¡Hola mis queridas fans de Candy & Terry!

Cuando comencé a escribir esta historia nunca imaginé que casi cuatro años después, mi historia y yo recibiríamos tanto cariño por parte de tanta gente. Mi historia original fue escrita en mi lengua materna, el griego. Dos años después, animada por muchos amigos griegos, la traduje al inglés. ¡Estoy muy contenta de haberlo hecho, pues para mí fue el comienzo para conocer nuevas personas y más importante aún, para hacer buenos amigos de todo el mundo! ¡Después de todo, el mundo de Candy, es un hermoso mundo!

Mi historia ha sido traducida también al italiano por mi buena amiga Debora. Ahora ha llegado el momento de traducirla al español. Nunca hubiera podido hacer esta traducción sin el buen trabajo y el esfuerzo de mi amiga ClauT y mi querida Anneth White. Gracias a estas dos encantadoras chicas, los fans hispano hablantes también tendrán la oportunidad de leer mi historia. El trabajo de traducción será principalmente realizado por ClauT y la revisión final por parte de Anneth White ¡Estoy totalmente segura de que harán un gran trabajo, a pesar de que yo no hablo español! Haha :) (Quizás pronto deba comenzar a tomar lecciones).

Un pequeño resumen acerca de mi fan fic.

Escribí esta historia hace cuatro años. Había pasado un verano bastante solitario únicamente con mi hija, ya que mi marido estuvo trabajando fuera de casa por casi cinco meses. Un fin de semana, durante esa época, lo pasé mirando el anime completo con mi hija y volví a leer nuevamente el manga. Tenía muchos años de haber visto el anime y debo decir que con ojos adultos vi algunas cosas totalmente diferentes. No ha cambiado mi opinión acerca de nada, solamente lo observé de una forma más seria, más realista. Una imagen del anime quedó adherida a mi cabeza: en Escocia, Candy y Terry, él le dice algo acerca de cómo un día ambos envejecerán, etc., etc. y aparecieron en mi cabeza dos pequeñas imágenes de Terry y Candy entrados en años. Ese fue el comienzo de mi historia. La misma noche vi en mi mente, o en forma de un sueño, el último capítulo de mi historia ¡Era como un demonio en mi cabeza! Y comencé a escribir esta historia.

Mi objetivo, mi deseo y la mayor parte de mi intención, fue escribir una historia realista. No quiero decir con esto que la historia de Candy no tenga un punto de vista realista, pero yo quise mostrar que en la vida real tenemos alegría, tristeza, secretos, revelaciones y elecciones. Más adelante, en algún momento de la vida de una persona, pueden suceder muchas cosas. Y como resultado, muchas situaciones pueden cambiarnos. Pero en mi humilde opinión hay algo que nunca puede cambiar: el amor verdadero. Si existe, si llega a suceder, no puede morir o cambiar jamás. Puede ser que pase por un breve tiempo en coma, pero sólo para aumentar de nuevo hasta alcanzar toda su gloria.

Mi fan fic tiene influencias del anime, del manga, del FS (Candy Candy Final Story), y también de las novelas previas de Misuki. También una gran influencia fue mi bisabuela, y algunas historias de la vida real. He creado algunos personajes nuevos, pero no demasiados para evitar confundirles. Traté de mantenerme dentro del rol de los personajes, aunque en algunos casos he tenido que salir de ellos, pero tuve mis razones para hacerlo (¡Ya lo entenderán cuando lo lean!)

El momento actual de la historia es alrededor de 1960+ y las retrospecciones dentro de los capítulos (a veces sólo un pequeño párrafo o una frase) son de 1920+ hasta 1930+.

Algunas personas encontrarán confusos los saltos hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, en que se desarrolla la historia, pero por razones que he planeado, he decidido no incluir las fechas y los lugares como encabezados en cada capítulo, hasta que el lector llega a uno de ellos, en el cuál se descubre el entramado principal de la historia.

Espero que disfruten mi historia y nuevamente deseo agradecer a mis dos traductoras ClauT y Anneth White, que ante todo han mostrado un gran cariño hacia mi historia y tengo que admitir que admiro su valentía para hacer este trabajo.

¡Perdonen mi loco parloteo y gracias a todos por adelantado!

Con amor, Papirous.


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La Colina de Pony siempre estará allí

Capítulo 1.

El Hechizo

Ella iba atrasada. Ella estaba realmente atrasada.

Pensó Lucy, mientras abría apuradamente las pesadas cortinas dentro de la vieja mansión. Volaba como una pequeña abeja de habitación en habitación, jalando las cortinas y abriendo las grandes persianas de los ventanales. Lo último que necesitaba en ese momento era ser reprendida por el ama de llaves de la mansión. Parecía como si a sus pies les hubieran crecido alas; sus diecinueve años de edad la impulsaban a trabajar con celo y perseverancia.

Desde hace ocho meses comenzó a trabajar en esta enorme, y casi siempre vacía mansión. Cuando encontró esta vacante en su camino a la Universidad, no lo dudó ni siquiera por un minuto, era el trabajo ideal para complementar la matrícula de sus estudios. Ella siempre tenía buena disposición y trabajaba duro, su gran defecto, sin embargo, fueron siempre sus constates retrasos, los cuales la hacían poco consistente en su labor.

Lucy era una soñadora. Casi siempre encontraba algo que llamara su atención - un transeúnte en la calle, o las nubes que paseaban por el cielo - como resultado permanecía permanentemente distraída.

Hoy había ocurrido exactamente lo mismo.

Qué extraño!" pensó Lucy, "Todos los días atravieso el jardín de las rosas y a pesar de ello, para mí, hoy se ve especialmente diferente…" Quizás es porque es mayo y todas las flores del jardín están en plena floración". Su esencia podía hacerte sentir mareado si permanecías cerca de ellas por más de cinco minutos, pero ese día Lucy no podía quitar sus ojos del jardín.

Anteriormente, ella había admirado en muchas ocasiones las hermosas rosas, pero este día, aquellas rosas blancas la habían hechizado. Desde lejos la llamaban... como si la hipnotizaran, Lucy se acercó a ellas y ellas la hicieron viajar… mágicamente las rosas habían hablado, murmurando recuerdos e historias que ella no conocía, pero que, sin embargo, pudo comprender desde el fondo de su corazón... Lucy… ella escuchó su... ¿nombre? ... Lucy...

- "¡Lucy!"

Como si fuera despertada abruptamente, Lucy pegó un brinco al tiempo en que sintió la presencia del ama de llaves de la mansión a sus espaldas, con sus manos en la cintura, visiblemente molesta.

- "Lucy, mi niña, ¿por qué razón estás nuevamente atrasada?"

Lucy no pudo arreglárselas para responder, por lo que el ama de llaves continuó hablando apurada y obviamente molesta.

- "¡¿Sabes qué día es hoy?! ¡El día de hoy, la señora regresa y todo debe estar en perfecto orden! Mañana llegará el resto de la familia también. Lógicamente tú deberías haber terminado ya con las habitaciones y deberías estar en la cocina ayudando a la cocinera, que se ha quejado desde que amaneció."

Dicho esto, dio la vuelta y dejó la habitación.

"Ella no es mala" pensó Lucy, "simplemente es demasiado formal" - … ¡Y anticuada! – se dijo a sí misma, dejando escapar una risilla.


Este es mi hogar

"¡Ah! Los jóvenes de hoy en día..." reflexionó Dorothy mientras inspeccionaba de cerca todas las habitaciones, una por una. De toda la mansión, sólo dos habitaciones, prácticamente nunca se abrían. Por supuesto, en esta ocasión todo sería diferente. Inevitablemente se abrirían al final del mes, para retirar los muebles y las pertenencias personales que habían permanecido ocultos durante tantos años. La mansión había cambiado de dueño.

Se sentía entristecida, incluso ella tendría que dejar la mansión; después de todo, éste era su hogar. Era una jovencita, aún de vibrantes trenzas marrones, cuando la enviaron a Lakewood como empleada doméstica, y muchos años habían pasado desde entonces...

Ella no quería dejar su hogar... no quiso dejarlo aún en aquel tiempo atrás, cuando la señora le pidió acompañarla a Inglaterra; no como empleada doméstica, ni como ama de llaves, sino como amiga y compañía.

- "Este es mi hogar" había dicho tímidamente y la señora sonrió como usualmente lo hacía, la abrazó con lágrimas en sus ojos y le dijo "Lakewood siempre será tu hogar."

Y de esa manera ocurrió.


La Venerable Señora

El gran y lujoso coche llegó frente al patio delantero de la mansión Ardley, poco después del mediodía. El joven chofer lo condujo cerca de la entrada de la casa y sin perder tiempo, abrió la puerta del pasajero. Amablemente le ofreció su mano a la venerable señora para ayudarla a salir del vehículo y ella aceptó con una sonrisa, pero aún un poco a regañadientes.

Qué extraña mujer!" pensó él, "¡Parece no querer mi ayuda, sin embargo, ella me sonríe con esos penetrantes ojos verdes que... hablan por sí solos!". Y con ese pensamiento, él la acompañó hasta la escalera principal de la mansión.

- "¡Señora Candy!" dijo Dorothy entusiasmada e hizo una ligera inclinación de cabeza, que ameritaba por su edad.

- "¡Dorothy!" exclamó cantarinamente Candy, abriendo sus brazos para estrechar a su vieja amiga, "¿Por cuántos años más planeas llamarme Señora Candy, Dorothy?", dijo con un tono molesto…

- "Por los años que sean necesarios… y mientras haya alguien del personal presente...", susurró alegremente, mirando de reojo al joven chofer.

Dicho esto, tomó a Candy del brazo y subieron juntas las escaleras, riendo como colegialas.


El elegante salón de verano

Desde el primer minuto que Candy puso sus pies en la casa, los recuerdos la abrumaron ... "¡Tonta Candy! ¡Aún no terminas de llegar y ya comenzaste a soñar!" y con dificultad contuvo una lágrima.

- "¡Mi querida Dorothy! ¡Cuánto te he echado de menos!"

"¿Por qué no viniste conmigo a Inglaterra?... Pasé algún tiempo estando tan sola... aunque he estado mucho tiempo yendo de un lugar a otro... ¿por qué habría querido arrastrarte conmigo yendo de un lugar a otro?... ¡Soy una mujer de edad y sin embargo sigo deambulando por el mundo!" pensó Candy, al tiempo que se sacaba la lengua a sí misma.

- "¡Yo también te extrañé! ¿Cómo estás, Candy? ¿Está todo bien?"

- "¡Sí! ¡Muy bien diría yo! ¡Como sea, tú también te ves bien! No creo que hay ningún problema con la casa... ¡En verdad! ¡Qué bella la has decorado!" dijo Candy mientras admiraba la maravillosa decoración en todo el vestíbulo.

- "¡Oh! ¡Quien es responsable de la decoración es la Sra. Annie!. Ella personalmente la supervisó."

- "¡Annie! ¿Está aquí?" preguntó Candy deseosa.

- "Estuvo hasta la tarde de ayer, cuando volvió a Chicago. Regresará mañana junto con el Sr. Archie.''

"Mi dulce y buena amiga Annie", meditó Candy "…Tú siempre quieres cuidar de mí."

Y esa era la verdad. Todos estos años, Annie hizo todo lo que pudo para mantener la promesa que se hizo a sí misma – después del viaje de Candy a Nueva York - ella nunca volvería a dejar a Candy sola de nuevo, ella la ayudaría a sanar sus heridas; y mientras estuviera en las manos de Annie, ella siempre estaría ahí para Candy, para ofrecerle cuanto pudiera.

- "¡El té se enfriará Candy! Les dije que lo sirvieran en el salón de verano."

"¡El salón de verano!" El corazón de Candy voló. "¡Oh!, ¡Qué bien!"

¡Cómo amaba ese lugar! Era la única habitación en la mansión que fue personalmente decorada por la madre de Anthony, Rosemary. "Mi querido Anthony…"

Los tapices en las paredes, en donde el color durazno pastel y los tonos azules envolvían la sala de una esquina a otra, hundiendo al visitante en un mar de ensueño lleno de nubes - los muebles de color blanco, elegantes, y aun así simples - le daban un toque único de intimidad y calidez a la habitación, llena de florecientes flores adornando los magníficos floreros de porcelana alrededor del salón y etéreos cortinajes blancos, bailando juguetonamente frente a las grandes persianas abiertas, dándole la bienvenida a la cálida luz solar... "Cuántas tardes de verano pasamos conviviendo en esta habitación…, y cuántas más hubiéramos compartido si…"

Una Candy soñadora aceptó la taza de té que Dorothy le ofreció.

- "¿Candy ...?"

- "Hmm..."

- "¿Deseas más azúcar para tu té?"

- "¿E…eh? No Dorothy, ¡Está como siempre, muy rico, gracias!" diciendo esto Candy volvió al presente. "Sin embargo, no me negaría a comer algo en este momento... ¡Estoy tan hambrienta como un lobo!"

- "¡Sra. Candy!" exclamó Dorothy escandalizada.

- ¡¿Qué?! ¡No es culpa mía que la comida que sirven en los aviones sea terrible! ¡Yuck!" dijo y se apretó la nariz.

- "Le he indicado al cocinero que haga tu tarta favorita de limón, Candy" dijo Dorothy supuestamente ofendida.

- "¡Mmm! ¡Yummy! ¡La tarta de la Tía Elroy!"

Y con esto, ambas se echaron a reír.


Chicas que se sonrojan

Candy y Dorothy disfrutaban de su té, charlando por algún tiempo, cuando Lucy entró vacilante en la sala.

- "Tú debes ser Lucy, ¿Cierto?" dijo Candy con cordialidad, mirando a la joven, que debido a su vergüenza ¡Se había sonrojado hasta que sus mejillas tomaron un tono rojo brillante!

"¡Vaya…vaya!… ¿Es que aún existen chicas que se sonrojan?" se preguntó una traviesa Candy, al mismo tiempo que recordaba la última chica que le había sido presentada por su nieto - una bella e independiente jovencita - que, sin embargo, no había mostrado muchas inhibiciones morales. "¡Candy! ¡Qué vergüenza! ¡Eres una malvada!" se regañó a sí misma, "Las chicas de ahora son totalmente diferentes…", suspiró suavemente.

- "¡S… Sí, señora!" Lucy respondió dulcemente, sintiéndose menos abatida al enfrentar esos amables ojos verdes.

- "¿Hay algún problema mi niña? preguntó preocupada el ama de llaves.

- "¡No! ¡No! ¡No es nada, señora Dorothy! Bueno... Yo sólo vine a informarles que el nieto de la Señora Candy llamó..."

- "¿Está al teléfono en este momento?"

- ¡No, el señor tenía prisa! Pero ha dicho que vendrá por la tarde."

La chica dijo esto de corrido, sin respirar, hizo una breve y torpe reverencia, y salió de la habitación.

- "Linda chica…" murmuró Candy.

- "Chica distraída" gruñó Dorothy.

"Alguna vez… yo también lo fui…aún lo soy…"


Rizos indomables

Más tarde, tras tomar un breve y ligero almuerzo y realizar un corto paseo por el jardín de las rosas, Candy se retiró a descansar a sus aposentos. Tras la muerte de la Tía Elroy, Candy había elegido dormir en otra habitación, cada vez que estaba de visita en Lakewood. No deseaba su antigua habitación, que le traía muchos, pero no siempre agradables recuerdos. "Tantas casas… tantas habitaciones… pfff…" dijo en tono reprobatorio, mientras deshacía el hermoso recogido de su cabello frente al espejo. Había momentos en que ella echaba de menos las pequeñas literas del orfanato...

- "¡Claro ... cuando John no mojaba su cama!" dijo nostálgicamente dejando su cabello rebelde extendido sobre su cara y sus hombros. Aunque habían pasado muchos años, el cabello de Candy seguía siendo un mar de rizos indomables. Su color ciertamente no era el más dorado últimamente, sino más bien grisáceo... del color de la luna llena en medio del cielo nocturno. ¡Se negó innumerables veces a teñirlo! "¡Teñirlo… dicen! ¡De ninguna manera!"

- "¡Candy! ¡¿Sabes en qué década vives?!" le dijo su amiga Karen en uno de sus largos encuentros en Los Ángeles, mientras almorzaban juntas.

- "¡Claro que lo sé!" respondió Candy obstinadamente.

- "¡Entonces deberías saber querida, que no se debe dejar el cabello en ese escandaloso estado!" señaló pomposamente la misma Karen de siempre.

Karen Kreis. Candy siempre se preguntó cómo es que eventualmente se habían hecho amigas, siendo dos mujeres tan profundamente distintas. Sí, Candy no encajaba con Karen, la actriz snob ganadora del Oscar, o la estrella de Hollywood, pero sí con Karen que adoraba un genuino jugo de naranja californiano y una larga caminata a la orilla del mar.

- "Candy, ¡¿Me escuchaste?!''

- "Pff..."

- "¡Bien, me aseguraré para el banquete de los Kennedy el próximo mes, de hacer una visita juntas al salón de belleza!" insistió Karen "¡Es momento de hacer algo acerca de este arbusto gris! ¿No estás de acuerdo Candy?, ¿Candy? ¡Candy...!"

"¡Yo adoro absolutamente estos rizos!"

"¿Los seguirás adorando, aun cuando yo envejezca? ..."

"Entonces aún más... ¡Especialmente cuando… se conviertan en un arbusto gris!"

- "¡Aunque el Presidente en persona me lo pidiera, ni siquiera así los teñiría!'' dijo Candy a su propia imagen en el espejo y fue a recostarse.


El Sr. Terrence está aquí

Era temprano por la tarde, cuando Dorothy tocó suavemente la puerta de la habitación de Candy para despertarla. Era un hábito que se había hecho parte de su rutina, durante todos los años que estuvo a su cuidado. Con cuidado se acercó a su cama, cuando Candy abrió sus ojos. Dos verdes y serenos lagos…

- "Ya he despertado Dorothy..." murmuró a través de un bostezo.

- "¿Descansaste bien Candy?"

- "Mmm sí... quizás he dormido demasiado..."

- "No demasiado, aún es temprano, pero tienes una visita..."

- "¡¿Quién es?!'' preguntó Candy sorprendida y sin pensarlo demasiado, saltó de la cama ágilmente, olvidando su edad y arrepintiéndose automáticamente... ¡Ah! ¿Por qué tenía que doler su cintura cada vez que ella se comportaba de esta manera?

- "El Sr. Terrence está aquí, Candy", respondió Dorothy mientras abría las cortinas para dejar entrar el dulce sol primaveral del atardecer en la habitación.


Continuará