Se despertó con un rostro inexpresivo. Tenía un libro sobre el pecho, seguramente se había quedado dormida mientras leía. Su respiración era bastante tranquila, pero al ver al joven de las gafas puntiagudas frente a él, sonrió. -Oh, por favor. Tardaste mucho en venir. Apresúrate, que tengo que ver a alguien. -Y sonrió aún más.
El ruido de la ambulancia ensordecía a los vecinos. -¡Se nos va, se nos va!
Y todos sabían que era mejor dejarla morir.
Uh. (watch?v=RBU2RGenEp0)
