No podía moverse. Estaba ahí, vivo, consciente, pero demasiado cansado como para molestarse en contestarle. Podía oír claramente, aunque confuso, como Jace maldecía por lo bajo. Todo parecía muy lejano. De pronto un dulce olor llego a Simon. Sangre. Pero no era una sangre cualquiera... Era lo mejor que Simon había olido nunca. El causante de tal magnifico olor acercó su herida que rozó los labios del vampiro. El cazador de sombras seguía maldiciendo por lo bajo. No fue hasta que la sangre le llego a la garganta, que Simon abrió los ojos.
Lo primero que vio fue los ojos marrones de Jace devolviéndole la mirada, pero el moreno seguía sin poder moverse. La muñeca del cazador de sombras le presionaba los labios con fuerza para que bebiera. Jace parecía seguro con lo que estaba haciendo, pero algo de miedo cruzaba por sus ojos. Al cabo de unos segundos, Simon pudo mover sus manos despacio y atrajo hacia si la mano del cazador de sombras. Jace jadeo de dolor, pero eso solo logró que Simon apretara y se acercara mas la muñeca del rubio a la boca. El moreno paso la lengua por la herida de Jace. Simon saboreó la sangre que intentaba no desperdiciar por su barbilla. El contacto de la lengua de Simon le obligó ha hablar tras soltar un gemido.
- Creo que ya es suficiente...
La voz de Jace sonaba insegura y lejana mientras el vampiro seguía chupando y lamiendo la mano del cazador.
- Simon... -aviso Jace.
Fue justo lo que necesitaba oír. El ruego de Jace para que le dejase, solo hizo querer más y más de él. Rápidamente, agarro a Jace por los hombros y lo giro, golpeando la espalda del cazador contra el suelo, a la vez que las grandes manos de Simon cubrían la cabeza rubia del cazador evitando que se golpeara. Jace intento zafarse entre maldiciones pero era inútil. Los fuertes brazos del cazador estaban atrapados bajo el cuerpo mucho mas fuerte del nuevo vampiro. Simon acerco su cara al cuello Jace respirando su aroma a la vez que sentía como se tensaba el cuerpo que tenía debajo. No sabia como antes no había notado su fuerte y atrayente olor. Los ojos de Jace brillaron con fuerza, mientras con los dedos intentaba alcanzar la estela que había caído al suelo a escasos centímetros de sus dedos.
Simón se humedeció los labios, y al volver a notar el sabor de la sangre de Jace en su boca no pudo evitarlo. Hundió los colmillos en el cuello del cazador de sombras. Jace soltó un gemido, mayor que antes, a la vez que arqueó el cuerpo dejando su cuello mas expuesto al vampiro. Lo que animo a Simon a seguir succionando ese perfecto cuello, aun con su cuerpo presionando el del joven cazador. Jace consiguió liberar los brazos tras un descuido, y Simon se preparo para sostenerlos de nuevo.
Lo que Simon no espero fue las manos del humano en su espalda atrayéndole aun mas hacia el. Simon ya no pensaba. No sabia lo que estaba sucediendo. Era consciente de todo, pero a la vez no. Lo único que sabia es que si estuviera que estar en un solo lugar para siempre seria así, con Jace.
Simon agarro las manos del cazador de sombras con las suyas, deteniendo la presión del rubio en su espalda, y se detuvo un segundo alejando los colmillos durante un instante del cuello de Jace. Simon sabia que estaba haciendo algo que no debía de hacer. ¿O no?. Si. Estaba haciendo algo malo.
¿Pero, como iba a ser malo tener a Jace debajo de él, bebiendo de él, mientras el cazador levantaba las caderas frotándose contra el vampiro?.
