Disarm me.

Disclaimer: El universo y personajes de la saga Harry Potter no me pertenecen; yo sólo los tomo prestados sin fines de lucro. No gano nada escribiendo esta historia, más que liberar espacio en mi mente abarrotada. Gracias

1-The promise of heaven

Dicen que las tragedias marcan un antes y un después en la vida de las personas; que los hechos dolorosos se graban más profundamente en la mente que los momentos felices. Dicen qué el tiempo todo lo cura, y qué de cada experiencia hay que rescatar una enseñanza, una moraleja. Así es que aún hoy después de 10 años aún lloro si recuerdo a mi perro. El tiempo no curó la herida que me dejó su partida, así como tampoco hay una experiencia que salvar. Y es por eso que desde hace 1 semana mi vida dio un drástico vuelco, yendose a la deriva con todo lo que tenia. El asesinato de mis padres, jamás va a dejar de sangrar, jamás va a tener una cura "temporal", jamás me va a dar nada bueno. Pero soy una persona racional, y aunque sé que ellos ya no están, y mi vida aún tiene mucho camino que avanzar, no me dejo caer en el dolor. Lo absorbo, lo abrazo y me entrego a la espera. Porque sé que el culpable va a ser castigado.

Todo cae por su propio peso. Todo lo que se da, regresa. Una mujer nace, y da vida; aquel hombre que daña es dañado. Es el balance de la vida, es la justicia más pura y divina. Todo cae por su propio peso. Es mi mantra, es mi oración día tras día. Es lo que me mantiene centrada, viva. Y no es venganza. Yo no creo que uno deba vengar lo que le fue arrebatado, si no esperar; armarse de paciencia y esperar a que el castigo caiga solo.

Por eso soy paciente, porque sé que eventualmente; él va a ser castigado. No puedo vengarme, porque la venganza exige odio, y para odiar hay que sentir algo por la persona culpable. Yo no odio, no albergo sentimiento alguno por aquel ser. Por eso puedo ser indiferente a sus insultos, a sus agresiones, porque en el fondo mi leona interna esta esperando pacientemente que cometa un désliz, y cuando lo haga; rogara a Merlin no haberse metido conmigo.

Me aferro a los bellos recuerdos, a las sonrisas y los abrazos, a las fotos y a todo lo que me recuerda que ellos efectivamente existieron. Sus existencias no van a desaparecer jamás mientras sus memorias vivan en mi. Mientras los recuerdos puedan eclipsar sus rostros muertos, mientras las sonrisas tapen las miradas vacias. Dejo que el dolor me inunde pero no que me arrastre, ellos no van a volver; porque ellos siguen en mi.

Deberia sentirme sola, abrumada por la pena o incluso deberia sentir odio hacia el culpable. Pero nada de eso, estoy acompañada por una familia que me acogio desde el comienzo, tengo amigos que son hermanos del alma; y no odio, no puedo. Porque sí odiara me estaria convirtiendo en él y mancillaria el recuerdo de mis padres.

Es asombroso como una tragedia puede convertir a una persona en el centro de atencion. Las miradas apenadas, los pesame y las sonrisas consoladoras me parecen tan falsas proveniendo de aquellos que realmente no pueden siquiera idealizar como se siente perder a tus seres queridos, a tu familia. Pero la educacion que recibi no me permite hacer esta observacion en voz alta, asi que simplemente asiento y repito un gracias que parece mecanico y carente de verdad. Algunos profesores hasta asumieron que mi dolor me distraeria de mis deberes y decidieron darme unos dias sin clase. ¡Cuán errados estan! Los deberes me distraen del dolor.

Me encierro en la biblioteca, mi santuario personal. El único sitio dónde no habrá miradas de consolación. Él esta aqui también. No me sorprende. Hace meses que se oculta de las miradas de los otros alumnos, sus pasos taciturnos y su semblante apagado lo arrastran hasta las mesas más ocultas. Su palidez es mortecina, parece una coraza vacia. Sus ojeras oscuras hacen resaltar el mercurio de sus ojos, aquellos que meses atrás brillaban con malicia hoy lucian apagados. No puedo siquiera sentir apatia por él, no la merece. La biblioteca está casi vacia somos nosotros dos y la bibliotecaria. Lo observo con atención, sin despegar la mirada de sus movimientos, no me importa sí me atrapa mirándolo, no me importa escuchar como su voz me agrede sin la misma energia que antes. Solo me importa estudiarlo, entenderlo; tratar de comprender porqué realmente me odia y porqué aquel odio lo llevo a cometer tan atrocidad.

Sus ojos se despegan unos segundos del pergamino en el que esta escribiendo, en el instante en que choca su mirada con la mia en el mercurio de sus ojos cruzan fugaces muchas emociones, el odio, la sorpresa, un astibo de pena y finalmente nada. Mira hacía la ventana a su derecha ocultando sus ojos de mi estudio; un rictus de amargura se dibuja en sus finos labios. Vuelvo mi atención al libro que deje abandonado, más en mi cabeza quedo dando vueltas lo que descubri en los ojos de Malfoy. ¿Sería posible que esté atormentado por sus actos? ¿Una persona como él puede albergar arrepentimiento? ¿O la pena que vislumbre en su mirada era producto de no haberme matado cuando tuvo la oportunidad? No voy a dejar que estas dudas me abrumen. Paciencia Hermione, paciencia. repito mentalmente. Todo por su peso cae. Todo por su peso cae. Todo por su peso cae.

Voy camino al gran comedor, no siento apetito, tengo un nudo en la garganta. Puedo valorar ahora cosas que antes pasaba con normalidad. Puedo darme cuenta que nunca mas cenare con mis padres, que nunca mas elogiare la comida de mamá, o que compartire una taza de té y un libro con papá. Me arden los ojos, y una lagrima traicionera se hace su camino hasta la comisura de mis labios. No quiero llorar, eso no los haria felices. Ellos merecen que sonria, que me aferre a lo que me quedo de vida y que avance. Es tan dificil por momentos. Y las sonrisas de compacion que recibo a cada paso no dejan de hacerme sentir miserable. Harry y Ron me esperan en la entrada al gran comedor, mis hermanos del alma, mis mejores amigos; mi sostén en esta miseria que me toca vivir. Les sonrio alejando las lagrimas que fluyen de mis ojos, imprimo cuanta felicidad puedo en esa sonrisa, pero se qué es falsa, nunca toca mis ojos nebulosos.

Al entrar muchos ojos se fijan en mi. Mi apariencia deja mucho que desear, ya ni me molesto en arreglar mi indomable cabello; y mis ojos lucen enrojecidos por el llanto. Camino mecanicamente, flanqueada por mis amigos a cada lado, tratando en vano de escudarme de las miradas indiscretas que me lanza el resto del alumnado. Nos sentamos en la mesa de nuestra casa. Los temas triviales me ayudan a desconectarme, hablo con Neville sobre su proyecto de Herbologia, Ginny me cuenta sobre una novela muggle que esta leyendo, Ron y Harry hablan de Quiddich. La cena transcurre armoniosamente, me obligo a comer y a no dejar de charlar. Mi vida debe continuar, el dolor no debe suerarme.

Mis padres estaban orgullosos de mis logros academicos, cuando les conte qué me convertí en premio anual hicieron una cena en mi honor y mi mamá preparó sus clásicas galletas de miel y avena que tanto me gustaban de niña. No se que tan felices y orgullosos estarian hoy si supieran que comparto torre con su asesino. Harry habia puesto el grito en el cielo cuando se entero, y trato por todos los medios; usando su nombre como pasaporte para que McGonagall me cambiara de torre. Mas fueron en vano.

-La señorita Granger es una persona práctica, no se dejará amedrentar por su compañero de torre; y en tanto ella no tenga una queja, yo no voy a autorizar el cambio.

Y con eso el tema estuvo zanjado. Y a decir verdad no me molesta en lo absoluto; cada uno tiene su habitacion y no cruzamos mas palabras que aquellas hirientes que siempre nos caracterizaron, pero que ya no afectan en igual medida; perdiendo asi todo poder. Mi rutina es sencilla, encerrarme en mi habitación, dormir, ir a clase, gran comedor, ir a la biblioteca, cenar, encerrarme en mi habitacion. Asi que si lo veo a Malfoy es tan solo en clase, biblioteca o comidas.

Ron a veces me pregunta qué siento. Y solo atino a decirle la verdad. Nada. No siento absolutamente nada. Ni miedo por compartir torre, ni odio por lo que hizo, ni desprecio por su libertad, ni rencor por la justicia que no llega aun. Nada. Vacio. Suelo referirme a Malfoy como una coraza vacia, pues lamentablemente los dos en ese sentido somos iguales; mas por distintas causas.

Me asusta la normalidad con la que avanzo. No dejo de ser aplicada ni de abstraerme en mis deberes, pero ya no levanto la mano para responder, ya no me obsesiono hasta la histeria por el estudio. Lo hago y punto. Hablo de temas banales, hasta me rio en algunas ocaciones; pero cada noche, luego de asegurar mi habitacion con todos los hechizos protectores y hasta en ocaciones insonorizando la misma; me quiebro y dejo que todo lo que asumo no sentir se vuelque atraves de mis ojos e hipidos. Me desgarro la garganta gritando al vacio esperando que asi el dolor merme. Mas no lo hace, solo se estanca y crece; amorfo, profundo y lleno de espinas. Es mi momento de debilidad; es el único momento en el que realmente lo odio. Pero no lo odio por lo que hizo; lo odio por´ obligarme a vivir con este dolor. Mas cuando el sueño me vence, cansada, seca y sin voz; lo pienso mejor, y me doy cuenta que no lo odio realmente; que odiarlo seria darle un poder para destruirme que no tiene. Si lo odio le estoy permitiendo convertirme en lo qué es él. Y reflexionando en eso me entrego Morfeo, dejando que su magia me arrastre al mundo utopico donde mis padres aun viven. Donde no me siento hueca.

La noche pasada descanse como nunca; sintiendome renovada y con una fortaleza irrompible empiezo mi día yendo a la primera clase. Encantamiento con Slytherin, mis amigos me esperan en la puerta mientras los alumnos de las dos casas entran al salon y se acomodan en sus asientos. Los saludo con la mano y nos acercamos a nuestros puestos. Durante la clase ayudo a Ron con sus encantamientos y asesoro a Harry sobre el proyecto final. Se me pasan volando las horas y las clases; el almuerzo llega pero antes de ir al gran comedor me despido de mis amigos. Debo ir a la biblioteca a buscar un libro para la siguiente clase.

La señora Prince me reprende por el numero de libros que pido; alegando que los devuelva en tiempo y forma antes de la cena. Me despido de ella; y salgo apresurada sabiendo que sólo me quedan 15 minutos para almorzar algo antes de la clase siguiente. Mas al doblar en un pasillo casi corriendo chocó de lleno con aguién y caigo sobre esa persona.

-Quitate sangre sucia, ensucias mi uniforme- sisea su voz en mi oído, soplando algunos cabellos sueltos de mi coleta. Su aroma a menta y perfume frances; inunda mis fosas nasales y me marea. Trato de incorporarme pero un dolor punzante en mi tobillo me lo impide.

De un empujon nada cortés; Malfoy me quita de encima y se levanta alejandose unos pasos; mientras un quejido involuntario abandono mis labios debido a la brusquedad del movimiento. Levanto mi mirada a su rostro, parece tallado en granito, serio, imperturable, pero una mueca de desprecio curva sus labios. Mas sus ojos son lo que mas llaman mi atencion; otra vez esta ese dejo de pena, de dolor. Y tan rapido como lo veo se desvanece dando lugar a la hostilidad. Me mira sentada en el suelo, y gira su cuerpo volviendo por el camino que llego.

Atontada por el sacudon, el aroma y el dolor; me levanto cuando no escucho sus pasos alejarse. Cojeo un poco, tendria que pasar por la enfermeria; pero no quiero agregar otra sonrisa consoldora a mi lista. Cojeando, y maldiciendo a Malfoy; sigo mi rumbo al gran comedor.

Luego de disimular mi cojera y aguantarme el dolor al apoyar mi pie herido, mordiendome la lengua; llego a mi mesa y me siento sin ningun tipo de elegancia. Arrasó con lo que queda para servirme, y observo a mis compañeros charlando amenamente.

Harry esta leyendo el Profeta, y su ceño choca contra el marco de sus lentes. Algo no anda bien; observo la portada, ahogando una exclamasion cuando leo el titular.

"Gran masacre en una comunidad muggle en las afueras de Londres. Al menos 500 muertos entre ellos magos y brujas hijos de muggles. Se investiga la pista de un ataque terrorista por parte de Mortifagos. Mas información pag. 16"

La guerra avanza dia a dia. Hay perdidas de los dos bandos, es dificil confiar en nadie. Los aurores hacen hasta lo imposible por suprimir las fuerzas del mal; pero parece inutil, ellos siguen cobrando sangre. La gente sigue muriendo; todo sigue su curso. Tiempo y paciencia es todo lo que necesitamos para que Harry al fin pueda vencer. Para que las masacres acaben, y la justicia haga su magia. Para que no haya mas huerfanos arrancados de sus padres por las batallas; para que mis padres descansen en paz. Para que juzguen a Malfoy. Paciencia. Todo por su peso cae. Y él va a caer.