¡OTRA VEZ! Llegaría tarde a clases -de nuevo- pensó mi subconsciente, ya era la segunda vez de la semana que me pasaba eso, pero lo peor de todo era que ésta mañana tenía clase de matemáticas con el señor Berty, caracterizado por siempre llegar puntual y no tener ni una poquita de consideración por esos alumnos que se retrasaban unos minutos.

Estaba cruzando hacia la acera de mi escuela -que estaba a pocas cuadras de mi casa-, pero había dormido tan poco, que ni la corta distancia que existía entre ambas me podía hacer llegar a tiempo. Caminada a grandes zancadas –si corría era probable que sudara- tenía una piernas largas, creo que era lo mejor de mi cuerpo, la verdad no era bonita, mi madre no se cansaba de decirme que era la niña más hermosa de toda Inglaterra, pero claro, todas sus madres les dicen a sus hijas que son tan bellas como una flor con rocío de la madrugada.

Las puertas de la escuela estaban cerradas, no por la ausencia de alumnos, como suele ocurrir los fines de semana o en las vacaciones, sino porque todos ya estaban adentro, en sus clases correspondientes; llegué en frente de la puerta dando tropezones, toqué fuerte –seguramente estaría un prefecto o algún conserje- me abrieron casi al instante. ¡Gracias a Dios! Era Norman, mi joven maestro de alemán, era mi maestro favorito, y yo era su alumna favorita.

-¿Qué haces ahí Ximena?, ¿otra vez tarde? Vamos, entra- yo me había quedado atónita en la entrada por el milagro de que fuera él y no la directora o algún maestro al que le hubiera causado problemas y culminara su venganza reportándome por mi retraso.

-¡Oh maestro ¡ Gracias al cielo que es usted, ¿puedo pasar a mi salón?, por favor, tengo al señor Berty, seguro me matará- Dije juntado las manos en forma de súplica casi poniéndome de rodillas delante de él –eso sería un poco vergonzoso-

-Bien, puedes pasar Ximena, pero por favor, trata de no llegar tarde de ahora en adelante, si tienes algún problema me lo puedes contar, pero si me ven dejándote pasar me pueden reprender por no reprenderte yo a ti- dijo frunciendo el ceño y levantando el dedo índice en mi dirección –¡Oh no!, está en plan de maestro mandón-

-Bien, lo intentaré, gracias- murmuré empezando a retomar mi caminata rápida hacia mi aula. Cuando llegué y abrí la puerta de sopetón todos se volvieron a verme, incluidos esos ojos verdes que tanto me volvían loca, me sonrojé al instante al verlos y que al verme me sonrieran quedando al descubierto sus dos hoyuelos al costado de su bella sonrisa, bajé la mirada a mis zapatos azules que había dispuesto para mi conjunto de pantalones ajuntados y blusa holgada color beige.

-Perdone mi retraso, ¿puedo pasar maestro?- dije con pocas esperanzas y decidí levantar mi mirada hacia él, ya que se me hacía muy grosero hacerle una petición sin mirarlo a los ojos, aunque se me hizo mucho más grosera la expresión de éste, frunciendo mucho sus cejas y entreabriendo su boca emitiendo un pequeño gruñido como diciendo: "¿Qué se cree ésta chiquilla para interrumpir mi clase con su horrible y tardada presencia?"

-No señorita, sabe cuál es el horario de entrada y usted ha llegado seis minutos tarde- dijo levantando su brazo derecho mirando su reloj de aspecto pesado para corroborar su afirmación.

Antes de que yo pudiera reclamar algo, una persona gritó.

-¡QUE INJUSTICIA¡- Al momento que decía esto se ponía de pie, era mi chico de los ojos verdes ¿qué hacía? –Señor Berty, me parece una verdadera falta de justicia de su parte, hace dos minutos llegué yo y con toda la amabilidad del mundo me ha dejado pasar sin pedirme ninguna explicación por mi tardanza, creo que la señorita tiene los mismos derechos que yo, y si no mal recuerdo usted ha cometido una falta conmigo, usted había dispuesto una hora de llegada y yo la he traspasado, pero aun así me ha dejado tomar su clase- dijo impartiendo su justicia entre el maestro y yo, me quedé con la boca abierta ante su intromisión para que me dejaran pasar, echando de cabeza al maestro con su poca ética para la igualdad entre la clase, mientras toda ésta también miraba atónita a mi chico que seguía enfrentándose a un duelo de miradas con el maestro, él no sabía que decir, seguramente lo había dejado pasar porque era su alumno estrella, todo el mundo sabía eso.

-Señor Styles ya que me pide justicia he decidido que es justo que la señorita tome su lugar y usted salga del aula para compensar los valiosos minutos perdidos de mi clase, ¿le parece bien?- le dijo el maestro Berty a Harry asomando una pequeña sonrisa de venganza ante vergonzosa declaración de su alumno favorito ¿o ya no?

-¡Perfecto!- dijo Harry levantando las manos en modo conciliador también sonriendo iluminándosele los ojos, pero no del mismo brillo con el que me había visto llegar, sigo con uno lleno de furia e ironía. Tomó su mochila y recogió su cuaderno metiéndolo en ella, yo estaba que ardía de vergüenza, el maestro esperaba con las manos cruzadas y el gesto enfurruñado a que Harry saliera, cuando paso a mi lado no levantó la cara para mirarme y yo no intenté llamarlo ¡Oh no!, creo que estaba enojado conmigo, cuando salió azotó a puerta, haciendo que ésta retumbara después del violento trato que había recibido, yo me estremecí.

-Tome asiento señorita Brooks- dijo molesto porque yo tuviera la oportunidad de tomar su clase gracias a su brillante alumno, estaba claro que no le agradaba nada al maestro Berty.

Yo me encaminé a mi lugar que era una fila separada del lugar que había dejado Harry, entre su banca y la mía estaba Jerry, un chico pelirrojo que siempre me miraba con su amable sonrisa, era muy callado y dibujaba muy bien, me hizo un gesto de asentimiento y bajó la vista a lo que parecía ser un dragón naranja lanzando llamaradas azules a un guerrero fuerte y con cabellera rubia, sonreí en dirección al dibujo, valla que era bueno.

La hora de matemáticas pasó lenta, yo estaba muy preocupada por la reacción que haya tenido Harry, no entendía bien porque se había enojado conmigo –al menos eso es lo que había entendido cuando pasó a mi lado ignorándome- pero, ¿por qué había intervenido por mí? Lo conocía muy poco, llevábamos cuatro meses siendo compañeros de clase de matemáticas y biología, aunque debía admitir que me gustaba desde el primer día que llego retardado y me miró como ésta mañana, no entendía sus sentimientos por mí, cuando me veía pareciera que su cara se partiría de tanto sonreír, pero cuando estamos en clase se comportaba como cualquier otro compañero, sólo una vez me había hablado para disculparse por darme un pequeño empujón al pasar a mi lado, cuando sentí su roce sólo esa vez, fue tan mágico, sentía electricidad por todo mi cuerpo, pero claro, esa experiencia no se había vuelto a repetir –por desgracia- me alarmé cuando oí la campana que anunciaba el cambio de clase, tenía Alemán.

Cambié de aula y saludé a Norman que yacía sentado en su escritorio leyendo un libro de Shakespeare, al parecer Romeo y Julieta, ¡Ah! Un clásico que nunca pasaría de moda, y por raro que resultaría a mí no me gustaba, de hecho sentía un poco de odio hacia esa obra, era ilógico creer que unos chicos de 13 y 16 años tuvieran un romance de 3 días que resultara un fracaso dejando muertes a su paso incluyendo las de ellos, su amor nunca se vio culminado aunque otras personas creen que lo hicieron cuando ambos murieron por amor, en fin, nunca entenderé esa clase de amor.

-Ya deje eso- le dije en tono apaciguador al maestro que estaba muy adentrado en su lectura pareciera que estaba a punto de citar algo que le había parecido excelso.

-¡Que dice Brooks!- dijo con sonrisa irónica.

Empecé a reírme como tonta tomando lugar en mi asiento que era hasta en frente, era la única clase donde estaba en la primera hilera, ya que en todas me alejaba lo más posible, sólo era buena en ésta clase. La hora pasó muy lenta no vi a Harry cuando salí de matemáticas y eso me tenía muy ansiosa, estábamos traduciendo un párrafo de Romeo y Julieta del alemán al auténtico inglés. Parte de éste decía:

"Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza"

No podía negar que amaba ese romanticismo con el que se escribió ésta obra, ojalá hubiera aún escritores así de buenos, ahora entiendo porque todos amaban los clásicos.

Al fin había acabado la clase, entonces seguía el receso, me dirigí a la cafetería, no tenía muchos amigos, pero me llevaba bien con Scott que era alta, castaña y ojos azules muy hermosos, y con Zayn, él era alto, desgarbado, de cabello corto y negro como la tinta, en realidad era muy muy guapo, no entendía porque se juntaba conmigo, había tantas chicas que añoraban estar con él y éste venía con Scott y conmigo, esto provocaba que todas sus pretendientes me miraran con envidia y hablaran a hurtadillas de mí, más de mí que de Scott, porque se acercaba más a mí que a ella, pienso que si algún día quisiera estar sola Zayn también tomaría su camino, ya que no entablaba mucha conversación con ella.

-Que tal tu día Xime- Me preguntaba Zayn sonriéndome con sus dientes perfectos.

-¡Oh vamos!, no me digas así que pienso otra cosas- dije poniéndome colorada ante tal declaración de mi parte, pero es que era cierto, odiaba que siempre Scott se burlara con eso.

-JAJAJAJA bien Mena, tranquila, yo no pienso de esa forma- me dijo tomándome de la mano –lo cual siempre hacía- meneándola de atrás para adelante como niños pequeños corriendo por la pradera, esto hacía que todos nos voltearan a ver y me pusiera aún más roja.

-¡Hola chicos!- Scott anunció su llegada corriendo y pasando en medio de nosotros dos rompiendo nuestra tomada de manos.

-Hola, ¿qué tal Scott?- La saludaba Zayn con una sacudida de mano al aire, - en general a mí sólo me saludaba de beso en la mejilla-

-Aceptaron mi propuesta para el periódico escolar, van a dar un espacio al "Escritor del mes" todos pueden participar para que una breve historia de autoría sea publicada en todas la ediciones de un mes completo- dijo como si nada, todo lo que proponía Scott era realizado, tenía un poder para la palabra y todos admiraban sus esfuerzos por cambiar nuestra escuela.

-Me alegro mucho por ti Scott- le dije tomándole ambas manos, entonces ella sonrió ampliamente y optó por abrazarme, esto me tomó por sorpresa, pero su abrazo me acogía muy bien.

-Vayamos a comer algo chicas- Sugirió Zayn torciendo el gesto –Tengo mucha hambre-

Después de un balanceado desayuno -al menos para mí- acompañado de bromas y hablando de cómo nos fue a los tres en lo que iba del día, nos dirigimos a nuestra aula, Scott tenía Historia Universal, mientras que Zayn iba conmigo a Biología, al fin podría ver a Harry.

En cuánto entramos al aula pude descubrir que se encontraba ahí, pero ahora no lo ví a causa de sus penetrantes ojos verdes, vi su brillante y rizada cabellera color chocolate, ¡Ah! Amaba su cabello, tenía ganas de entrelazarlo entre mis dedos, sentir su suavidad, se encontraba recargado en su banca con los brazos a la altura de su frente, en esa clase me sentaba atrás de él, cuando lo hice en silencio para no molestarlo, pude admirar su bien formada espalda ¡Ah! Me dio un estremecimiento que bajó por toda mi columna vertebral, era una extraña sensación, pero muy placentera, estaba claro que éste chico me traía arrastrando las banquetas. Al parecer mi estremecimiento llegó hasta él y de repente se irguió como una vara y se volvió para mirarme, se me heló la sangre mientras me miraba con la boca y el ceño fruncido, poco a poco fue cambiando se expresión hasta que se volvió suave y como su estuviera satisfecho consigo mismo, volvió a girar su cabeza y se inclinó de nuevo hacia adelante, que extraño. Yo seguía sin moverme en mi lugar, creo que había quedado en shock, entonces empezó la clase con el maestro Banner nos estaba dando una Introducción a las fases de la Mitosis, a los pocos minutos Harry volvió a mirarme, por un largo minuto me estuvo mirando sin decir nada, el maestro no se percataba estaba del otro lado del aula explicando más detalladamente el tema a una chica que estaba deseosa de obtener más información, yo bajé la mirada a mis dedos sonrosados mientras él me seguía mirando, cuando lo hice tomó mi barbilla entre sus manos obligándome suavemente a seguir mirándolo, cuando lo hice el me soltó y siguió observándome, con expresión relajada y una pequeña y sincera sonrisa dibujada en sus rostro, yo fruncí el ceño, ¿qué le pasaba? ¿Por qué no decía nada? ¿Por qué me miraba así? Al tiempo que lo fruncí él también lo hizo.

-¿Qué pasa?- Su pregunta me desconcertó, ¿a mí? Él era el raro ¿no?

-¿Perdón?- Respondí parpadeando exageradamente, al parecer éste gesto le divirtió ya que sonrió como cuando me vio ésta mañana con sus adorables hoyuelos y ese brillo especial en sus ojos. No lo pude evitar y yo también sonreí, pero bajé la mirada instintivamente. Él me levantó la cara de nuevo con sus suaves y electrizantes dedos.

-No bajes la vista, me gustan tus ojos- ¡Oh! Valla, esto me tomaba por sorpresa, no habíamos hablado por meses y él me decía que le gustaban mis ojos –los cuáles eran castaños brillante- nada especiales.

-A mí… me gustan los… tuyos- le dije balbuceando mirándole directamente a los ojos, esos hermosos ojos verdes, esos sí que eran especiales

-¡Oh! Valla- Parecía sorprendido, era extraño que hubiera expresando mis pensamientos pasados con su bella voz como el terciopelo, ¿por qué le sorprendía tanto? El eran tan guapo, conocía a muchas chicas a las que les gustaba.

De pronto miró sobre mi hombro y se volvió hacia enfrente, ¿qué? ¿Eso era todo?, a los pocos segundos tenía a Zayn colgado de mi cuello, hablándome cerca de mi oreja sintiendo su suave y abrazador aliento por toda mi mejilla.

-¿Entendiste algo? Me preguntaba demasiado cerca para mi gusto.

-Eh… aquí están mis apuntes, ¿los quieres?- dije un poco desconcertaba viendo la espalda de Harry y entregándole el cuaderno de Zayn, éste lo tomó, pero en lugar de verlo lo dejó en mi lugar y cogió mi mamo, de pronto lo miré algo confundida, el me miraba sonriendo.

-No, la verdad es que quería platicar un poco, y el maestro Banner me vigilaba- dijo sacudiéndose su cabello también un poco confundido por mi reacción –Te quería preguntar si quieres ir a comer una hamburguesa al salir del colegio- me dijo esperanzado.

-Hummm… creo que no tengo nada que hacer, si, ¿por qué no?- dije intentando sonreírle, pero la verdad es que aún pensaba en las palabras de Harry.

-Bien- dijo rebosante de alegría, pareciera que se pondría a dar saltitos de la emoción, no entendía su reacción, luego se marchó a su lugar porque le maestro lo había pillado hablándome de rodillas.

Después de eso Harry no volvió a mirarme y yo tampoco le hablé.

Cuando sonó el timbre él salió disparado mientras yo aún sentada en mi banca lo veía partir.

Las dos clases que quedaban para salir pasaron volado, seguía pensando lo desconcertante que me sonó Harry al decirme eso, la maestra Marks de artes me tuvo que repetir una pregunta porque estaba muy distraída.

A la hora dela salida Zayn me esperaba con su resplandeciente sonrisa recargado en una pared, yo le devolví la sonrisa.

-¿Lista?- Me preguntaba con un entusiasmo poco común.

-Lista- Respondía tomándolo de la mano, la verdad esto ya me parecía muy normal porque sabía que sólo éramos muy buenos amigos, pero Zayn se sorprendió ya que era él el que siempre me tomaba a mí, pensé que le había molestado así que intenté zafarme, pero me agarró con más fuerza así que no pude.

Tuvimos una tarde muy amena comiendo en McDonald's unas hamburguesas, papitas y refrescos, reíamos como tontos recordando cosas graciosas que hacíamos cuando pequeños, Zayn era muy divertido, ahora entendía porque les gustaba a las chicas –bueno, aparte de su bien desarrollado cuerpo-

Cuando salimos del establecimiento empezó una leve llovizna, yo sólo traía un sweater ligero y Zayn traía una chamarra enorme, que podía abrigarlo muy bien, sin embargo nos cubrió a ambos pasando su brazo izquierdo detrás de mis hombros.

-No queremos resfriarnos ¿verdad?- me decía mirándome a los ojos sonriendo, yo sólo asentí y bajé la mirada a mis manos, sentía cómo enrojecía.

Corrimos unas pocas calles, McDonald's estaba a los alrededores de mi casa, nos reíamos mojándonos con los charcos, estábamos empapados de la cintura para abajo.

Cuando llegamos al raso techito de la puerta de mi hogar, intenté abrir con mis llaves que ya tenía en las manos, pero Zayn me las sujetó y yo lo miré sorprendida, sus bonitos ojos cafés –que eran iguales a los míos pero con un brillo especial- me miraban como tratando de decir algo, pero no podían, como no se le ocurría nada de pronto se fue acercando más a mi aún con sus ojos mirándome, soltó mis manos y jaló de mi barbilla hacia su boca, la suya se quedó suspendida a escasos centímetros de la mía y yo me quedé sin aliento, sentía como nuestros corazones palpitaban a un ritmo muy acelerado, de pronto tuve un acto involuntario y fui yo la que pegó mis labios a los de él ¿qué estaba haciendo? De repente ya no pensé más cosas y sólo me concentré en la perfecta combinación que hacían nuestras bocas, Zayn se había quedado pasmado así que fui yo la que continuó el beso, pegándome más a él, dejando caer al piso mis llaves y cogiendo sus cabellos negros entre mis dedos –algo que quería hacer con Harry, pero lo estaba haciendo con Zayn- entonces el reaccionó y también soltó su chamarra y ésta cayó en el suelo mojado con un golpe sordo, me tomó de la cintura y me pegó aún más a él, creo que ya no podíamos estar más juntos , sentía ardor por todo mis ser, era como si nos estuviéramos fundiendo en éste beso tan apasionado, nunca había besado a un chico, pero a la vista de una persona ajena a todas éstas sensaciones parecía una experta besando hombres, mientas mi mente procesaba todo esto había una danza del lenguas jalando y buscando más y más espacio donde pasar su ráfaga de fuego, pronto nos quedamos sin aire y despegamos nuestras bocas, pero juntamos nuestras frentes sin abrir los ojos jadeando en busca de aire, pero también de más.


Hola, espero que les haya agradado, ésto es lo primero que escribo, soy nueva haciendo fics, quiero agradecer la incondicional ayuda de Mary (: eres la mejor, espero que ésto no se vaya al olvido y desearía que alguna persona se tomase el tiempo para leerlo y seguir la historia. Espero sus comentarios o sugerencias bien recibidas para que cada día mejore un poco para complacerlas (: