Categoría T
Género: Romance | Humor | Ecchi.
ADVERTENCIAS: OoC | Universos Alternos | (Posiblemente) Amor lento | Ligero contenido adulto y picante (De acuerdo a los términos del Ecchi en uso occidental. Más información, búsquenlo en una fuente de información confiable).
Protagonista(s): Sasuke U. | Hinata H. – Sin embargo, en determinados capítulos otros personajes pueden tener cierta relevancia principal.
Pareja(s): SasuHina (Principal) – No obstante, es posible que haya desarrollos o insinuaciones de otras parejas.
ACLARACIONES
(1): Esta trama está inspirada básicamente de la película «NarutoShippūden 6: El camino ninja» que como ya saben el único dueño y creador del anime/manga de Naruto es el mangaka Masashi Kishimoto. Así que espero no confundirlos con eso de los mundos paralelos porque trabajare con ambos junto con sus personajes tan opuestos. Y para diferenciar dichos mundos los llamaré de la siguiente manera durante el fic; Basado al de la película la llamaré como "Universo Menma" y para la versión original del manga/anime que todos solemos conocer será por "Universo Naruto".
(2): En cuanto al Universo Naruto, la versión original del manga/anime Naruto, la Cuarta Guerra Mundial Shinobi acabó con la derrota de Obito y luego con la de Madara. No existirá la de Kaguya Ōtsutsuki ¿Por qué? Creé la historia mucho antes de que se revelara esa parte de la guerra en el manga. En cuanto a si en la trama de la historia existe la segunda confrontación entre Sasuke y Naruto en el Valle del Fin, no lo sé, tal vez más adelante lo mencione. No estoy segura.
Mi Camino es Junto a Ti
Por: ChibiFjola.
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CAPÍTULO 1
Mi Agridulce Realidad
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Casi siempre sabemos lo que queremos más nunca sabemos que es lo que necesitamos. Eso… lo entendí cuando alcance mis metas.
Ser una kunoichi de alto rango, tan fuerte como mi padre y tan gentil como mi madre.
Ser reconocida por mi padre.
Y, aunque no conseguí el amor de Naruto, logré ser alguien importante en la vida de él.
Si en algún momento muriera y mirará hacía atrás, analizando todo lo que he hecho en mi vida, definitivamente no cambiaría nada. Porque no me arrepiento de lo que hice y no hice. Viví plenamente cada instante de mi tiempo. Sin embargo, aún quiero más… porque continuo insatisfecha y está sensación de "vacío" en mí no se me quita a pesar de que me siento orgullosa de cómo he decidido llevar mi vida.
¿Estoy siendo ambiciosa y egoísta? ¿O eso forma parte de mi naturaleza humana?
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[«Universo Naruto»]
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Han transcurrido 5 años desde la devastadora guerra shinobi, esperando que fuera la última. Por ahora dominaba la paz entre las cinco naciones ninjas. En Konoha volvía a recuperar su brillo, sus áreas verdosas y casi todas sus edificaciones habían sido restauradas o reconstruidas.
Muy pronto volvería a la normalidad y todos sus habitantes llevaban lo mejor posible sus vidas, superando lentamente los estragos que causo la guerra.
Sin embargo, había dos ciudadanos que habían perdido su camino ninja después de la guerra.
Uchiha Sasuke que al principio creció como un ninja renegado y temido por las cinco naciones ninjas. Luego de redimirse, regresó una vez más a Konoha pero no en plan de destruirla sino ayudar a evitar su devastación. Gracias a su activa participación en la lucha contra Obito y demás seguidores… casi todas sus penas fueron exoneradas pero eso no significaba que continúa teniendo en totalidad el voto de confianza.
Así que en una reunión de los cinco kages consiguieron llegar a una solución donde le daban una oportunidad a Uchiha y porque también los grandes dirigentes fueron influenciados por el mismo Naruto Uzumaki con su perseverante personalidad.
Teniendo que sellar el dojutsu del Uchiha por diez años durante su estadía en su aldea natal donde será puesto a prueba y, como sería un desperdicio de sus destrezas ninjas, luego de cumplir tres años viviendo en Konoha desde que fue aceptado volverá a cumplir misiones pero sólo en la aldea (porque no se le tiene permitido salir hasta que demuestre que no es una amenaza).
Actualmente Uchiha vivía en los territorios de su clan y con todas sus edificaciones restauradas con ayuda de sus ex compañeros del equipo siete (Naruto, Sakura y Kakashi) y de sus lacayos del equipo Taka los cuales le brindan compañía al azabache al residir también allí en la mansión principal.
Continuaba siendo el mismo Sasuke Uchiha que todos solían conocer: tosco, huraño, serio, displicente, arrogante y orgulloso. Pero había algo diferente en él y era que esa mirada de odio que vislumbraba en sus oscuros ojos se había desvanecido, incluso Karin decía que la oscuridad de su chakra se desvaneció, más no significaba que Sasuke se sanó por completo…
Aun existían cicatrices que difícilmente desaparecerían en el corazón magullado del azabache. La verdadera y sincera sonrisa que pocos lograron ver en él de niño, ahora era un vano recuerdo que tenía un agridulce significado. Incluso Karin a pesar de que continuaba anhelando volver a ver esa sonrisa cautivadora de su líder, estaba comenzando a perder la esperanza antes sus frustrados intentos.
Parecía que Sasuke tendría una vida vacía sin cura alguna. Aun si él luchaba por proteger su aldea y cumplía sus misiones con la mejor actitud posible, se había transformado en un títere sin alma que en parte buscaba no sentir más para no experimentar dolor y en la otra parte de él… había olvidado lo que eran las emociones exceptuando la tristeza e ira.
Prácticamente era un hombre perdido.
Más no era el único perdido en su rumbo. Hinata Hyūga después de la guerra subió al rango jonin y aunque fue duro apreciar este triunfo ante la pérdida de su querido primo Neji, continúa viendo lo más optimista posible la vida sin olvidar de honrar el sacrificio del joven genio que no fue en vano.
Y así lo pensaba también los Hyūga del clan quienes en honor a él y demás miembros del clan que perecieron en la guerra: Hirashi, el actual cabecilla del clan, decidió acabar con la discriminación de las ramas en la familia más no pudo eliminar el sello maldito de la familia principal en aquellos Hyūgas que están obligados a proteger a los miembros que tienen alto mando en el clan como el consejo de ancianos y el cabecilla. Porque el Byakugan es un dojutso muy poderoso y en manos equivocadas puede provocar un irremediable caos, también que la misma Hokage no pudo permitirlo sabiendo de las consecuencias que existiría.
Sería una tentación para futuros enemigos que amenazan con la paz en la vida shinobi.
Sin embargo, los Hyūga que una vez pertenecieron como la rama secundaria en la familia. Estaban satisfechos por el momento de vivir honradamente y ser tratados con igualdad. Sin ser vistos como simples peones e instrumentos que pueden ser sacrificados como si sus vidas no valieran nada.
En cuanto a Hinata, gracias a su activa participación en la cuarta guerra; consiguió respeto en la mayoría de los miembros del clan como en el consejo de ancianos y otros Hyūgas que la cuestionaban como kunoichi. Por ahora de la introvertida peliazul que una vez fue tan sólo queda migajas, siendo irreconocible de esa pequeña niña miedosa y de baja autoestima. No obstante, continuaba siendo muy diferente de su clan porque aun si es una Hyūga fuerte y orgullosa de su estirpe; seguía siendo muy gentil y compasiva, dos características que no pertenecen en el clan.
Debido a esos "defectos " es aun una polémica en el consejo de ancianos que Hinata Hyūga tal vez no tenga la aptitud suficiente para ser la próxima cabecilla del clan. También que al estarse aproximando la mayoría de edad de Hanabi, están más seguro los del consejo que la hija menor de Hirashi es la más apta para ser la heredera del clan.
Pero a Hinata no le importa si es la próxima cabecilla del clan o no, tan solo le atañe que el quién elijan como líder sea alguien que protegerá y cuidará al complejo Hyūga. También le tiene sin cuidado de que si su hermanita se convierte en la sucesora de su padre, entonces a ella le impondrán el sello maldito de la familia.
Ya que en la mente de la joven Hyūga hay otras cosas que le preocupa y es… ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Como kunoichi, su meta es querer proteger a su aldea natal al cual considera su hogar y donde viven todos sus seres queridos pero… es un deseo que todo ninja o habitante en Konoha tienen. Prácticamente no es una meta propia sino común y genérica.
Entonces… ¿Cuál es su nueva meta, su nuevo sueño? ¿Cuál es el camino ninja que debe seguir ahora? La motivación nace cuando tenemos algo por que luchar y es lo que nos incita a vivir. Sobrevivir, pelear y estar determinados en cada paso que avanzamos hacia adelante.
¿Dónde quedo eso en ella? Se sentía tan… poco necesitada y perdida.
— Neji ¿Qué debería hacer? —Preguntó Hinata, mirando tristemente la tumba de su primo que contenía varios ramos de flores y se mantenía bien cuidada la lapida donde estaba tallado en hermosas letras el nombre del difunto como su fecha de nacimiento y fallecimiento junto con una breve oración en homenaje a su memoria.
El cementerio privado del clan estaba desértico a excepción de la presencia de la primogénita de Hirashi pero el terreno se mantenía bien cuidado. El día que había amanecido soleado, dándoles la bienvenida a los habitantes de la aldea, ahora estaba nublándose con densas nubes grises que no permitían que se infiltrara la luz del sol y pasara a ser de un bello día a uno lúgubre.
Escuchándose de vez en cuando el cielo tronar en clara advertencia que se avecinaba una tempestad…
Ella se agachó, tanteando con las yemas de sus dedos el nombre de su primo con mucho cuidado y devoción. Su mirada estaba entrecerrada, cayendo sus parpados y vislumbrándose en sus perlados ojos una amarga melancolía.
—…De seguro, tú tendrías… la respuesta indicada a mi problema… —Sonrió débilmente. — Pero eso es obvio ¿No?… Eres un genio… —Escondió su rostro entre sus rodillas, empuñando con fuerza la mano que tanteaba con afecto la lapida. — Nii-san, te e-extraño.
No lo soporto más y comenzó a llorar, gruesas lágrimas amargas salían de sus cuencas perladas. Creyó poder mantenerse fuerte ante su primo para que así no se preocupara por ella pero no podía, el vacío que dejo al irse de su lado le dolía…
Pensó que podía superar el haber perdido a un buen amigo, hermano y primo. Realmente creyó soportarlo… así como pensó que tenía todo lo que necesitaba.
Pero se equivoco.
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[«Universo Menma»]
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En medio de la noche en un bosque, cerca de un muelle se hallaba una pequeña que lloraba en busca de desahogarse de las penas de su vida. Sabía que nada resolvería con llorar ni escapar de su casa por las noches, posiblemente conseguiría un buen castigo o tal vez nada porque a nadie le importaba si existe o no.
Todos en su familia estaban más preocupados de sus propios asuntos para detenerse a ver si ella estaba bien porque simplemente no valía nada para ellos. ¿Entonces de que sirvió venir al mundo? Si existe un dios ¿Qué propósito tuvo de traerla a esta vida? ¿Para ser menospreciada?
Si era así ¡Pues ella no quería está vida!
Prefería mil veces morir y así, tal vez, podría reunirse con su querida madre.
— ¿Qué haces aquí?
La niña se sobresaltó ante la voz que escucho a sus espaldas y rápidamente volteo, temerosa de quien podría ser…
Abrió sus ojos, despertándose lentamente al igual que sus sentidos. Movió a un costado su rostro para centrar su mirada en el reloj sobre la mesa de noche donde indicaba que aun era demasiado temprano.
Gruñó malhumorada, ahora ya no podría recuperar el sueño por mucho que diera vueltas en su cama. No solo porque era el tipo de persona que si despertaba una vez, ya no podría conciliar el sueño de nuevo sino porque el reciente ensueño que tuvo (o más bien pesadilla) formó parte de un ambiguo recuerdo de su pasado que prefiere tener enterrado en lo más recóndito de su ser.
Apartó las sabanas, dejando ver su esbelta figura cubierta con un ligero camisón de seda con encajes y escote en "V" bien marcado que permitía ver con facilidad el valle de sus senos dotados de tamaño que era difícil de ignorar. Complementando la prenda inferior tenía unos shorts ajustados y cortos que parecían más a unas bragas, admirándose a través de la prenda su trasero relleno y torneado más sus largas y trabajadas piernas de tez blanca como la porcelana.
Bostezó y se estiro todo lo que le permitía su estatura de 1,63cm.
Se levantó de la cama, dirigiéndose descalza al baño para darse una larga ducha. Tal vez no era hora de que las personas comenzaran a trabajar ni siquiera a transitar por las calles de Konoha pero podía hacer que ese tiempo fuera productivo para ella, se arreglaría e iría a entrenar.
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((«».«»))
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Cuando salió del edificio le fue imposible el estremecerse ante el frío que hacía ¿Y cómo no? Si apenas iban a ser las cuatro de la mañana. Tenía puesto su holgada sudadera favorita de color lavanda con detalles grises, como siempre abierta dejando ver su plano vientre y lo único que cubría sus grandes senos (bueno tal vez no tan grandes si lo comparamos a los de Shizune, la secretaria de la Quinta Hokage) era un sencillo top negro que permitía ver el valle de sus senos de forma sexy más no vulgar. Unos pantalones oscuros que llegaban por debajo de su rodilla (porque sería una tontería llevar shorts para que se le congele las piernas en este frío cuando están saliendo del invierno) y unas sencillas sandalias negras.
En cuanto su flequillo, como acostumbraba, se lo peino a un costado y su larga melena se lo recogió en una coleta alta. Por esta vez, decidió no maquillarse. Bah. De igual forma ¿Quién la vería a estas horas? Además, sin o con maquillaje se veía despampanante y cuidado el que diga lo contrarió porque lo molería a golpes.
Metió sus manos en los bolsillos de su sudadera y haciendo uso de sus destrezas ninjas, se desplazo entre los techos de las edificaciones hasta llegar a su sitio favorito para entrenar.
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((«».«»))
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Ya estaba amaneciendo, Hinata despedazaba con sus movimientos etéreos pero precisos y letales el tronco del árbol con demasiada facilidad como si se tratara de un mondadientes. Ya había derribado ocho árbol en tres minutos, haciéndosele ya aburrido decidió controlar su propia fuerza para no arrasar con los arboles de toda esa zona o sino la Quinta Hokage es capaz que la obligue a no cumplir misiones por un mes como castigo. Ya ocurrió una vez y durante esos días fue un infierno, no solo para ella sino para todo aquel que estuvo a un radio de 2 kilómetros de su persona.
De repente se detuvo, resoplando en claro fastidio y sin voltear dijo, no, más bien exigió:
— ¡Salid ya! —Más nada ocurrió para su molestia, se volteo con las manos en la cadera. — ¿Hasta cuándo piensas hacer lo mismo…?
— Ya, ya Hinata. Cielos.
— ¿Por qué tenemos que entrenar en un sitió donde aguardan tantos bichos?
— Shino, Kiba ¿Qué hacen aquí? —Cuestionó aturdida, mirando pronto como Akamaru se acerco y automáticamente ella lo acarició en modo de saludo.
— Pues ¡Dah! ¿Venir a entrenar, no? —Contestó Kiba, ignorante a la reciente expresión de sorpresa de su compañera. — Si no venimos es capaz que te llegues a nuestras casas y nos saques de la cama a patadas.
La peliazul finalmente reacciono del desconcierto y frunció el ceño. — ¡Obviamente! Nosotros no vamos a ser el equipo vagabundo de Konoha.
— ¡Hey, no me ignoren! —Exigió Aburame, dándose un manotazo en el hombro al ver un mosquito situarse allí. — Maldición ¿Por qué no nos vamos al dojo de mi casa o al de Kiba?
— Nah, paso viejo. Hay muchos perros pulgosos por mi casa —Frunció la boca en desagrado Inuzuka. — Mejor vamos a la… ¡Auch! ¡Akamaru! —Exclamó en dolor y molestia al sentir como el can le mordió el antebrazo para irse corriendo. — ¡Bastardo, no huyas…!
Hyūga suspiró fastidiada al ver el mismo comportamiento de siempre en sus compañeros de equipo. Akamaru y Kiba peleando. Shion con su intachable repudio hacia los bichos y donde vea uno lo erradicaría sin dudar.
Era como otro día de su monótona vida.
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((«».«»))
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Caminado por las calles de Konoha en horas del soleado día estaba Hinata con una expresión indiferente y seria. Observando de vez en cuando a la gente de la aldea en su vida diaria, algunos se veían alegres, otros miserables, amargados, deprimidos o irritados.
No importaba, siempre era lo mismo. Nada variaba.
— ¡Buen provecho!
La peliazul centro su mirada perlada de dónde provino la voz para encontrarse con el puesto ramen de Ichiraku y como uno de sus clientes estaba Menma Uzumaki. Una sonrisa coqueta se asomo en sus pintados labios de un suave tono cereza, estaba a punto de cambiar la dirección de su marcha hacia el rubiales que comía feliz su platillo favorito…
— ¡Menma come despacio o te vas atragantar!
La sonrisa de Hinata se borró al ver el acompañante del shinobi, siendo la honorable hija del cuarto Hokage; Sakura Haruno. Últimamente la pelirosada ha pasado mucho tiempo con Menma y aunque a nadie le parecía extraño al ser compañeros de equipos…
El quién tuviera una mirada calculadora y pensara con la cabeza fría sabría muy bien que había algo diferente en esos dos. Y ese algo se podía ver en la pequeña chispa que se asoma en la mirada jade de Sakura cada vez que se enfocaban en el enérgico rubiales.
— ¡Ogh, mhe agoho!
— ¡Ves! ¡Te lo dije! —Pronto la ojijade palmeo con fuerza la espalda de Uzumaki. — Ups. Lo siento —Se disculpó al ver que ante el golpe que le propino en la espalda lo obligó, sin querer, a meter la cara en el tazón para después él levantarse gritando cuan caliente estaba el caldo del ramen.
— Nah, Sakura-chan. Estoy bien ¡Dattebayo! —Aclaró rápidamente después de ya no sentir (mucho) el ardor en su rostro. Dedicándole una gran sonrisa risueña a la pelirosada que le devolvió el gesto con gusto.
Sí… sólo era cuestión de tiempo en que finalmente terminara de revelarse aquello que se oculta en la mirada jade de Haruno y…
La Hyūga empuño con fuerza sus manos y a pesar de que quería intervenir el momento entre la pareja. Retomo su marcha sin volver a ver hacia el puesto de ramen.
— ¡A que no me atrapas!
Reacciono, retrocediendo un par de pasos al tomarle desprevenido un niño que se interpuso en su camino el cual no se percato de ello. Continuando en su juego con sus demás amigos, correteándose. Entonces Hinata se percato que ya estaba atardeciendo como también había parado cerca del parque donde se reúnen los niños de la aldea a jugar y donde ella estaba podía ver un gran lago con un muelle.
Su mirada perlada adquirió una tenue sombra al haberse perdido en sus recuerdos.
— ¿Pensando en mí?
Frunció el ceño y sin aun quererse voltear (Porque si lo hacía le partiría la cara). — Jamás perdería neuronas por ti. ¿Qué quieres? —Se animo en virar su rostro para cruzar su mirada perlada con una de color carbón. — ¿No tienes algo mejor que hacer, Uchiha?
— Hey, hey, tranquila —Indicó relajado y una sonrisa ladina que encrespaba los nervios de la peliazul. — ¿Por qué de tan mal humor? ¿Esperasteis mucho nuestro encuentro?
Un tic en el ojo se asomó en ella y amenazante alzó el puño en alto dispuesto a darle fin a sus palabrerías de donjuán. Lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba… ¡Por dios, no lo soportaba!
Pero (¡Sí había un maldito "pero"! ¡Joder!), no lo golpeo, se detuvo a último minuto.
El azabache abrió ligeramente los ojos sorprendido sin poder mirar directamente la perlada mirada al estar cubierta por su flequillo.
— ¿Hinata? —No hubo respuesta. — Oye, Hinata… —Extrañado, se inclino a ella extendiendo una mano para sostener su delicado mentón y alzarlo para verla directamente a los ojos con el propósito de saber qué demonios pasaba por la mente de la chica.
Sin embargo, la kunoichi retrocedió un paso… lejos de su tacto.
— ¿Qué? ¡¿Qué?! ¡No soy sorda! —Le gritó sin atreverse a alzar la mirada, empuñando con fuerza sus manos en clara represión… la cuestión es ¿De qué?
— Rayos —Dijo un tanto fastidiado ante el potente grito de la chica, sintiéndose cansado al ver el incomprensible comportamiento de ella (Más de lo normal). — ¿Acaso estás en los días o qué?
Desafortunadamente Sasuke se confió demasiado del supuesto comportamiento "dócil" de la Hyūga porque a penas que dijo las erróneas palabras que incomodarían a cualquier chica con pudor o con emociones inestables que no sabe muy bien cómo expresarlos; fue golpeado fuertemente en el estomago y proyectado muy lejos de ella como una bala de cañón hasta chocar con algo relativamente duro.
— ¡IDIOTA! —Exclamó molesta, respirando agitadamente. — Cretino, imbécil, insensible, maldito,… —Mascullaba entre dientes un sinfín de blasfemias que una dama no debería saber ni pronunciar. Todas dirigidas a la existencia del shinobi.
Sin alcanzar ver el Uchiha ni nadie más el suave rubor que se asomaba en las mejillas de la ojiperla mientras que se retiraba de allí con el ceño fruncido al igual que sus labios.
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((«».«»))
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— Hola extraño… —Susurró Hinata con una débil sonrisa melancólica sin apartar su mirada de la lapida que tenía grabado el nombre de Tsukiko Hyūga, su difunta madre.
Se agacho para depositar el ramo de flores, justamente las preferidas de su progenitora. Escuchando de fondo el cielo tronar. Pronto sería de noche y tendría que regresar a su apartamento pero… aún no quería volver.
…Aun si la fría lluvia comenzó a calar hondo en sus prendas.
— Mamá todo está bien aquí… —Tanteo con la yema de sus dedos el nombre de su madre con cariño, sin borrarse su pequeña sonrisa. —…Neji continua siendo el mismo pervertido de siempre, Hanabi cada día crece fuerte, padre sigue siendo el tonto de siempre al igual que esos ancianos.
Suspiro, apoyando su mentón sobre sus rodillas al mantenerse agachada sin abandonar su vista de la tumba ni su tacto.
—…Y yo… yo… —Cerró los labios a presión al mismo tiempo que la mano que tocaba la lapida se empuñaba con fuerza.
— Se va enfermar si continua debajo de la lluvia.
Ella no volteo a ver la nueva presencia en el cementerio privado del clan, ya sabía quién era porque esa presencia tan solemne pero amable y protectora solamente alguien la tenía…
— Lárgate Neji.
— No puedo dejarla aquí, no me lo permitiría… —Él dijo con amabilidad. —…Y ella tan poco lo permitiría —Indico sabiendo que era un tema delicado nombrar la madre de su prima. Sabiendo que Hinata era explosiva y, a veces, impredecible en sus ataques de fuerza bruta.
Gruño, frunciendo los labios y conteniendo las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos hace unos minutos. — Deja de espiarme de una buena vez y vete hacer algo productivo con tu vida.
— Lo haré cuando la lleve a casa.
— ¡Argh! —Exclamó exasperada. — ¿Qué tan difícil es tener un poco de privacidad?
— Bueno por algo se mudo a vivir en un apartamento, en el centro de la villa y muy lejos del complejo Hyūga ¿No?
Ella guardo silencio porque estaba conteniéndose de gritar; de ofender a su primo que con unas pocas palabras, realmente lo puede herir a comparación de unos golpes; y finalmente de llorar. ¡Maldición! Odiaba esta naturaleza de querer llorar por todo ¿Eso era por ser mujer o porque en el fondo era una llorona y no se había dado cuenta?
Prefería escoger la primera hipótesis, era más coherente… o el que se acercaba para negar su realidad.
— Entonces ¿Por qué sigues aquí? ¡Desaparécete de mi vista antes de que yo lo haga! —Lo amenazó y esperaba que bastara eso para que él finalmente cediera en dejarla sola.
¡Cielos! ¿Por qué tenía que ser tan protector y terco? Cuando le conviene es una mujer para espiarla con sus intenciones pervertidas y cuando ella busca intimidad es una niña para él.
¿Qué no ve que quiere sumergirse en la soledad? Quería pensar y poder saber que era está sensación que la hacía sentir vacía por dentro. Ella cuidaba con fervor esta coraza que se mantenía impenetrable para que nadie lograra ver realmente lo que le apenaba, preocupaba e ingenuamente anhelaba…
22 años se ha mantenido así y no quiere cambiarlo.
No cuando aprendió a no depender de aquellas personas que apreciaba, tolerando no tener su brillo y calor durante su compañía…
— ¿Hinata-sama…? —Llamó al ver como su prima se enderezaba pero pronto comenzó a tambalearse y sin dudar la tomó del antebrazo para evitar que se cayera.
— ¡No…! —Ella se deshizo del agarre con cierta brusquedad, cruzándose su mirada con la de su primo quien la admiraba sorprendido. Hinata quiso disculparse ante su acto tosco con él pero las palabras no salieron. — Sólo no… me toques…
Gruesas lágrimas hacían camino por las ruborizadas mejillas, confundiéndose con las gotas de la lluvia que se deslizaban en su figura. Su mirada perlada expresaba una amargura oculta.
La peliazul se tambaleo una vez más, sentía su mirada pesada al igual que su cuerpo y su visión se alteraba con los recuerdos del pasado y la realidad. De un momento a otro veía el rostro preocupado de su primo y en otra visualizaba aquella figura de su infancia…
A esa persona.
— ¡Diablos…! —Exclamó apagadamente Hinata antes de perder el conocimiento, escuchando cada vez más lejano el llamado de su primo y el cielo tronando fuertemente.
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[«Universo Naruto»]
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En el mismo cementerio, en el mismo lugar y tiempo pero en otro mundo ocurría algo parecido…
— ¿Q-Qué…? —Hinata alzó su mirada vacilante al escuchar como alguien la llamaba suavemente.
Sentía las piernas y cuello agarrotados al haberse mantenido agachada mientras que escondía su rostro entre sus rodillas por indeterminado tiempo. Las lágrimas en algún momento dejaron de fluir, dejando un rastro húmedo en sus mejillas pálidas.
— No lloré más —
— ¿C-Cómo…? —Se sentía confusa, el escuchar los truenos y estar el sitio completamente oscuro no ayudaba del todo.
— Todo estará bien —
Frunció imperceptiblemente el ceño al volver escuchar esa voz que se le hacía familiar, enderezándose con dificultad ante el escozor de sus músculos y con lentitud se volteo para admirar sorprendida la figura traslúcida pero brillante de…
— ¿Ni…Nii-san? —Él tan solo le dedico una amable sonrisa como respuesta. — De v-verdad eres… —Se aproximó a la figura etéreo de él en pequeños pasos, cuando en realidad quería correr y abrazar a su primo.
— Hinata-sama, recuerde, usted jamás estará sola —
Él extendió una mano hasta situarlo en la mejilla de Hinata, ella inmediatamente sintió la calidez que desprendía su contacto y queriendo mantenerlo… sostuvo la mano de su querido primo.
— N-No… —Lamentablemente el joven Hyūga comenzó a desvanecerse al igual que la dulce sonrisa en ella. — alto… ¡E-Espera…! —El cielo nocturno trono fuertemente y luego en un par de segundos la lluvia cayó, empapando todo a su paso. — ¡NEJI!
Pero por mucho que intento tomarlo en sus manos o llamarlo, él se había ido de su lado… otra vez.
—…N-No… no te… —Comenzó a sentirse mareada, la respiración entrecortada, los ojos pesados, las piernas de improvisto le fallaron y prontamente sintió que su cuerpo caía en la nada. —…v-vayas…
Sumergiéndose en la absoluta oscuridad, escuchando lejanamente la voz de su primo en un arrullador susurro que hacía un solemne eco.
— Todo estará bien —
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FIN DEL CAPÍTULO 1.
~ Nota de ChibiFjola
Aunque admito que ni siquiera debería pensar en publicar nuevos fic cuando aún no salgo de (5) historias que ya he publicado, siendo una de ellas un SasuHina. No me pude contener al tener de dicha pareja una nueva historia y con material adelantado. También que tengo el pensamiento de "año nuevo, historia nueva" y quiero retornar otra vez a con un fic que lo manifieste.
No obstante, descuiden aquellos lectores que siguen mi otra historia «Tu, yo y nuestros hijos». No la he olvidado y próximamente la continuare (Para más información pásese por mi perfil).
Recapitulando el tema sobre « Mi Camino es Junto a Ti», si les ha gustado y desean que continúen actualizando la historia tan sólo tienen que comentar, también los que quieran opinar que le ha parecido la trama, si se entiende mi modo de narrar, alguna duda de algún capítulo o sobre la lectura, si los personajes se mantienen de acuerdo a su personalidad o no, entre otras cosas. Son libres de hacerlos, eso sí, siempre y cuando no ofendan. Una cosa es una crítica constructiva y otra es insultar.
Sin más que decir mis queridos lectores, ya no les quito más de su tiempo y me despido. ¡Nos vemos en el próximo capítulo…! Claro, si ustedes así lo desean.
¡Bye~!
Jueves, 15 – Octubre – 2015.
Hora: 11:41a.m.
