Cuando la Sangre Veela se impone (Tercera Temporada)
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Disclaimer: Los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y la Warner Bros. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.
Sumario: El final de este fic comienza con esta Tercera Temporada. Ya pasó el inicio del romance entre Lucius y Remus y ya vimos como fueron los primeros años de su primer hijo en Hogwarts. Ahora, con sus 16 años recién cumplidos, Draco Malfoy enfrenta la realidad de que su sangre veela lo lleve a elegir una pareja. Pero… ¿tenía que ser justo ese? ¿Es que el destino se estaba burlando de él?
Al parecer, nuestro rubio no está muy feliz con la pareja que le ha tocado…
Parejas: Lucius Malfoy/Remus Lupin-Malfoy, Sirius Black/Rodolphus Lestrange, Lucas Lestrange/Ginny Weasley. Para el futuro (próximo)… Harry Potter/Draco Malfoy.
Parejas Secundarias: Severus Snape/Narcissa Snape-Black, Cassius Warrington/George Weasley, Theodore Nott/Neville Longbottom, Tobias Montague/Fred Weasley, Marcus Flint/Oliver Wood, Bill Weasley/Regulus Black. Para el futuro (próximo)…Ron/Blaise, Malcolm Baddock/Hermione y las que se me vayan ocurriendo por el camino ¬¬U
Aclaraciones: El romance entre H/D va a tardar en llegar, puesto que deben tener en cuenta que Harry ni siquiera sabe que es gay XD
Aclaraciones de lectura:
-Letra normal: dialogo, relato.
-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.
-N/A: notas de autora.
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Capítulo 1: La Herencia de Draco.
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Remus se encontraba leyendo tranquilamente en su sala privada, mientras que veía como su hija tomaba el té con sus muñecas muggles. De repente, la puerta se abrió de un portazo nada ceremonioso y vio que su hijo mayor entraba con un ceño poco característico en su cara hermosa. El castaño sonrió con sabiduría y cambió la hoja que estaba leyendo, como si no le importara que sus sentidos de lobo le dijeran que su cachorro estaba angustiado, horrorizado y revelado, todo a la vez.
El rubio caminó a grandes trancos hasta sentarse al lado de su padre con un suspiro gruñón, sin hacer caso al saludo de su hermanita.
-Pareces tensionado.- dijo Remus, viendo que su hijo no iba a hablar si no presionaba.
-Es él.- fue todo lo que el adolescente gruñó.
-¿Oh?- Lupin pestañeó inocente, dejando de lado su libro.- No creo entender, cielo.
-¡Sé que lo sabes! ¡Has estado fastidiando con eso desde que entré a Hogwarts!- Draco chilló acusatoriamente.
-No me grites, Draco.- dijo seriamente el mayor.- Y en verdad no se de lo que me estas hablando.- agregó, pero el brillo divertido en sus ojos decía lo contrario.
Hace tres días que su hijo había cumplido los 16 años y, por lo tanto, su herencia veela se había manifestado. Siendo tan poca la proporción (1/4), ella no había sido tan dura como para Lucius, pero, aún así, afectaba a Draco, indicándole que debía reunirse con su pareja cuanto antes, sino quería enloquecer de deseo. Y, teniendo como antecedente la experiencia de su padre, que prácticamente había violado a Remus en los pasillos de Hogwarts, mejor se apuraba.
Evidentemente, Remus Lupin estaba al tanto de quien era la pareja de su hijo y saberlo era muy hilarante.
-Si sabes…- Draco farfulló bajito.
-No, no sé…
El rubio se giró para fulminar a su papá con la mirada.
-Mi pareja de enlace…- dijo en un susurró, como si le costara hablar.- Es él… él…
-Anda dilo.- incitó Remus, al borde del ataque de risa.- No puede ser tan grave.
-¡ES POTTER, MALDICIÓN! ¡Y SI ES MALDITAMENTE GRAVE!- rugió el veela, su cara roja de la furia y vergüenza.
-¡No maldigas frente a tu hermana!- Remus gruñó amenazante, haciendo que su hijo se removiera incómodo en su asiento. ¡Solo su papá podía hacerlo sentir un niño tonto en momentos como este!
-Lo siento…- musitó y miró de reojo a Camila, viendo como ella miraba con ojos como platos a los dos. Nunca antes había oído gritar a su hermano de esa manera.- ¿Podemos ir a otro lado?
-Si, creo que será mejor que vayamos al despacho de tu padre.- dijo Remus y dijo en voz alta el nombre de uno de los elfos para que mirara a la niña en lo que volvía.
-¿Allí…? Pero…
-Tu padre no está hijo, si eso es lo que te preocupa. Estaremos solos allí.
-Oh, bien, vamos.
Miles de pensamientos ante este nuevo descubrimiento viajaron por la mente de Draco en lo que tardaban el llegar al amplio y costosamente amueblado despacho de Lucius Malfoy. Una vez allí, Remus se dirigió al sillón verde Slytherin más grande del lugar e invitó a su cachorro a que se sentara junto a él.
-Ahora dime con más calma que tiene que ver Harry en tu estado alterado.
Draco le mando una mirada incrédula a su papá.
-No hagas el que no sabes, papá.- gruñó acusatoriamente.- Desde hace mucho que sabes y me has estado insinuando quien sería mi pareja de enlace.
-Y tú siempre me lo negabas, tanto que me lo creí.- mintió con una sonrisa.
-Pero tenías razón.- masculló.- Harry Potter es mi pareja de enlace, mi maldita sangre veela me lo ha estado diciendo desde hace una semana. No he podido sacarme al maldito niño-que-vivió de la cabeza y lo único que deseo es ir, buscarlo y…- se ruborizó y se negó a terminar la oración.
-Awww, Draco. ¡Soy tan feliz por ti!- el castaño abrazó a su hijo y no se prohibió soltar una risa de felicidad e ironía.
-¡Feliz y un cuerno! ¡¿Por qué tiene que ser Potter, papá?!- se quejó el chico, enterrando su cara en sus manos pálidas.
-Las cosas son así, Draco. Ahora sabes por todo lo que pasó tu padre conmigo. Él también estuvo en un estado de negación al principio, pero resultó ser peor… bueno, no tanto… porque disfruté cada momento en que su control sobre su sangre veela se perdía.
-¡Papá…! ¡Deja de pensar en esas cosas pervertidas y concéntrate en mi problema!- el chico gimió. ¡Su padre pasaba mucho tiempo con ese pervertido de Sirius Black!
-Hijo, yo no veo problema en esto.- dijo, acariciando la cabeza de los semi-largos cabellos rubios platinados.- Y, dentro de todo, tienes algo más de suerte que tu padre. Porque él y yo ni siquiera nos hablábamos cuando recibió su herencia, no tardamos mucho en enamorarnos, pero fue muy incómodo al principio, tanto para nosotros como para nuestros amigos. Sin embargo, Harry y tú tienen una especie de camaradería desde que saben que sus padres eran amigos en el pasado, ¿o me equivoco?
-Bueno, no… pero sigue siendo… Potter.- dijo con desprecio.
-¿Hubieses preferido otra?
-No puedes preguntarme eso.- dijo con el ceño fruncido.- Ahora que sé que ese Gryffindor es mi pareja, ya no puedo pensar en nadie mejor…
El mayor suspiró mientras atraía a su hijo a un abrazo cariñoso.
-Recuerda que yo era "Lupin", el mestizo pobretón y licántropo. Harry, por otro lado, es famoso, tiene suficiente dinero para todas las generaciones que vengan con su apellido, no tiene una maldición como la mía y todo eso logra opacar que sea un mestizo.
-No tendrá una maldición como la tuya, pero un loco racista quiere su cabeza.- dijo con algo de amargura.
Ambos guardaron silencio luego de esa declaración y Remus apretó el abrazo sobre su hijo al sentir como la realidad de sus propias palabras pegaban fuerte en Draco. Siendo un veela, era evidente que el sentido de protección estallaría contra cualquiera que deseara lastimar a su pareja, como aquella vez en que Bellatrix intentó golpearlo a él, Lucius casi la asesina. Y ahora las cosas se volvía a complicar, pero para su hijo. Y eso era más grave, porque el poder y el deseo de venganza de Lord Voldemort no era nada comparado a una rabieta adolescente. No solo Harry estaría en peligro de ahora en más, sino también su cachorro.
-Saldremos adelante con esto, Draco.- murmuró.- El destino quiso que Harry sea tu pareja de enlace y nosotros, tus padres, nos encargaremos de que pasen a través de todas las pruebas que éste les tenga preparado.
-Gracias papá.
-De nada cielo, sabes que haré todo lo que esté en mis manos para que seas feliz.
Draco asintió, desenvolvió sus brazos del torso de su papá y se levantó. Caminó hasta la puerta y se detuvo a medio abrir, miró a Remus con el ceño fruncido y se removió incómodo en su lugar. El castaño levantó una ceja.
-Eh… papá… ¿puedo pedirte un favor?
-Si…- dijo algo dudoso.- Seguro.
-Podrías… ¿podrías decírselo a padre?
Los ojos de Remus se abrieron como platos.
-¿Lo de tu pareja?- Draco asintió.- Pero… eso es algo que tú deberías de decirle, Draco. Sabes que es cosa de veelas y tradición.
-¡Pero…! ¡Yo no quiero decírselo a padre! ¡Sabes como el reaccionará!
-Sí, estoy al tanto de eso.- el licántropo masajeó su frente.- Pero aún así, no es mi tarea decirle a tu padre que ha pasado con tu elección, hijo.- al ver la cara de desgracia de su cachorro, tuvo que agregar:- ¿Qué te parece si te acompaño mientras se lo dices? Es lo máximo que puedo hacer por ti.
Draco suspiró mientras sus hombros caían.
-Bien… solo… dame un tiempo hasta que me prepare.
-Está todo bien, tu padre no te presionará, supongo que tienes hasta el fin de esta semana.- intentó tranquilizar.
-Tsk, gracias. Me voy.- masculló antes de salir.
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Rodolphus suspiró desde su cómodo lugar entre los brazos de su pareja. Ambos, Sirius y él se encontraban en el patio de la casa que Black había comprado para que todos ellos vivieran juntos. Estaban en una manta sobre el césped mientras veían a Ron, Harry, Ginny y Lucas tener un partido de Quidditch.
Para él las cosas habían mejorado, si bien seguía siendo un prófugo para la justicia mágica, no se preocupaba de que lo fueran a encontrar. Ciertamente, los Aurores no se iban a imaginar que uno de los Mortífagos más buscados y peligroso se encontrara viviendo bajo el mismo techo que el niño-que-vivió. Era por eso que podía disfrutar de los mimos, caricias y otras cosas más atrevidas del hombre que amaba, el poder ver crecer a su hijo y compartir con él y también conocer al niño más famoso del Mundo Mágico, que era un chico tan necesitado de cariño, como él nunca se hubiese imaginado.
El hombre volvió a suspirar y esta vez Sirius tuvo que preguntar.
-¿Qué es lo que te tiene tan pensativo?- susurró a su oído.
-Nuestro hijo.- dijo, sus ojos celestes clavados en la figura del adolescente.- Remus me contó lo que pasó en el cuatro del Velo, Sirius. Sé lo que le hizo a Bellatrix.
-Ella se lo merecía.- gruñó el animago.
Rodolphus se separó del abrazo y se giró para mirar a su amante.
-Sé muy bien eso, amor.- admitió, sentándose mejor en la manta.- ¿Pero era necesario que él la ajusticiara? ¿Está bien que un chico de 14 años no tenga remordimientos algunos al matar así…? ¿Tan a sangre fría?
-Rod…
-La propia Narcissa me lo dijo, Siri. Desde que se enteró de la verdad, Lucas se propuso vengar nuestra separación…- suspiró mientras Sirius lo atraía para un abrazo, viendo que el hombre tenía lágrimas en los ojos.- No me gusta que nuestro pequeño tenga un lado tan oscuro, algo de lo que intenté alejarlo al dárselo de ahijado a Dumbledore. Lo he visto, sigue tan fresco y sonriente como siempre, como si lo del Ministerio nunca hubiese sucedido… pero ha tomado la vida de una persona, Sirius, por más que ella se lo haya merecido, no debería actuar como si nada hubiese ocurrido.
-Te entiendo, mi amor.- murmuró el animago, extrañamente serio.- Hablaremos con él al respectó. ¿Te parece?- sintió a su pareja asentir contra su pecho.- Tal vez solo está ocultando sus sensaciones y no podemos notarlo. Cuando lo conocí pensé que era un Gryffindor de pies a cabeza, pero creo que tiene más de una característica que lo hace un digno Slytherin.
-Igual que su padre.- bromeó el otro, intentando aligerar el humor de su conversación.
-¡Hey! ¡Yo soy un perfecto león!- exclamó indignadamente, internamente agradecido por la pequeña broma. Porque ahora que lo pensaba, podía ver la lógica en las palabras de su amante. Sería un horror que su pequeño pudiera matar a sangre fría sin sentir nada de remordimientos, porque pensaba que se deshacía de un estorbo, eso lo compararía perfectamente con un Mortífago.
Rodolphus le sonrió y se levantó del suelo para llamar a su hijo. El chico protestó, pero la mirada severa de su "madre" le dijo que mejor dejara de protestar. Junto con su pareja, los tres caminaron hasta dentro de la casa, dejando a unos confundidos Weasley y Harry.
Despacho de Sirius
-Buuu… ¿Qué pasa? Me estaba divirtiendo allá afuera, ¿saben?- refunfuñó el chico.
-Es algo importante, hijo.- dijo Rodolphus, empujándolo para que se sentara en uno de los sillones.- Sino no te hubiésemos cortado el juego.
-¿Qué pasa entonces?- gruñó, cruzándose de brazos.
-Es acerca de lo pasó en el Ministerio hace algunas semanas.- dijo Sirius, mirando con seriedad.
Ambos padres notaron como el cuerpo del chico se tensaba y miraba hacia la ventana.
-¿Qué pasa con eso…?- murmuró.
-Mataste a una persona, Lucas.- dijo Lestrange, tomando suavemente la mano de su hijo entre la suya.
Si era posible, el cuerpo del chico se tensó aún más, retiró su mano bruscamente de la de su madre y miró a ambos adultos con furia.
-¡¿Y eso qué?!- exclamó.- ¡Ella se lo merecía! ¡Nos hizo la vida imposible a todos! ¡Ella merecía la muerte…! ¡Y si no hubiese sido por el Velo le hubiese mandado un Avada! ¡Lo he estado practicando para eso!
-¡Lucas!- gritaron ambos padres en shock, por su actitud y las últimas palabras.
-¿Qué has dicho?- siseó Black peligroso, acercándose al chico para girarlo a hacerle frente.- ¿Cómo puede ser que sepas lanzar esa maldición?
-¿Qué si puedo hacerla?- devolvió el otro, mirándolo con desafió.- La he estado practicando para nuestro propio bien.
-¡Lucas, por favor!- exclamó Rodolphus, aterrado.- ¿Escuchas lo que estás diciendo? ¡Nadie práctica algo como eso por deporte! ¡Solo si…!
-¿Solo si qué…?- masculló con sus ojos brillando en sin fin de emociones.- ¿Solo si se guarda tanto rencor hacia una persona que desea matarla? ¡Pues eso es! ¡Ella me quitó a mis padres por su propia conveniencia! ¡Me negó vivir con mis padres! ¡Quiero a mis tíos, pero no es lo mismo! ¡Nunca fue lo mismo…!
Lucas ahora lloraba desconsolado, los hombres intercambiaron una mirada de pena y fue Sirius quien se acercó a abrazar al menor. Lucas se aferró a él como si fuera una tabla salvavidas y lloró aún más. Lestrange se acercó vacilante y, con una mano temblante, acarició la cabeza de su hijo.
-Lo siento tanto, bebé… siento que por nuestros errores tú hayas tenido que sufrir.- sollozó.- Si no hubiese sido tan cobarde… si tan solo me hubiese enfrentado a ella y acudido a Sirius en ese momento…
-Yo no quería…- farfullaba Lucas.- No podía evitar el sentimiento… yo no quería… pero sentía que si no lo hacía nunca seríamos felices…- se apretó aún más al pecho de su padre. Ambos estaban casi a la misma altura.- No lo volveré a hacer… lo juro…
-Claro que no, peque.- murmuró Sirius a su oído.- Tú nunca tendrás que pasar por ese tipo de situaciones otra vez… nosotros nos encargaremos de ello.
-Si, Lucas… nosotros…
Rodolphus dejó de hablar, frunció el ceño y retrocedió unos pasos. Sacudió la cabeza e inspiró varias veces. No se sentía del todo bien.
-¿Rod…?- llamó preocupado su pareja, al verlo palidecer de repente.
-Sirius, creo que…- susurró y no pudo decir nada más, porque en ese momento todo fue negro y cayó al piso.
-¡RODOLPHUS!
-¡MAMÁ!
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-Malcolm, ven aquí un momento.
El chico Baddock miró a su papá con el ceño fruncido y lo siguió. Desde hace como una semana que estaba bastante raro y lo que más lo tenía preocupado era que ayer se había llevado a su hermanito de siete años para pasear, pero luego no había vuelto con él. Cuando le preguntó donde estaba Damián, su padre le desvió la mirada y le dijo que lo había dejado con una se sus tías.
Eso alarmó al adolescente, porque que él supiera, solo tenía dos tías y ellas vivían en Paris. ¿Por qué su padre llevaría a su hermanito a un lugar tan alejado así porque sí y sin llevar nada de ropa?
Llegaron hasta el estudio del Señor Baddock y toda la sangre de Malcolm escurrió de su cara al ver la figura alta y con espeluznantes ojos rojos que estaba sentado tras el escritorio de su padre.
Continuará…
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N/A: ¡¡¡Hola!!!
¡¡¡Bien, le agradezco un montón a beta Angeli por betear este chap!!!
Muchas gracias por seguir mi fic hasta esta tercera temporada, espero que tengan gusto de él XD
Por otro lado, debo decirles que este martes 5 de junio salgo de viaje para Buenos Aires a visitar a una amiga y de paso tener unas minis-vacaciones, así que no voy a poder actualizar en 15 días.
Si bien al lugar a donde voy no esta en medio de la nada, no da como para sentarme a escribir. Pero yo veré… ella tiene PC e Internet… pero tendré que ver si llega la inspiración ¬¬
¡¡Nos leemos cuando vuelva de mis vacas!!
Atte: Uko-chan!!!
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