DISCLAIMER: "Esta historia participa en el reto de la Comunidad Sakuriana: Lo que nos une."
Los personajes de Card Captor Sakura (lamentablemente) no me pertenecen, son propiedad de las CLAMP
Parte I
¿Alguna vez has experimentado las dolorosas consecuencias de un amor a primera vista?
Yo alguna vez creí en esa vaga sensación de nerviosismo y emoción al estar junto a esa persona especial, la molesta pero a la vez agradable sensación de las llamadas mariposas en el estómago y el pulso bastante acelerado con tan solo ver su sonrisa.
Pero también he sido testigo, victima, o mejor dicho, sobreviviente a la enorme y triste experiencia que te deja un amor no correspondido.
Ahora estoy aquí, nuevamente en el parque que me recibió con aquella paz el día en que decidí seguir con mi vida, la brisa acariciando suavemente mi rostro dando una enorme sensación de tranquilidad que no cambiaría por nada.
Quizás sea una jugarreta del destino, o simplemente sea una coincidencia el que justamente el este sentado junto a mí, leyendo el mismo libro que aquella vez. "Casualidades de la vida", eso pensé cuando me comento quien le había regalado el libro.
No es como si tuviera algo en contra de las hermanas Kinomoto ni mucho menos. Al principio odie a Sakura con todo mi corazón, o al menos eso pensé, pero luego de un tiempo me di cuenta de que no era así, que no podía odiarla solo por una razón.
Ella logro hacerlo sonreír, logro hacerlo amar.
Quise odiarlos a ambos, pero por más que lo intente nunca pude lograrlo. Sakura es una muy buena amiga, Syaoran es mi más querido primo, y no lo perdería por mi inmadurez aun cuando era totalmente consiente de los sentimientos de ambos.
-"Ahora solo existe el anhelo desnudo,
El sol que se desprende de sus nubes de llanto…"
-"Tu rostro que se interna noche adentro,
Hasta solo ser voz y rumor de sonrisa." –complete encontrándome finalmente con sus hermosos y grisáceos ojos. "Asunción de ti" de Mario Benedetti, uno de sus poemas favoritos, uno que siempre lograba sacarte una sonrisa aun cuando ambos sabíamos que seguías sufriendo por ella.
-No es bueno que una niña tan hermosa llore por un chico.
-No sabes nada más de lo que has visto, sufre igual que yo, ¿Cómo es que puedes estar tan tranquilo? –Fijo su mirada en el cielo, tenía una sonrisa llena de nostalgia y melancolía.-
-No vale la pena pensar en ello, simplemente hay que aprender de la tristeza para ser felices.
Sus palabras me descolocaron un poco, ¿es que acaso ella no lo había hecho sufrir? Kinomoto ya me lo había dicho, su hermana y el son excelentes amigos, mas no puede quererlo como el desea.
-No me has dicho tu nombre, pero aun así me esperas todos los días a esta hora y me consuelas –Me dedico una muy bonita sonrisa, una que no le había visto.-
-Tsukishiro Yukito, ¿y tú? –Observe como extendió su mano hacia a mí para que la estrechara.-
-…Meiling, Li Meiling –correspondí el gesto, aun desconfiaba un poco de su serena actitud, sin embargo algo en mi dijo que debía ayudarlo.
Cuidarlo, al igual que él lo ha hecho conmigo.
