Aviso

La mayoría de los personajes de este anime "Candy Candy" pertenecen a Mizuki e Igarashi y TOEI Animation; pues yo al igual que todas ustedes solo los tomamos prestados para escribir nuestras historias con ellos.

La siguiente historia está escrita solamente con el fin de entretener, es totalmente salida de mi imaginación y cualquier parecido con otra es pura coincidencia


Tú realidad en mi Sueño

Lakewood 1822

- ¡¿Candy…?!

-Albert yo no creo que haya algo de que habl…

Las palabras se quedan en el aire, mientras siento como sus labios se vuelven a posar sobre los míos de una forma arrebatada y sus brazos atrapándome por la cintura "No puedo creer que esto esté pasando" luego separa sus labios de los míos lentamente bajando poco a poco en el proceso la intensidad del beso y coloca su frente de una manera tierna sobre la mía, no tardo en sentir como unas lágrimas corren por mis mejillas, pero cuando abro lo ojos me doy cuenta que no soy la única que está llorando silenciosamente después de un rato Albert murmura suavemente en mi oído.

-Perdóname Candy… de haberla leído antes yo…- dice entre lamentos – lo siento Pequeña, Te amo…


Hospital Santa Juana, Chicago 1825

Albert… mi Bert… yo también Te amo…

Sin duda ha sido la más hermosa realidad que he tenido tanto que hasta parece un sueño.

Un sueño…

Abró los ojos de manera perezosa, aunque aparente que es porque sigo adormilada y porque el sueño que tuve me ha parecido lo más hermoso que he vivido, aún mas con la persona que aparece en él.

La verdadera realidad es otra.

Mi nombre es Candice White tengo 24 años, soy huérfana crecí en un lugar llamado "Hogar de Pony" ubicado en Chicago, luego fui acogida por la familia Leegan y más tarde adoptada por la familia Ardley; familia la cual miembro por miembro me daría muchas alegrías y tristezas. La razón por la cual estoy postrada en una cama en donde posiblemente pase las últimas horas de mi vida en el mismo hospital por donde trabaje un tiempo, no es la excepción y es por causa de uno de ellos.

El ¿Por qué estoy aquí? o ¿Cómo pasó?. No importan, lo único importante aquí es que fue por salvar a un familiar de esa familia muy querida por mí.

-Albert… -murmuró en un suave suspiro.

Me preguntó ¿Cómo estará?, hace tres años que no lo veo, tengo entendido que tía Elroy no le ha notificado de mi accidente y no creo que le comunique de mi muerte tan prontamente cuando suceda, de haber notificado seguramente lo tendría aquí parado al lado mío, asegurándome un futuro juntos, aquel que yo he anhelado hace tantos años y que él ha querido hace tres años.

Es este momento, en el cual siento un dolor desgarrador por todo mi cuerpo, por supuesto que resultado de mi buena obra, me alegraría bastante tenerlo aquí haciéndome esas promesas que los dos sabemos que no pasaran nunca y es lo que me hace reflexionar que ya no me importa si alguna vez me hizo daño, si él fue el culpable de que no estemos juntos o si yo lo llegué a odiar alguna vez por despistado. Lo único que sé, es que hay un mar de por medio separándonos, un compromiso que lo ata de por vida y la verdad más real que me atrevería a gritar a los cuatro vientos con tal de me escuche, es que lo Perdóno desde lo más profundo de mi corazón y que lo Amó con todas las fuerzas que me quedan y que lo Seguiré Amándo aún después de morir.

-Señorita, ¿se encuentra bien? -escuchó que me habla la enfermera personal a cargo de mí .Sacándome de mis pensamientos, verificando mi temperatura y empezando a examinar mi cuerpo. Tanto ella como yo sabemos que no pasare viva por más tiempo.

-No, no se preocupe estoy bien -le contestó, la observó hacer un asentimiento de cabeza y se dispone a marcharse, pero antes de que cruce por el umbral de la puerta.

-Disculpe, sería tan amable de traerme unas hojas y un tintero por favor -le pido antes de marcharse, al principio me mira con desconcierto a tal punto de negarse, no obstante al cabo de unos minutos me observa de manera tierna y casi compasiva entendiendo que posiblemente sea la última noche que pase con vida.

-Con gusto señorita -me dice con una sonrisa cómplice, haciéndome entender de que me los llevára de alguna manera ya que está prohibido.

Al cabo de casi una hora tengo enfrente de mí las hojas y el tintero, tengo tanto que expresar y lamentablemente cuento con tan poco tiempo, pero escribiré lo más rápido que me permitan mis manos, debo agradecer a Dios que estas no están tan dañadas y especialmente la izquierda. Así pues, me dispongo a empezar a redactar la carta que más me interesa de todas. Sólo de pensarlo siento como las lágrimas empiezan a salir sin control de mis ojos corriendo por mis mejillas mojando la hoja tan impecable que está en frente mía sin que yo pueda impedirlo, trato de secarlas rápidamente, no es momento de llorar, al contrario es momento de expresar todo lo que hay dentro de mi corazón para él, después de unos segundos de haberme calmado, meto la pluma en ep liquído negro y la coloco con seguridad sobre el papel iniciando a trazar:

Querido Bert…


Hola... ¿Qué tal? Mi nombre es Valery, pero mis hermanos me dicen Wall-e y bueno pues elegí este ya que era el único con el que pude ingresar porque intente con otros y nada jajaja , está es la primera historia que me atrevo a plasmar por escrito y la que me estado rondando por la mente hace ya casi un año, espero que sea de su agrado y que puedan disfrutar de esta nueva historia de nuestros rubios favoritos

Solo les puedo decir que aunque la historia vaya de mal en peor, les aseguro que al final terminará bien.

¡Así que comencemos!

Atte. Wall-e17