1.
Me desperté como cualquier otro día, me tome una taza de café y salí a comprar mi despensa desde muy temprano ya que los Lunes suele haber una fila bastante grande pues ese día llega los medicamentos y todos se vuelven locos. Nunca he dormido haciendo fila, conozco un grifo que sí, pero se me haría muy pesado pues debo de ir a mi trabajo en la noche.
Hace mucho que no he visto el Sol, casi siempre está nublado o lluvioso además de que mi horario nocturno me obliga a dormirme en la tarde si quiero rendir y recibir algunos billetes. Recuerdo cuando usábamos bits, pero cambiaron la moneda a una llamada Ampere la cual esta muy bonita y es un poco más practica que la anterior (Era muy difícil cargar una bolsa llena de monedas) pero no me termina de convencer.
Después de una caminata de casi hora y media logré llegar al supermercado y, como supuse, la fila era bastante extensa aunque no tanto como otros días que los ponis y demás criaturas llegan a estar muy lejos de la entrada. Tomé un lugar en la fila y me dispuse a esperar tranquila. Luego de mas o menos dos horas pude entrar y comprar lo que me es permitido para esta semana: Un kilo de arroz, tres piezas de pan, medio kilo de café, un barra de jabón y dos kilos de pasta, todo por 2,305 ampere, lo cual es muy económico. Me disponía a salir pero fui abordada por una de mis amigas, una kirin muy divertida.
-Holí, ¿Qué tal todo?- Me saludó con una euforia que solo ella puede tener.
-Todo bien y correcto- Le respondí mecánicamente.
-Te ves más seria de lo normal ¿Te sientes bien?- Me dijo algo preocupada.
-No es nada, solo tuve un sueño muy raro pero no es importante.-
-Ok… -Hubo un silencio incómodo- Oye, ¿Te enteraste del evento de esta noche? -Hablo muy feliz.
-Si, pero tengo que trabajar ¿Lo recuerdas? -Y aún si pudiera no iría, odio las fiestas y las multitudes-
-Pero es un evento oficial, tu falta estará más que justificada. Anda, vamos juntas, ¡Por favor!, ¡Por favor!, ¡Por favor!-
-No- Le respondí seria.
-Por favor- Insistió.
-¡No!- Le levanté la voz un poco.
-¡Por favor!- Ella también subió su tono de voz.
-Está bien, solo porque tú me lo pides- Le conteste resignada, pues no me la podría quitar de encima hasta que aceptará.
-¡YAY! -Su grito llamó la atención y se ruborizo un poco- Bueno, ya me tengo que ir a mi trabajo, ya sabes otro día, otro billete- Señalo su cartera con un billete.
-Como sea, esta noche nos…- No alcance a terminar pues salió a gran velocidad del local. Yo también me tuve que ir a casa para acomodar mis cosas pues, aunque no iría a trabajar, ya me acostumbré a dormirme en las tardes.
Mientras caminaba rumbo a mi hogar me llegó el recuerdo de mi sueño: Estaba en un lugar muy hermoso, el Sol me daba en toda la cara pero a mí me encantaba, recuerdo estar nadando y cantando a lado de otra hipogrifo y muchos peces de varios colores formando una hermosa imagen mientras hacíamos movimientos dignos de la música a la vez que una multitud alegre y febril nos veía sonrientes. Juro sentir aun el agua en mi cara y la pasión que desbordábamos, todo era perfecto.
Pero la majestuosa escena es interrumpida por un grito…
