Disclaimer: Ranma ½ pertenece a Rumiko Takahashi


Antes de comenzar este nuevo fic, quisiera comentar a mis amables lectoras y lectores de "Las Clases de Cocina de Akane" que no pienso abandonar esa historia. Infortunadamente, tengo un serio bloqueo con respecto a y me ha resultado sumamente difícil escribir un nuevo episodio. Les ofrezco una disculpa sincera y sólo puedo decir que en cuanto este inconveniente pase, publicaré una actualización. Por su comprensión y paciencia, mil gracias.

C. Weller chan


Dedicatoria: Para Suikaze, quien siempre me sigue la corriente.

"JUGARRETAS Y MANIPULACIONES"

Por C. Weller chan

Capítulo 1

Estropeando la Oportunidad

El enorme y elegante salón se encontraba a rebosar, sobre todo el área de la pista de baile, en la cual las parejas debían tener cuidado para no chocar entre sí mientras danzaban alegres al ritmo de la cadenciosa música. Las conversaciones se escuchaban por doquier, mientras los meseros iban y venían cargando charolas con sendas bebidas y bocadillos. Más allá, en los extremos, mesas llenas de comida y lugares para sentarse y hablar eran continuamente visitados por hombres infundados en elegantes y caros trajes de etiqueta y mujeres en exclusivos y deslumbrantes vestidos de noche.

De espaldas a un muro del salón Akane Tendo observaba atenta los movimientos de esa persona, sin quitarle la vista de encima en ningún momento. Había estado ahí casi toda la fiesta, tratando de pasar desapercibida pero a la vez a la vista, donde él pudiera verla con relativa facilidad. No sería problema, era lo suficientemente alto como para poder ver por encima de las cabezas de las personas que abarrotaban el lugar. En cualquier momento su mirada se posaría en ella y tal vez una de sus más grandes ilusiones podría hacerse realidad.

La chica suspiraba un poco incómoda, desacostumbrada a ese ambiente y a usar una ropa tan elegante. Deseaba poder salir a la terraza a tomar un poco de aire y quitarse los zapatos nuevos de tacón de aguja unos instantes. Esa vestimenta alquilada y a causa de las prisas no muy de su gusto, no tenía nada que ver con su ropa habitual de trabajo, la cual consistía en trajes sastres y zapatos de tacón mediano. Realmente, luego de unas horas de utilizar ese vestido largo y un tanto pesado y ese calzado, echaba de menos su cómoda y sencilla vestimenta de precios módicos.

Este no era el lugar donde ella desearía estar, aunque la invitación había sido extensiva a todo el personal de la compañía. Akane no tenía el hábito de acudir a esas reuniones, por lo menos no como esta donde la crema y nata de la empresa donde trabajaba estaba presente. Ella prefería ir a esas pequeñas fiestas que se hacían en su piso, rodeada de sus compañeros más cercanos de trabajo y donde el mando más alto era el jefe del departamento, además de que la comida consistía en pizza y comida china o italiana y refrescos de lata o agua embotellada, no champaña o vinos caros y langosta y caviar como entremés, como esa celebración realizada en un salón de un hotel de lujo donde los principales accionistas acudían cada año para festejar el cumpleaños del dueño mayoritario del la compañía.

No, ella siempre había sido simple de gustos simples. Bueno, tal vez no tan simples en esta ocasión. Mirando veladamente al frente, volvió a observarlo a su antojo, un lujo que muy pocas veces podía darse. Su cabello corto, sedoso y castaño, su mirada dulce y su sonrisa amable y cálida que dispensaba a todos a su alrededor, sin importar de quién se tratara. Shinozuke Ryougenzawa, el hijo mayor del dueño de la compañía y por ende, heredero de la misma, era un hombre atractivo, sencillo y gentil. Akane se había sentido atraída inmediatamente hacia él en cuanto lo vio por primera vez cuando, recién contratada, vio al joven Shinozuke al momento de que hiciera un recorrido por el departamento donde ella estaba asignada. Como futuro dueño, Shinozuke trabajaba como la mano derecha de su padre y una de sus costumbres era hacer visitas a todas las áreas del edificio, para conversar con todos los empleados y conocer de primera mano sugerencias o problemas laborales. En cuanto le dio la mano, Akane sintió un estremecimiento en todo el cuerpo y al ver esa sonrisa tan maravillosa, no pudo menos que sentirse fuertemente atraída. Para ella, fue un flechazo instantáneo.

A medida que pasaban los meses, Akane no pudo más que sentirse más y más atraída hacia el joven heredero. La manera como la saludaba, pronunciaba su nombre y conversaba con ella era un hermoso momento, algo que llegó a necesitar; y aunque en un principio creyó que eran figuraciones suyas causadas por el enamoramiento que sentía hacia él, la chica comenzó a observar que tal parecía que Shinozuke la buscaba con cierta regularidad. ¡Claro! Nada obvio ni contundente, pero a veces llamaba a su extensión para preguntar cosas sin importancia, o curiosamente se encontraban en el elevador cuando antes nunca sucedía, o coincidían a la hora de la salida y él siempre le deseaba buenas noches con una mirada interesada.

Si, tal vez él también se sentía atraído.

Akane suspiró tratando de relajar sus músculos. Hacía tiempo que abandonara sus entrenamientos de artes marciales y el estar de pie tanto tiempo sin caminar comenzaba a ponerla tensa… y un poco desilusionada. Aunque lo había admirado desde lejos hasta hartarse, el joven Ryougenzawa daba la impresión que no se acercaría a ella en esta ocasión. Era lógico, demasiada gente por saludar, atender y conversar. Inclusive lo había visto bailar en varias ocasiones, todas con mujeres distintas y al parecer hijas de hombres ricos. Suertudas ellas.

Pensando en cuánto tiempo más podría esperar antes de darse por vencida y decidir abandonar la fiesta, Akane vio de repente algo que logró que su corazón diera un brinco. Haciendo con amabilidad a un lado a la gente que estaba con él, Shinozuke miró hacia donde ella permanecía. Con cierta lentitud, comenzó a caminar hacia donde estaba parada, aunque la gente a su alrededor parecía renuente a dejarlo ir. Akane sintió una ola de calor recorrerle el cuerpo, mientras sus palpitaciones se incrementaron. Parecía que por fin, luego de haberlo soñado y esperado, Shinozuke le pediría que bailara con él.

Sintiendo claramente como sus mejillas se habían tornado carmín, Akane esperó ansiosa que el joven Ryougenzawa pudiera llegar hasta donde estaba. Sus acompañantes no concluían su plática, a pesar de que el heredero trataba de terminarla. ¡Maldición! ¿Qué no podían dejarlo en paz? ¡Sólo sería un baile! No les tomaría más que unos minutos, ¿verdad?

Y entonces, con decisión, Shinozuke se encaminó hacia ella directamente, ya sin obstáculos. Akane luchaba por no agitarse o gritar de emoción. Se sentía como una adolescente cuando ve a su ídolo. El nerviosismo estaba a punto de consumirla a la vez que una extraña debilidad se extendía por todo su cuerpo. ¡Sí! ¡Por fin podría bailar y estar en los brazos del hombre que amaba! Sólo unos pasos más lo separaban de ella, sólo un poco más…

- ¡Aquí estabas cariño! Te he estado buscando por todos lados – un ancho pecho enfundado en una camisa blanca y corbatín y esmoquin negro se posicionó exactamente frente a ella, cubriendo su campo de visión totalmente. Por completo confundida y asombrada, Akane volteó hacia arriba tratando de procesar lo que había sucedido. Atontada, miró el rostro del hombre que se había interpuesto entre ella y su más anhelada ilusión a tan sólo unos segundos de poder consumarse. Sonriendo, con facciones varoniles y una mirada azul y penetrante posada en ella fijamente, Akane vio al desconocido más guapo que hubiera visto en su vida. Luego de esos instantes de arrobamiento, la chica cayó en la cuenta que no sólo había interferido en el camino de su amado Shinozuke, sino que también la había llamado… ¿cariño? – Pensé que me habías abandonado. ¡No vuelvas a hacerlo! ¿eh, traviesa? – continuó el seductor con un tono de amonestación, sin quitarle su mirada cerúlea de encima mientras con una mano quitaba de su hombro su cabello negrísimo amarrado en una trenza. Akane lo miraba desconcertada. ¿Quién era ese hombre incógnito que la trataba con tanta familiaridad?

- Disculpe, pero no lo conozc… - antes que pudiera terminar la frase, Akane fue interrumpida por el joven Ryougenzawa que había llegado y palmeaba al desconocido en la espalda, sonriendo:

- ¡Ah, señor Saotome! ¡Es un placer verle por aquí! Pensamos que tal vez no podría asistir – comentaba Shinozuke cordial y saludando al de ojos azules con la mano, que lo miraba serio y correspondiendo al saludo. Shinozuke entonces se dirigió a ella: - ¡Señorita Tendo, buenas noches! No sabía que usted conociera al señor Ranma Saotome – comentó con interrogación en la voz. Akane reaccionó:

- Señor Ryougenzawa, disculpe pero no… -

- Ella no le había dicho nada señor Ryougenzawa, porque no estaba segura que yo pudiera venir a esta reunión. ¿Verdad, cariño? – Akane se sonrojó hasta las orejas. ¡Ese hombre alto no sólo jugaba un extraño juego de no sabía qué, sino que también estaba arruinando su momento tan esperado con Shinozuke, y además la trataba con mucha confianza! ¿Quién se creía que era? Comenzando a enfadarse, Akane trató de explicar:

- No, está equivocado, yo no sé… - en un parpadeo, Akane calló abruptamente porque se vio rodeada por la cintura por un brazo musculoso y largo, que pertenecía al desconocido, además de que la acción la había obligado a pegar todo su cuerpo al de ese hombre, que se sentía duro y firme. ¡Por Dios! ¡No era momento para notar esas cosas!

- No se lo dijo porque quería que fuera una sorpresa general, después de todo, tenemos muy poco tiempo… - la interrumpió el desconocido otra vez con una voz cadenciosa y educada, además de grave y muy varonil. Akane notó con horror que el rostro de Shinozuke mostraba cierta molestia ante las palabras y las acciones del intruso.

- ¿Muy poco tiempo? ¿A qué se refiere señor Saotome? – preguntó inquisitivo. Antes que Akane pudiera volver a intervenir para poner a ese hombre de apellido Saotome en su lugar, el aludido contestó:

- De que esta linda mujercita y yo estamos comprometidos… -


Final del capítulo 1

Continuará…


Comentario de la autora: Jejeje. Me siento un poco nerviosa porque este fic sería el primero que elaboro sobre un tema romántico (o algo parecido ;p). Pensar en escribir un relato sobre relaciones de pareja siempre me ha ofuscado un poco, así que veremos qué es lo que resulta. Deséenme suerte.


Review por "El Precio"

Barbs21: ¡Qué bueno que te gustó! Muchas gracias por tu comentario.


Feliz comienzo de vacaciones. Nos leeremos después

C. Weller chan