No llenare de palabras este prologo. Solo les doy la bienvenida al preestreno de mi nueva historia. Espero le disfruten.

Digimon no me pertenece ni su historia original, ni personajes esto es por puro hobbie.

Hijo de la Luna

1

El mundo es un lugar lleno de misterios ocultos en las sombras. No son fáciles de hallar, pero están en todos lados. Lugares inhóspitos, habitables, en lo más alto de una montaña ó en lo profundo del mar. Pero los más asombrosos son aquellos que solo la luna conoce, son lo que el manto estrellado cubre en su ancha negrura. Esa noche de mayo, en las tierras más lejanas que el hombre conoce uno de sus misterios cobraba vida. Uno milenario, uno que jamás podría ser olvidado.

En aquella época del año en aquel obscuro y neblinoso bosque el clima era demasiado extraño. La luz de la luna, medio oculta entre una masa de nubes, se filtraba entre la delgada capa de niebla, las ramas de los pinos danzaban de un lado a otro al compás de las brisas congelantes y el ulular de un búho, y el aullido de un lobo rompían el silencio apacible del bosque. El suelo alfombrado por un verdoso césped era cubierto por ramas y hojas secas, bellotas y terrones de tierra. El ambiente era escalofriante para cualquiera que hubiera estado en esa noche en aquel bosque, pero, entre los arbustos y troncos una silueta espectral andaba lentamente. Su figura se difuminaba entre la densidad de la neblina que aumentaba conforme llegaba al suelo dejando ver que la silueta flotaba. En cierto punto del bosque se detuvo, levanto su rostro y vio directamente a la luna llena que se colaba entre las nubes grises. Las brisas se convirtieron en ráfagas de viento provocando que las ramas crujieran agresivas, el búho dejo de ulular, el aullido del lobo se acompaño de otros, la neblina fue ocultando la silueta que se deformaba conforme la luna hacia su completa aparición. Un grito de dolor se unió al aullido de los lobos. El reinado del silencio termino. Después de los gritos de agonía el gruñir de algo grande resonó por cada rincón del bosque. Solo la luna era testigo de lo que acababa de ocurrir. El viento ceso, los aullidos terminaron, y el frío se apaciguo, pero no significaba que lo malo ya había pasado. La noche aun era larga, y sus misterios apenas comenzaban a surgir en aquel lúgubre bosque.

La blanca luna se guardo de nuevo entre las nubes. Las brisas templadas regresaron, las ramas oscilaron con mas calma, los búhos huyeron de sus árboles, y el silencia volvió a dominar en el bosque. Y es en ese tipo de noches cuando algunas leyendas se escriben, en que los hombres temen y lo extraño surge.