Tengo ya bastante con esta historia dando vueltas en mi cabeza, y por fin me he dado el tiempo de plasmarla, espero sea de su agrado y mínimo las entretenga un tiempo. Nada tiene que ver con la canción, lo digo por si acaso.

Sumary: Una serie de eventos desafortunados llevan a Edward y Bella a separarse, destrozando sus corazones, razón e incluso su humanidad. ¿Qué tanto puedes hacer por despecho y que tanto estas dispuesto a hacer por amor?


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Tu Peor Error.

Mi respiración era agitada y sentía el aire no alcanzar mis pulmones, mis piernas flaquearon al intentar dar el primer paso y si no fuera porque Charlie me sostenía del brazo hubiese caído graciosamente con mi vestido blanco.

– ¿Bella estas bien? – cuestiono mi padre al ver que no era capaz de dar siquiera un paso.

Asentí con demasiada fuerza evidenciando mis nervios.

– Si no estás segura de lo que harás, este es el mejor momento para recapacitar hija –

Yo le sonreí forzadamente, la idea de dejar a Edward al pie del altar era algo ridículo, imposible de imaginar siquiera, algo que jamás me atrevería a hacer.

– No es eso Charlie – me trate de componer un poco mientras escuchaba la marcha nupcial avanzar – es solo que lucirme frente a otros no es precisamente mi actividad favorita –

El sonrió formando leves arrugas alrededor de sus ojos – tampoco la mía – ambos nos reímos con ganas.

– Bueno, creo que nuestra entrada pasó poco más de 30 segundos –

– Es hora – contesto él.

Entramos con paso lento iniciando el recorrido de aquel hermoso pasillo exquisitamente decorado al igual que el resto de la iglesia. Un sonrojo cubrió mi rostro y de nuevo mis rodillas temblaron al darme cuenta de que era el centro de atención de muchísimas miradas; algunas llenas de felicidad y orgullo y otras con algo de desprecio – tal vez el invitar a Tanya fue mala idea – murmure para mí misma mientras observaba como esta apenas podía contener el lanzarse sobre mi cuello a causa de los celos que muy seguramente estaba sintiendo.

La iglesia, los invitados, la decoración, todo parecía ser el sueño hecho realidad de cualquier princesa, esta sin duda era la obra maestra de Alice, Esme y Rosalie.

A pesar de la hermosura que irradiaba el lugar, todo perdió sentido al observar al hombre que me esperaba al pie del altar, mi respiración se cortó y mi corazón latió desbocadamente, mi príncipe; mi sueño hecho realidad me esperaba con una hermosa sonrisa de felicidad pintada en su rostro. Estaba tan concentrada memorizando cada porción de su radiante rostro que no me di cuenta del momento en que avanzamos hasta que Charlie me soltó y entrego mi mano al hombre que se convertiría en mi esposo.

– Te entrego el más grande tesoro que un hombre podría tener, cuídala – sus ojos bañados en lagrimas hicieron que mi corazón se estrujara salvajemente, pocas veces vi los sentimientos reflejados en el rostro de mi padre, por eso el ver ahora el mar de emociones encontradas me dejaba totalmente pasmada.

– Con todo mi ser y por sobre todas las cosas – el apretón que dio a mi mano genero un cosquilleo que se extendió por mi brazo – Hola – me dijo con una deslumbrante sonrisa cuando mi padre se retiro para tomar su lugar. Yo no pude más que reír tontamente mientras sentía mis rodillas temblar incesantemente.

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– Acepto – respondí a la interrogante totalmente embelesada por el hermoso ángel que sostenía mis manos.

– Por siempre y para siempre – murmuro él con una torcida sonrisa adornando su rostro.

– Por toda la eternidad – nuestras palabras fueron totalmente sincronizadas a pesar de no habernos puesto de acuerdo. Su sonrisa torcida acelero nuevamente mi corazón y el casto beso que me dio en los labios me dejo atontada por varios segundos.

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El lugar al que me llevo era como sacado de algún cuento de hadas, un paraíso escondido de los ojos de curiosos.

– Es hermoso – fue lo único que pude articular al ver que nos acercábamos a la imponente casa (muy al estilo Cullen) rodeada por exótica vegetación y con el hermoso lago a unos cuantos metros.

Edward solo sonrió ante mi reacción – sabia que te gustaría –

Aparco el coche y antes de que pudiese siquiera parpadear ya estaba a mi lado abriéndome la puerta.

– Bienvenida Señora Cullen – la voz excitante que uso me hizo sonrojar debido al apelativo.

– Señora Cullen – susurre para mí misma – creo que tendré que acostumbrarme – dije mientras soltaba una risita.

Entramos en un incomodo silencio, Edward cargando las numerosas maletas que Alice prácticamente me obligo a llevar y que estaban marcadas con los días que correspondía a cada una.

– He llegado a la conclusión de que Alice es una controladora – dije mientras señalaba las maletas.

– Increíble como a pesar de ser tan pequeña es una gran molestia – dijo siguiéndome el juego con tal de terminar con el irritante silencio.

Llegamos a la alcoba principal pero él me detuvo antes de entrar, me sorprendió la rapidez con la que había dejado las maletas de lado, pero me deslumbro aun más la sonrisa de su rostro.

– Esto tenemos que hacerlo de la forma tradicional – antes de reaccionar mis piernas se encontraban ya separadas del suelo mientras me sostenía con un hermoso brillo bailando en su mirar.

Entramos a paso lento sin dejar de vernos a la cara, el momento en el que me hundí en la cama mi columna mando una corriente eléctrica que casi entumió mis extremidades al saber lo que se avecinaba.

– Unos minutos para… –

–…Ser humana – me interrumpió el mientras una torcida sonrisa adornaba su hermoso rostro.

Me encerré en el cuarto de baño con el corazón latiendo furiosamente y las manos temblando a causa de los nervios.

Un par de segundos después Edward tocaba lentamente la puerta, la abrí en cuanto mis temblorosas manos me permitieron tomar el picaporte y observe que sostenía un pequeño maletín.

– ¿Qué es? – cuestione curiosa.

– No lo sé, cada vez que trataba de averiguarlo Alice traducía textos antiguos para evitar que lo descubriera y me hizo prometer que no lo vería –

No pude evitar soltar una risita ante su cara de complejidad, tome el maletín y leí que en un extremo decía "Noche De Bodas"

Para cuando termine de leer Edward ya se había alejado dándome el espacio y tiempo solicitados.

Examine el interior de la pequeña bolsa y no pude evitar abrir exageradamente mis ojos debido a la impresión, el extremadamente pequeño conjunto negro me hizo sonrojar con tan solo verlo entre mis manos. Inmediatamente lo puse de lado mientras la firme decisión de no ponérmelo se formaba en mi mente.

Una pequeña nota que reposaba todavía en el interior del maletín llamo mi atención, en ella la impecable caligrafía de Alice rezaba:

"Póntelo y no tendrás problemas con tus demandas, lo he visto"

El color se me subió al rostro ante las palabras impresas, ¿A qué se refería con que lo había visto? Sentí mi cara arder y mis ojos llorosos a causa de la vergüenza, sin embargo la decisión que anteriormente había formado se desvaneció rápidamente ante la seguridad de saber que obtendría lo que tanto anhelaba.

Me di un rápido regaderazo para despejar un poco mi mente, total, no creía que Edward se molestara si los escasos dos minutos que le solicite se convertían en treinta. El agua caliente caía sobre mi rostro mientras mi cuerpo se relajaba, en mi mente se formaban las mil y un posibilidades que se crearían si yo me pusiera el dichoso conjunto; una, Edward se moriría de la risa al ver mi patético cuerpo en esa insinuante ropa interior; dos, se daría cuenta de lo poco que soy en comparación con lo que merece o tres, conseguiría lo que tanto deseaba.

– Malditas hormonas – susurre mientras mi cuerpo y corazón reaccionaban ante esta posibilidad. Al salir tome el obsequio de Alice y lo examine desde todos los ángulos sonrojándome aun mas, respire profundo y armándome de valor me lo puse sin siquiera voltear a verme en el gran espejo que reposaba en la pared. Me lave los dientes meticulosamente y trate de no ver mi reflejo, sin embargo la curiosidad pudo más y no pude evitar dar una fugaz mirada; la palidez de mi cuerpo resaltaba aun mas gracias al color negro del pequeño – más bien minúsculo – camisón y braga. Aparte mi mirada rápidamente apenada.

Inhale profundamente una vez mas mientras tomaba la perilla para soltarla rápidamente, me gire y tome una bata para baño para envolverme en ella consciente de mi cobardía. Conté mentalmente hasta tres y salí apretando fuertemente el nudo que evitaba que la bata se abriera.

Edward estaba sentado sobre la hermosa cama matrimonial con su rostro hacia el techo y sus ojos cerrados en un deje de concentración. Trate de acercarme sin hacer ruido sin embargo el abrió los ojos y me miro al intentar dar el primer paso. Las comisuras de sus labios se elevaron debido a la sonrisa que formo.

– ¡Vaya! – dijo con voz profunda – creí que usarías armamento pesado –

Sonreí nerviosamente ante el comentario.

– No creo que sea necesario usarlo, hicimos un trato –

El suspiro – Bella no creo que sea buena idea –

– ¿Piensas romper tu palabra? –

– Si con eso salvo tu vida, si –

Me moleste enormemente ante sus palabras por lo que me fue más fácil deshacer el nudo que anteriormente sujetaba con vehemencia. Observe su reacción mientras la bata resbalaba por mi cuerpo hasta caer al suelo y me percate de que olvido respirar por varios segundos, sus ojos observaban cada porción de piel que estaba al descubierto como si quisiera grabarlos a hierro vivo en su memoria.

– Me veo obligada a usar la artillería pesada entonces – me mofe con mi renacida seguridad gracias a su expresión.

– Por qué haces esto tan difícil Bella – gruño mientras apartaba su mirar.

– No – dije mientras con valor me ponía nuevamente en su campo de visión – Eres tu el que hace las cosas difíciles – susurre lo mas seductoramente posible.

No supe en qué momento paso pero solo reaccione cuando sentí las sedosas sabanas debajo de mí y el duro cuerpo de Edward encima. Me beso de una manera urgente, como nunca antes lo había hecho, entregándose completamente en el beso y no reprimiéndose como en ocasiones pasadas.

Sus labios rápidamente abandonaron los míos y comenzaron su travesía por mi cuerpo, bajando por mi cuello hasta el nacimiento de mis pechos.

– Por favor Bella, pídeme que pare – gruño mientras su boca seguía besando mi cuerpo.

– No – mi voz estaba cargada de algo que reconocí como excitación – No pares por favor – rogué mientras sentía sus labios continuar su camino. Fue la única frase coherente que pude formar a partir de que sus labios y manos proporcionaban exquisitas caricias a mi cuerpo.

El prácticamente arranco el pequeño camisón y braga y me contemplo totalmente embelesado causando que mis mejillas se tiñeran de rojo y el pulso se me acelerara aun mas – Eres hermosa – susurro mientras enterraba su rostro entre mis pechos y los acariciaba.

Solo pude gemir ante las caricias otorgadas y mi corazón prácticamente se detuvo al sentir sus manos masajear mi intimidad. Cerré los ojos con fuerza mientras sentía un dedo adentrarse en mi y despertar sensaciones nunca imaginadas.

– Edward – gemí mientras movía su dedo en forma rítmica. El seguía jugando a beber mi cuerpo mientras yo sentía una abrasante sensación subir por mi vientre a la par que el aumentaba el ritmo. Introdujo un segundo dedo mientras incrementaba la velocidad y la sensación prácticamente estallo dentro de mí mandando un choque eléctrico a través de mi columna vertebral haciéndome arquear la espalda y reprimir un grito.

Cuando logre respirar nuevamente, pude observar su rostro fijo en mí, con sus labios entreabiertos y sus ojos nublados por el deseo. Delicadamente se coloco sobre mí y sentí algo más que su dedo tratando de adentrarse en mí.

Al sentir la intromisión en mi cuerpo involuntariamente comencé a temblar mientras me aferraba de sus hombros a causa del dolor.

– Tranquila –me susurro. Cuando su gélido aliento choco contra mí oído todos los miedos se alejaron automáticamente, mis piernas se aflojaron y pude sentir como se adentraba cada vez más.

Cerré los ojos ante la oleada de dolor mientras me aferraba a sus hombros.

– ¿Quieres que me detenga? – cuestiono cuando topo con una barrera que dificultaba su paso.

–No – apenas susurre – No te detengas por favor –

Beso mis labios mientras de una sola embestida terminaba la tarea reprimiendo en la caricia el grito de dolor provocado.

Al sentirlo totalmente dentro una sensaciones extraña se apropio de mi, como si de alguna manera todo este tiempo hubiese estado incompleta y lo ignorara, pero ahora me sentía tan plena como jamás creí estarlo.

El permanecía quieto, sin mover un solo musculo mientras esperaba.

– Estoy bien Edward – hable después de recuperarme.

El sonrió levemente – No es solo por ti – dijo con voz aterciopelada – Estas sangrando, dame solo unos segundos –

Me sonroje enormemente, como había podido olvidar ese pequeño detalle – Lo siento – susurre mientras enterraba el rostro en el pecho del vampiro.

– No tienes porque disculparte – separo mi rostro y me observo fijamente – Es normal – su sonrisa se amplio – humanamente normal – lentamente comenzó a moverse adaptándose a un ritmo que no fuese demasiado brusco para mi condición humana.

Lentamente el dolor dio paso a oleadas de placer a la par que el ritmo de ambos se iba acelerando.

– ¡Oh Bella! – gruño mientras apretaba fuertemente los extremos de la cama, canalizando sus fuerzas para no lastimarme.

Una renovada y más potente sensación abrazadora nació en mi vientre para darse paso por todo mi cuerpo, me aferre fuertemente a la dura espalda de Edward a la vez que gemidos más potentes escapaban de mi boca.

Edward gruño tratando de controlarse a sí mismo, sin embargo cuando una bomba parecía querer estallar en su interior su mente se fue nublando poco a poco y sus embestidas ganaron fuerza.

Un potente grito lo saco de su ensimismamiento y antes de darse cuenta el también culmino perdiendo prácticamente todas sus fuerzas.

En cuanto fue dueño de sus movimientos se tumbo a mi lado – ¿Te he lastimado? – La preocupación y culpa eran palpables en su rostro – ¿Por qué gritaste? –

Lo mire con una enorme sonrisa y las mejillas totalmente encendidas – Lo siento – dije avergonzada – fue una sensación tan potente que no pude reprimirla –

El sonrió levemente mientras con su mirar examinaba mi cuerpo en busca de algún indicio de daño para después sonreír más ampliamente al verme en perfecto estado.

– ¡Wow! – exclame mientras que esperaba que mi respiración y pulso tomaran su ritmo normal.

– Si wow – respondió mientras me rodeaba con sus pétreos brazos y acercaba a su pecho.

– Ha sido fantástico – dije mientras él me acariciaba el cabello.

– ¿Tal como lo soñabas? – pregunto con vanidad.

– Aun mejor – alimente su ego.

El comenzó a cantar mi nana mientras los ojos lentamente se me cerraban, con una sonrisa de felicidad adornando mi rostro aun dormida.

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Nota De Autora: ¡Hola! yo de nuevo, aunque casi no he estado activa en FanFiction, estos últimos meses he sido una lectora silenciosa a falta de tiempo, confieso que ya tenía mucho sin entrar a la pagina, perooo hoy tuve tiempo para leer y dije, porque no :P

Esta nueva historia será mi primer Fanfiction de crepúsculo largo, espero yo no mucho y espero sea de su agrado, mi meta es hacerlas llorar mucho para que me avisen si lo consigo ;)

Kamy Magic