El universo de Naruto no me pertenece, es obra de Kishimoto-sama.

Advertencias: UA, Ooc, etc.

Rak: T+

Sumary: Un matrimonio arreglado, una serie de eventos desafortunados y media vida para arreglarlos. Hay cosas que no se planean, pero el show debe continuar. ¿O la boda? / Te sacas la lotería y a último momento te cambian el boleto, te están dando gato por liebre, Sakura.

PenName: xSouh

En Su Lugar

Cap 1: El y Ella. Y el otro.

—Buenas noches, señorita Haruno –le saludo uno de los tantos botones mientras bajaba de su coche, un último modelo de una marca importada, dejo las llaves en las manos del mozo y paso directamente hasta el ascensor al final del pasillo, miro su reflejo en el impecable cristal frente a ella, una mujer de esbelta silueta le regreso la mirada, enfundada en un largo vestido color rojo y sin mucho escote, el cabello recogido con horquillas del mismo color deteniendo sus hebras rosas en un moño sencillo que dejaba algunos mechones perfilando su cara, fino delineador negro en los ojos y por ultimo unos labios que hacían juego con el resto; había decidido no usar mucha joyería, nada salvo una fina pulsera.

Las puertas se abrieron dejando ante ella la terraza techada con cristal para mostrar una que otra estrella que lograba vencer la luminiscencia de la gran ciudad, sus ojos se enfocaron en la única mesa del lugar, con dos sillas, un par de copas y una botella de lo que seguramente sería el mejor vino de la carta.

—Sakura-san –le saludo el hombre que la esperaba, extendiendo una mano hacia ella y mostrando unos dientes blancos detrás de una sonrisa deslumbrante, ya se conocían, de algunas reuniones, fiestas sociales y cortas visitas donde ella siempre terminaba recibiendo una joya que terminaba en la caja de seguridad en su departamento de Tokio, todo demasiado impersonal como para llamarlo prometido.

—Itachi-san —le devolvió la sonrisa, recordándose agregar el sufijo de respeto, casi era una burla entre ellos. El corrió la silla para que ella pudiera sentarse y un mesero rápidamente abrió la botella y lleno las copas antes de desaparecer.

—Me alegra que hayas aceptado la invitación, espero disfrutes la noche – dijo mientras hacia un gesto para chocar las copas –por los buenos comienzos.

—Me gustaría conocer un poco a la persona con la que me casaré, aunque sea un par de meses antes de la boda – contestó volviendo a poner una sonrisa en la cara, sus palabras habían sido muy ciertas y tal vez sin dobles intenciones.

Disimuladamente vio la pantalla del teléfono solo para comprobar que estaba en el siglo correcto, donde se supone los matrimonios arreglados ya no existían y había más libertad, pero era correcto, el segundo milenio había empezado hace ya varios años, fijo su atención al hombre que tenía al frente, era bastante apuesto, muy por encima del chico guapo común, Uchiha Itachi era un hombre de largos cabellos negros que regularmente los llevaba atados a una coleta, sus ojos eran de un ónix profundo que contrarrestaba con su clara piel.

A sus veintidós años Sakura nunca ha sido fiel creyente del amor, sus padres Haruka Haruno y Tsunade Senju (su madre decidió conservar su apellido) no son el vivo ejemplo de una feliz pareja, antes de casarse sus abuelos eran dueños de muchos hospitales y después de un matrimonio arreglado, un convenio y muchas firmas nació HS-Hospital, una de las cadenas de hospitales más importantes que existen.

Era la primera de dos hijos de una familia acaudalada, lo que la convertía en un buen partido para cualquier hombre, así lo había decido Fugaku Uchiha, un importante empresario en la industria de la tecnología, SharinganCorp era una empresa líder en esta rama, fabricando desde teléfonos celulares hasta equipo médico.

Desde hace 4 años que se había comprometido con el hijo mayor de Fugaku, Sakura sabía que su padre no le daría otra opción si quería seguir llevando la vida que tenía, no es que Sakura fuera libertina o algo por el estilo, si bien disfrutaba de su vida y su dinero, Tsunade la había criado para ser una mujer fuerte y de carácter, alguien acorde a la herencia que recibiría, no una mujer que esperaría a su marido con la cena servida todos los días.

El arreglo de compromiso fue hecho, Sakura ya se había hecho a la idea mucho antes de eso que terminaría casada con un hombre de su posición social para continuar con los negocios familiares, no era una mártir ni pensaba victimizarse por eso, solo había pedido mantener en privado lo más tiempo posible su situación civil.

La velada paso más rápido incluso de lo que a la Haruno le hubiera gustado aceptar, tenían la terraza del hotel para ellos dos, la vista era increíble y la iluminación de la alberca que estaba a pocos pasos de ellos le daba al ambiente el toque perfecto, mientras el tiempo pasaba y la temperatura bajaba, la pelirosa se había llevaba las manos a los brazos para cubrirse del frío inconscientemente, un segundo después ya tenía la el saco del Uchiha en sus hombros en un gesto que en cualquier persona se hubiera visto como sacado de película romántica para adolescentes, pero cuando el olor a colonia invadió sus sentidos poco le importo, solo sonrió y agradeció la acción.

Después de la cena, cuando ambos se acercaron al barandal para observar la ciudad, Itachi había puesto una bella gargandilla en su cuello, con delicadeza cerro el broche de la joyería, deslizando sus dedos siguiendo la fina cadenita que había quedado colgando a sus espaldas y causándole un escalofrió que recorrió toda su columna.

—Estas helado —le dijo girando un poco su rostro para verlo, aun se mantenía atrás de ella, solo para notar la poca distancia entre sus rostros, el deposito un suave beso en su hombro y levanto de nuevo la chaqueta para cubrir la piel que había expuesto para poner el collar.

Ella sabía que ninguno de esos gestos eran nuevos, pero Itachi y su presencia de caballero en armadura plateada hacía que nada de eso se viera forzado, para ese instante estaba segura que si se ponía a llorar el sacaría un pañuelo bordado con sus iniciales y perfumado con colonia para dárselo.

—Pero tú no lo estas.

-.-.-.-.-En su lugar -.-.-.-.-

—No debes tardarte mucho, a Hina-chan no le gusta esperar – rio un peliblanco mientras jugaba en una pequeña consola sin realmente voltear a ver a su compañero de cuarto que terminaba de alistarse.

—No me importa mucho –contesto escuetamente el pelinegro abotonando la camisa negra que había seleccionado para ese día, asegurándose de dejar los últimos dos abiertos.

—Te debe importar si piensas quedarte con Byakugan, sabes que Hiashi no soltara la presidencia tan fácil, los rumores dicen que incluso duda en mejor dejarle la empresa a Hanabi y no a Hinata –comento como si nada el otro chico aún con toda su atención visual en la enorme pantalla frente a él.

—yo me encargare que Hiashi me entregue Byakugan, de Hinata ya me encargare después. – termino Uchiha Sasuke mientras tomaba su chaqueta y caminaba a la salida.

—solo espero no te monte unos enormes cuernos –se burló Suigetsu – te hará probar una cucharada de tu propio chocolate esa diabla.

—hmnp…

La única forma en que a Sasuke Uchiha le importaran los cuernos que la Hyuuga pudiera ponerle seria en el orgullo, conocía la reputación de Hinata y no era una niña boba y fácil de manejar, muy al contrario, ella sabía usar lo que kamisama le dio para obtener lo que quería, ellos no eran amigos pero se conocían de múltiples eventos de sociedad y trabajo, los Hyuuga lideraban el mercado de los bancos y bolsas de valores, y él, el segundo hijo Uchiha no se iba a conformar con la vicepresidencia de una empresa, ni aunque fuera SharinganCorp; también sabía que a pesar de que la ojiperla había sido preparada toda su vida para la silla principal ella no la quería, pero menos quería que su hermana menor la tuviera.

Ambos estaban por terminar la universidad en pocos meses, listos para la vida y un matrimonio arreglado podría encajar en el plan perfecto de ambos, aunque él no estaba dispuesto a dejar ver ese plan ante ella. Al contrario de su hermano mayor, a Sasuke no le organizaron un matrimonio para mejorar las relaciones de la empresa familiar, tampoco lo obligaron a ir a la mejor escuela y ser el mejor, como el siempre perfecto Itachi, aun así asistió a una escuela de renombre y siempre repunto en todo como Uchiha que era, pero eso no era importante para su padre.

Después de aceptar que jamás sería un digno hijo a nivel de Itachi, Sasuke decidió estudiar en el extranjero y ver lo menos posible a su familia, a Fogaku esto le importo muy poco y le dio el permiso para irse a cualquier lugar que él quisiera, haciendo crecer más el odio del menor.

El pelinegro estaciono su auto en una de las tantas calles de aquella ciudad y miro el alto edificio de apartamentos lujosos, bajo del coche y el portero lo saludo por su primer nombre mientras preparaba el elevador al piso que iba, suspiro antes de salir, sabía que su futuro le esperaba, lo había pensado lo suficiente y estaba dispuesto a enfrentarlo a como viniera.

-.-.-.-.-En su lugar -.-.-.-.-

Como el caballero que era, el mayor de los Uchiha la llevo hasta su casa, le había abierto todas las puertas que tuvo enfrente, él mismo había manejado y ella fue su copiloto, se fue hasta después de que cerró la puerta principal de su departamento y solo entonces se permitió soltar todo el aire que había estado guardando.

No es que ella esperara algo menos, Sakura sabía que su prometido era un hombre perfecto en más de un sentido, no por nada las revistas en más de un continente lo ponían como el soltero más deseado sin saber que tenía bastantes años comprometido.

Por arreglo de ambas familias, habían decidido no hacer público el compromiso, esa era una de las cláusulas que más le importaban a ella, quería ir a la universidad como una chica normal, no como la futura señora Uchiha, ya bastante tenía con ser una Haruno.

—Ahora si tienes que contarme todo, Sak, por estar con la duda ya casi me acabe medio litro de helado, ¿Sabes las horas que tendré que estar mañana en el gimnasio? –grito una chica tras ella haciendo que brincara de susto.

—Karin, casi me matas –le respondió mientras le daba un ligero golpe con su bolso.

—como sea, ahora me tienes que contar todo y no lo repetiré –exclamo su compañera de casa mientras la arrastraba a la sala.

Karin Uzumaki era una chica pelirroja de mediana estatura y de unos extraños ojos carmín, ella y la Haruno eran primas lejanas, pero su amistad se había formado años atrás en un crucero, al principio terminaron rotundamente peleadas por un guapo chico que a ambas les gusto, se convirtieron en rivales pero juntas ahogaron sus penas en alcohol al saber que el chico era gay, una rotunda decepción para más de cinco.

La pelirroja era tres años mayor que ella, había terminado la universidad un año atrás y ahora trabajaba en un hospital de su familia, su padre era Orochimaru, uno de los mejores cirujanos plásticos del mundo, también trabajaba como director y jefe en la compañía de la Haruno, aunque ella estaban emparentadas por línea materna.

—No hay mucho que decir a parte de lo que ya se sabe: Uchiha Itachi, el hombre perfecto, caballeroso, inteligente y con muchos millones, futuro heredero de SharinganCorp. ¿Ocupas algo más? –rio la pelirosa mientras hacía muchos movimientos con las manos para ponerle más drama a su descripción sacada de una revista para chicas.

—Tienes la suerte de un perro bailarín –se quejó la Uzumaki mientras le aventaba uno de los cojines de la sala.

—Ya encontraras tu príncipe negro que te azote por las noches, mañanas, tardes y que te transforme en una bella princesa multiorgásmica – se burló la Haruno mientras seguía bailando por la sala.

-hahahahahaha…. Ahora falta saber si la maquinaria Uchiha también es perfecta, sería una lástima que semejante bombón tuviera problemas del tipo precoz.

Un año después

Una lagrima se deslizo por su mejilla, no podía creerlo, seguro era una mala pesadilla porque justo cuando creía que ella podía ser feliz todo se vino abajo, había apretado tanto los puños encajándose sus propias uñas con la esperanza de que el dolor la levantara de aquel sueño y pudiera seguir su vida, se levantó de su cama solo para ver frente a ella el maniquí que tenía su vestido de novia, era hermoso: Un escote palabra de honor con un corte V a la altura del busto, todo el corsé estaba bordado con pequeña joyería blanca que le daba un ligero brillo, la caída era con vuelo y varios dobleces daban ilusión de ligeras olas de mar cayendo lento, con una flor de un rosa muy tenue adornando el costado izquierdo. Era el vestido perfecto para la boda perfecta. Quiso tirarlo, quemarlo, llenarlo de pintura y destrozarlo, pero no podía, porque era el vestido para su boda. Aunque ya no tuviera novio.

Tomo una ducha rápida y se vistió con una falda de tubo negra hasta un poco más abajo de la rodilla a juego con una blusa de botones y manga larga azul marino y unas zapatillas cerradas negras; cepillo su cabello y un maquillaje sencillo que la hiciera ver un poco más fresca y pudiera esconder sus ojeras.

Salió de su casa asegurándose de que ningún miembro de la prensa la siguiera y manejo hasta las oficinas principales de SharinganCorp recordando lo rápido que pasaron los últimos meses, las citas que había tenido con el Uchiha donde evitar las cámaras fue más un juego que otra cosa, aunque no se pudo hacer nada el día de su graduación cuando él fue su acompañante y una semana después fueron vistos en el aeropuerto de Japón juntos lo que ocasionó más de una noticia en revistas financieras que veían venir la unión entre los Uchiha y los Haruno.

Dos meses atrás cuando entro como vicepresidenta de HS-Haruno, su padre le había prometido darle la silla de CEO unos años después de su matrimonio para que tuviera tiempo de disfrutar los primeros meses sin tantas responsabilidades y mientras se iba acostumbrando a la empresa, aunque eso era un pretexto y ella lo sabía, lo que su padre esperaba era que en ese tiempo naciera un heredero del emporio que habían creado.

Itachi Uchiha llevaba varios años con el puesto de vicepresidente de las empresas de su familia, y su padre solo le dejaría el puesto después de las vacaciones de su luna de miel, todo ya estaba planeado para su próximo ascenso.

A pesar de sus salidas y citas nunca decidieron hacer el matrimonio público, ambos estuvieron de acuerdo en hacer una ceremonia familiar, con los amigos y colegas más cercanos y sin ningún medio de comunicación presente, ya después harían una recepción para hacer público todo al igual que la nueva unión entre las dos grandes empresas.

No podía decir que amaba a Itachi Uchiha y eso era algo seguro, pero algo dentro de ella ya había aceptado la idea y le había empezado a gustar, ella podría ser fácilmente la señora Uchiha y vivir sus días al lado de Itachi felizmente, incluso podía asegurar que quizá un día lo llegara a amar. Podía ver sus hijos jugando en aquella enorme y hermosa casa que perteneció a los bisabuelos de él, ponía sus manos en el fuego a que sus hijos pudieron ser muy guapos y si tenía una hija entonces sería la niña más linda de todo el mundo.

Una lágrima se escapó de solo recordar y soñar todo aquello. En esos momentos extrañaba tanto a Karin, seguro ella lloraría a su lado y después diría alguna idiotez solo para sacarle una sonrisa para después volver a llorar juntas, ese ritual no tenía el mismo resultado por teléfono y a miles de kilómetros y en Japón no tenía ninguna amiga con al que tuviera esa confianza.

Limpio su mejilla y bajo de su coche entregándole la llave al ballet parking de la empresa, apretó los parparos y conto inversamente del tres al cero, abrió los ojos y oculto su dolor, miro al cielo, el día estaba nublado y se reflejaba en el enorme edificio de arquitectura moderna y acristalada frente a ella, una enorme multitud se movía de un lado a otro en el centro de Tokio, hizo el primer movimiento de sus piernas y comenzó a caminar hacía SharinganCorp.

El ruido de sus tacones en el mármol del recibidor hizo que más de una mirada se posara en ella, seguro que la mayoría la reconocerían, pocas personas en Japón tenían el cabello de ese color, pese a todo no desperdicio ningún segundo en contestar los saludos, ni en mirar a aquellos que se habían atrevido a cuchichear sobre su persona o en el pequeño listón negro que todos vestían a la altura del pecho, camino directo al elevador y presiono el botón que indicaba el piso más alto.

La Sala de juntas de ejecutivos era el lugar donde había sido citada, cuando llego sus padres ya estaban en el lugar junto con Fogaku y Mikoto Uchiha, todos vistiendo en su mayoría negro, la matriarca de los Uchiha era la que se veía más devastada y ella la entendía, apenas hace 3 días que su hijo mayor acababa de ser enterrado, en los periódicos y noticieros aún estaba la terrible noticia de la caída del vuelo donde el mayor de sus hijos iba, dándole el pésame a la acaudalada familia y a la del resto de los pasajeros.

—Bienvenida Sakura –Saludo la pelinegra depositando un beso en su mejilla, después saludo a sus padres y tomo asiento en una de las sillas.

—Sé que esto es tan difícil para ti como para nosotros, Sakura-san –hablo el patriarca de los Uchiha –pero Haruka y el resto hemos estado hablando en seguir con el plan.

—¿Qué plan? –pregunto la menor de los Haruno sin realmente entender a que se referían.

—Aun esperamos a alguien, cuando estemos todos seguiremos con esta platica. –fue la voz de su propio padre quien sin palabras le pidió que esperara.

Veinte minutos corrieron sin nada más que una secretaria ofreciendo aperitivos y alguna bebida, la paciencia de Fogaku Uchiha era nula y su estúpido hijo no llegaba, él sabía que aquel muchacho no era capaz de llevar una empresa como SharinganCorp, mostrando tanta irresponsabilidad para llegar tarde a una junta con los mejores empresarios del país, el tiempo valía oro, él lo sabía muy bien.

—Uchiha-san, su hijo está aquí –escucho como una secretaria lo presentaba y después entraba un joven tras ella.´

—Sakura, te quiero presentar a mi segundo hijo, Sasuke. – Mikoto fue la primera en recibir al muchacho, se había levantado para darle un fuerte abrazo y un saludo bajo para después tomarlo del brazo y llevarlo cerca de la pelirosa.

Cualquiera pensaría que Sasuke e Itachi tenían mucho parecido, para Sakura verlo solo fue un comparativo de diferencias, Itachi era más alto y cabello brillaba en un tono plata, mientras que el tono de Sasuke era azulado, la figura de Itachi era esbelta pero firme, Sasuke tenía una masa muscular que se marcaba pese a la blanca camisa de botones, la sonrisa del mayor le inspiraba confianza, Sasuke tenía una sonrisa burlona que te decía lo inferior que eres.

—Sasuke, ella es la prom…. Ella es Sakura Haruno –termino la presentación la pelinegra cometiendo el claro error de querer presentarla como la "prometida de Itachi" como la había presentado anteriormente a algunos de sus amigos más cercanos.

—Mucho gusto, Uchiha-san –le saludo la pelirosa levantándose la silla y dándole la mano, en su mirada no había sentimiento alguno más que una frialdad impresa. Ahora ya podía imaginarse lo que sus padres tenían planeado.

—Sasuke, Sakura es tu prometida y se casaran dentro de tres semanas como estaba planeado. –finalizo el líder de SharinganCorp.

—Discúlpame padre, por cierto, un gusto verte después de tres años. –Sonrió de medio lado el menor de los Uchiha después de haber visto de arriba a abajo a la joven que tenía frente a él, no era fea, definitivamente no, aunque en su opinión Hinata tenía más delantera y si él tendría a una mujer a su lado de maniquí vestido con las prendas más caras, a la Hyuuga podrían vérsele mejor, ni que decir que la ojiblanca sabía mover muy bien el trasero mientras estaba sobre él. –no puedo casarme con esta señorita. Nos vemos en casa, madre.

—¿Qué está pasando Fogaku? –pregunto sin mostrar ninguna emoción Haruka Haruno, aunque por dentro estaba consternado, tratando de averiguar que pasaba y si bien él no había avisado a su hija de cómo habían cambiado los planes en los últimos días no esperaba que el segundo hijo de los Uchiha negara la asociación.

—Esto es una deshonra para nuestra familia –hablo la Senju sin molestarse en ocultar el coraje como lo había hecho su esposo.

—Esto solo es un pequeño malentendido, Haruka –trato de calmarse internamente el patriarca de los Uchiha, sintió la presión de su esposa que se aferraba a su brazo y agradeció un poco el gesto, de lo contrario podría salir de la sala y matar a su segundo -y ahora único- heredero de puro coraje.

—Yo solo espero que esto no cambie tu decisión para darme la presidencia de HS, padre –sonrió la pelirosa antes de salir de la oficina moviendo un poco más de lo usual las caderas al caminar.

Tras una mirada molesta por parte del jefe de los Haruno la pareja siguió a su hija, ambos caminando con la frente en alto y altivos, como si minutos antes un Uchiha haya rechazado un negocio que involucraba un matrimonio y millones de yenes para el futuro.

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"La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene"

Jorge Luis Borges.

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NOTA DE AUTORA: ok, este archivo ya tenía tanto tiempo en mi carpeta que ya hasta se había empolvado, así que me tome la tarea de darle las ediciones que necesitaba, aún no sé qué rumbo tomará esta historia, solo que necesitaba escribir algo. Ultimamente he perdido a mi musa y no he hecho nada más allá de dos o tres capítulos cada cien años y hoy me di cuenta que de alguna manera extraña esto de escribir.

Buenas noches n.n

(Para mí son noches, aunque podrían ser días, o tardes para ustedes, si es que alguien está leyendo esto)