Advertencia: América x Spain / Alfred x Antonio

Capítulo 1: Jugando

Todo normal en las calles de la ciudad de la pasión o se quería hacer creer, mas cierto español y estadounidense, que de por una extraña razón, parecían los mejores amigos, corrían cada uno con una cesta llena de jugosos tomates, lanzándose los al otro en una especie de juego por ver quien era el mejor.

-La mejor arma de un español son sus tomates – grita Antonio lanzando sin piedad un jugoso, rojo y enorme tomate directo a la cara de Alfred - ¡Olé! – grita de vuelta, al ver que su tiro a acertado.

El norteamericano se pasa el dorso de la mano por el rostro para quitar restos de esa arma española.

-Hahaha toma esto Tonio – lanza el tomate en dirección al europeo – ¡Con este ataque are que tú economía se quede en la shit!

-¡No metas mi economía! – se esconde dentro de un callejón, esperando la oportunidad precisa para atacar.

Puede oír claramente los pasos americanos, suaves y seguros. Llevan horas en ese juego y aún no se cansan. Es demasiado emocionante perseguir a tu amigo mientras le lanzas tomates.

Los pasos se detuvieron, ¿qué esta tramando? Asoma la cabeza, grave error. Un tomate le cae en toda la cara, mandándolo al suelo.

-Haha gane Antonio – dijo mirándolo con superioridad - ¡Ahora sí! ¡Dame mi paga!

El español se levanta, sacudiendo lo adherido a la ropa. Una sonrisa, de esas que mostraba de pirata, adorna su rostro.

-Bueno Alfred, si tanto quieres un premio – se acerco, con movimientos lujuriosos, tomándole de la corbata – Te la daré – susurro contra sus labios.

El americano se quedo sin habla… ¿qué había sido esa mirada? ¿y esos movimientos que realizaba su amigo? Sentía como algo en su interior despertaba.

-¿Qué… qué haces Tonio?

-Darte tu premio – lamio la comisura de sus labios, quitando un diminuto rastro de tomate - ¿Qué otra cosa puedo hacer? – sus ojos verdes ardían en el mas puro de los placeres, mostrando sin miedo lo que deseaba.

-Pero Antonio – apoya la mano en el pecho del contrario - ¿Y Lovino? ¿Y Arthur?

Detiene las acciones, confundido. Alfred tiene razón ¿Qué sucedía con sus respectivas parejas? ¿Engañaría a Lovino de esa manera? Sabía que Alfred no era capaz de hacerle eso a Kirkland, pero ¿y él? La duda se hizo presente, ¿qué aria? ¿dejarse llevar con su amigo y luego hacer que nada pasó?

Alfred podía ver la confusión de su amigo en el rostro. Sabía perfectamente que Antonio ama a Lovino y que por un desliz de ellos todo se arruinaría… pero, debe admitir que su amigo en verdad es pasionalmente sexy, esos labios que lo llaman por un beso, sus ojos tan verdes eran dos joyas llamativas, su cuerpo, esas curvas peligrosas que marcaban su ropa y su perfecto y bien parado y redondo trase… no, no espera él no podía estar pensando eso… ¿Acaso le gusta España? Pero él tiene a Arthur, la duda comenzó a nacer en él también.

-Antonio… - miro esos labios carnosos tan provocativos no aguantaba más debía probarlos. En un acto que ni el mismo Jones supo como ocurrió, se encontraba besando los labios españoles.

El beso lo tomo totalmente desprevenido, asiéndole abrir los ojos hasta mas no poder. Alfred lo tomo por la cintura, atrayéndole a su cuerpo. Fue perdiendo la cordura, ese beso encendía algo que no podía identificar. Paso los brazos alrededor del cuello americano, sintiendo más, cerrando los ojos y disfrutando la caricia.

Jones metió la lengua, sacándole un jadeo. De inmediato, tomo el color de los tomates que tanto le gustan. Ahora que pensaba en tomates, aquella boca sabia a uno.

El aire fue haciendo falta, Antonio, con dulzura, fue cortando el beso. Entrelazando los dedos en los rubios cabellos de Alfred.

-Antonio – dijo con tono dulce, observando el bello rostro de su amigo, en verdad que es hermoso, pero, cayo en cuenta – A- Antonio – se separo bruscamente del español, pasando los dedos en sus labios, que se encontraban rojos del profundo beso.

¿Por qué se sentía de esa forma? Triste y decepcionado. Si él no sentía nada por Jones ¿o se equivocaba? ¡No, no sentía nada por el gringo! ¡Su pareja es Lovino Vargas y nadie más! Aunque, aún así, el sentimiento de tristeza en el pecho no le dejaba respirar.

-¿Ahora vas a decir que no paso nada? – miro al suelo, en esos momentos se le hacia lo más interesante del mundo. No quería ver sus ojos.

El americano miro a su amigo, okey mantenía presente que lo que hizo no es correcto, que él ya tiene a alguien y es Arthur Kirkland… mas no podía evitar el sentimiento que oprimía su corazón. Seria posible que sin darse cuenta ¿se había enamorado de España? Es cierto, últimamente pasaban mucho tiempo juntos, pero, ¿le gusta en verdad?

-No… - capturo sus labios nuevamente en un ósculo, si lo que esta haciendo es pecar pues… le gusta pecar y con tremendo español en frente como no hacerlo.

Hacia lo posible por no corresponder. Tiene que serle fiel a Lovino, pero… al diablo con la fidelidad. Aquel americano le gusta y bastante, lo tenia loco, en otras palabras. "Perdón Lovino" – piensa. Aferrándose a la ropa de USA.

-Vamos a mi casa – logra murmurar, sin dejar de besarlo.

Sí no buscaban un lugar más intimo, de seguro Alfred se lo violaba en plena calle, importándole poco.

Jadeaba en el beso, Antonio tenía razón, debían ir a casa, él mismo estaba seguro que si permanecían ahí terminaría dándole bien duro al español.

-S- sí vamos – le agarra la mano con total cariño, como si fuese el contacto más importante entre ellos.