Advertencias:

Los personajes pertenecen a L. J. Smith, menos la protagonista, Sally y su familia que son originales míos.

Esta historia contiene lenguaje fuerte, escenas de violencia y sexo.

La historia está inspirada en la serie de televisión, por lo cual, habrá detalles que se tomen de ella al igual que habrá cosas originales.

Si se me olvida algo, perdón. ¡Espero que el que lea disfrute. Gracias!

Capitulo 1

Comenzado septiembre, el nuevo y último año de instituto se presentaba ante cientos de estudiantes nerviosos, que en aquella mañana soleada, revoloteaban de aquí para allá chismorreando entre ellos inquietos mientras se dirigían a sus clases. Él se detuvo a la entrada del gran edificio y observó lo que le rodeaba en busca de algo inusual, algo que no pegara en aquella situación; Su objetivo.

Detuvo la mirada ante aquello que buscaba con ansias, los pasos sin entusiasmo de una chica hacia la entrada del instituto, la cual iba sola. Estaba seguro que sería ella, así pues, tras dibujar una pequeña sonrisa en su rostro se quitó las gafas de sol y comenzó a caminar decidido hacia el interior del recinto con un sólo pensamiento en mente; Comenzar, tras tantos años de espera, con su plan.

Al encontrarse dentro del recinto se dirigió hacia la secretaría con total normalidad, sin prestar atención a la gran cantidad de ojos que se posaban en él, ni en los comentarios que su fino oído escuchaba acerca de lo atractivo que era, y los años que podría tener. Ignoró todo aquello llegando a un gran mostrados blanco. Afortunadamente no había nadie esperando, así que se acercó a la mujer mayor que se encontraba tras la blanca madera.

-¿En que puedo ayudarte? –Preguntó la mujer mientras colocaba unos papeles dentro de un gran archivador, sin mirar con quién hablaba.

-Me gustaría saber en que clase se me ha colocado, no he podido ver las listas, ¿podría ayudarme?

-Dime tu nombre.

-Damon Salvatore. –Respondió con una sonrisa falsa, mirando a la mujer buscar el papel correcto.

-Estás en la clase C.

-Vaya, creo que hay un error, esa no puede ser mi clase. Vas a buscar a Sally Wytte y me pondrás en la misma clase que a ella, se equivocaron al hacer las listas y has subsanado el error.

-Vaya, se han equivocado. Tu clase es la A, voy a comunicarlo a la jefatura.

-Muchas gracias.

El moreno salió de la sala con una sonrisa de satisfacción y fue en busca del aula, la cual encontró fácilmente al seguir a aquella joven de la entrada, el motivo por el cual estaba en el instituto fingiendo ser un estudiante de último año. El trabajo sucio le resultaba odioso, pero esta ve, no podía contar con nadie más.

Entró detrás de la chica y se sentó a su lado, al final de la clase. Ella no le prestó la menor atención, ni siquiera lo miró, y comenzó a rebuscar en su mochila un libro ajado y viejo que comenzó a leer.

El moreno se fijó en la muñeca de la joven, pues llevaba un símbolo tatuado en ella muy extraño que le llamó la atención; Un circulo, y dentro de este un pentáculo con un ojos de gato; El supuesto iris era lo único que llevaba color, un color amarillento.

Damon frunció el ceño ante la visión de aquel tatuaje, y prestó atención al hombre que acababa de entrar en la clase, pues comenzó a pasar lista.

Tras pasar por medio abecedario, incluso tras nombrar al propio Damon, llegó el nombre que él estaba esperando para verificar que había acertado en su búsqueda.

-¿Wolbut, Wytte, Sally?

La joven de cabello castaño, casi dorado, apartó los ojos de su libro y alzó la mano mirando momentáneamente al profesor, y cuando este continuó con su tarea, posó sus ojos claros en los de Damon, quien la miraba intensamente. Él movió la mano en señal de saludo con una sonrisa pícara mientras la muchacha levantó las cejas extrañada, para acto seguido, ignorar al hombre y volver a su libro.


Después de varias clases, llegada la hora del descanso, Damon buscó con insistencia a la joven a la que encontró fuera del recinto en una mesa de madera siguiendo con su libro. Él se acercó sentándose frente a ella con el descaro que lo caracterizaba.

-Te veo muy interesada en ese libro, y no entiendo cómo puede ser más emocionante que conocerme a mí. –La chica cerró el libro y miró atónita al moreno pensando que era un perfecto fanfarrón.

-No empiezas muy bien si quieres ligar conmigo... ¿Damon? –Preguntó indicando si había acertado en el nombre.

-Veo que estás atenta a todo. Sí, Damon Salvatore, un placer, Sally Wytte.

-Ese es mi segundo apellido.

-Lo sé, me es más fácil de recordar. He conocido a gente con el mismo.

-Vaya, pues no es muy común. No eres de Queens, ¿verdad? –Damon hizo una mueca de sorpresa abriendo mucho los ojos mientras respondía a la pregunta de la chica, de forma divertida.

-¡Cada vez me sorprendes más! No, no soy de New York, vengo de un pueblo de Virginia. Como tengo pensado estudiar en alguna universidad de por aquí, he decidido venirme e ir cogiendo el punto de este sitio ¿sabes? Conocer la gran manzana, los buenos sitios de fiesta, las chicas guapas... No he empezado mal.

Sally sonrió con algo de vergüenza tratando de evitar sus ojos azules. Tras unos instantes, comenzó a sonar el timbre que indicaba la reanulación de las clases, por lo que aliviada se levantó mientras el moreno la imitaba.

-Bueno, volvamos antes de que la señora Lutter llegue, es una cascarrabias insoportable.

-Después de ti.

-Gracias. –Respondió sonriente mientras contemplaba la hermosa sonrisa del joven, y comenzaba a andar con paso apresurado hacia la clase. Damon la alcanzó y continuó caminando a su lado, pero antes de que pudiera decir nada, ella le interrumpió.

-¿Cuántos años tienes? Pareces bastante mayor.

-Tengo 20, he repetido varias veces en el pasado, ya sabes.

-No tienes mucha pinta de ser estudioso, la verdad. –Añadió sinceramente la castaña mientras reía.

-Otras cosas me han mantenido muy ocupado, pero he decidido centrarme. Soy un buen chico.

-Eso aún está por ver. No te adelantes, no te conozco de nada.

-Estoy deseando que lo hagas. –Respondió de forma seductora mientras sonreía.

Ambos se sentaron en sus respectivos sitios y dejaron la charla, puesto que la profesora acababa de aparecer.

Damon miró de nuevo a Sally, quien volvía a estar absorta en sus asuntos, y pensó que aquella vez, las cosas saldría como estaban planeadas.