DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer... la admiro tanto!... okz okz... yo solo plasmo las ocurrencias de mi mente y juego con sus personajes.
Holaa chicas... espero k este OS les guste... enjoy!
Miré mi imagen en el espejo de cuerpo entero ubicado en el gran closet de mi habitación. El vestido que había elegido con la ayuda de mi madre me favorecía mucho. Muy pocas veces me ponía vestidos; me sentía más cómoda con pantalones de franela o leggins. Y qué decir del cabello. Mis rizos rebeldes siempre eran un problema. Cada día ya ni me importaba que se arreglaran. Solo los recogía en un moño o simplemente los dejaba caer libres. Ya me había acostumbrado a ello. Mi mamá decía que debía arreglarme un poco más, pero no le hacía caso. No me importaba cómo me veía la gente, y si no le gustaba mi estilo de vestir o mi apariencia física, era problema suyo; no mío.
Esta noche asistiría a una premiación por premiación de películas. ¿Han escuchado de los MTV Movie Awards? Sí, ese mismo. No, yo no soy actriz, ni directora, ni productora, ni guionista, ni diseñadora, ni nada de eso. Pero mis padres sí que lo eran… Dos de los actores más famosos y mejor pagados de Hollywood. Yo… bueno, con mis 22 años, acababa de terminar mi carrera de Publicidad. Estaba algo relacionado con la televisión, pero nada que ver con el cine. Eso era demasiado para mí. Pero no para mis padres. Ellos disfrutaban su trabajo y lo hacían estupendamente bien. No sabía cómo podían ser, cada uno protagonistas de diferentes películas y relacionarse tan cercanamente con gente que nunca habían visto antes, incluso interpretar a esposos o novios… con solo imaginarme que se besarían, hasta se tocarían… se dirían "te amo"… no creo que yo podría hacer eso.
Sin embargo, hoy estaba yendo a una de las premiaciones más importantes en que jóvenes en su mayoría votaban por sus actores y películas favoritas. Mis papás no eran jóvenes, jóvenes, pero tenían muchos fans. Desde que se dieron a conocer como protagonistas de una película de ciencia ficción cuando eran incluso menores que yo, ya no pararon. Y ahora, con sus 45 años, mi mamá, y 47, mi papá, seguían siendo un boom en los medios. Pero si con solo verlos, no les ponías ni 40 años. A pesar de que no se habían hecho cirugías, que yo sepa, seguían luciendo sin ninguna arruga. Claro que no pasaba lo mismo con las canitas, pero para eso estaba el tinte de cabello. Pero si nos miraban juntos, posando, parecíamos más hermanos que padres e hija.
Como dije antes, mis padres se conocieron en una película, que ganó muchos fans, muchísimos, y desde ese momento, los medios los seguían a todos lados. Los vinculaban íntimamente incluso antes de que hayan empezado alguna relación más allá de la amistad, pero al final terminaron casándose y teniéndome a mí. Cuando era más jovencita, me encantaba escuchar la historia de cómo se conocieron, y lo que sintieron al verse, y cómo no les importó que la prensa dijera mil y una mentiras de ellos ni que mucha gente estuviera en contra de su relación, ni que pensaran que se mostraban juntos por "publicidad". Se hicieron novios, y aunque al inicio fue un revuelo y fueron imagen de revistas, periódicos, páginas web, noticieros televisivos por meses, la prensa en general se cansó al ser ignorados y ya no tener más que decir… hasta que llegó la boda… y obviamente, cuando fotografiaron a mi madre con un polo tan suelto para que no se le notase el embarazo, pero que debido a un viento maligno, se le pegó al abdomen. La pillaron. Estaba embarazada. Cuando nací, según me dijeron mis padres, "era tan bonita que todos querían saber cómo me llamaba", pero ni mi papá ni mi mamá lo decían. Solo lo sabía la familia y amigos, y se les indicó a ellos que no hagan ningún tipo de declaración con respecto a mí o mi nacimiento. Si es que ellos no habían hablado, menos lo harían las personas cercanas y familiares. Ellos lo respetaron y así fue. Recién se enteraron de mi nombre cuando yo había cumplido 2 años. ¡2 años! ¿Pueden creerlo? Sí que mis papás hicieron un buen trabajo ocultando mi nombre. Sus amigos les decían que muchas revistas les ofrecían dinero, mucho dinero, para que les revelaran mi nombre, pero ellos no aceptaban. Esos eran verdaderos amigos. Pero todo cambió cuando una versión digitalizada de la invitación a mi cumpleaños número 2 circuló por el Internet. En minutos, todo el mundo se enteró finalmente que la misteriosa hija de Isabella y Edward Cullen se llamaba Renesmee Carlie Cullen Swan. Y me habían tomado tantas fotos antes, que todas las revistas me tenían en la portada. Recuerdo que cuando tenía 5 años, edad a partir de la cual puedo recordar muy claramente lo que sucedía a mi alrededor, habían varios fotógrafos en la puerta de mi escuela de preescolar. Mamá me protegía con su cuerpo, pero igualmente me molestó. Como no la dejaban pasar los periodistas, comenzó a jalarme de la manita y yo iba con los ojos casi cerrados debido a la luz de los flashes. Hasta que en un momento, recuerdo bien lo que dije: "Ya no me tome fotos porque me duelen mis ojitos, ¿por favor?" al día siguiente, volví a ser la portada de innumerables revistas. Hasta estaba en Youtube, y en un día, tuve más visitas que el cantante juvenil de pop más famoso del momento consiguió en un semana.
Mientras fui creciendo, los medios me fueron dejando de lado, y más cuando no me introduje en el mercado actoral, como los hijos de Will Smith o Dakota Fanning en su momento… incluso como mi madre misma. Pocos supieron cuando inicié mi carrera y fui fotografiada un par de veces, pero después de eso, dejé de formar parte de los personajes concurridos por los paparazis.
Hoy, no esperaba que cuando pasase por la alfombra roja, miles de fotógrafos se demoren en mí. Tal vez lo hubiesen hecho si fuese a llegar con mis padres, pero solo iba yo en su representación. Sí, ellos habían cancelado su asistencia porque hace una semana les había salido el permiso para que pasen 5 días en una isla, donde hicieron la secuela de la película donde se conocieron. El lugar se hizo tan famoso que estaba siempre ocupado por alguien. Y mis papás habían querido volver a ir, porque ya lo habían hecho antes. Entonces, una tarde vino mi mamá con un montón de bolsas de tiendas famosas en las manos y una sonrisa radiante. Entró a mi habitación y me mostró entusiasmada todo lo que me había comprado. La mayoría de cosas no las utilizaba a diario, pero igual se lo agradecí. Si bien no me vestía con las prendas normalmente, sí estaba al tanto de la moda. Aunque no todas las cosas "de moda" me gustaban.
Pero cuando terminé de guardar mis cosas nuevas, mi madre seguía ahí, entonces supe que algo más había allí. Y no fallé. Las siguientes palabras de mamá fueron:
-Hijita linda, preciosa, ¿irías a la premiación del fin de semana en representación de tus queridos padres? Di que sí; verás que te vas a divertir.
Claro, me divertiría mucho. Como conocía a tantas estrellas de cine, por supuesto. Mi madre sabía perfectamente que no me daban muchas ganas de relacionarme con personas famosas, prefería las personas normales, y poder salir con ellas a alguna parte sin estar viendo de un lado para otro, buscando encontrar in fraganti a algún paparazi fotografiándonos.
Conocía a pocos, por decir nadie. Solo a los amigos cercanos de mis papás. Y no es como que saliera con ellos a dar un paseo o tomar un café; solo los había tratado en fiestas de cumpleaños de mis padres o mías. Sin embargo, aún así, acepté. ¿Por qué? Mi amiga Claire me canceló, y Rachel, y Violet… nadie quería pasar el tiempo conmigo. Así que me dije "¿qué es mejor?" "¿Quedarse en casa… sola… en silencio… o ir a ese lugar… y al menos ver la presentación de mi banda preferida entre todas?" Ok, fui por la segunda. Así que aquí estaba, por salir y abordar el auto en el que nuestro chofer, Edmund, siempre llevaba a papá o mamá a eventos como este.
El vestido que estaba usando no se podía considerar "llamativo". Era rojo, a cuadritos, y no mostraba mucha piel. Además estaba llevando también una chaqueta de cuero negra (N/A: el modelo del que hablo se encuentra en mi perfil, por si quieren chequear). Estaba segura de que ni se darían cuenta de que estaba pasando por ahí cuando llegara. Sí, eso sucedería.
Pensando de esa manera, me subí con tranquilidad al auto. Era un Mercedes CLS (N/A: El modelo del auto está en mi perfil. Me gustaba mucho, pero nunca lo usaba. Yo prefería mi Mini Cooper Plug-in Electric (N/A: el modelo está en mi perfil). Me sentía muy cómoda con él. Sin darme cuenta, el chofer me estaba diciendo que ya habíamos llegado. No esperaba que me anunciaran, ya que todo el mundo sabía que mis padres ya no irían a las premiaciones, a pesar de que habían sido nominados en varias categorías. Y no era para menos. Después de años, habían hecho otra película juntos y eso había causado un revuelo universal. Las fanáticas se volvieron locas y a diario acampaban cerca de mi casa para conseguir un autógrafo o una foto de mi papá y mi mamá. Ellos amablemente aceptaban y les agradecían por lo que estaban haciendo, ya que sin ellos, sus carreras no serían tan exitosas que digamos. Así que, sin esperar que digan por el micrófono "Renesmee Cullen", bajé. Avisté a la persona que daba las presentaciones y le indiqué que no dijera nada. Estaba segura de que me haría caso, ya que, si bien no era muy famosa en los medios, todos se podían dar cuenta de que era una Cullen porque era idéntica a mi padre a excepción de mis ojos, iguales a los de mi mamá, y aquel presentador no quería tener una queja mía con alguno de mis papás.
Caminé con tranquilidad, mirando hacia el frente, aunque a veces bajaba mi vista ya que no quería tropezar con nada. Odiaba los tacones. Nunca podía caminar bien con ellos, y sabía que al final de la noche mis pies me dolerían horriblemente. Sentía los flashes en mi cara y uno que otro fotógrafo me reconocía y me pedía que viera su lente. Volteé hacia ellos y posé un momento. Solo duró un par de minutos, ya que justo detrás de mí venía una actriz juvenil que, según había leído en las revistas, estaba por estrenar la segunda parte de su película. Ella era la protagonista por supuesto, además de otro de los actores jóvenes más famosos, que había alcanzado casi tantas fans como lo hizo mi padre a su edad… casi. Su nombre: Jacob Black. Nunca había tratado con él; solo lo había visto en la televisión o en revistas. A veces pasaban entrevistas y me pude dar cuenta de que no se parecía mucho a mi padre, cuando él tenía su misma edad obviamente. A mi papá no le gustaba mucho la atención que le daban; él creía que no era tan atractivo y que su fama se debía al personaje que interpretaba y no a él mismo; sin embargo, siempre se mostraba amable y dispuesto tanto con la prensa como con sus fans. En otras palabras, era muy humilde. En cambio, este chico Black amaba su fama. Se le veía en los ojos. Era consciente de cuánto dinero le hacía obtener a las productoras de sus películas y también que tenía miles de fans por todo el mundo, y eso le hacía sentirse… superior. Esa imagen daba a conocer en sus tantas entrevistas y fotografías. Me parecía muy creído. Y que se le habían subido los humos. No tenía nada en contra de él, pero tampoco podía decir que me agradaba. Aunque… ejem… tampoco podía negar que era atractivo. El chico tenía lo suyo. Lo que más resaltaba de él: sus músculos. En cada película que hacía, era obligatorio que en alguna escena se sacara la camiseta y diera una vista perfecta de su torneado torso o sus fuertes brazos. Eso hacía a las chicas desmayarse y gritar alocadas. No decía que estaba bueno, pero no era para tanto. ¿En serio? ¿Gritar "Jacob, te amo" solo por eso? Bueno, tal vez no entendía bien todo esto porque no era una fan tan… repulsiva de algún actor o cantante famoso. Ok, lo acepto. Además, escuchaba a muchas gritarle lo mismo a mi papá, así que…
Cuando desaparecí de la alfombra roja, todos los flashes seguían dirigidos a la joven actriz, que se sentía más que halagada por la atención. Si Jacob me podía parecer una persona "no agradable, pero tampoco desagradable", Leah Clearwater era otra cosa. Ella no se molestaba en fingir humildad o mostrar modestia en cámaras. Ni siquiera en su vestimenta. Siempre llevaba algo que mostrara la mitad de sus senos y la mayor parte de sus piernas. ¡Dios! Si le subían un dedo más a las faldas que siempre usaba, se le vería la ropa interior, estaba segura. ¿Era tan necesario mostrar tanta piel para ser sexy? No lo creía. Y mi prueba era mi madre. Ella podía ser sexy incluso con una camiseta cualquiera y unos simples vaqueros.
Dejando de ver a la joven actriz, me adentré al teatro del evento. Busqué mi lugar, o más bien me llevaron a él, ya que ni yo sabía dónde me sentaría, y me acomodé, esperando que comenzara el show. Como dije antes, una de las razones principales, por no decir la más importante, de haber venido era que mi banda predilecta haría una presentación, en la que interpretarían su canción nueva. La amaba. Era justamente para el soundtrack de una película a estrenarse pronto y que prometía ser un éxito. Incluso, ellos estaban nominados para otros premios de la música y yo estaba votando como loca en cada uno de ellos.
De un momento a otro, las luces se apagaron… y el evento comenzó. Este año había mucha expectativa, ya que muchas fans estaban en rivalidad, debido a que muchas de ellas apoyaban a mi padre y las otras… a Jacob. Ambos estaban nominados a mejor actor... y mi madre… ella competía con Leah. Estaba segura de que ganarían. Sin dejar de lado el mejor beso. Lástima que mis papás no pudieron venir. Me preguntaba qué pasaría si ellos ganaran en todas las categorías. Era una decepción, me imaginaba, el hecho de que no estuvieran presentes para recibir sus premios. Yo, como buena hija, había votado por mis padres. Además, había visto las películas que estaban nominadas, y en ninguna sus protagonistas podían alcanzar la química que había entre mis papás. Así que con más ganas voté.
El anfitrión dio a conocer a los presentadores de la primera categoría, y así comenzó la premiación. Yo estaba posicionada en un buen lugar. Nadie me obstruía la vista y estaba al frente del escenario, al medio, así que veía absolutamente todo, lo que me beneficiaba cuando llegara el momento de la presentación de mi banda favorita. Presentador por presentador fueron pasando y premiando a los ganadores. Hasta que llegó el momento de saber quién ganaría el premio por mejor actriz. Estaba cruzando los dedos cuando terminaron de mencionar a las nominadas y el presentador iba a anunciar a la ganadora.
-… Y el premio a Mejor Actriz va para…
-Por favor, por favor… Isabella, Isabella…-pedía en susurros. Ojalá que le ganara a esa Leah.
-Isabella Cullen.- muchos gritos se escucharon en la sala. Sin ser consciente, comencé a saltar en mi asiento y por la pantalla gigante se pudo ver la cara atónita de Leah Clearwater ante su inminente fracaso. De pronto, en la pantalla principal del escenario, se presentó una sorpresa para los fans… bueno, incluso para mí.
En el video que comenzaba a proyectarse apareció la imagen de mi mamá... Un momento... !¿De mi mamá?
-Hola chicos, es Bella Cullen. No he podido estar presente en la premiación, pero eso no va a impedir que les agradezca enormemente por haber votado. Chicos, son sensacionales, sin ustedes... yo no estaría aquí. Les agradezco su apoyo incondicional y sobre todo que sigan encontrando interesante a esta actriz, sin mencionar que la competencia este año fue dura... sin embargo, Leah, Michelle, Sarah, Elle, el pop corn sigue siendo mío... hahahaha... (N/A: lo siento, no pude evitar ponerlo. Esa frase me hizo reír muchísimo.) Muchas gracias nuevamente, un beso enorme para cada uno de ustedes y... nos vemos. Adiós.
Los gritos apabullantes comenzaron nuevamente, y hasta yo estaba que no me la creía. ¿Quién se iba a imaginar que mi madre grabaría un video agradeciendo a sus fans? Yo no, obviamente. El presentador salió del escenario, y pasaron a darle la bienvenida a otros. Le siguió una interpretación musical de una banda de country muy famosa, que estaba estrenando un single incluido en el soundtrack de una película. Los premios seguían pasando, y conforme eso sucedía, los actores que iban ganando sus premios iban al backstage para luego volver a sus asientos, pero estos solían cambiar. No entendía por qué, pero cuando regresaban había otra persona sentada en sus lugares y ellos se colocaban en otro sitio. La "quietud", por así decirlo, de los fans se pudo incluso palpar... hasta que llegó "La mejor pelea", en el que estaba nominado Jacob Black y uno de sus co-protagonistas. No me había dado cuenta de que tanto él como Leah estaban sentados cerca a mí. Solo a dos filas de distancia. Obviamente, los habían sentado uno al lado del otro. Ella aún tenía una expresión de enojo por haber perdido el premio a mejor actriz, pero Jacob estaba sonriente, despreocupado, viendo por la pantalla cómo iban enumerando a los nominados.
-... Y el premio a Mejor Pelea es para...
En la pantalla, el rostro sonriente y muy confiado de Jacob Black. O estaba segurísimo de que ganaría el premio, o no le importaba si ganaba o perdía. No podía saber cuál de las dos era la razón de su expresión.
-... Jacob Black, Sam Uley y Quil Ateara.
Las fanáticas comenzaron a gritar como locas otra vez, incluso más de lo que gritaron cuando mamá ganó el premio a mejor actriz. En la pantalla, nuevamente, se veía a Jacob, y los que suponía eran Sam y Quil, poniéndose de pie para ir a recibir su premio. El que habló en representación de los tres fue Jacob... obviamente.
-Uhm... hola, chicos...- los gritos desesperados no lo dejaban hablar y él solo sonreía y esperaba a que terminara, pero eso no sucedía con el transcurso de los segundos. Finalmente, sonrió e hizo ademán de hablar. El bullicio fue menguando poco a poco- Muchas gracias a todos los fans que votaron por nosotros. Es un honor estar aquí, y recibir este premio. Una vez más, nos muestran que lo que hacemos tiene una razón de ser, un sentido, y estamos muy orgullosos de hacerlo. También, agradecemos a nuestros demás compañeros por su gran trabajo, y a MTV por hacer que esto sea posible. Muchas gracias.
La ovación comenzó hasta que los tres hombres salieron del escenario, cada uno con su pop corn.
Lo que le siguió, fue lo que estaba esperando con todas las ganas que podía tener. Por fin, el presentador actual dio la bienvenida a mi banda favorita. En ese momento, me volví loca. Siempre me sucedía cuando se trataba de ellos. Había dicho que no era una fan alocada por algún artista o actor... o sea, hombre. Pero si de mujeres hablamos, la vocalista de Paramore, causaba que hasta me arrancara los pelos. Me puse de pie apenas vi entrar a Hayley Williams en el escenario. La música comenzó y yo saltaba sin importarme los tacones ni que llevaba vestido. Mi cabello, que iba recogido en un moño desordenado... se desordenó, pero en serio. Los mechones salían por todos los lados mientras yo agitaba mi cabeza saltando al compás de la música. Cantaba gritando y levantaba mis manos... O sea... Me volví loca... simple.
Cuando la música terminó, grité como siempre lo hacía cada vez que terminaba cada uno de sus conciertos a los que había asistido en primera fila. Siempre estaba en primera fila. No aceptaba otro lugar. Y valía la pena. Incluso, cuando fui al primer concierto de la banda, para coger un buen lugar, acampé durante 2 días con un par de amigas, a las afueras del estadio donde se realizaría el evento. En el día hacía un calor horrible y siempre estaba sudada. Me daba mucho asco. Y a pesar de haber usado protector solar, mi piel se bronceó un poco. Al parecer, nadie se percató de que la hija de Isabella y Edward Cullen estaba allí acampando, y eso era súper, porque mis papás casi me habían atado a mi cama para no venir. No acepté un "no" por respuesta. Yo iba porque iba. Así que... me rebelé. Y fui sin su permiso. En fin, de cualquier modo, ya era mayor de edad. Antes de que terminara el concierto, yo ya estaba totalmente mojada de sudor, despeinada, mis brazos me dolían, mi garganta ya no podía emitir más gritos atronadores y mis lágrimas de emoción estaba por salir. Fue el mejor día de mi vida. Nunca lo iba a olvidar.
Ok, volviendo al presente, veía cómo Hayley salía del escenario y entonces comencé a saltar con más ganas, lo que no fue una buena idea que digamos. ¿Por qué? Simple. Mi pie se torció... perdí el equilibrio y... mi caída fue inminente. Emití un grito ahogado, como siempre que me caía, pero la voz se me atoró cuando no aterricé en el suelo, sino en... sí, unos brazos... mmm unos brazos fuertes. La loción que desprendía del atuendo de la persona que me sujetó me hizo saber que no se trataba de una buena mujer que me ayudó, sino de... un hombre. Mi cara se tornó roja como un tomate, herencia de mi madre.
-¿Estás bien?- me preguntó... ay, no... ay, no... no, no era él... ¿verdad?- ¿Me escuchas? ¿Te encuentras bien?- mi cabeza comenzó a dar vueltas, pero alejé la sensación de un porrazo. No me podía estar pasando esto. Porque estaba segurísima de que aquella persona que me había sujetado era... sí... Jacob Black. ¿Por qué de entre todos en este lugar tenía que ser él? Justamente él... al que había tachado de no agradabe pero tampoco desagradable.
Me recompuse lo más rápido posible y cambié mi rostro a una expresión apenada y agradecida.
-Sí, gracias... por su ayuda.- con toda la dignidad que me quedaba, salí de sus brazos y me senté con cuidado en mi lugar. Mi pie seguía doliendo, pero eso no era gran problema. Cuando llegase a casa, le pediría a Maggie que me frotara el lugar dañado con alguna crema o aceite natural que ella siempre compraba.
-Mi nombre es Jacob Black. ¿Cómo te llamas?- escuché que me preguntaba él a mi costado... ¿a mi costado? Volví mi cabeza en la dirección que se escuchó el sonido de su voz y efectivamente ahí estaba él. Ok, ¿como es que él llegó aquí si no se sentaba en ese lugar hace unos minutos?- Oh... me cambiaron de lugar... ya sabes, cuando volví después de recibir un premio, mi manager me indicó que me tenía que sentar aquí.- me dijo adivinando mis pensamientos. Yo no sabía qué hacer.
¿Y qué se supone que no sabes? Actúa normalmente. Por Dios, es solo Jacob Black.
Me aclaré la garganta y hablé con voz tranquila. O eso intenté. No creo que se me haya notado nerviosa. Nop, no lo creo.
-Ah, entiendo.- genial, buena respuesta. De seguro, él ahora está pensando que eres una más de sus fans, que no sabe qué decir ni qué pensar porque su ídolo está frente a ella.
-Entonces... tu nombre es...- ¿se suponía que tenía que decirle que era la hija de Isabella y Edward Cullen? ¿Le digo o no le digo? ¿Le digo o no le digo?- Tu cara se me hace conocida, pero no sé de dónde. Es como si te hubiera visto en algún otro lugar.- traté de actuar con normalidad. Total, ¿qué de malo había en que le dijera que era la hija de uno de sus rivales de hoy? Pfff... nada, obvio.
-Oh... no creo que nos hayamos visto antes. Pero... bueno, mi nombre es...- pero la voz estridente del anfitrión no me dejó seguir. A continuación, dio la bienvenida a los siguientes presentadores, quienes se encargarían de anunciar al ganador del premio por Mejor Actor.
Miré de reojo a Jacob mientras nombraban a los nominados. Cuando terminaron de llamarlos y de aparecer su rostro confiado y tranquilo en la pantalla grande, su cuerpo se tensó por la expectativa. En mi interior, pedía que ganara mi padre. Quería ver la reacción del joven a mi costado ante su fracaso, al igual que su compañera Leah.
-... Y el premio por Mejor Actor va para...
Vamos... vamos... vamos, papá...
Uno de los presentadores nos dejó con la expectativa y solo después de que lanzó una risotada, fue que dijo el nombre del ganador.
-Edward Cullen.- y lo siguiente que dijo no se pudo escuchar debido a los gritos más fuertes que había escuchado en mi vida.
A mi costado, veía de reojo que Jacob aplaudía con cara seria, pero no furiosa como Leah. Se notaba que era un buen perdedor. Yo no pude evitar aplaudir con más ganas y dar mis saltos sobre el asiento como había hecho cuando nombraron a mi madre ganadora.
-Así que… ¿eres fan de Edward Cullen?- me preguntó Jacob de repente.
-¿Qué?- qué irónico. ¿Qué podía decirle? Sí… de hecho es mi papá y obviamente tengo que alegrarme por su triunfo.
-Pensé…- negó con su cabeza mientras una sonrisa crecía en sus labios, que por cierto no me había dado cuenta, eran carnosos… muy carnosos- De hecho, hace un rato pensé que eras una de mis fans. Te noté nerviosa y… pensé que era por ello.
Mi cara no tenía precio, lo sabía. Lo podía sentir. ¿Quién se había creído? ¿Yo, su fan? ¡Por favor! Sí, claro. ¡Su fan!
Antes de que diga algo, el anfitrión del evento apareció en el escenario y dijo traer otra sorpresa para las fans. Todos miramos la pantalla gigante… No puede ser…
-Hey, chicos… Es Edward Cullen… uhm hoy no pude estar presente con ustedes, pero desde aquí les agradezco a todos los fans que votaron. Muchas gracias por estar siempre ahí y por demostrar que son los mejores del mundo. Desde donde estoy, les mando un fuerte abrazo y nuevamente gracias por seguir mi carrera durante todo este tiempo. Lo que hago es por ustedes… los fans. Adiós.
Y el alboroto comenzó de nuevo. De razón mi madre no se alegraba mucho que digamos cuando asistían a alguna premiación que incluyera una nominación a mi padre. Los gritos te dejaban los oídos pitando. Mañana iría al médico para que me los revise.
Mi padre lució tan tímido y nervioso como siempre que hablaba en público. Era algo irónico, ya que era actor, pero así era mi padre.
Seguí mirando hacia adelante. No quería ver a Jacob. ¿Así que había pensado que YO era SU fan? ¡Ja!
Él iba a decirme algo, ya que noté que se inclinaba hacia mí, para que hablara más cerca y pueda escucharlo debido al ruido. Pero sus palabras no salieron al escuchar la voz de su manager.
-Jacob, sigue el premio a Mejor Beso. Es hora de volver al lado de Leah. Apresúrate.- él solo hizo una mueca, pero se paró sin decir nada se fue. Sentí su mirada a lo lejos, pero no me atreví a devolvérsela.
Ya solo faltaban dos premios. El de Mejor Beso, como dijo la manager de Jacob, y el de Mejor Película. Por supuesto, mis padres estaban nominados para el primero, y en el segundo estaba incluida su última película.
Entraron los dos nuevos presentadores para el premio del beso. Ambos pertenecían a una nueva producción en la que eran protagonistas y obviamente hacían de novios o algo. Estaba segura que para el próximo año, serían nominados para la misma categoría.
Fueron pasando uno a uno a los nominados. Llegó el beso entre Jacob y Leah. Era el mejor hasta el momento. Sí que desprendían pasión… algo de pasión.
El que siguió… fue el de mis padres. Esa escena me la había visto innumerables veces. ¡Dios! Era indescriptible. Por algo eran esposos. Creo que cualquiera que lo viera, se excitaba al instante. Y ni siquiera se estaban toqueteando. ¡Era solo un beso! ¡Un beso! Bueno, un muy pero muy apasionado y lujurioso beso.
Y se acabaron los nominados.
-Y el premio por Mejor Beso es para…- en la pantalla grande se veían a todas las parejas nominadas, a excepción de mis padres, claro está. La cara de Leah era de total suficiencia. Ella estaba decidida a ganar… pero en estos casos, por más bueno que esté tu beso, siempre debías tener en cuenta que los que decidían eran los fans; no un jurado de 10 o 20 personas.
Yo estaba cruzando los dedos. Si ganaban mis padres, gritaría por su victoria. ¿Parecía una niña? No me importaba.
-Edward e Isabella Cullen.- salté, lo juro. Salté. Y grité "Wooow" no sé por cuánto tiempo.
Y el videíto en la gran pantalla apareció… nuevamente.
Eran mis padres… ambos… juntos… No podía creerlo.
-Bueno… sí, somos nosotros de nuevo… uhm solo queríamos agradecerles por haber votado en esta categoría… Ufff han pasado… muchos años desde que ganamos este premio… en esta categoría…
-Y no nos salió bien… al momento de recibirlo.- siguió mamá.
-Pero, en esta ocasión… queremos… hacerlo bien.
-Esperamos hacerlo bien. Y no estropearlo como en las veces anteriores.
-Entonces… ok… tú…- ambos se pusieron de pie y se posicionaron uno a cada lado de la habitación donde estaban… y escenificaron el momento del beso por el que los nominaron.
Lo que estaban viendo mis ojos era casi irreal… ¿Era legal hacer eso en vivo y en directo? Estaba segura de que todos y cada uno de los espectadores estaban boquiabiertos… Digo, incluso yo lo estaba y eso que soy su hija y muchas veces los he visto pegajosos. Pero esto rebasaba los límites. La pasión que desprendía su beso, si así podía llamarse, te hacía volar desde donde sea que te encontraras viéndolo. Era… alucinante. La sala entera estaba en un silencio sepulcral. Cuando pude reaccionar, volteé y busqué con mi mirada detrás de mí a Jacob… y a Leah, por supuesto. Ambos tenían una expresión que no tenía precio. Pero él… él sí que parecía excitado. Sus ojos negros como el carbón me lo decían.
De pronto, sin darme tiempo de esquivarlo, me pilló viéndolo y me miró de vuelta, tragando fuerte. Yo solo volteé y pude ver el final del más sensacional beso que había visto en mi vida… y a manos nada más y nada menos que de mis padres. Nunca me lo hubiese imaginado. El beso terminó y cuando ellos se separaron, le siguió unos segundillos de absoluto silencio, hasta que algunas personas comenzaron a aplaudir y los demás los siguieron saliendo de su letargo.
-Esperamos que… ¿nos haya salido bien?- habló mi padre teniendo los labios rojos e hinchados, y su cabello más desordenado de lo normal, debido a que mi madre había paseado sus dedos por él.
Los gritos comenzaron nuevamente y eso hizo que mis papás tuvieran una enorme sonrisa en sus labios, como aliviándose porque alguna vez les haya salido bien ese tan esperado beso en vivo… aunque no tanto en vivo, porque estaban a miles de kilómetros de distancia, pero igualmente tenía valor.
Mis padres se despidieron de todos y el video terminó. El anfitrión dio la bienvenida a los presentadores de turno para anunciar el último y más importante premio de la noche: el de Mejor Película. Como era de esperarse, ganó la película protagonizada por mis padres. Ya no sabía cómo esconder mi cara para que no se note que me estaba burlando de la expresión furibunda de barbie plástica de Leah. Por su lado, Jacob no estaba contento, pero tampoco se le veía envidioso o inconforme con los resultados.
Finalmente, el anfitrión de evento se despidió del público televisivo y dio por terminada la premiación. Poco a poco fui adentrándome entre la multitud. El alboroto comenzaba de nuevo cuando muchas fans querían autógrafos, fotos de sus actores y artistas favoritos. Yo trataba de mantenerme a un lado y salir ilesa, ya que todos se empujaban. Los managers y guardaespaldas protegían a su personaje respectivo como si fuera la cosa más preciada del mundo. Eso hacía que las chicas se volvieran más locas. Casi cuando iba a llegar a la salida, la habitación se tornó oscura. Obviamente, no estaba saliendo por la puerta principal, porque sabía que estaría llena de paparazis, así que se me ocurrió esta idea, pero creo que ellos están en todos lados… debí haberlo imaginado. Caminé a tientas, solo un poco, mientras escuchaba voces que hablaban al mismo tiempo dirigiéndose a una persona.
-Jacob, ¿tú y Leah están juntos?
-¿Son más que solo compañeros de trabajo?
-¿Hace cuánto son novios? – escuché que preguntaban al mismo tiempo. Ahora recordaba lo que sucedía. Al igual que sucedió con mis padres, y con muchos otros, los medios trataban de vincular sentimentalmente a Jacob y Leah, y siempre estaban buscando encontrarlos in fraganti. Pero siempre que hablaban del caso, la cara de Jacob se tornaba… irritada, lo cual no se parecía en absoluto a la cara de mi padre cuando le preguntaban lo mismo de mi mamá. Había visto algunos videos que quedaron archivados en Youtube sobre esos tiempos. Los dos siempre lucían nerviosos; mi papá más que mi mamá. Él siempre la miraba antes de decir nada cada vez que le preguntaban algo relacionado a ambos. Pero mi mamá solía tartamudear mucho cuando ella se disponía a hablar. Era divertido.
Y definitivamente, lo que pasaba actualmente con Jacob y Leah no era divertido. Bueno, de repente a ella le parecía divertido, ya que siempre trataba de insinuar que algo pasaba, pero para él no era así. En este momento, me imaginaba la mueca que estaba en su rostro. Una sonrisa se expandió por mi rostro mientras seguía escuchando.
-Leah y yo solo somos buenos amigos. No estamos saliendo. Si me disculpan.- su voz salió algo filosa, como si ya estuviera harto de todo y de todos. Hubo más movimiento y yo seguí a la muchedumbre delante de mí.
-¿Pero tienes novia?
-¿De quién se trata?
-¿Qué piensa Leah al respecto?
-¿Vino tu novia hoy?- Wao, qué apabullante. Yo los mandaría bien lejos si me hicieran esto. No lo soportaría tanto como él. En esta parte, salí como mi madre, pero aún menos impaciente y mucho más desinteresada en lo que la prensa o la gente piense de mí. Si me fastidiaban en algún momento, estaba segura que haría más que mostrarles el dedo medio, como había hecho mi madre en un par de ocasiones.
-No voy a hablar de mi vida privada.- se limitó a contestar él.
-¿Eso quiere decir que es cierto?
-¿Lo estás confirmando?
-¿Cuánto tiempo llevan?
-¿Quién es? ¿Es actriz?
-¿Cuándo se conocieron?- pobre, yo ya me hubiera quedado calva de tanto jalarme el cabello. Qué estresante. Suponía que Jacob tenía muchos micrófonos pegados a su boca, ya que se escuchó cómo resopló fuerte y luego se dispuso a hablar.
-Ok, ¿quieren escuchar lo que les gusta? ¿Quieren escuchar "su" verdad? Ok, sí tengo novia.- respondió cortante. ¿Qué rayos estaba haciendo? Yo simplemente los empujaría y pasaría de largo. No les daría el gusto.
Cuando las palabras salieron de su boca, todo se volvió loco nuevamente. Le preguntaban por la presunta chica y si estaba presente en las premiaciones, dónde se encontraba ahora y si el hecho de que estaba saliendo solo significaba que habían peleado. Los paparazis eran increíbles. Por eso prefiero esta vida tranquila. He dicho.
-Oh, ¿quieren seguir escuchando más? Ok, sí ella está aquí. Justamente a unos pasos detrás de mí. Nadie la vio. ¿La quieren conocer?- todos respondieron a un grito- Ok, aquí está. Ella es mi novia.
Esto si era nuevo. ¿De quién se trataba? ¿Realmente tenía novia? ¡Vaya! No la había visto en ningún momento…
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte tirón en mi brazo izquierdo. Me tomó desprevenida y mi cuerpo no pudo más que ceder a la fuerza e ir hacia adelante. Pensé que iba a caer, pero no. Olí esa loción nuevamente.
-Ahora la conocen. Ella es.- escuché que él decía. Yo alcé mi vista para ver si podía alcanzar a mirar a la chica supuesta novia de Jacob Black, pero… sí, me congelé.
Todos los camarógrafos me miraban, además de muchas personas que estaban ahí. Todos estaban expectantes. Yo volteé a mi costado y vi a Jacob mirándome con los ojos más abiertos de lo que comúnmente se puede decir ojos abiertos "normalmente", pero luego se recompuso. Se volvió hacia el frente. Antes de que diga algo, un paparazi lo interrumpió
¿Y yo? Aún no me la creía. No reaccionaba ni quería ser consciente de lo que estaba sucediendo.
-¡Renesmee Cullen!
-¡Es Renesmee Cullen!- todos comenzaron a gritar y no se entendía lo que decían. Desde que el maldito hombre ese me había reconocido, ahora los flashes daban en mi cara y los micrófonos estaban en mi boca, y no en la de Jacob. Me volteé hacia él por segunda vez en menos de 5 minutos y noté que él me miraba con los ojos más abiertos que antes. Ahora sí parecían dos platos… muy grandes. ¿Sería posible que se le podían salir?
-Renesmee, ¿tus padres saben de esta relación?
-¿Tu papá se lleva bien con tu novio?
-¿Qué piensas de su supuesta vinculación con Leah?
-¿Eres celosa?
-¿Desde hace cuánto salen?
-¿Dónde se conocieron?
Mi cabeza daba vueltas. ¿Qué habían dicho?
Ah, sí. Jacob… Y yo… Y Jacob… Y mis padres… Y…
Jacob y… yo… ¿yo?... No… ¿Jacob y yo?
-¿Qué?- fue lo único "inteligente" que salió de mis labios.
-Responde, Renesmee. Ahora que ya está confirmado, ¿qué puedes decirnos al respecto? ¿Por qué lo ocultaron?
-¿Qué? No… yo no…
-Nosotros tenemos que irnos.- me interrumpió Jacob, tomándome por la cintura. ¡Por la cintura!- Estamos cansados así que si nos disculpan…- mis ojos se quedaron pegados a esa mano que sobresalía del lado derecho de mi cintura. Sentí que nos movíamos, pero no podía escuchar bien lo que estaban diciendo las personas a mi alrededor. Entramos a lo que parecía un parque de estacionamiento… un garaje o como quieran llamarlo. Ahora no estaba preocupada en eso. Y mi vocabulario se había reducido a 3000 palabras.
Me llevaban hacia algún lugar que no podía ver bien. Mi mente estaba aquí y allá, asimilando lo que estaba sucediendo. A ver, recopilemos.
Estaba yo caminando hacia la salida del teatro bendito. Me encontraría con mi chofer a media cuadra de la puerta. Pero los paparazis invadieron la puerta alterna y embaucaron a Jacob Black. Ok. Luego, estaba yo escuchando lo que le preguntaban y… y… me reí, porque me pareció divertido y… hubo movimiento… Yo avancé y… una mano. Sí, una mano, me jaló del brazo y yo no pude reaccionar a tiempo y luego… luz… sí, muchas luces en mi rostro y luego… voces, ajam, voces de muchas personas hablando al mismo tiempo sobre una relación y sobre mis padres. Ok, una relación… seh… una relación mía, ¿no? Nah, qué va. Era la relación de Jacob. ¿Y por qué me preguntaban a mí? ¿Yo qué sabía?
¡Ay, Renesmee Cullen, me decepcionas! ¿Por qué crees que te preguntaron a ti, eh? Pues porque creen que tú, tú… TÚ eres su misteriosa novia.
Ahhh, ahora entiendo. Claro. Yo, su novia.
¡¿Yo, su novia? ¡No!
Me paré en seco y me volví hacia la persona que me seguía sujetando la cintura. Lo miré muy enfadada y comencé mi discurso.
-¿Qué rayos piensas que estás hac…?
-Tranquilízate, ¿sí? Ok, perdón. No quise involucrarte. Mira, yo solo cogí un brazo cerca y lo jalé para que los malditos esos me dejaran en paz. Yo no sabía que se trataba de ti. Y hablando de eso… ¿Por qué rayos no me dijiste que eras hija de Cullen?- habló él con rapidez mientras su voz subía de tono. Eso me enfureció más.
-Primero, no me grites. Segundo, no tenías por qué coger el brazo de quién carajos sea. Tercero, no te dije nada porque a ti no te incumbe, ¿ok? Ahora, sí, me largo. No tengo por qué seguir aquí, aguantándote.- me volteé, dejándolo con la palabra en la boca y me giré hacia el lado contrario para comenzar a caminar. En mi bolso pequeño, mi celular comenzó a sonar.
-¿Sí?
-Señorita Renesmee, soy Benjamin. No sabía que se iba usted a ir con su novio. Yo estoy llevándome el auto a su casa. Si necesita algo me llama, ¿de acuerdo? Buenas noches.
-¿Qué? No, no, espera Benjamin… ¿Benjamin? ¡Benjamin!- pero ya había colgado. ¡Demonios!
Justo cuando iba a marcarle, una mano tomó mi brazo y me giró hacia el dueño.
-¿A dónde crees que vas? Yo te llevo. No necesitas…- me zafé de un tirón.
-No, yo no te necesito a ti. Estás loco. No puedo creer lo que hiciste. ¿Quién te crees que eres, eh? ¿Yo, tu novia? ¿Estás demente? ¿Eh?- estaba despotricando y gritando como lo había querido hacer antes, cuando sentí que el maldito aparato telefónico resbaló de mi mano.
¡Carajo!
Se escuchó el ruido de la fuerte caída y todos vimos cómo las partes internas salían volando por aquí y por allá. Estaba que me llevaba el diablo. Casi podía ver el humo saliendo por mis oídos.
-Uhm... bueno, ahora que ya no tienes forma de contactarte con quien sea que hayas estado hablando hace un momento, ¿aceptas que te lleve a tu casa?- me dijo él de lo más tranquilo. Eso era lo que me molestaba. Siempre estaba tranquilo. !Siempre! !Maldición!
Lo encaré y antes de hablar mantuve mi barbilla en alto.
-Yo no...
-Piénsalo. No tienes nadie que te acerque a tu casa. Tus padres pueden llamar y no estarás. El chofer puede llamarte al ver que no regresas y al ver que tu celular está fuera de servicio, se va a preocupar... y estoy seguro de que llamará a la policía. ¿y adivina quiénes más estarán en la delegación con sus cámaras listas para tener una buena foto de tu rostro?- siguió hablando ahora con una sonrisa de suficiencia. ¿Cuál era su maldito problema?
-Te odio. No pensé decirlo hasta hace unos minutos, pero te odio. ¿Cómo...? Olvídalo.- volteé mi cabeza esquivándolo y pasé por su lado- Que sea rápido. Quiero llegar lo antes posible a mi casa, contarle todo a mis padres, y aclarar toda esta tontería.
-!Oh, vamos! No es tan malo. ¿En verdad me encuentras tan repulsivo que no puedes soportarme por novio solo unos minutos?- colocó perezosamente sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones.
-No se trata de eso. Yo no soy tu novia. Y el hecho de que me hayas involucrado y en frente de toda esa gente, me está sacando de mis casillas. Odio que esos sujetos me persigan por la calle, que me tomen fotos, que me pregunten de mi vida personal, que mi imagen salga en las revistas o en la televisión. No. Lo. Soporto. Y tú has hecho que eso ahora sea parte de mi vida. Pues no la quiero. Una de las razones por las que no consideré ser actriz o algo relacionado con ser protagonista de los medios fue justamente eso, que me siento acorralada cuando los veo cerca, me estresa, me irrita y... Mira, olvídalo. Y subamos de una vez al auto. Quiero estar en mi casa en los próximos 10 minutos.- empecé a caminar incluso más cabreada que antes.
-Bueno... no creo que el chofer pueda llegar tan rápido, además...
-¡Solo quiero ir a casa!- lo corté. Mi paciencia se estaba acabando y si volvía a provocarme, no saldrían palabras de mi boca, sino mi puño entraría en acción.
-Está bien. Tú ganas. Sube.- me abrió la puerta de pasajero de atrás. Él también utilizaba un Sedán, como yo.
-Gracias.- le respondí cortante. Subí y él me siguió a los pocos segundos. Me alejé lo más que pude de él casi pegándome al vidrio de la puerta contraria a la que había entrado. Él rió suavemente, a la vez que se apegaba un poco hacia el lado de auto donde yo estaba.
-Oye, no muerdo ni nada por el estilo. Bueno, pero si me lo pides, quizás pueda h...
-Mira, solo quiero llegar a mi casa y acostarme. Mi cabeza me está doliendo horriblemente y si sigues hablando, estoy segura que empeorará. Y no te apegues mucho.- él alzó las manos en son de rendición y sonrió solo un poco. Yo... bueno, yo me quedé viendo pero sin ver en realidad, por la ventana. No sabía qué pensar. Mañana temprano todo esto se solucionaría y me dejarían en paz. Jacob terminaría como un acosador en serie, y mi padre podía meterlo en la cárcel... No, tampoco era para tanto.
Suspiré y seguí con mi cara inclinada hacia el vidrio de la ventana a mi costado, hasta que...
flash
Pegué un salto del susto que me había ocasionado el maldito flash que dio justo en mi cara, lo que produjo varias cosas...
Uno, quedé ciega.
Dos, casi me voy de cara contra el vidrio. ¿Por qué?
Tres, mi mano que reposaba en mi barbilla, dejó de estar ahí en un acto inconsciente, y
Cuatro, la maldita mano reposó en otro... lugar
Me quedé como estatua.
Wao... sí que era... grande.
!Oh Dios! Esto no es bueno. No, nada bueno.
Sentía los flashes dar contra mí incesantemente, mientras mis ojos trataban de enfocar bien mi alrededor y se dirigían hacia ese lugar donde se encontraba mi mano. !Ay, mano!
¿Adivinaron?
Seh... ahí estaba mi mano... ahí... y cuando la vi, no sé por qué, pero !Maldición! Mi mano lo apretó, lo apretó. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué... a mí?
Escuché un gemido salir de sus labios y fue ahí cuando mis ojos subieron a su rostro. En el transcurso en que mis ojos iban subiendo como en cámara lenta, pude ver que sus manos estaban a sus costados y agarraban el borde del asiento con mucha fuerza. Y sus ojos... !Dios! Sus ojos volvían a tomar ese color carbón que vi cuando estábamos en el evento viendo el beso entre mis padres. Y… la cosa en mi mano estaba más… dura y… más… ¿grande? ¿Era eso posible?
Cuando él encontró mi mirada, yo la bajé rápidamente a la vez que sacaba mi mano de su... ejem... su... uhm... eso... uhm, ya saben, su... miembro... o falo... o verga... o polla... o como quieran llamarlo.
Estaba muriéndome de la vergüenza. ¿Yo había hecho eso? ¿Había puesto mi mano ahí? ¿Yo?
Los flashes seguían irrumpiendo en el poco espacio del auto y yo me estaba empezando a preguntar ¿por qué no avanzábamos? Miré hacia el frente, sin poder mirar a otro sitio más y vi al chofer mirándonos por el espejo retrovisor totalmente anonadado y la boca abierta. Cuando lo pillé viéndonos, se puso nervioso y no supo qué decir.
-Arranca el maldito auto, ahora.- le dije. Él solo asintió con la cabeza y puso el auto en marcha.
-A mi casa, por favor. ¿Sabe dónde es, verdad?- traté de hablar con la poca dignidad que me quedaba.
-S-Sí, señorita.
-Apresúrese.
-En seguida.
A mi lado, Jacob seguía en silencio. No quería que me hablara, pero también el hecho de que no lo hiciera daba a entender que lo que había hecho había sido muy... ¿cómo decirlo? ¿Escandaloso? Como para dejarlo sin habla. Pero eso no duró mucho más.
Se aclaró la garganta.
-Uhh... ¿A qué...?
-No digas nada... por favor... Estoy muy avergonzada ahora como para contestarte. Lo único que quiero es que me trague la tierra.- le pedí sin mirarlo.
-Ok.
Los minutos pasaron.
-¿Música?- me ofreció.
-No.
Y siguieron pasando.
-¿Algún trago? Tengo...
-No... gracias.
Y pasaron más.
-Oye, yo no sé qué fue lo que sucedió allá con los paparazis ni tampoco por qué hiciste lo que hiciste, pero tienes que saber que quieras o no, mañana saldrás en la primera plana de cada revista de cotilleos, quién sabe, tal vez a nivel mundial, así que no tienes que avergonzarte aquí conmigo. Mañana será peor.
-¿Qué?
-Mañana...
-Sé eso. No es la primera vez que veo un montón de paparazis congregados en un lugar. Lo mismo hacían con mis padres. Sé perfectamente que mañana habrá millones de ellos en mi puerta. No tienes que decírmelo. ¿Aunque sabes qué? Tal vez, sí tengas que hablar... pero disculparte porque todo esto que está pasando es por tu culpa.- le recriminé, ahora sí mirándolo a los ojos.
-¿Mi culpa? ¿Fue mi culpa que me apretaras la polla? Que yo recuerde, en ningún...
-¿Cómo puedes decirlo así?
-¿Cómo así?
-Así... sin cuidado... sin... ¡Da igual! Mira, solo llévame a casa. Yo sabré lidiar con esto mañana.
-Claro, como digas.- después de un minuto, volvió a hablar- Fue agradable.-me giré hacia él.
-¿Qué dijiste?
-Fue agradable... como lo apretaste.- estaba segura que en ese momento se podía ver el arco iris en mi cara.
-¿Qué estás diciendo? ¿Cómo puedes decirlo así?- le reclamé muy cabreada y más avergonzada aún.
-¿Cuál es el problema? Estoy siendo sincero.
-Tu manera de decirlo es muy...
-¿Directa? ¿Indiscreta? Lo siento, nena. Así soy.- me dijo con una sonrisa torcida en sus labios y una mirada intensa que vaya que intimidaba.
-No me digas "nena". Y así estés siendo sincero, no me importa si te gustó o no, no tenías por qué decir nada.- le dije sin mirarle a los ojos. ¿Podía ir peor? Mejor, ni lo pienso mucho. No quería ni imaginarme cuán peor podía seguir la noche.
-Ok. Tranquila. Solo… creí que sería bueno que lo supieras. Tal vez…
-Ya no digas nada. Por favor. Por mi salud mental. Ya no digas nada.- él solo asintió. No sé qué más hizo porque me volteé nuevamente hacia la ventana y no despegué mis ojos de ahí.
El tiempo seguía pasando, mientras yo rogaba que por fin llegáramos a mi casa y pueda pensar mejor, en la tranquilidad de mi habitación. Tenía que pensar en una solución. Tenía que haber una solución. Sí, sé que mi mano empeoró todo, pero mis papás me iban a ayudar… porque ellos no pensarían que su hija le tocaría "ahí" a un hombre que había conocido en una noche, ¿verdad?
Y si fuera así, si mis padres no creyeran que yo sea una pervertida, ¿qué les diría para explicar las imágenes de mi mano en esa cosa tan grande de Jacob Black? ¿La verdad? Es que sonaba tan ridículo… ¿por qué mi mano tenía que ir a parar justamente ahí?
Aunque… tampoco fue una cosa… horrible… es decir… sí que era grande. Había visto y tocado unos cuantos en su momento, pero este…
¡No! ¿Qué estoy pensando?
¡Bragas, no se atrevan a mojarse! ¡No! No…
Tarde
No era posible. Yo cabreada por lo que había hecho y mis bragas húmedas. Genial.
¿Faltaba algo más?
Para qué preguntaste
-Señorita… hay un problema.- escuché que decía el chofer. ¡No!
Dirigí mi vista hacia él, pero él miraba hacia adelante. Yo seguí su mirada y vi un batallón de paparazis esperando en la puerta de mi casa. Aunque esta se encontraba aún alejada, se podía ver la cantidad de personas allí, además de sus autos. No nos habían visto aún, así que tenía que aprovechar para escapar.
-¡Dé la vuelta! ¡Ahora! ¡Que no nos vean!- le ordené al chofer. Él hizo lo que le dije y aceleró inmediatamente.
-¿Alguna idea de a dónde ir?- me preguntó Jacob. ¡Vaya! Ya me había olvidado que estaba sentado a mi costado.
-No.
-Genial.- dijo él sarcásticamente.
-Creo que callado te ves más lindo.- le dije enfurruñada, pero me arrepentí de haberlo hecho. Él sonrió con suficiencia.
-¿Así que crees que hablando soy lindo, pero callado más lindo?- dijo nuevamente con su sonrisa torcida.
-Yo no dije eso. Y no lo pienso. Solo dije lo que dije porque quería que te callaras.- él siguió sonriendo pero se acercó más a mí.
-Sí lo piensas… sí lo crees… solo que no quieres admitirlo.
-Te equivocas.- le respondí cortante. O lo más cortante que podía. Me sucedía un no sé qué cuando él se me acercaba mucho.
-No.
-Sí.
-No.
-Sí.
-Yo t…
-¡Basta!- vi la manera de salir de este momento embarazoso. No creía poder seguir negándome. ¡Vamos! Yo sí creía que era lindo… pero lo que había hecho estropeó todo. Me recompuse y volví a poner mi cara de irritación- ¿Qué quieres que te diga? ¿Lo que toda chica cuerda según tú tiene que decirte? ¿Que tienes un cuerpo escultural… y unos abdominales fabulosos… y que eres muy guapo… y que eres sexy y caliente? ¿Eso querías escuchar? Ahí lo tienes. Ya está. Déjame en paz.
-Bueno, hubiera preferido que no lo dijeras así, pero… al menos lo admitiste. ¿Así que sexy y caliente, eh?- me dijo juguetón. ¡Con él no se podía!
-Idiota.- él volvió a reír.
-Gracias. ¿Sabes? Yo sí creo que tú eres muy linda… no, hermosa… y también sexy, en especial cuando…- ya era suficiente.
-¿Qué?... Mira, mejor dame una copa de vodka, ¿sí?- le dije de la forma más desinteresada posible. Si el hombre seguía hablando, armaría una piscina en su asiento. Y ya estaba la suficientemente avergonzada esta noche.
-Ok. Como quieras.- me sirvió una copa y yo la tomé de porrazo- Wow… ¿sed? ¿Quieres otra?- yo solo asentí. Él me dio otra y así, hasta que sin darme cuenta estaba bebiendo con él.
Infinidad de copas después, ya me sentía algo… rara. ¿Habían subido la temperatura del aire acondicionado?
-¿Hacia dónde los llevo Sr. Black? Hemos estado dando vueltas y vueltas por las calles de Los Ángeles desde hace horas.
-Ohh… ¿A… dónde t-t-te llevo?- ¿qué había dicho? Ah, sí.
-A… a… a la casa de… m-mi tía Ros…
-¿Y q-quién es e-ella?
-Pff… n-no lo s-sé.- respondí riéndome como loca. Era tan divertido este chico. Me gustaba. Él rió conmigo
-¿Y… d-dónde… v-v-viv-ve?
-Uhmm… en el… p-p-polo n-nort-te.- respondí riéndome nuevamente. Era tan fácil hacer bromas con él. Por cierto… ¿dónde vivía mi tía Rose?
-C-cool. Rich-ch-chard, ¡al p-polo n-n-norte!- gritó él al chofer. Y reí como una condenada estúpida. No podía parar de reír.
-Id-diota.
-T-tienes raz-zón. Rich-ch-ch-ch… c-como t-te llam-mes. A m-mi d-depart-tamento.- ¿qué dijo?
-¿A t-tu q-q-qué?
-Dep-part-tamento. ¿P-po-r q-qu-é?
-Ni l-lo sue-ñes.- él rió fuerte.
-¡Oh, vam-os!¿M-e tien-es m-iedo?- yo solo bufé y negué con la cabeza.
Analizando tanto como podía analizar en mi estado, concluía que si yo quería podía ir a ese departamento. En fin. Solo dormiríamos. Si yo decía que no, era no. Y si no se me daba la gana de tener sexo con él, así sería. Además, me consideraba lo suficientemente inteligente como para no caer en un juego de seducción. Conocía a los de su clase. Estaba borracha… más de la cuenta, pero no era estúpida. Y yo no sería un revolcón para este hombre. No se lo merecía. Por su culpa tendría a los putos paparazis jodiéndome la vida por mucho tiempo. Pero ahora, solo podía pensar en llegar a un cuarto y dormir. Solo eso.
-Ok. Vamos. Para q-que veas q-que miedo n-no te t-tengo.- ambos reímos como idiotas. Ya no me estaba gustando estar borracha.
Después de no sé cuánto tiempo, llegamos. Ambos bajamos a trompicones y balanceándonos de un lado para otro, tomándonos de apoyo para no caernos. Mientras caminábamos, no parábamos de reír. Podía ver a la poca gente presente en el lugar, viéndonos feo y negando con la cabeza. Eso solo hacía que me riera más fuerte. Como si me importara lo que ellos pensaban justo en ese momento de mí.
Subimos a un ascensor y esperamos mientras llegábamos al piso que marcó Jacob. Él se acercaba cada vez un poco más a mí en ese espacio demasiado pequeño, pero yo lo alejaba. Estaba mal de la cabeza si pensaba que podía toquetearme. Idiota.
Llegamos y seguí de cerca a Jacob. Él llegó a la puerta indicada y, sacando unas llaves de su bolsillo, abrió la puerta. Dejó que yo entrara primero y luego él lo hizo. Yo me quedé viendo alrededor, pero no podía captar nada en particular porque las luces estaban apagadas. Sentí que él se aproximaba a mí por detrás y fue justo en ese momento que lo sentí. Reí por lo bajo.
-C-creo q-que tienes un pro-blema ahí abajo.- me burlé de él.
Sus brazos se cerraron en mi cintura. Sentí su aliento en mi nuca, y luego en mi oído derecho.
-¿A que no adivinas por q-quién está así?- prácticamente ronroneó en mi oído de la manera más sexy que había escuchado en mi vida. Pero, sí, pero el "q-quién" me hizo despertar del aturdimiento y recordarme en dónde y en qué condiciones estábamos. Me alejé de su agarre y caminé.
-No me interesa, la verdad.- me agaché y me saqué los tacones. Los pies estaban reventándome.
-¿Es en serio?- preguntó él con incredulidad.
-¿Dónde dormiré?- él bufó y, caminando rápido, pasó por mi costado y se metió por una de las puertas delante de mí. Yo encogí mis hombros y comencé a abrir puerta por puerta, hasta que encontré una habitación libre.
Entré, lancé mis zapatos hacia cualquier lugar y comencé a desvestirme. Dormiría solo con mi ropa interior, porque desnuda, ni hablar. De repente al idiota ese le daba por entrar a la habitación a hurtadillas. Me recosté en la cama, que era un single, pero sí estaba cómoda.
Muchos… muchísimos segundos después, seguía dando vueltas en la cama. No conseguía dormir.
Mi cuerpo estaba ardiendo y no sabía por qué. O, bueno, tal vez sí, pero… ¡No! No sabía y punto. El ambiente se volvió bochornoso y yo ya no pude permanecer en la cama. Me tiré en el suelo, pero este estaba forrado con una suave alfombra, cuya suavidad no pudo menguar el calor que sentía. Más bien lo hizo más insoportable. Me puse de pie y comencé a caminar de un lado a otro, todo lo que mi equilibrio me permitía.
…Hasta que no pude más. Abrí la puerta y me di con la que estaba al frente de esta. La habitación de Jacob. Y de pronto el calor aumentó. No. No podía. Estaba ebria. No. Cerré la puerta con fuerza y me recosté en ella. No podía creer que además de estar ebria, estaba cachonda. Y encima por el maldito por el cual ahora tenía a todos los paparazis encima de mí.
¡Vamos! Él era un engreído, que creía que se podía llevar a la cama a todas las mujeres que se le antojaran. No podía dar el gusto. Además, no era lo mejor del mundo. No era para que me sienta así por él. Jacob Black podía ser caliente, y sexy, y podía tener una gran polla, que se sentiría tan jodidamente bien en… ¡Basta! Tal vez, una ducha bien fría me ayudaría. Sí, eso haría que mi calentura menguara.
Di solo un paso, pero luego me detuve. No podía moverme. No quería moverme. Al menos no en esa dirección.
¿Y qué si me acostaba con él?
Además, podía ser yo la que lo sedujera y no él a mí. Al fin y al cabo, yo me había negado hace unas horas a él. Sería yo la que me lo llevara a la cama, la que lo incitaría. Y no él a mí.
¿Qué podía perder?
Nada.
Más bien, ganaría una noche de sexo muy salvaje. De eso estaba segura. ¿Qué hago?
¿Voy? ¿O no voy? ¿Voy?
Voy.
Di un fuerte suspiro, solté mi cabello y salí por la puerta.
Tanteé la manilla y la encontré sin seguro. La giré con facilidad y entré. Todo estaba en penumbras, pero por la poca luz que entraba por una ventana abierta que daba al exterior, pude notar su cuerpo despatarrado en su King size que se veía realmente cómoda. Solo llevaba puesto el bóxer. Uhh… Sexy.
Se encontraba boca arriba, lo cual haría mi tarea más fácil.
Me acerqué lentamente, como si él pudiese ver mi caminar seductor, y cuando finalmente lo tuve frente a mí, lo observé de cuerpo entero.
Tenía unos músculos muy atrayentes. Me estaban llamando. Los escuchaba claramente. Me decían "tócame… acaríciame… muérdeme… lámeme". Mi cuerpo se prendía cada vez más, mientras mis ojos iban a parar a mi parte favorita de él esta noche: su gran paquete.
De pronto mis manos picaban por tocarlo y mi boca se hacía agua. ¡Carajo! Sí que estaba muy excitada. Sin dudarlo más, me acerqué a él y justo cuando estaba por arrodillarme, un celular sonó. ¡Mierda!
Lo busqué a tientas, hasta que cogí sus pantalones y sentí una vibración en uno de los bolsillos. Saqué el aparato que no paraba de sonar y vibrar, lo que me hizo imaginar otra cosa vibrando en mis manos, ocasionando que lo apagara con rapidez.
Pero al ver el identificador de llamadas, vi el nombre de ella en la pantalla. Era Leah. ¿Qué carajos quería?
Una sonrisa malévola se extendió por mis labios y decidí divertirme un poco. Aclaré mi voz y apreté el botón de contestar.
-¿Sí?- murmuré jadeante.
-¿Qué…? ¿Dónde está Jacob?- habló ella algo enfadada.
-Ah… él está… ocupado en este… oh… momento.- dije ahora gimiendo. Juraba que podía ver la cara de Leah en este momento. Toma eso, perra.
-¿Quién eres?
-Uhh… ¿aún no lo sabes?... Para que lo… aahhh, bebé, sí… soy su novia… ahora piérdete, perra.- ella iba a seguir hablando, pero colgué. Amortigüé mi risa en mis manos. ¿Qué había hecho? ¿Le había dicho a Leah Clearwater que yo era la novia de Jacob? Rayos, el alcohol me había afectado más de lo que creía.
Tiré el celular sin ver a dónde y volví con Jacob. Ya no podía aguantar más. Mi actuación por el teléfono me prendió más. Me arrodillé y le comencé a sacar el bóxer, y no lentamente. Estaba urgida. Lo quería despierto ya.
Lo tomé en mis manos y sentí su textura. Mis dedos se movieron instintivamente, apretándolo, subiendo y bajando por todo el contorno… masturbándolo. Vamos amigo, levántate para mí.
Como si me hubiese escuchado, el miembro de Jacob se fue endureciendo poco a poco. Yo me subí a horcajadas sobre él, que se estaba removiendo cada vez más y sus manos apretaban las sábanas. Lo acaricié con más ganas y sin poder evitarlo, ni querer hacerlo, llevé mi boca hacia la polla de Jacob. Lo lamí unas cuantas veces, para luego introducirlo completamente y succionar. Escuché suaves gemidos salir de su boca, así que succioné con más fuerza mientras lo sacaba y lo metía en la mía. Lo siguiente que sentí fue una de sus manos en mi cabello, atrayéndome más hacia él. Fue ahí cuando levanté mis ojos, y vi que él ya estaba despierto. Sonreí para mis adentros y cuando supe que su amigo estaba más que listo para mí, me alejé y llevé mis manos a mi espalda, para desabrochar mi sujetador. Él llevó sus manos a mi cintura, acariciando mi piel con sus largos dedos. Subía y bajaba por todo el contorno de mi cuerpo hasta llegar a mis senos ahora descubiertos. Lancé mi sujetador y acerqué mi cuerpo al suyo.
Sin más preámbulos, llevé mis labios a los suyos y los mordí. Él emitió un rugido y tomando mi cabeza con una de sus manos, me besó ferozmente. Yo lo seguí con gusto, mientras mis manos acariciaban sus pectorales y su bien torneado abdomen. Cuando el aire se hizo necesario, nos separamos jadeantes.
-¿Así que cambiaste… de opinión?- me preguntó él mientras recuperaba la respiración.
-Digamos que… me compadecí de ti.- él rió suavemente.
-¿Ah sí? Pensé que no te me habías podido resistir.- me susurró mientras acariciaba con sensualidad uno de mis senos. No, Jacob Black, la seductora aquí era yo.
-Pues te equivocas. Creí que te lo merecías. Pero si no quieres…- hice ademán de levantarme, pero él me sujetó de la cintura. Yo sonreí con suficiencia.- Entonces, me quedo.- mis manos aún en su abdomen, fueron bajando lentamente a la vez que mis dientes se cerraban en mi labio inferior. Él lo veía con ojos oscuros mientras su respiración se iba acelerando. Llegué nuevamente hasta su amigo y lo tomé en mis manos. Él gruñó y quiso girarnos, pero yo no permití. Negué con mi cabeza mientras ladeaba mis labios.
-Eres muy mala, gatita…
-No me llames gatita… ni nena, ni con cualquier apodo que usas con las que te llevas a la cama. Yo no soy como ellas. Si estoy aquí es porque quiero, no porque tú me lo hayas pedido. ¿Entiendes? Que te quede claro que si en este momento se me da la gana, me largo de aquí.
-Ok. Tranquila. Ya lo entendí. Entonces, para mí, de ahora en adelante serás… Nessie.- puse cara de incredulidad. ¿El monstruo del Lago Ness?
-¿Qué me viste con cara de serpiente o qué?
-Por supuesto que no. Pero… Renesmee es muy largo… Para mí serás Nessie. Nessie.- y sin decir más, sus labios capturaron los míos. Yo no me negué. En ese momento, comenzó el juego. Sus manos avariciosas acariciaban cada parte de mi cuerpo. Desde mi garganta, a mis pechos, a mi abdomen, a mis caderas y mis glúteos… hasta llegar a mi parte más sensible.
Yo no estaba para estos jueguitos. Yo quería acción. Así que… hice lo que nunca había hecho antes. Arranqué mis bragas con fuerza y las lancé.
-Las palabras no me bastan, Jacob Black. Quiero actos. Si yo seré Nessie para ti, tú serás para mí, mi sexy lobito. Aunque… más fácil suena Jake. ¿Contento?
-B…
-Genial. Basta de hablar.- lo besé con fuerza y dirigí mis manos directamente a su verga. Me levanté un poco y lo posicioné en mi abertura. Ambos gemimos por el contacto y yo comencé a frotarme sobre él. Jacob cogió mis caderas con ambas manos y comenzó a bajarlas. Yo reí internamente. Estaba tan desesperado como yo.
Sin pensarlo más, lo metí en mi interior de una sola vez. Un grito ahogado salió de mis labios. Comencé a cabalgarlo velozmente. Quería liberarme. Quería sentirlo vibrar dentro de mí.
¡Rayos! Era la sensación más jodidamente buena que había sentido en mi vida. Su polla me llenaba por completo, mientras sus caderas se encontraban con las mías. Pero necesitaba más contacto. Coloqué una de mis manos en su hombro y lo atraje hacia mí, haciendo que se sentara. Nuestros pechos chocaron, haciendo que nos calentáramos más. Me moví más rápido y él me impulsó con más fuerza, produciendo que nuestras pieles sonaran al chocar. Mis labios se estrellaron contra los suyos, introduciendo nuestras lenguas y entrecruzándolas en la más excitante de las batallas. Mis manos fueron hacia sus hombros nuevamente, haciendo mi movimiento más rápido y profundo.
-Ohh… Nessie… eres tan… aahh… estrecha… aahhh… sigue…
-Ohh… ¿te gusta?
-Uhh, sí… pero… no es suficiente.- sin esperar una palabra de mí, me estrelló contra la cama, haciendo que se incrustara más en mí. Grité con fuerza y enterré mis uñas en sus hombros, lo que hizo que comenzara a moverse.
-Oohh si. ¡Dios! No pares.- él cogió mis piernas, que estaban cruzadas alrededor de sus caderas, y las separó. Las llevó hacia delante de él y las cogió con una sola mano. Luego, las llevó hasta uno de sus hombros y las sostuvo ahí.
-¿Así… o más?- mi garganta se había secado, mi respiración se volvió más que frenética. Todo mi cuerpo lo sentía. Lo único que existía en ese momento era su polla entrando y saliendo de mí salvajemente y lo más profundo que alguna vez había sentido.
-Oohhhh siii así, no pares… aahh Jake.- grité cuando mi voz volvió.
-Eso, cariño. Grita mi nombre… Grítalo.
-Ahh… Jake… Jake…
-Nessie… ahhh me voy…- él aceleró su movimiento y con su otra mano acarició mi clítoris, lo que me hizo estallar.
-Mierda… Jake…- proferí otro grito… y me vine. Segundos después, él se vació en mí.
-Aahhh… Nessie… aahh- soltó mis piernas, que cayeron inertes, mientras él cayó sobre mí. Ambos respirábamos con dificultad. Lo abracé y acaricié su espalda, tranquilizándolo.- Eso… fue fantástico.- una sonrisa se extendió en mis labios, mientras me volvía a humedecer.
-Oh, no. Esto aún no ha acabado. Solo estábamos calentando.- él me miró lujurioso a la vez que lo sentí endurecerse en mi interior.
Los besos comenzaron y la pasión fue en aumento, hasta que lo hicimos nuevamente… y otra vez… y otra… toda su habitación fue invadida por nosotros. Su pared… la alfombra… el sillón… su cómoda… su ventana… por atrás… de costado…
Al final sí que tuve mi noche salvaje… y nada más y nada menos que con Jacob Black.
Y pensar que al inicio no quería ir a esa premiación. Me hubiera arrepentido toda mi vida.
Sí que lo hubiera hecho.
Holaaaa chicas, aquí estoy dando señales de vida, pero con un nuevo material. Este es un OS… bueno, eso quería al inicio, pero me salió muy largo y estoy pensando en hacer una continuación en otro cap, pero solo será ese… así k kería saber si les ha gustado y si desean que continúe con el cap.
Uhm, para todas las chicas que me leen en TGAMCDH, sorry por no actualizar, pero es que este OS ha estado atormentándome hace tiempo y esta semana fue el tope, así k me puse a escribirlo. Pero el cap pendiente ya está en proceso asi que no se preocupen okz. Bueno, hay unas cuantas que me han preguntado cuánto falta para el final. La verdad es que prefiero no decírselos. Las quiero tomar por sorpresa. Hahaha… espero que así sea. Uhm, bueno, estoy de volada porque tengo una monografía que escribir. El fin de semana espero tener listo el cap de TGAMCDH. Nos leemos okz. Chauu. Cuídense mucho y no olviden que espero sus opiniones. Todas son aceptadas…
Atte,
Lyhaane.
