Hola a todos! Este es mi primer fic de Harry Potter (por no decir que es el primero en mi vida, xDD) Bien, pues les cuento que ya desde hacia varios días pensaba en escribirlo hasta que se me vinieron las ideas bien claras y puse manos a la obra. Pues espero que les guste!
Adelante^^
att:Killerqueen04
Cap I ¿Raro?
-Ah vamos Harry, cuenta que se sintió cuando acabaste con… con…- un chico de tez oliva luchaba por tener el valor de decir el nombre del hombre que sembró miedo y agonía en todo el reino mágico, aquel que hacia un par de meses atrás había muerto.
-Tom Ryddle- un chico de tez mediana y de ojos verdes, de un verde centellante y atractivo, y con una cicatriz en forma de rayo en su rostro, observaban al chico con una sonrisa amable. El, Harry Potter, el niño elegido… el chico que sobrevivió y elimino a Voldemort, aquel hombre maldito que había acabado con gran parte de los magos que luchaban por detenerlo.
-Ya, ya acabo la función de autógrafos y de biografías por parte de Harry, aléjense de mi amigos o les irá mal.- señalaba su uniforme, el pequeño pendiente que anunciaba que él, Ron Weasly, es un prefecto, y que les iría mal si no se comportaban. Un "Ahh" resonó en la pequeña audiencia que tenia Harry. Sentado en uno de los muchos vagones del expreso, Harry era accedido por los estudiantes de primer año, que buscaban conocer como ese simple chico, con una curiosa cicatriz en forma de rayo, había logrado dar fin a uno de los magos oscuros más poderosos del mundo mágico, solo superado por algunos otros, que claro está, pertenecían a otras épocas. Una melena castaña apareció tras el chico de cabello rojizo, dándole un ligero abrazo por la espalda, para luego sonreír. Ron se limito a sonreír, aunque estaba ciertamente sonrojado. –Vamos, vamos- el chico, aun sonrojado, hizo ademan para que los pequeños se fueran del compartimiento.
-¿Cómo te sientes? ¿Te duele?- pregunto la chica, señalándole la frente a Harry. La chica, la mejor amiga de Harry y novia de su mejor amigo, Ron, conocía perfectamente lo que sentía Harry. El no podía creer que había acabado con ese maldito ser que había hecho su vida un infierno. Siempre había creído que esa profecía: "Uno de los dos tendrá que morir para…" se refería a él. No podía expresar todos los sentimientos encontrados, cuando Voldemort cayó al suelo en aquella batalla, en el salón comedor de su adorable castillo… que también lo era para él, su maldito enemigo.
-¿Yo? No, Hermione, estoy perfectamente bien… es que pienso que no fue muy justo que nos hicieran repetir el séptimo año.- hizo una mueca en señal de disgusto, aunque regresar a Hogwarts no era tan malo, ser accedido por muchos curiosos, si lo es.
-Pero es que nunca tomamos ese curso… así que no es repetir- chillo la chica, moviendo sus manos. Harry ahogo una risa, le era tan gracioso ver a su amiga algo enfadada, aunque en esos últimos meses ya no lo estaba tanto, Hermione era una chica enamorada.
-¡Como digas!- exclamó Harry, no pensaba discutir con su amiga, porque aunque estuviera equivocada, Hermione jamás lo reconocería. Con una sonrisa triunfante, Hermione se sentó al lado de su amigo, y recostó su cabeza en el cuerpo de este.
-Es tan raro llegar a Hogwarts y conocer que todo a acabado.- susurro la chica, buscando conversación con Harry, que en ese momento observaba las lechuzas volar libremente. Sintió una punzada en su corazón al ver una parecida a su fiel amigo, Hedwig, pero la conversación de su amiga lo saco de sus pensamientos.
-Siempre llegábamos con el miedo de Voldemort y ahora somos… ¡Libres!- exclamo entre dudoso, y alegre el chico. Hermione rio ante la expresión de Harry.
-Ehy ustedes, alto ahí- gritaba Ron, conduciendo a unos pequeños a unos vagones libres. –No, no dejes eso ahí- le espeto a uno de los chicos, que quería deja bajo uno de los muebles, una rana de chocolate, Hermione se puso de pie, y abrió el compartimiento.
-Mejor le ayudo, o comenzara a lanzar chicos afuera del expreso- comento alegremente la chica, dejando en soledad y con una risa en los labios a Harry.
"Por fin solo" se dijo a sí mismo. Desde lo ocurrido, no había tenido un tiempo para poder pensar, todos sus amigos estaban las veinticuatro horas tras él, en especial la Sra. Weasly, que al haber perdido a uno de sus adorados gemelos, le prestaba más atención a Harry, como si este pudiera llegar a ocupar el lugar de su hijo, aunque es obvio que ella no lo hacía por esto, pero era la impresión que tenía el resto de la familia.
-¿Ocupado?- un chico de estatura alta, (al menos más alto que Ron, de cabello rizado y castaño, hasta el comienzo de sus anchos hombros, y de una tez parecida al caramelo, se detuvo ante la puerta del compartimiento. Ojos verdes, mucho más verdes e intensos que los de Harry, y con un brillo sumamente especial, el joven mago, con su túnica sin color de casa, esperaba la respuesta de el chico.
-No, claro, adelante- balbuceo Harry, saliendo de todos sus pensamientos. Esperaba con ciertos disgustos las preguntas por parte del joven mago. El joven, tan alto que casi choca con la puerta del compartimiento, dio un par de pasos, hasta estar adelante.
-¿Te importa si mi amiga entra?- pregunto nuevamente, Harry negó la cabeza. Acto seguido, el chico salió del compartimiento, y con un ademan de "adelante" hizo que una hermosa chica entrara. Cabello rubio, y semi rizado, sus ojos en forma de almendra tenían un extraño color amarrillo, a Harry le parecía sencillamente hermosa. Un porte elegante y una delicadez en su rostro que solo podía encontrar en Ginny y en Hermione, aunque esta última como amiga. Le parecía increíblemente guapa esa joven, que con una amplia y brillante sonrisa, le agradeció. –Gracias- dijo el primer chico, haciendo que Harry dejara de observar a la joven. El primer chico observo a Harry con el ceño fruncido, para luego observar a la chica con cierto recelo, esta se limito a encogerse de hombros y sonreírle.
-¿De qué casas son? Nunca los había…-
-Somos nuevos. Llegamos hace unos días Londres.- comento el chico, con una amable sonrisa. La joven de cabellos dorados, observaba el paisaje con detenimiento, como si jamás se hubiera subido a un expreso.
-Por cierto, me llamo Harry Potter- dijo el chico, presentándose con una amplia sonrisa. Por lo general nunca se presentaba, ya que con la cicatriz el reino entero lo conocía, y eso algunas veces lo beneficiaba y en otras tantas, pues era un molesto problema.
-Go..Gregory, me llamo Gregory Willow- el chico asintió, y se giro hacia la chica rubia.
-Helena Hamilton- la voz de la chica era lo más dulce que jamás había podido escuchar Harry. Perfecta, simplemente la chica era perfecta, pero claro, para él, Ginny es la mujer perfecta, pero no podía negar que esa hermosísima chica era perfecta.
-Mucho gusto, chicos. Ojala les toque en Gryffindor- deseo Harry. Gregory rio y asintió, le había encantado la idea.
-El hogar de los valientes- dijo, más para si que para el resto. Harry asintió, y observo el comportamiento de la chica, que con una sonrisa negaba la cabeza.
-También debes decir que es el hogar de los mujeriegos y orgullosos- le espeto al chico junto a ella, que con una mueca, decidió no continuar con lo que había dicho su compañera.
Las puertas del compartimiento se abrieron, dejando pasar a dos chicos más. La primera, una chica de tez muy blanca, y de ojos azules, con una melena rizada y larga. Muy guapa. Tras de ella, un chico de cabello negro, y de tez blanquecina y sombría, entro. Ambos, al igual que los dos primeros chicos, lucían las túnicas negras, sin tener ningún color de las distintas casas de Hogwarts. La chica de cabello negro, se acerco hasta la rubia, y con un ligero empujón, hizo que Gregory se moviera, hacia la otra esquina, para ella poder sentarse. Con una amplia sonrisa, abrazo a la chica rubia. Ambos chicos rodearon los ojos, para luego darse la mano.
-Rania, Steve, este es Harry Potter- presento Gregory con una amplia y amable sonrisa. Harry asintió en forma de saludo. La tal Rania se volteo y luego de escrutar con la mirada al chico, sonrio. Pero su sonrisa era algo misteriosa, pero a la vez seductora. Tan distinta a la primera chica, que tiene una sonrisa amable y sincera.
-Harry Potter, el chico que destruyo a Lord Voldemort- concluyo el chico de cabello negro, Steve. Extremadamente guapo, (aunque había que declara que el primero, Gregory, lo era más) el chico asintió. Harry desvio su mirada a los tres jóvenes sentados frente a él, que lo miraban entre curiosos, pensativos, dudosos, y otras series de sentimientos que Harry no podía comprender. -¿Qué tal esa batalla? Con el heredero de Slytherin- la voz del chico denotaba cierto disgusto. Nuevamente, Harry observo con el rabillo del ojo, como los tres jóvenes lanzaban miradas de asombro, pero esta vez a Steve, que aun seguía de pie.
-mmm… fue…-
-No lo molestes, Steve- dijo la chica de cabello rubio. Steve le lanzo una fiera mirada, para luego encogerse de hombros. –Has sido muy valiente- le dijo con dulzura al chico con la cicatriz en forma de rayo. Este, con cierta torpeza, logro colocar una sonrisa. Gregory asintió.
-Todo un valeroso Gryffindor- exclamo. El chico tomaba muy en serio el ser un Gryffindor, sino lo colocaban en esa casa, Harry estaba seguro que el chico sufriría una barbaridad.
-Es mejor la inteligencia a la valentía- murmuro la chica de cabello negro. Gregory hizo una mueca. Nuevamente la puerta del compartimiento se abrió. Todo aquello le resultaba raro a Harry, debía decir que si fuera a escoger como amigos a dos de los chicos, una y mil veces escogería a la chica rubia y a Gregory. Los otros dos no eran muy de su agrado, aunque acababa de conocerlos.
Con mala cara, Ron entro al compartimiento, sin antes quedarse anonadado con todos los estudiantes que estaban en el. Con sus insignias de Prefecto de la casa Gryffindor, el chico observo a cada uno de los chicos. Harry disfrutaba ver las reacciones. Primero observo a Gregory, que con su sonrisa y actitud le recordaba a uno de sus hermanos, luego paso hacia la chica de cabello negro, en la que frunció el ceño. Al llegar a la rubia, sus mejillas se sonrojaron, y al final, al ver al chico que estaba a su lado, su rostro cambio por uno asustado. Harry ahogo las risas, no le parecía correcto reírse de su amigo… ese que lo había rescatado en aquel pequeño arrollo congelado. Lucho por colocarse serio, y salió triunfante.
-Ron, ellos son estudiantes nuevos. El es Gregory Willow- el aludido asintió. –ella es Rania y Helena- ambas chicas, sobre todo Helena, mostraron una dulce sonrisa. –y el es Steve- este último no mostro ningún entusiasmo en observar a Ron.
-Ahh… eh, no sabía que Hogwarts admitía estudiantes mayores en primer año.- musito Ron, cambiando las miradas entre Harry y los cuatro chicos.
-Oh no, nosotros estamos en séptimo año.- respondió Rania, mientras abrochaba su túnica, ya que uno de los botones se había desbrochado.
-¿Ah sí?- pregunto Harry. No quería que el silencio, (tan incomodo algunas veces) reinara en el lugar. Buscaba cualquier pregunta que garantizara algo de plática, por lo menos hasta llegar a Hogwarts.
-Sí, venimos de…- la voz de Helena se quebró. Harry busco con la mirada a Ron, y este se digno a solo encogerse de brazos. Lo único que vino a la mente, a los dos chicos, fue, o la chica extrañaba el lugar donde estudiaba, o simplemente la marco emocionalmente para el resto de su vida.
-Es que venimos de un Colegio en América.- razono la chica de cabello negro, mientras buscaba el apoyo de los otros dos, que solo asintieron, como si una maldición imperus los tuviera controlados.
La puerta volvió a abrirse. Ron dio una cabezada. – ¿Qué? Van a seguir entrando más, ya estamos apretados- se quejo, al ver que dos estudiantes sin compartimiento se detenían en la puerta, al ver la reacción del pelirrojo, ambos estudiantes, (de Hufflepuff) giraron sobre sus talones y se fueron.
-¿Y tu estas en Gryffindor?- pregunto el chico de cabello negro, observando por primera vez a Ron. Este, muy orgulloso, asintió. –Me parece que ese sombrero te a seleccionado mal- bufo Steve. Las orejas de Ron se volvieron un tanto rojas, por la ira que estaba sintiendo. ¿Decirle que su casa no debe ser Gryffindor? ¿A él? Aquel chico estaba en grandes problemas. Justo antes de que Ron hablara, la puerta volvió a abrirse.
-¿Otra vez?- dijeron al unisono Helena, Harry, Rania y Gregory. Las mejillas de Hermione se pusieron rojas por la vergüenza de escuchar un fuerte "otra vez". Se detuvo un instante, pensando en que haría, si voltearse y marcharse, o entrar.
-Hermione- la campana los había salvado, sobre todo a Ron, quien para ese momento estaba pensando en retar a un duelo a Steve.
-Solo pasaba para decir que llegamos- la chica se rasco la cabeza, mientras observaba todas las nuevas caras en ese compartimiento. Harry volvió a presentar a todos los chicos, que nuevamente, hicieron los mismos gestos que con Ron. –Mucho gusto, Hermione Granger- dijo cortésmente.
-Bien, me largo- exclamo Ron, que ni siquiera observo a Hermione, que lo miro dudosa, haciéndole una seña a Harry como queriendo decir "y a este, ¿Qué le pasa?" a lo que Harry se encogió de hombros. No podía negar que el volver a Hogwarts le parecía que era injusto volver, cuando ya se suponía que había terminado sus años en la Escuela, aunque como le había dicho Hermione, ellos nunca cursaron el séptimo curso, además, no era tan malo, estaría con Ginny, sus amigos, y también, (aunque no era que le importara, ni que lo considerara su amigo), volvería a ver a Draco, por que el no había culminado su curso. Harry deseaba ver como Draco era humillado por el Colegio, y aunque es un sentimiento malo, Draco lo había humillado en otros años.
-Mucho gusto en conocerte, Harry.- Gregory estaba de pie, y le estrecho la mano a Harry, que en ese momento se percato de algo que no había visto antes, aquel chico no solo tenía los ojos verdes, sino que al recibir luz en ellos tomaban un aspecto rojizo, que dejo paralizado a Harry, el jamás había visto algo asi en un simple chico, debía ser un animago, o algo por el estilo.
-Te veré luego- fue lo único que pudo decir. Uno a uno comenzaron a salir del compartimiento, la ultima en salir fue la chica de cabello negro, que luego de observar fijamente un instante a Harry, se decidió en salir.
-¿O soy yo, o son raro?- pregunto un confundido Ron. Hermione negó la cabeza, y salió junto a Ron. Ambos hablaban sobre algo que Harry no llego a entender. El pensaba en la rareza de los nuevos estudiantes, y sobre lo que iba a ser su vida de ahora en adelante, ya que Voldemort está muerto y ya no hay nada por lo que luchar… o eso parece….
Les ha gustado? No olviden dejar sus reviews please!
