Han pasado tres vidas y diez eternidades cuando menos desde la última vez que publique algo aquí (y en cualquier otro lugar), pero qué le vamos a hacer si ya saben que a mí me gusta más leer que escribir. Hoy vengo por primera vez con un Ronmione, como siempre, con viñetas, a ver qué tal sale.


Nunca.

La primera vez que se vieron ella tenía más cabello que cara, dientes enormes y era demasiadobastante mandona; él tenía la ropa gastada, galaxias de pecas, complejos de inferioridad y una nariz kilométrica manchada de tierra.

Es así como comenzó la historia –su historia–, con un hechizo fallido y un comentario mal atinado decidieron que no, que nunca podrían ser amigos. Afortunadamente a los once años nunca es una palabra que se dice muy fácil y dura muy poco.

Y aunque el acuerdo tácito de la no-amistad parecía fortalecerse con cada encuentro (ella cada vez era más odiosa y él cada vez estaba más seguro de que no quererla cerca). Todo aquél que sepa algo de la vida y conozca de grandes historias podría identificar que aquello no era más que una cuenta contra reloj, como un delgado hilo que pende de dos puntas a las que se jala con fuerza…

Te lo juro, es odiosa. Es Leviosa no Leviosá. Con razón no tiene amigos. El último detonante de la bomba.


No sé si ha estado bien como capítulo introductorio, pues ya perdí la practica hace mucho. Si alguien más desempolvado y experimentado quiere hacer alguna critica, sugerencia o simplemente comentar algo, los reviews serán bien recibidos, nos leemos (espero).