos-terminó Suiko mientras brindaban alegremente sin importarles el futuro o el pasado.
En ese momento solo el presente importaba, y había que disfrutarlo al máximo.
