¡Hola! Aquí les dejo un one-shot, que muy posiblemente se convierta en two-shot -Si a ustedes les parece- que salió de un momento a otro de mi cabeza y debo dejar salir si no quiero enloquecer poco a poco.
10-Enero-14
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Recuerdo el día como si hubiera sido ayer.
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-¿Marshall?-La escuché preguntar temerosa, asomándose lentamente por la puerta. Aún no sé cómo llegó ese día hasta mí.
-Sal de aquí Marcy-Le ordené sin voltear a verla, no quería asustarla.
-D..dime que tu no-Quiso preguntar, pero la respuesta era más que obvia. No le contesté, pues no había nada que decir. Estaba muy asustado, no porque no me creyera capaz de hacerle esto a otro ser vivo, no era primera vez, estaba asustado por lo que ella pudiera pensar de mí.
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Aun puedo recordar los sentimientos exactos, como estos, ya estaba involucrada.
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-Marcy, ayúdame a esconder su cadáver, nadie más puede verlo.-Le dije con una sonrisa, podía sentir que de mi cara resbalaban gotas de sangre, sangre que no me pertenecía, su cara formo una verdadera mueca de terror.
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La espanté, y como no hacerlo, salió corriendo. Me temía.
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-¡Marceline!-Grité, pero ella siguió corriendo. Fui al baño, lave mi cara, mis manos, y me puse una de las camisetas del tipo que había asesinado hace poco.
-¿No te importa, verdad?-Le pregunté al cuerpo. No necesitaba darme prisa, Marceline estaba asustada, pero yo sabía exactamente dónde estaba. Le prometí que estaría a su lado, pero ciertas cosas me lo impedían. Ella aún no me comprendía del todo, no comprendía mi naturaleza, no sabía que necesitaba hacerlo. No me lo impedirían más.
Salí corriendo tras ella, con el fin de que no compartiera nuestro secreto, y ya que me había quedado claro que no sería cómplice, no importa cuánto la amara tendría que callarla a la fuerza, para siempre.