Neville Longbottom Y la piedra filosofal.

CAPÍTULO1º
El orfanato "THE HOUSE`CHILDREN" era un edificio rectangular, grande y gris oscuro con un patio que lo rodeaba también gris y limpio y unas verjas metálicas plateadas. Las ventanas eran pequeñas, rectangulares y transparentes. Brillaban por su limpieza. Parecía una cárcel y de hecho, se habría tomado por una de no ser por el gran Cartel metálico, brillante (también gris), con las palabras" orfanato "THE HOUSE`CHILDREN" sólo para los huérfanos menores de 18 años" colgado en la verja.

Eran las 12 de la noche

De pronto, un hombre con una túnica púrpura apareció en la calle. Tenía una barba blanca cómo la nieve que le llegaba hasta los pies, los cuáles quedaban ocultos en su túnica púrpura .Sus ojos eran de un azul increíble, y estaban enmarcados por unas gafas de cristal en forma de media luna. Tenía la nariz torcida y larga.
El hombre, sacó un pequeño objeto de las profundidades de su túnica, lo accionó y la farola más próxima se apagó de pronto. Lo volvió a accionar y la siguiente farola también se apago. Así, hasta que todas se hubieron apagado.
Una vez sumido en la oscuridad, una gata atigrada con unas líneas cuadradas alrededor de sus ojos apareció.
-¡Profesora MacGonagall! debería haberlo supuesto...-El gato se transformo en una mujer de túnica esmeralda y pelo negro en un apretado moño y con unas gafas cuadradadas que recordaban a las líneas alrededor de los ojos de la gata.
-Profesor, llevo esperándole aquí desde las 12 de la mañana-Le echo en cara.
-¿En serio? debo de haber pasado por miles de fiestas en mi camino hasta aquí...supongo que fue Hagrid quién la dijo dónde estaba...
-Sí Albus ,pero de eso quería hablar...se dice que el hijo de ls Longbottom, Neville...bueno que quién-usted-sabe ha intentado matarle...
-Mi querida profesora-dijo Albus-seguro que una persona decente cómo usted puede decir su verdadero nombre intentado a convencer a las personas de que lo hagan ,de que lo llamen Voldemort-La mujer se estremeció, y dijo
-Bien. Se dice que Voldemort-se estremeció mas fuerte que antes-ha intentado matar al hijo de ls Longbottom sin conseguirlo... ¿Como es posible? ¡Oh, Albus! ¿cómo es posible que después de matar a toda la gente que mato no pudiera matar a un bebe?-Albus se tomó su tiempo en responder, pués estaba desenvolviendo un caramelo. Cuando se lo llevo a la boca y se lo tragó, dijo
-Eso es algo que nunca llegaremos a saber con exactitud-La mujer se estremeció, y Albus la pregunto.
-¿quiere un caramelo de limón?
-¿un qué?
-un caramelo de limón. Es una especie de dulces de los muggles que me gustan mucho.
-No, muchas gracias-dijo con frialdad la mujer, con rostro severo, como si pensase que la situación no estaba para caramelos.- ¿y es verdad que antes mató a Alice y Frank Longbottom? -Albus asintió
-¡Oh, Dios, Albus, Alice y Frank Longbottom muertos!-Se puso a sollozar muy fuerte y Albus se acercó a ella y la abrazó.
-Lo sé, lo sé -dijo mientras la abrazaba y la daba golpecitos en la espalda.
-También se dice que -en este momento dejó de sollozar y le miró con una intensidad con la que no le había mirado antes-que quién-usted... ¡Oh, está bien! que Voldemort ha muerto, ¿Es eso verdad?-parecía qué había llegado al asunto que más la interesaba discutir, Al punto por el qué había estado esperando todo el día en una dura pared de piedra del orfanato convertida en gata. Era evidente que la profesora McGonagall no se creería esa última habladuría hasta que se la confirmase Albus esa noche. Ni las otras hasta que se las confirmo el antes.
-Para nada, mi querida profesora. No se sabe que ha sido de Voldemort, pero muerto, muerto no está.
-Y entonces... ¿qué se supone qué va a ser de Neville?-Miró discretamente su capa esmeralda cómo si Albus le tuviera allí escondido.
-Hagrid le traerá.
-¿Hagrid? no digo que su corazón no este donde no deba estar, pero... ¿le parece responsable concederle a Hagrid algo tan...delicado?
-Profesora McGonagall, a Hagrid le confiaría mi vida.-Fue entonces cuando oyeron un estentóreo ruido. De el aire apareció una moto gigantesca que llegaba volando y se poso en el suelo, pero si se comparaba con el hombre que la conducía, parecía un juguete.
El conductor era dos veces uno normal. Sus manos eran como cubos de basura, y sus pies como crías de delfines. Era barbudo, rizoso, moreno y sus ojos negros azabaches, pero calurosos.
-Profesora McGonagall, profesor Dumbledore, traigo a la criatura. Se ha portado muy bien. Se durmió en el viaje.-Saco a un niño de más o menos un año, regordete, con cara inocente y una delgada cicatriz en forma de rayo en su frente. Estaba arropado con unos trapos y profundamente dormido. Tres cabezas se inclinaron hacia él.
-Fue ahí...-Suspiró la profesora McGonagall viendo su cicatriz.
-Fue ahí-afirmo Dumbledore.
-¿No puede hacer nada?
-Aunque pudiese hacer algo, no lo haría. Las cicatrices pueden ser útiles. Yo tengo una en la rodilla que es un diagrama perfecto del metro de Londres.- Hagrid depositó con cuidado al niño en las escaleras del orfanato. Durante un momento los tres se quedaron observándole.
De pronto Hagrid soltó un alarido inmenso.
-¡SS!, Hagrid vas a despertar a los muggles.-Le riñó la profesora McGonagall.
-Lo siento, pero no puedo evitarlo. ¡Alice y Frank Longbottom muertos...!
-Lo sé, lo sé.-Dijo McGonagall dándole palmaditas en la espalda.-Pero...no se quedará a vivir aquí ¿no? Tiene a su abuela.
-Sí, aquí se quedará.
-Pero..., ¡Neville Longbottom será famoso1 ¡Todos conocerán su nombre!
-Exacto ¡Famoso antes de aprender a hablar y andar ¿no la parece que debería vivir alejado de todo y tods hasta que sea suficientemente mente mayor para asimilarlo? Su abuela ya está avisada-dijo a la pregunta que iba a hacer la profesora McGonagall, que entonces callo.
Se produjo un incómodo silencio.
-Bueno, debo irme, -dijo al fin la profesora McGonagall.
-Sí, y yo tengo que devolver la moto al joven Sirius, que me la prestó.-Se volvió a montar en la moto y con otros inmensos ruidos, se alzó en el aire y voló yéndose.
-Adiós, profesor Dumbledore.-La profesora McGonagall se convirtió en gata y se escabullo.
Dumbledore volvió a accionar su aparato y se encendió la farola próxima con el suficiente tiempo para ver a una gata atigrada desaparecer en la calle. Volvió a accionar el aparato y se encendió la otra farola y así hasta que se hubieron encendido todas.
Luego volvió a, mirar al bebé.
-Adiós, Neville... Longbottom-Se fue con paso sereno. Mientras el bebé se daba la vuelta, sin saber que pronto pasaría a pertenecer al orfanato, ni que los gritos de la cuidadora lo despertarían.

Bueno, aquí os dejó otra parte de Neville, y no olvidéis seguir mi Blog,