UNA NUEVA OPORTUNIDAD


Bueno hola antes que nada, soy nueva y bueno este es mi primer fic, antes de iniciar este fic comienza después de la derrota de Tai Lung y se meteran algunos capítulos de kung fu panda la leyenda de Po un poco cambiado a una sitación TixPo y GruxVi.

Disclaimer: Kung fu panda no me pertenece, le pertenece a dramworks, no hago esto por fines de lucro


Capítulo 1: Recuerdos

[- "¡DÉJAME!" Grito Tigresa al chico que no lo dejaba en paz "¡YA SUÉLTAME!"

Él no decía nada, solo la acorralo contra la pared tomándola por las patas delanteras y sosteniendo sus piernas para que no pudiera darle una patada, la maestra más peligrosa, no estaba demostrando ser lo suficientemente, peligrosa.

"¡SUÉLTAME!" Grito con más fuerza, lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, el tigre siberiano que la tenía acorralada rio.

"Pensé que eras más valiente" dijo sonriendo incrédula mente "pensé que eras mejor que eso".

Comenzó a besarle por la fuerza, nunca se dejó tocar por él y esta vez, él lo hacía, pero por una razón, la felina no pudo defenderse, ya que comenzó a llorar desconsoladamente, la primera vez.

Todos los demás escucharon sus gritos, dispuestos a defenderla vieron que era el tigre quien la tenía acorralada, casi a punto de abusar de ella.

"¡SUÉLTALA!" Gritaron los demás, defendiendo a Tigresa.

Ella se quedó en shock ya no supo que hacer, se resbalo por la pared lentamente cayendo al suelo con lágrimas en los ojos, su mejor amiga se acercó a ella, los chicos se encargaban de él. La maestra Tigresa recogió sus rodillas abrazándolas y escondiendo su rostro, llorando.

"Él ya no estará para molestarte" dijo Víbora.

"Estuvo a punto de abusar de mí" Tigresa lloró "no me dejo, fui…Débil".

"Tú no eres débil" dijo Víbora.

Antes de que la felina hablara, Shifu dio el último golpe, casi matándolo, diciendo a los demás que lo llevaran a la prisión de Cho-Gum.

"Llévenlo, que se pudra ahí, ¡Asegúrense!" Exclamo Shifu, bastante enojado.

"Sí maestro" dijeron los demás haciendo una reverencia, marchándose.

Se acercó a Tigresa, poniéndose al lado de ella "¿Estás bien?" Pregunto.

"No…No lo sé" dijo llorando aun.

"Todo estará bien" Víbora puso su cola en su hombro "te prometo que nadie más, volverá a lastimarte".]


El recuerdo la invadió, estar en la parte de abajo del palacio, en un recinto escondido, la hacía recordar cosas que prometió que nunca recordaría, pero siempre era demasiado tarde, todo el tiempo bajaba a ese recinto y veía todo. El pequeño lugar al que ella llamaba "pequeño recinto de los obsequios" o "pequeño recinto de los recuerdos de Zhang". A veces tenía que admitir que lo extrañaba, que extrañaba lo que él hacía, lo que se esforzaba por hacer.

Desgraciadamente ese era el único recuerdo que abordaba su mente, siempre recordaba lo peor, él la lastimo y no solo físicamente, si no "emocionalmente". Ella no era muy abierta con él, no era cariñosa, no dejaba que se acercara sin su permiso, no dejaba que la besara o que le diera besos en la mejilla, sin embargo Zhang el tigre siberiano, le robaba besos, en su mejilla, ya que Tigresa siempre volteaba el rostro, para que él no lograra besarla en donde no quería. Sin embargo aquel tigre tenía pequeñas ventajas, la hacía sentir…Especial, o bueno no especial, pero la hizo sentir querida de cierta forma, se esforzaba porque ella lo tomara en cuenta y sería mentira si Tigresa dijera, que se había enamorado de él.

Nunca se enamoró de él, por más que Zhang hiciera el esfuerzo, no lo lograba, ni lo lograría, había un cierto nivel de desventaja, pero lo que ella admiraba era la forma en que se acercaba y la forma en que tantas veces la invitó a salir.

Vio la pequeña flor que se encontraba en un plato hondo con agua, una hermosa flor color roja y rosa por la parte baja de los pétalos, "es una flor extraña, pero eso es lo que la hace hermosa, y tú eres la más hermosa por el hecho de ser diferente" ella diría que fuera mentira si dijera que aquellas palabras no la hicieron sonrojarse, porque lo hicieron, tomo la flor, subiendo el pequeño mundo biológico de la flor, la miro y la olio, aun extrañaba esos pequeños esfuerzos, la hizo sentir como nadie lo había hecho, sin embargo el hecho de que él no le gustaba nunca cambio.

Dejo la flor de nuevo en su lugar, tuvo novio pero nunca sintió el amor, nunca. Sin embargo había alguien que sin ningún problema llegó a tener su corazón, esa persona se encontraba en el palacio de Jade, hizo una pequeña sonrisa y rápidamente la quito, y después pensó, ¿Por qué le dijo que sí a Zhang cuando la invitó a salir?


[-Zhang se acercaba a Tigresa cada vez que podía, dejaba lo que hacía solo para contemplarla, era sumamente divina, era una clase de tigre diferente, era una tigre de bengala, no sonreía, no lo miraba, no abrazaba, no si quiera daba palabras de aliento, pero no importaba, para sus ojos simplemente era hermosa.

Se acercó sigilosamente aquel día, la felina se encontraba entrenando en el salón de entrenamiento, daba patadas y golpes con sus poderosos puños y sus poderosas piernas, la miro, es que simplemente era hermosa, no había palabras.

Se acercó y tomo sus patas para que ya no diera ella otro golpe.

"Déjame ayudarte entrenar" dijo Zhang "podríamos hacerlo bien".

"Suéltame" dijo la felina, quitándoselo de encima "nunca más me vuelvas a tocar, o en un abrir y cerrar de ojos ya no existirás".

"Palabras muy duras" Zhang se acercó "solo te pido, sal conmigo, eres alguien diferente".

"Nunca funcionaria" Tigresa volteó, cruzándose de brazos "nunca".

"Por favor" volvió a suplicar el tigre siberiano.

"Bien, lo haré" dijo a punto de enojarse "pero si sigues molestando con lo mismo, lo rechazare y serás mi saco de entrenamiento".

"Perfecto" Zhang se acercó a ella, con disposición de abrazarla, ella se alejó.

"Regla número 1: Nunca me abraces" dicho esto, Tigresa se marchó.]


¿Cómo había sido posible? Si hubiera dicho que no, nada de eso que paso le hubiera pasado, pero los hubieras no existen.

Caminó saliendo de aquel recinto que se encontraba en la parte baja y escondida de palacio, más allá de los 1000 royos, se dio la vuelta y cerró la pequeña puerta del recinto con llave y lo escondió con una cortina negra, dejando que la oscuridad abrazara a aquella habitación, sin más que decir se dio la vuelta y salió de ahí, dispuesta a olvidar todos aquellos recuerdos, de nuevo.

Sin duda había alguien que lograría cambiar eso.

El gong sonó y los cinco furiosos salieron rápidamente de sus habitaciones, saludando al maestro Shifu, él los saludó sin más preámbulo, notaron a ausencia de un panda.

El guerrero dragón yacía dormido en su cama, no había escuchado el gongo, el panda rojo entró a la habitación del guerrero dragón, golpeándolo con el palo de Ogway para que despertara, el panda solo se movía de un lado a otro, hasta que Shifu hizo que se cayera de la cama, esté se despertó en un santiamén.

─ ¿Qué pasa? ─Po despertó─ ¿Bandidos? ¿Ladrones?

─No panda ─dijo Shifu─ es hora de levantarse ─sonrió un poco.

Po se levantó del suelo, mirando a todos los demás, Víbora, Mantis, Mono, Grulla y…Tigresa, la más hermosa de los cinco e hija del maestro Shifu, rápido se levantó quitándose de la mente cualquier pensamiento que incluyera a su maestra de kung fu favorita.

Shifu salió de la habitación, seguido de los otros cuatro ¿Por qué cuatro? Porque una de ellos lo había esperado, ese alguien era Tigresa, que lo esperaba con un semblante serio, enarcando una ceja.

─Buenos días ─dijo Po.

─Buenos días, guerrero dragón ─dijo Tigresa, haciendo una pequeña reverencia.

─Oye mmm… Tigresa.

─Dime Po ─volteó a verlo.

─No es que sea un chismoso pero, ¿Qué hacías levantada a las dos de la mañana? ─Pregunto el panda.

─No tenía sueño, quería levantarme ─caminó hacía la cocina, acompañada por Po─ necesitaba relajarme y me levante.

─Cada viernes, de cada semana, haces lo mismo.

─ ¿Cómo lo sabes? ─Volteó a ver a Po, furiosamente, le hacía honor al nombre de los cinco furiosos.

─Yo me levantó todos los días ─dijo Po─ pero a veces escucho tus pasos los viernes y me asomo ─dijo Po avergonzado, a más no poder─ y sin querer veo que eres tú.

─Lo siento ─se volvió a voltear─ nunca concilió el sueño y trato de pensar afuera.

Dicho esto último Po no sabía si creerle o no, aun así decidió hacerlo, no perdía el tiempo si no lo hacía.

─Tengo que hacer el desayuno vamos ─dijo Po apresurándose.

Ambos corrieron yendo a la cocina.


Espero les haya gustado, si necesita algún cambio o si necesita que se le agregue algo más no sé, espero sus rewies diciendo que le falta o algo y yo se lo corrijo bueno hasta luego, respondo rewies en el proximo capítulo.

Se despide BrisTigressandoPo.