Era una tarde calurosa, llena de luz, y cubierta por el calor de los últimos rayos de luz del día. Era una temporada de febrero realmente buena. Era extraño que no nevara ni nada así, aún siendo una estación fría en la región norte del planeta, aprovechar la ocasión de salir mientras durara era una muy buena idea, más aún si estas con amigos con quienes compartir esos bellos días, pero quien la pasaría mal, díganme? ¬¬... pues la verdad era extraño escuchar esos gritos en una esquina de la cuadra, una riña entre un joven y una joven, parecían indignados y molestos; la chica en especial indignada.
Que no! No pienso si quiera la condición de ir! – grito la joven, mirando furiosa a los azules ojos del otro joven.
No tienes una razón explicita para decir; NO! – le replicó también furioso. Ella se dio la media vuelta, pegó un salto enorme, y como un ave recién liberada extendió unas alas blancas, que resaltaban por la luz del sol.
El simple hecho de que digas, no, no quiere decir que sea un capricho! – gritó, y se alejo hacía el centro de la cuidad. El joven se ahorra sus palabras, no servia de nada decirle su defensa cuando estaba ya muy lejos. De limitó a seguir caminando hacía la dirección de la cuidad.
Al principio uno se extraña de ver gente como esa por esos lugares, siempre aparecía una que otra persona extraña o especial por el barrio, sólo por una razón; las Oficinas de Gin-Kay. La contratista, a la que un cazador con no mucha suerte busca un trabajo, relacionado con algo, y a su vez debe tener cierto su nivel Nen y la experiencia para postular y ser contratado. Ellos dos habían salido de allí ya bastante irritados uno por el otro, la razón...
... era un parque de diversiones de esos grandes con juegos que te matan del susto o que son interesantes para los pequeños. Sea como sea había alguien que no se estaba divirtiendo.
ahhhhhh ¡¡¡ por que no llegan? – se quejo uno de los tres, se estaban intentando distraer lamiendo unas paletas, uno de apariencia bastante mayor también comía una, y un chico de edad similar al que se quejaba, comía alegre lo que quedaba de su paleta...
Killua, no te preocupes ellos llegaran... – le dijo Gon intentando calmarlo, estaría de mal humor todo el día si seguía así, y no disfrutaría el paseo al parque de diversiones.
Es que Gon! Llevamos una hora esperando y ellos no aparecen! Y por ti no podemos jugar! – le replicó.
Gon, por que no jugamos mientras ellos llegan? – le preguntó Leorio viento un carril de gente en la montaña rusa gritando histérica.
Es que... me sentiría culpable...
Gon, dudo que Kidara encuentre divertidas estas cosas y dudo que Kurapica se suba a algún aparato! Simplemente subamos! – le replicó, los tres habían terminado sus paletas.
Pero aún así... – Leorio tomó en sus brazos a Gon, y lo metió en la fila para subir a la montaña rusa, cuando estaban metidos y quizás Gon no podría devolverse – Leorio.. Ay! Suéltame!
Como quieras... – ahora que no había peligro de que el se devolviera o algo así para que no se subieran en el juego, lo soltó al piso.
Ay¡ chicos no sean así! – dijo mirando desde el piso hacía arriba a Leorio, pero una sombra hacia que la cara de Leorio no se notara tanto, la sombra se hacía más grande, las demás personas no parecían percibir la sombra, poco a poco se hizo más grande, hasta que notó quien era.
Kidara¡¡¡ ya era hora¡¡¡ - exclamó Killua, ahora parecía de mejor humor.
Lo lamento, tuve un problema... – dijo intentando parecer no muy alterada tras lo pasado.
Y Kurapica? – preguntó Gon.
Pues...
Pues mira hacía halla.. – Dijo Leorio apuntando hacía la derecha, donde no había gente y donde Kurapica estaba apoyado.
...supongo que creen que soy muy aburrido para subirme a estas cosas, no? – les preguntó.
La verdad, depende de ti... – le respondió Leorio.
Ni siquiera me esperaron...
Vamos no seas así y ven ¡¡ - le dijo Kidara.
Ya vamos a subir así que sino; te colas ahora tú pierdes ¡¡ - le dijo Killua, Kurapica miró hacía la gente que esperaba... pensaba que les ofendería, pero que más daba una vez? Saltó sobre las rejas y se unió a la fila, los asientos iban de 5 en 5, por lo tanto fueron los 5 en una sola fila... Kidara se amarró bien la túnica...
Kidara, si no quieres está bien, iré yo sólo... – le dijo mientras se acomodaban los seguros.
No es eso, simplemente no quiero que vayas – le replicó y antes de que Kurapica pudiera decir algo el carro avanzó; una vuelta, dos vueltas, una espiral, de cabeza... en el fondo llegaron medios mareados a la salida a excepción de Kidara, Killua y Gon.
Subamos otra vez¡¡¡ - dijo con entusiasmo Gon.
Nunca más... – susurró Leorio..
Siento nauseas... – susurró Kurapica.
Realmente son unos anticuados... – les dijo Killua, como era posible que se cansaran con un mísero juego?
Kidara quieres otra vez? – le preguntó Gon, alegre – Leorio, no decías que estos juegos no te hacían ni cosquillas?
Eso era en mis tiempos...
Abuelo... – susurraron los 4...
Oigan! Está bien! Ahora les mostrare! – les grito, más molesto aún y olvidándose de las nauseas...
Bien! ¿Cuánto apuestas? – le pregunto Killua sacando su billetera... y los dos empezaron a gritar sumas de dinero...
No te gusto? – preguntó Gon a Kurapica, Kidara empezó a apostar con Killua y Leorio...
Me dieron algo de nauseas... – dijo intentando sonreír.
Kidara se va a burlar de ti – la susurró Gon. Kurapica lo miró, observó a Kidara, ella le envió una mirada de reto – vez?
Bueno, Gon, vamos a ganar esto; la meta es jugar más juegos que ellos... – le susurró al oído.
...me gusta la apuesta... – dijo Killua muy cerca de ellos – que apostamos? – empezaron a discutir, entre 4, sin incluir a Kurapica, lo que apostarían sería así; la competencia era entre los 5 y a su vez el que más resistiera con "cualquier método" podía tener cierto poder sobre los demás...
Están seguros? – preguntó Kidara levantando las cejas, estaba segura de poder ganar...
Si! – respondieron Gon y Killua.
Yo no pienso participar... – replicó Leorio.
Leorio, por que no? Que pierdes? – le preguntó Gon.
No pienso servir a nadie... y pierdo mucho – terminó. A Kurapica no le preguntaron, era obvio que participaría, sabían que cuando Kidara y él tenían un problema aceptaban cualquier reto para equilibrar sus diferencias y así no habían luchas por lo menos en unas 2 semanas...
...Kidara... – dejaron ir a los demás un poco más adelante.. – la condición es que vayas conmigo a la entrevista del cliente...
Como quieras, no pienso perder en un juego así... – lo miró con una mirada desafiante... Kurapica hizo un sonido como de respingo y aceleró el pasó.
Kidara a su vez hizo lo mismo, y al final, Gon, Killua y Leorio los vieron luchar por ponerse en la fila de un juego llamado "Dragón Batlle", constaba de dos ruedas giratorias que se movían de manera coordinada a gran velocidad, al subirse parecía que fueran a chocar, a la gente común le daría pánico, pero en este caso podrían cambiar algunas cosas...
Killua camino lentamente a la cola junto a Gon, Leorio tomó asiento cerca, el sol era fuerte, verlo con ese traje daba calor, ya que el parque funcionaba principalmente en el verano había unas maquinas que lanzaban un rocío de agua muy agradable y refrescante...
Leorio contó 3, 2, 1... el juego empezó, escucho un grito de "genial!" de Killua, y un pequeño "ahhhhhh" de parte de Gon, logró mirar un instante a Kidara, parecía disfrutar, a su vez Kurapica tenía los ojos cerrados, pero también parecía divertido...
Al final de la tarde, había subido dos veces a los mejores juegos del parque y a su vez todos los extras, pero como eran personas excepcionales, no se cansaban, al fin y al cabo, Leorio los miraba entretenido, hace mucho que no se divertían todos juntos así... en fin de cuentas terminaron jugando Piedra-papel- o tijeras...
En primera parte Gon y Killua jugaron primero con Kidara y Kurapica, tenían cierta técnica, mucha. Kidara y Kurapica quedaron juntos para ver quien era en último lugar, el que ganara en ese juego seria el que seria atendido por los demás. Killua se sorprendió al ganar otra vez a Gon, como In The Greed Island. Por otra parte Kidara perdió fácilmente con Kurapica, pero como hicieron un trato extra se molesto más que si hubiera perdido de manera común...
Cuando ya se iban Gon y Killua parecían entusiasmados, con aún muchas energías. Leorio los escuchaba entretenido. Pero Kidara iba muy molesta. En el caso de Kurapica parecía satisfecho, pero no muy contento.
Fue genial! – expresó Gon.
Sigo pensando que el mejor juego fueron las tazas... – reitero Leorio por quinta vez.
Tu crees? – preguntó Gon, la verdad se podía decir que sí, por que habían girado de tal forma que casi vomitaban al salir, todos, por que Killua se había subido con Kidara y Gon con Kurapica, y se habían puesto deacuerdo.
Gon, dinos que no! Todos salieron con nauseas! – le replicaron ambos.
Pero es que a mí me gustaron más las montañas rusas... – respondió sinceramente... por otra parte los otros 2 no hablan de esa manera, ella estaba molesta, y él resignado.
No hagas caso, era sólo un juego... – susurró Kurapica caminando por el parque unos pasos detrás de sus amigos.
... por que es tan importante para ti? – le preguntó. Habían tenido muchos problemas por eso.
Me importa, tú sabes, hace 6 años que no me he dirigido hacía ese lugar.. – con un tono algo sombrío le explico.
Si vamos a aceptar será la segunda propuesta, no pienso profanar el templo. Ni tampoco pienso prestar mi báculo.
Por eso quiero que vayamos ala entrevista, es dentro de 3 horas, a unas calles más adelante – tú habla con el cliente que quieras, y yo con el que me parezca más conveniente...
NO! Simplemente no quiero el trabajo! Que no entiendes? – Killua, y los demás se dieron la media vuelta, Kidara los miró – ustedes no miren! No es su incumbencia! – no les gustaba que Kidara se enojara, era peor que Killua, los amarraba con la cinta de su cabello y los pateaba, o los clavaba a la primera superficie cercana usando sus materializaciones. Se dieron la media vuelta, e intentaron reanudar la conversación.
Kidara, no lo hemos aceptado, solamente intenta ver si es posible – dijo tras suspirar.
( Nota del autor: si me explico, hablan de un trabajo que estaba viendo Kurapika, por que necesitaban algo de fondos, pero el trabajo lo busco Kurapika, y encontró un par referido a la tribu Kuruta. El problema es Kidara, se rehúsa rotundamente a esto, si quieren saber por que, sigan leyendo...)
No lo se.. Simplemente no quiero involucrarme... si vas a hacerlo hazlo tú sólo... – y se adelanto, e intentó integrarse ala conversación de los otros.
La noche avanzó, Kurapica estaba sólo frente a un gran hotel, algo esperaba... una figura se acercó...
Bien, sólo voy a acompañarte.. – dijo caminando a su lado dentro del hotel. Un hombre, bien vestido, con unos bigotes muy notables.
Jóvenes? Que buscan? – preguntó reteniéndolos en la recepción.
Buscó a Alaniz Brances y a Demeter Rowston – respondió observando un papel.
Ellos entraron separados, los dejare pasar si ellos los conocen... – observo a Kidara detenidamente... – Jovencita usted deberá esperar afuera, o tendrá que cambiar su atuendo... – dijo mirándola de manera lejana...
Kidara... – Kurapica la miró.
Claro, deme 5 minutos... – susurró, el baño era imposible no notarlo, decía con letras curvas y doradas en una pared con un toldo a sus lados "Bathroom", entró, al mirarse en el gran espejo, esa tarde usaba su vestido negro, el de siempre, pero como en ese lugar no la conocían y no tenía ánimos de amenazar a nadie, con un simple chasquido su nen cambió de forma, el traje se alargó, y se volvió un traje negro, mangas cortas con tiras en los hombros, dejando un espació libre en sus hombros, se alargaron sus mangas, hasta formar alargaciones sobre sus manos, el vestido se alargaba había abajo abriéndose de las rodillas hacía, abajo, forma pantalones bajo la falda, al final se puso La túnica roja de siempre, la dejo abierta y salió del baño, Kurapica estaba junto al recepcionista, este le miraba impresionada, no había durado mas de 3 minutos el cambio.. – supongo que ahora no tiene quejas...
Em si los tengo, sus pies... – Kidara no usaba zapatos, andaba siempre descalza o usando vendas en los pies cuando hacía frió... pero hizo la excepción, chasqueó otra vez los dedos, y algo así como unas sandalias, llenas de arneses envolvieron sus pies...
Contento? – preguntó, él no dijo nada, las sandalias habían salido dela nada, y Kidara uso Nen casi con la intención de golpearlo con la misma...
Eh... – Kidara avanzó tras Kurapica, hacía el hall.
