Hola, esta es una historia original que hicimos de a dos, con esfuerzo y ganas.
Esperemos que les guste y que la lean, va a tener varios capítulos.
En una ciudad, había una particularidad muy común, estaba dividida en varios distritos, y gracias a esto, permitía la organización común de las exportaciones de los productos y su población respectivamente…
Los distritos se dividían en el de caza y pesca, en el del militar, el del poder, el del comercial, y en el agrícola. Éstos 5 distritos eran completamente la ciudad.
El de la caza y pesca está rodeado de grandes lagunas y bosques, dónde respectivamente se puede cazar y pescar. Es un paisaje bastante hermoso, y realmente es un lugar tranquilo. En estos lugares, la contaminación era muy escasa.
El militar es más como una ciudad, en la que casi nadie sale. No es que no esté habitada, sino muy controlada. Y todo tiene su respectivo orden.
El del poder, es el central. Hasta podría decir que es el más concentrado y más importante. De ahí se manejan todos los demás distritos, y no es sólo un distrito más, sino que una ciudad aparte.
De ahí todos son manejados y en él están las máximas autoridades de la ciudad.
En este distrito está la comunicación con los otros, ya que posee unos trenes rápidos que conectan todos los distritos.
El del comercial es una pura ciudad, una ciudad llena de ruido y problemas como cualquier otra, y bastante problemática. De ahí nace la mayor fuente de economía de las otras ciudades.
El agrícola es otro de los importantes, si bien es más tranquilo que el de la ciudad, se encarga de toda la producción de alimentos y bienes para exportación. También posee los paisajes más hermosos.
…
"Si estás leyendo esto es muy probable que esté muerto, mi nombre es Kenshi y me gustaría contarte mi historia…"
"El día que empezó todo, no lo recuerdo muy bien, tengo unos vanos recuerdos borrosos en mi mente, aunque… trataré de contarlos…"
Todo comenzó como cualquier otro día normal, nuestra madre nos levantó, nuestra porque tengo una hermana menor.
-¡Kenshi! ¡A desayunar!- gritaba desde la cocina de una forma bastante dulce, pero a la vez grave.
Nunca olvidaré ese tono sólo de mi mamá.
-¡Ya voy mamá!- grité. No era de esos chicos que tuviera el sueño pesado, y tampoco que no se levantara a la primera llamada. Mi hermana sí, era una de esas chicas bastante dormilonas y perezosas en todo momento.
No alcanzó con golpear su puerta, que llevaba la pequeña nube color rosa con su nombre en letras blancas.
-Ai, levantate, ya es hora del desayuno-
Siempre las mañanas eran iguales, empezaba de una forma sutil y precipitada, y terminaba pateando la puerta para que no venga mi propia mamá a hacerlo.
-AI, SI NO TE LEVANTÁS TE JURO QUE TE TIRO POR LA VENTANA-
-KENSHI, ¡DEJAME EN PAZ!- Gritaba su aflautada voz, que no dejaba de ser un poco baja. Nótese su tono adormilado.
Luego de unos minutos de griterío, ella arrastró los pies por la alfombra del suelo. El roce de las pequeñas pantuflas y la lana, me molestaban un poco por su lentitud.
Se escuchó como el cerrojo de la puerta era abierto viendo su silueta dormilona, rascándose un ojito.
-¡Vamos a desayunar monstruo!- dije de forma enérgica, tomándola por los hombros y adelantándola.
-Me agarraste dormida, sino, sabés bien que te pego- dijo su voz que cada vez más, se hacía un poco más grave y agresiva.
Mi casa era una casa común. Tenía dos pisos, y una escalera de mármol que los conectaba. La habitación de Ai y la mía quedaban en el segundo, por coincidente, tuve que arrastrar a Ai por esas escaleras.
Bajamos y nos sentamos alrededor de la mesa, mientras esperábamos el desayuno de nuestra mamá.
Como siempre, nos hizo tostadas que acompañamos con un vaso de leche tibia y con mermelada de naranja. Era difícil poder alimentar a Ai y Kenshi Vangar.
Sí, es un apellido extraño.
Luego, como Ai comía mucho más rápido que yo, subió las escaleras rápido a cambiarse. Yo era menos complicado, al terminar subí rápido, fui a mi cuarto, fue cuestión de tomar una remera, un pantalón y un buzo como hacía de costumbre. Ai no estaba lista todavía.
Sin contar que Ai, era una adolescente de 14 años que siempre demoraba en todo.
Luego de que bajé me senté en la silla a esperarla, para ir caminando juntos.
No pasaron ni 20 minutos que Ai bajó con una pollera demasiado corta y provocativa. Además que la remera se le acentuaba en todo el cuerpo. Y encima tenía… ¿la cara pintada?
-¡MAMÁ! ¡AI SE ESTÁ VISTIENDO COMO UNA PROSTITUTA DE NUEVO!- Grité desde la cocina esperando su respuesta.
-Kenshi, no empecés de nuevo con eso, es la moda- dijo alisando su pollerita.
-¿LA MODA? ¿QUE ESTÁ DE MODA? ¿PROSTITUIRSE?- dije bastante molesto. -¡SACATE ESO AHORA!
-¡¿NO ME PIENSO SACAR NADA SABÉS?!- gritó Ai con su voz de flauta pisando fuerte el suelo.
-¡YO ASÍ NO SALGO MÁS CON VOS!- le grité furioso. No podía una chica de 14 años vestirse de esa forma.
-¡NO SALGAS MÁS CONMIGO ENTONCES!-
-¡NO ME IMPORTA PORQUE—
-¡Chicos! ¡Apúrense! Ya van a ser las ocho de la mañana- gritaban desde afuera de la casa.
Miré por la ventana y allí estaba, mi grupo de amigos y compañeros de mi clase.
El que me estaba gritando era como siempre Nagito, con esa voz suave, que a la vez podía ser grave. Pero siempre tranquilizadora.
-Vamos Ai- dije tomándola por la remera y sacándola afuera.
Era bastante conveniente vivir en el distrito comercial, ya que allí estaban la mayoría de las cosas necesarias y las atracciones más importantes. Las bibliotecas, los colegios, los mercados etc…
Al ver a mi grupo de amigos sonreí. Era agradable verlos todas las mañanas en mi casa, ya que como la escuela quedaba en mi distrito y no tan lejos de dónde vivía, era al último que recogían.
-Siempre tarde ustedes- dijo Rei, uno de mis amigos en el grupo allí.
Rei Akita, era un chico de 16 años como yo, alto y delgado. Poseía la piel cobriza con ojos violetas que le resaltaban la piel. Sus facciones eran duras.
Su cabello era color castaño claro corto, con un flequillo que se levantaba por la parte delantera.
Mayormente usaba una sudadera-musculosa azul, con unos pantalones grisáceos.
-Tampoco es tan tarde, Rei- dijo Nagito
Rei era un chico serio y frío, siempre tenía esa expresión de ojos concentrados, pero por dentro yo sabía que él era bueno y quería divertirse.
Rei estaba en el distrito de la caza y pesca, y su actividad principal allí era la pesca.
Su casa quedaba cerca de una gran laguna y era mediana. Poseía un parque y a lo lejos estaba el bosque más importante de todos, dónde cazaban.
Nagito solo atinó a reírse.
Nagito Tetsugo, era otro de los chicos de mi grupo y vivía en el distrito de la agricultura. También era bastante alto y muy esbelto. Su piel era demasiado blanquecina, ya que casi siempre que trabajaba las tierras, o se encargaba de sus tareas en su campo, utilizaba un sombrero que lo protegía del sol, desde que era un niño.
Su familia poseía grandes terrenos de campo y tenía una muy buena producción en cuanto a todo lo que tiene que ver con ello. Su casa era bastante grande y muy espaciosa.
Sabía manejar a los caballos, y hasta domar varios animales.
Poseía el cabello rojizo colorado, hasta los hombros, largos y con un flequillo en su frente.
Sus ojos eran verde esmeralda y brillaban destacando su piel.
Nagito era un chico muy gentil y dulce. Era bastante cuidadoso con todos y muy amistoso dependiendo de qué personas tratara, porque también podía ser manipulador y bastante serio.
A pesar de ser del campo, era bastante peculiar la ropa que utilizaba a diario, no eran esos típicos harapos o esos jardineros. Mayormente usaba remeras, con una campera-buzo y unos jeans azules.
Usaba sandalias marrones, que era casi lo único rústico. Además de su sombrero de paja.
-Hola Kenshi- decía una dulce voz enérgica e hiperactiva.
-Hola Mikami- levanté la mano en forma de saludo y sonreí.
Ella era Mikami Yagami y vivía en el distrito del poder. También tenía 16 años y era alta y poseía un largo cabello color cobrizo hasta la espalda y unos ojos color miel que destellaban su blanca piel. Siempre usaba polleras y musculosas en las cuales encima se ponía camperas cortas.
Su casa era básicamente parecida a la mía.
Ella era una chica dulce y agresiva. Además era muy gentil y divertida. Era bastante hiperactiva.
-¡AAAAI VENÍ QUE TE PEINO!- Gritó la voz de la joven que corría hacia mi hermana. Mi hermana sonrió de forma cansada y se dejó peinar.
Mi hermana tenía 14 años y claramente se llamaba Ai Vangar. Poseía el cabello rubio corto, unos hermosos ojos azules y una piel rosada. Tenía afición por las prendas cortas y provocativas, problemas por el cual nos peleábamos seguido.
Simplemente emprendimos la marcha hacia el colegio que quedaba dentro de todo cerca, mientras nos íbamos riendo.
…
La mañana era soleada y como siempre, me costó despertarme.
Vivía en el distrito del poder, por lo que a las 7 en punto, ya sonaban las campanas tan fuerte, que despertaba a una quiera o no.
Luego de cambiarme y vestirme, me vino a buscar Nagito que me llamó de la puerta. Era gracioso verlo afuera gritando mi nombre mientras me asomaba por la ventana en pijama y sonreía.
Cuando vi a Nagito comenzamos a hablar de temas random, éramos muy abiertos y teníamos un sentido del humor particular.
Al entrar en el tren, al ser siempre de mañana, teníamos asiento en cualquier parte. Éste andaba medio vacío.
Luego fuimos al distrito de la pesca a recoger a Rei, que como siempre, estaba listo y esperando afuera.
-Tarde como siempre- dijo su frío y tosca voz. Ése chico era muy extraño, pero sin embargo nos cuidaba. Además era muy caballeroso.
Luego nos dirigimos en la línea 116 del distrito comercial.
Allí bajamos en un barrio bastante agradable y caminamos por las calles mientras Nagito y yo hablábamos muchísimo todo el tiempo.
-¿Vos decís que me va a quedar mejor el rojo o el rosa?- le pregunté cuando caminábamos a Nagito.
-No importa qué color, todo te queda lindo- Respondió Nagito sonriendo. Yo solo atiné a sonreír también.
Luego Nagito se frenó en aquella casa de los gritos. Y luego de un:
-¡Chicos! ¡Apúrense! Ya van a ser las ocho de la mañana-
-Siempre tarde ustedes- dijo Rei con mala cara.
-Tampoco es tan tarde, Rei- dijo Nagito con una sonrisa gentil que apaciguaba el momento.
De adentro salieron Ai y Kenshi.
-Hola Kenshi- dije sonriendo.
-Hola Mikami- dijo al levantar la mano con una hermosa sonrisa.
Kenshi Vangar era un joven bastante divertido y tranquilo. Poseía el pelo color negro azabache largo y lacio.
Tenía unos ojos oscuros como la noche y una piel rosada.
Era un chico muy agradable sobreprotector, seguro y admirable. Era bastante holgazán, bonito y extravagante.
Le gustaba usar buzos, y la mayoría del tiempo, usaba la capucha de éstos.
Su vestimenta claramente eran los buzos y unos jeans azules con zapatillas.
Su buzo favorito que era el que llevaba casi siempre, era ese buzo negro con verde y con las palabras "ETER" en el medio.
Y de la nada vi a Ai, la hermosa chica que era hermana de Kenshi, que me daba demasiada ternura.
-¡AAAAI VENÍ QUE TE PEINO!- Grité corriendo hacia ella, seguro se molestaba pero ese hermosos pelo dorado no podía no tocarlo.
Luego emprendimos la marcha normalmente, Nagito hablando con Kenshi a los gritos de emoción y Rei atrás de todo callado y serio.
Ai y yo íbamos juntas, mientras le hacía una trenza en su corto cabello.
…
El sol me pegaba bastante en la cara, y ya me empezaba a molestar demasiado.
Miraba por alguna extraña razón el horizonte, sabía que Nagito me estaba comentando algo pero igualmente no le prestaba mucha atención.
-Chicos, es tarde- dijo Nagito mirando su reloj.
-¿En serio?- preguntó Mikami algo atontada, ya que venía peinando a Ai en el camino a su ritmo.
-Eso me pasa por venir siempre con ustedes- suspiró Rei y se adelantó ya que era el último.
-Vamos a apurarnos chicos, corramos- dije mientras apresuraba el paso.
-¡Esperen! No corran, ¡no terminé su trenza!- dijo Mikami haciendo gestos con la mano.
-Otro día Mikami, vamos- dije agarrando su mano y la de Ai mientras salíamos corriendo.
-¿Muy lejos estamos?- dije un poco preocupado, no me gustaba llegar tarde.
-No, sé un atajo- dijo Nagito sonriendo.
Nagito conocía muy bien los distritos y sus calles, porque siempre cuando cosechaba se fijaba qué era para qué lugar, en cantidad y proporción.
Nos metimos corriendo por un barrio carenciado, que claramente estaba destruido y con olor.
Corrimos por ahí y Mikami emprendió la marcha para alcanzar a Nagito.
Por suerte ella usaba zapatillas y no zapatos altos como mi hermana, que prácticamente había que levantarla para que pudiera caminar.
-Ai, vení, vamos a correr juntas, dale- dijo Mikami mientras tomaba la mano y le sonreía. –Yo te ayudo-
Miré a Mikami y a mi hermana y pensé que ellas podrían ser hermanas tranquilamente. Claro, mientras no se peleen por la ropa, que eso no iba a pasar.
Tenían gustos más distintos.
Mientras pensaba esto, me di cuenta que corría por cualquier lugar solo, ya que no había nadie cerca de mí.
Entré en una mini desesperación, puteé a Nagito por llevarnos a lugares raros y terminé decidiendo que iba a escalar un muro de ladrillos gigante, para no tener que hacer toda la trayectoria. Era muy bueno en eso del parkour, e iba a aprovecharlo.
Luego de terminar de escalar, salí al otro lado-
-¡Vamos, al fin civilización!- reí de una manera callada y miré para todos lados, ya estaba más seguro de a dónde iba.
Luego de caminar un poco, ya que no estaba tan lejos, ni tampoco sabía la hora porque el único dignado era Nagito con reloj, vi el edificio de mi colegio.
Era un colegio público increíblemente grande, y con una entrada súper gigante. El portón estaba abierto y adentro mis amigos. Entré corriendo.
-¡CHICOS!- grité mientras me agarraba las rodillas y suspiraba.
-¡Kenshi! ¿dónde te metiste? Me preocupé por vos- dijo Mikami mientras apoyaba su mano lentamente en mi hombro.
-Mejor te hubieras perdido-susurró Ai, en un tono bajito.
-Sos un monstruo sin corazón- dijo Nagito entre risas mientras me ayudaba a recobrar el aliento. Todos estábamos agitados.
-Como siempre, el más idiota siempre se pierde…- dijo Rei mirando hacia otro lado enojado. –Sos demasiado idiota-
Iba a decir algo pero terminé por callar.
Mikami giró y dijo:
-Bueno chicos, entremos, ahora tenemos literatura y el profesor nos va a decir algo si llegamos tarde-
Al girarse, Mikami se chocó la espalda con la persona más horrible del mundo.
Tuko.
Tuko era de esas personas que realmente daban miedo, pero no por cuestión de aspecto físico, simplemente por el hecho de mirarlo a los ojos.
Sus ojos eran de un azul profundo y podrido, eran tan oscuros para ser claros, que se notaba que el brillo había desaparecido.
Su cabello era largo atado en una coleta de color rubio y brillaba demasiado, y su piel era de un tono rosado.
Era un chico muy irónico y a la vez demasiado sínico. Más manipulador que Nagito y muy maldito.
Siempre estaba serio, pero su ironía hacia ver como todo se lo tomaba a broma y nada le importaba más que su propio bienestar.
Vivía en el distrito militar y era demasiado bruto.
Sin contar que era bastante machista. Era el mayor de todos y estaba en el último año, tenía 18.
Y como era de costumbre, nos empezó a molestar de nuevo.
O específicamente a Mikami, que siempre la molestaba. Todo el tiempo veía en ella algo para poder molestarla.
Todo lo que él hacía era con connotaciones sexuales.
-Mikami, ¿Cómo estás?- dijo abrazándola por atrás. Yo conocía a Mikami y ella lo odiaba.
-Soltáme- dijo seria.
-¿Por qué?- dijo riendo el idiota.
Entonces, ella como buena agresiva que era, lo pateó quién sabe dónde mientras Tuko gritó de dolor.
Tuko agarró de la mano fuerte a Mikami, siempre la molestaba, y si no era a ella nosotros éramos a los que molestaba todo el tiempo.
Claramente eso me molestó, porque la fuerza de Tuko era desmedida comparada con la de Mikami.
Nagito fue el primero en acercársele y hacerle frente y gritarle que la suelte.
-Soltala pelotudo- dijo empujándolo. Tuko se empezó a reír desmesuradamente.
Por alguna razón realmente me molesté y me acerqué y no sé de dónde saqué las suficientes fuerzas para empujarlo y hacer que soltara a Mikami que quedó con el brazo realmente rojo.
Al soltar a Mikami, ella se calló y yo la agarré antes de caer. Se prendió de mi buzo.
-Gracias- susurró
Rei que estaba muy enojado todavía, y además era el más agresivo, se le acercó y le amagó a meterle una piña en la cara, pero Ai, que sabía que se iba a meter en problemas, lo agarró de atrás.
-No hagás eso, sabés que no vale la pena Rei- dijo con su voz aflautada y a la vez tranquilizadora
Rei enseguida se tranquilizó y lentamente retrocedió. Su cara enseguida se puso más pacífica y si bien no queríamos pelear, ese chico siempre nos molestaba.
-EY, ¡TUKO!, NOS TENEMOS QUE IR- Gritó una voz bastante grave que venía detrás. Era uno de sus amigos también molestos.
Tuko nos mandó una mirada asesina y se levantó del piso.
-Esto así no se queda pedazos de pelotudos- dijo mientras su voz se hacía más ineludible.
-Ya pasó Mikami- dije en tono tranquilo mientras la ayudaba a ponerse de pie.
-Sí, igual no le tengo miedo a ese enfermo- sonrió mientras se acomodaba la pollera.
-Seguro estás bien, ¿no?- dijo Ai mientras le tomaba la mano y le sonreía. Mikami asintió.
-Sí, apurémonos porque ya nos retrasamos mucho- dijo Mikami mientras tomaba la marcha con Ai de la mano.
Todos las seguimos mientras subíamos por el edificio.
Pasamos por el corredor de los casilleros con paso apresurado.
-Hola Nana-decía rápidamente Nagito y al escuchar el nombre automáticamente la miré.
Nana era una chica de 17 años, demasiado alta y demasiado delgada. Siempre llevaba una camisa transparente y unos leggins oscuros ajustados a las piernas. Botas marrones y un cinto que ceñía su pequeña cintura.
Su piel era bronceada y poseía los labios rosas. Sus ojos era claros de un color verde agua, y su cabello era bastante corto alrededor de la oreja castaño oscuro. Era una chica demasiado bonita y me atraía bastante.
-Hola chicos- sonrió Nana mientras sacaba un par de libros.
Le sonreí y ella también.
Y como siempre y de costumbre, cada vez que hablábamos con Nana, Mikami se quedaba callada.
Mikami era una chica que no se callaba nunca pero Nana era la excepción. Y para Nana, Mikami era la excepción. Era como una tensión recíproca. Además, que entre ellas se cruzaban miradas un tanto extrañas.
Luego mientras acompañábamos a Ai a su salón que era un nivel menor, Nana se fue adelantando.
Luego de dejar a Ai no sin antes pelearme con ella como siempre, nos dirigimos al salón y entramos, el profesor realmente se enojó con nosotros y nos sentamos. Nosotros 4 nos turnábamos para sentarnos ya que los asientos eran de a dos y esta vez me senté con Mikami.
Y Nagito con Rei. Luego de la mini charla del profesor explicando lo bueno que es llegar a punto o antes a sus clases, nos pusimos a hacer su tarea.
Como estábamos en literatura, lo único que hacíamos era leer nuestro libro de lectura personal y luego cuando lo terminábamos, la profesora nos tomaba un oral sobre todo el libro completo.
-¿No vas a leer Mikami?- dije en un tono divertido.
-¡SHHH!- Se escuchó del pupitre mayor. El profesor nos mandó una mirada asesina.
Me resbalé un poco por la silla.
-No, ya leí el libro que traje- dijo en un susurro mientras dibujaba en una hoja garabatos. -¿Vos qué estás leyendo?- dijo mirándome a los ojos.
Intenté mantener mi voz baja aunque era bastante alta.
-"SOBREVIVIENTES"- susurré como pude. –Es un libro que trata historias de sobrevivientes que tuvieron que pasar momentos difíciles hasta el punto de la locura pero lograron superarlo. También en este libro te enseña cómo superar la desesperación y también tips de sobrevivencia-
No sé porque razón, pero siempre me atrajeron las historia apocalípticas donde todo estaba perdido y la gente tenía que defenderse y sobrevivir por sí misma. Este era un libro especial, porque era el más completo y el más grande. Era de cuero y tenía las letras grabadas en oro.
- Además en la parte de atrás tiene toda una sección de distintos tipos de escenarios apocalípticos o en el cual estas perdido y te dice lo primero que tenés que hacer y cómo hacerlo en esas circunstancias- dije mostrando la parte de atrás del libro.
-Wow, increíble- dijo la joven sonriendo y mirando el libro. -¿Puedo leerlo con vos?, nunca lo leí-
-Sí, dale, recién lo empezaba de todas formas- dije apoyando el libro en la mesa mientras Mikami se acomodaba y leía.
-Este día va a ser largo- suspiré.
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Este es el primer capítulo y espero que les haya gustado mucho, aceptamos sugerencias y comentarios constructivos.
Los saludan Heavenly Demon.
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