Disclaimer: Todos los personajes, lugares, cosas y nombres que reconozcan pertenecen J.K. Rowling

"Este fic participa en el reto anual "Long Story" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black".


Por favor, por favor.

— Maldita sea Potter, sé que estás aquí, faltaste a la reunión de prefectos otra vez. — Dice Lily Evans entrando furiosa a los vestuarios del campo de quidditch — la cancelaron Potter ¿Estás contento? La gente se rehúsa a tener una reunión de prefectos sin el gran James Potter, porque entonces quién va contar chistes y llevar pastel y cerveza de mantequilla ¿Quién? Pero claro, el quidditch es más importante que todo. Eres un imb…

Lily se había quedado muda de la impresión, James Potter estaba sentado apoyándose de la pared, cubierto en sangre, su mano derecha caía en un ángulo totalmente equivocado, que parecía muy doloroso. Se veía pálido y exhausto. Era evidente que había caminado herido hasta allí y ahora estando tan cerca del botiquín de primeros auxilio ya no podía moverse más. Lily se quedó paralizada.

— Evans, también me alegra verte. — responde él jovialmente, sin que eso pueda disimular el doloroso jadeo. — Ya que estas aquí, ¿te importaría pasarme aquella caja roja?

— Por Merlín, lo que necesitas es ir a la enfermería, lo más rápido posible. — dice recuperando el habla y acercándose rápidamente para ver su brazo.

— ¡NO! ¡No quiero ir a la enfermería! ¡Sólo pásame el botiquín!

— ¿Te has vuelto loco? Necesitas ir, tienes el brazo roto, creo que pierna también y apostaría que un par de costillas. ¿Cómo pudiste caminar hasta aquí así? — dice ella buscando el botiquín y abriéndolo para notar que estaba casi vacío y toma algunas pociones.

— Es que me moría de ganas de ir a la reunión.

— Muy gracioso Potter, toma esto — dice dándole poción revitalizadora, él la agarra con la mano izquierda y pulso tembloroso y la bebe de un trago — voy a detener la hemorragia, esto te va a doler. — James asiente tranquilamente y apenas y arruga la cara mientras Lily va cerrando las heridas más grandes para que dejen de sangrar con su varita — ahora voy a restablecer tu nivel de sangre, perdiste mucha, esto no va a doler pero se va a sentir extraño.

— Lo sé. Eres muy buena en esto. — dice él mientras ella llena su sistema circulatorio de nuevo y él recupera algo color y fuerza.

— ok, voy llevarte a la enfermería ahora.

— Evans por favor, por favor no. — dice James en una súplica tan sincera que paraliza a Lily de nuevo.

— ¿No te da miedo los medimagos o sí?

— No seas ridícula Evans, mi mamá es medimaga, si voy ahora me van a dar reposo y me voy a perder el partido del sábado.

— Realmente eres un imbécil, no se va a acabar el mundo porque faltes a un juego. Voy a llevarte de todas maneras y no hay nada que puedas hacer, no puedes usar tu varita ¿o sí?

— Puedo conseguirte la carta Evans. Tú puedes reparar un par de huesos rotos ¿no? Hazlo y te consigo la carta, puedo conseguir media docena para él sábado.

— ¿De que estas hablando?

— No finjas que no lo sabes, quieres ser medimaga, y necesitas una carta de recomendación para entrar en la facultad, pero no puede ser de un profesor y eres hija de muggles, no conoces magos adultos.

— No quiero conseguirla así.

— Evans esta es la única forma, ¿crees que alguien se merece esas cartas? Las familias hacen fiestas enormes y regalos costosos para conseguirlas, cierran negocios, venden propiedades a precios ridículamente bajos. No hay forma honrada, es una forma de excluir a los pobres y los hijos de muggles.

— ¿Y cómo la vas a conseguir tú? — pregunta ella sardónica, pero sabe que es cierto y esa quizás sea su única oportunidad.

— Por favor, mi familia es una de las más prestigiosas, mi mamá es la directora de raras enfermedades mágicas en St. Mungo. Evans necesito ir a ese partido y tú necesitas la carta, ¿Cuál es el problema?

— No quiero ayudarte a creer que siempre puedes obtener lo que quieres.

— ¿Y abandonaras tu sueño, la carrera que quieres por el resto de tu vida, sólo para que yo no tenga lo que quiero? Eso es bastante estúpido.

— Bien.

— ¿En serio?

— Te va doler mucho, reparar huesos puede tener muchas complicaciones, y nunca lo he hecho con una persona. — dice ella fríamente mientras toma su mano derecha y la mueve a la posición correcta antes de unir los huesos nuevamente, ella esperaba un grito de dolor, pero James sólo cerró los ojos con fuerza y tensó el cuello.

Lily rompió el pantalón para ver la pierna derecha, era increíble que hubiera podido caminar o llegar hasta allí, tenía la rodilla destrozada, y el tobillo dislocado. ¿Cómo demonios no estaba llorando de dolor? Ella vaciló antes de unir la rótula, las heridas en la rodilla son increíblemente sensibles, pero él apenas y gimió como si sólo lo hubiera pinchado con una aguja.

— Manejas muy bien el dolor ¿eh? — dice ella sorprendida.

— No tanto, el pecho me está matando — dice él con un asomo de sonrisa, como burlándose de él mismo.

— ¿Más que esto? ¿Te duele más que la rodilla?

— Mucho más — dice él — me duele respirar

— Mierda, ¿Por qué no me habías dicho eso?

— No lo sé, quiero decir, todo me duele. Me caí desde 10 metros.

— ¡Por Merlín! ¿Desde 10 metros? ¿Te caíste desde 10 metros y en lo único que piensas es en el juego del sábado? — dice ella mientras le saca la franela con cuidado. — Debí haberte llevado a la enfermería, esto es realmente serio. — dice ella con la voz temblorosa al ver lo que sucede.

— ¿Qué tan serio?

— Tienes hemorragias internas, masivas. Cuando repuse tu nivel de sangre seguro las empeoré. No lo pensé porque duelen tanto, y tú estabas tan calmado. Y ahora… ahora…

— Está bien Evans detienes mi corazón todo el tiempo ¿Qué importa una vez más?

— No es gracioso coño.

La hemorragia interna era realmente inmensa, probablemente una de las costillas fracturadas había perforado un pulmón y por eso le dolía tanto respirar. Necesitaba drenar, pero el hechizo, a esa escala, iba a vaciar de sangre no sólo los pulmones y el abdomen, sino también su corazón. Drenar el corazón mientras este intenta bombear sangre produciría daños terribles, así que tenía que detenerlo, drenar, cerrar las heridas internas y luego hacerlo funcionar de nuevo. Los riesgos eran evidentes, si tardaba más de 3 minutos, el moriría. Pero si esperaba más de 10 minutos también, ya no había tiempo de ir a la enfermería.

— Potter no puedo hacerlo. — dice ella temblando.

—Tienes que hacerlo, mi cadáver va a ser muy difícil de explicar, de darían un montón de detenciones.

— Basta Potter, deja de jugar con esto. ¿Se te hizo una burbuja en el cerebro o qué?

— No me jodas, yo soy el que me estoy muriendo, puedo decir lo que me dé la gana. Evans, escúchame. — dice el sosteniéndole el brazo con fuerza, suspiró y luego hablo con tono urgente — Sé que puedes hacerlo, te confiaría mi vida cualquier día, te he visto hacer cosas más complicadas que esta. No puedes tener miedo, yo ya lo tengo todo.

Lily sólo podía pensar que James Potter era la persona más impresionante que conocería jamás. Esto era surreal, que se burlara de su muerte, que fuera él, él que estaba muriendo, quien la reconfortara a ella, que hablara con tanta claridad. No parecía tener todo el miedo, aunque le temblara el labio inferior. Ella asintió.

"James, por favor, por favor no te mueras." Fue lo último que escuchó antes de sentir una puntada en el pecho tan terrible que le hizo gritar y le nubló los ojos con lágrimas, después de eso todo se volvió negro, no le dio tiempo de responder.