N/A: Hola queridos lectores. Os traigo una nueva historia, mi primer crossover. La idea surgió de un fic que leí la semana pasada llamado "The Legerdemain Conspiracy". La premisa está cogida de ahí pero decidí cambiar ciertas cosas y llevarlo a mi terreno. Por supuesto, le consulté a la escritora y me dio su beneplácito. Así que esta historia está dedicada a DeejayMil : Gracias por tus ánimos y ayuda.

Este fic relata las aventuras de nuestros chicos durante su estancia en Hogwarts. Son escenas cotidianas de su vida en la escuela de magia más famosa del mundo. Si el fic tiene buena aceptación posiblemente lo continúe en su etapa de aurores contra el crimen. No os asustéis si no los veis todavía a todos porque los he separado por edad y hasta el capítulo 4 no aparecen el resto. Y sí, voy a explotar mi tandem estrella. Dicho esto, espero que lo disfrutéis tanto como yo.

La selección transcurre en 2005 (año en el que se comenzó a emitir MC), así que los hechos de Harry Potter son previos, dado que la batalla de Hogwarts transcurre en 1998. Esto quiere decir que no coinciden en la escuela ni con la generación de Harry ni con la de los hijos de éste, que ya es un auror.

Además, y si no me equivoco, este es el primer fic en español de este tipo dentro del fandom de Mentes Criminales.

DISCLAIMER: LOS PERSONAJES Y MUNDOS DE MENTES CRIMINALES Y HARRY POTTER NO ME PRETENECEN, SON PROPIEDAD DE CBS Y J. .


Capítulo 1: Luz, fuego, selección (Curso 1)

Todo parecía un sueño, el sueño más maravilloso que había tenido nunca. Aaron era un mago, o al menos eso le había dicho la Profesora McGonagall, directora del colegio Hogwarts de magia y hechicería. No lo hubiera creído de no ser porque tras ofrecerle una explicación y una carta de admisión, la profesora se convirtió en un gato. ¡Se convirtió en un gato! Esa fue la primera muestra de magia que vio, pero no sería ni mucho menos la última: un tipo enorme llamado Hagrid le acompañó a un callejón secreto donde vio las cosas más extrañas y alucinantes que había visto nunca: duendes, elfos, lechuzas en jaulas, objetos extraños que levitaban, adultos haciendo literalmente magia, …

Y ahí estaba, en el vagón del expresso que le conduciría a su nueva vida. A su lado iba un chico ligeramente más alto que él. Vestía demasiado elegante como para ser un niño de su misma edad. Notó que el chico le miraba atentamente.

-Soy David Rossi, pero puedes llamarme Dave. -Le saludó amigablemente.

-Aaron Hotchner, pero me gusta que me digan Hotch.

-Un placer, ¿Quieres una rana de chocolate? -Preguntó ofreciéndole una cajita azul de forma pentagonal. Aaron lo miró extrañado sin saber qué hacer. Finalmente la aceptó y la abrió, dejando al descubierto una rana de color marrón. Aaron la contempló fascinado, parecía real. Sin previo aviso, la rana saltó pillándole por sorpresa y se escapó por el pasillo del tren.

-¡Se escapa! -Exclamó intentando ir tras ella. Sin embargo, alguien se puso en su camino, dándose un fuerte coscorrón.

-¡Auch! -El otro accidentado resultó ser una niña.

-Lo siento. -Se disculpó observando como la rana subía por un cristal y saltaba por la ventana. La niña se dio cuenta de lo que había sucedido.

-Ni que nunca hubieras visto una rana de chocolate…

-Creo que es hijo de muggles. -Apuntó Dave. La niña le miró interesada. McGonagall había mencionado esa palabra.

-¿Si? ¡Qué guay! -La niña parecía entusiasmada. -Oye, ¿me podrías explicar para que sirve exactamente eso a lo que llamáis wifi? Siempre me ha parecido una palabra graciosa… -En ese momento sonó un aviso indicando que se tenían que poner las túnicas porque estaban llegando.

-¿A qué casa pensáis que os van a mandar? -Preguntó Dave.

-¿Casa?

-Hogwarts se divide en un sistema de cuatro casas acorde a cada uno de los cuatro fundadores de la escuela.

-Sí, un sistema que fomenta la competitividad en lugar del trabajo en equipo. -Se quejó la niña.

-Eso no es cierto. Se fomenta tanto la competitividad como el trabajo en equipo y de esa manera, los que mejor hayan trabajado durante el curso ganarán la copa de las casas.

-¿En serio te crees ese rollo? -Preguntó la niña ganándose una mirada de odio. El tren empezó a pararse.

-Vamos, Aaron. -Dijo Dave poniendo un brazo por encima de los hombros de su nuevo amigo. -Mi padre me dijo que el sombrero seleccionador tiene en cuenta tus preferencias, así que pídele ir a Ravenclaw, la casa de los inteligentes. ¡Está hecha a mi medida!

Al salir del tren un hombre enorme con mucho pelo les esperaba para llevarles en unos botes hasta el colegio. La vista del castillo era majestuosa y Aaron no fue el único en contemplarlo con la boca abierta. En su camino hacia la sala principal, oyó comentarios de todo tipo y no pudo evitar preocuparse sobre cómo sería capaz de hacer magia. Pese a lo que decía la niña del tren, si parecía importante eso de las casas. Precisamente fue la niña quien llamó su atención cuando se puso a discutir con Dave.

-¿Ves? ¡A eso me refería! Siempre hay una casa que es menos popular y se burlan de ella…

-Nadie quiere ir a Hufflepuff. -Replicó el chico con una sonrisa de medio lado. -No salen buenos magos de ahí.

-¿Bromeas? ¿Acaso tu brillante mente no ha leído acerca de Newt Scamander o Amelia Bones? -Una aguda voz que Hotch reconoció inmediatamente llamó su atención.

-Señorita Prentiss… -McGonagall caminó hasta ella. -A su madre no le hará ninguna gracia enterarse de que está peleando antes incluso del banquete inaugural. -La niña, lejos de molestarse o asustarse sonrió ampliamente. -Y señor Rossi, tal vez debería recordarle que en Hogwarts somos una familia y todos los estudiantes tienen las mismas oportunidades, pertenezcan a una casa o a otra. Llegar a ser un gran mago no depende de la casa en la que sean seleccionados sino de lo mucho que estudien y trabajen.

-Sí, señora. -La profesora explicó el método de selección y les condujo por el pasillo del salón comedor hasta un taburete. McGonagall empezó a decir los nombres por orden alfabético. Los alumnos se fueron sentando uno a uno en el taburete y la profesora les colocaba el sombrero que acababa exclamando uno de los nombres de las cuatro casas: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw o Slytherin.

-Aaron Hotchner. -Su turno llegó y caminó intentando ocultar su nerviosismo

-Mmmm… -Se estremeció al oír la voz del sobrero seleccionador. Era una sensación muy extraña oírle en su cabeza. -Difícil elección… Eres astuto y ambicioso, pero también leal, justo y valiente. La mente también es buena… Hace tiempo que no lo tenía tan difícil… ¿Tienes alguna preferencia?

-Yo… no lo sé… -Había escuchado la canción del sombrero y ya sabía cuáles eran las características que buscaba cada casa, pero no tenía claro cuál era la mejor para él. Miró a Dave recordando que le había dicho que pidiera ir a Ravenclaw.

-¿Así que Ravenclaw? -Aaron no estaba nada convencido. -Tu sangre muggle te aleja de Slytherin.

-¿Por qué? Son las habilidades las que deberían llevarme a una casa o a otra, no mi sangre.

-Eso es tan inteligente como noble. ¿Pero vas a dejarte llevar por lo que te ha dicho un muchacho cuya familia siempre ha ido a Ravenclaw? -Su mirada se desvió hacia la chica del tren.

-¿Podríamos ser amigos si estamos en casas diferentes?

-Eso depende de vosotros, no de mí. -Aaron asintió.

-Haré que así sea.

-Creo que he decidido a qué casa mandarte un minuto antes de que te conviertas en un hatstall… ¡GRYFFINDOR! -Aaron corrió hacia su mesa donde todos los estudiantes le dieron una calurosa bienvenida. Minutos después McGonagall pronunció un nombre que captó su atención.

-Emily Prentiss. -La niña del tren subió con tranquilidad y se sentó en el taburete.

-Así que Prentiss… Eres curiosa y ágil de mente, serías una buena Ravenclaw; aunque también eres valiente y noble, la casa Gryffindor sería afortunada de tenerte…

-Señor Sombrero, he oído hablar de ti, dicen que tienes en cuenta las preferencias de los estudiantes.

-Curioso… realmente curioso… puedo leer la mente de todo aquel que me lleva puesto y sin embargo no logro descubrir a qué casa quieres ir…

-Mándame a Hufflepuff.

-No es común que un estudiante pida ir a Hufflepuff…

-Es que yo no soy común…

-Eres astuta, ¿seguro que no quieres ir a Slytherin? Toda tu familia ha pertenecido allí.

-Precisamente por eso. No sabes lo mucho que me gustaría ver la cara de mi madre cuando se entere de que he ido a parar a Hufflepuff. Además ¿Es la herencia importante en todo esto de las casas? ¿Un Gryffindor tiene que tener descendencia Gryffindor por haber pertenecido a esa casa? ¿Eso quiere decir que los Gryffindor son tan horribles padres que sus hijos se ven obligados a ser valientes para sobrevivir?

-Para un poco, ¿quieres? Este caso no lo veía desde el joven Sirius Black… Y hablando de Gryffindor, ¿teniendo en cuenta lo que has dicho, no sería más lógico que quisieras ir allí? Su rivalidad con Slytherin es legendaria.

-Sí, pero Hufflepuff es la casa más impopular y subestimada de Hogwarts. Realmente me parece algo injusto. Su fundadora fue la única que acogió a todos los estudiantes, pidiéndoles únicamente que trabajaran, cosa que me parece lógica en un profesor, muy por encima de si eres listo, valiente o tienes sangre pura. Moralmente fue mejor profesora que el resto de los fundadores, que eran unos elitistas; Helga no discriminaba a nadie.

-No sé… no creo que encajes en Hufflepuff…

-Está bien, no quería recurrir a esto, pero no me dejas otra opción… Con tu poder imagino que sabrás lo que llevo en el bolsillo de mi túnica…

-¿Cerillas? Los magos no usan cerillas…

-Todavía no sé convocar el encantamiento incendio, así que como no me mandes a Hufflepuff pienso prenderte fuego.

-¿Me estás amenazando?

-Sí. Si quieres puedes decírselo a la profesora McGonagall para que lo apunte en un pergamino y se lo mande a mi madre.

-¡Será posible!

-Solo tienes que gritar Hufflepuff, no es tan difícil. Lo has hecho durante mil años.

-¡No me voy a dejar chantajear por una mocosa de once años!

-La verdad es que mil años son muchos, ya es hora de que te jubiles… Además, hueles fatal. Me extraña que los estudiantes no se nieguen a ponerse un sombrero tan raído y sucio en la cabeza.

-¡Vaya! Hacía años que no había un hatstall. -Aaron preguntó qué era eso, según las palabras del sombrero él había estado cerca de convertirse en uno. Por lo visto un hatstall era un alumno cuya selección duraba más de cinco minutos. Era algo que no se daba a menudo.

Hotch observó cómo Emily metía las manos en los bolsillos. Se preguntó qué estaría discutiendo con el sombrero para que su selección durara tanto tiempo.

-SLYTHERIN. -Emily se levantó y tiró el gorro al suelo.

-¡Te dije que no me mandaras a Slytherin! -Los aplausos fueron sustituidos por las risas de los Gryffindors y el desconcierto del resto. La profesora McGonagall tuvo que apartar a la chica para que no acabara con el sombrero. ¿Eran cerillas lo que tenía en la mano? Una vez Emily se marchó a su mesa, la profesora sacudió el sombrero y dijo el siguiente nombre de la lista.

-David Rossi. -El chico subió y el sombrero fue colocado en su cabeza.

Otro Rossi! Ummm… interesantes aptitudes… ¿Sabes? La chica de antes tenía razón, tal vez sea hora de cambiar las tradiciones…

-¿Qué? ¡No! Por favor, toda mi familia ha ido a Ravenclaw.

-Tu lealtad hacia tu familia demuestra que mi instinto acertará… ¡HUFFLEPUFF! -Dave tardó en reaccionar y se dirigió hacia su nueva mesa. Pese a que ofreció una sonrisa amigable a los de su casa, Hotch pudo ver un rastro de decepción en sus ojos. Aunque eso era mejor que renegar de tu propia casa…


N/A: Por favor, hacedme saber qué os ha parecido con un review para saber si debo continuar con esta mágica locura. Hasta entonces...

¡Travesura realizada!