Los personajes de esta historia pertenecen por completo a su(s) respectivo(s) autor(es), yo solo adapte la historia para Shugo Chara- Amuto
¿Te casarías conmigo?
-¿Te casarías conmigo? –pregunto Ikuto.
Habían estado sentados en una silla del parque, hablando sobre American Idol, él no sabía cómo decirlo así que lo había soltado de golpe.
-¿Casarme? Hemos sido amigos por meses, ni siquiera novios y ¿ahora quieres que nos casemos? ¿Por qué?- Pregunto Amu confundida, no era que no lo quisiera, ella lo amaba desde el primer momento que lo había visto, pero él no parecía tener los mismo sentimientos hacia ella por eso había preferido callar.
-Porque prefiero casarme con una amiga y no con esa chica que quieren mis padres, además tendrás todo lo que quieras , no quiero que suene a que te compro, pero sabes que el dinero no es problema y ya que nos entendemos tan bien tal vez algún día lleguemos a amarnos. –dijo él con una sonrisa ingenua, si tan solo el supiera.
-Casarse con alguien no es un juego.-dijo dolida, ella lo amaba y tal vez en otras circunstancias habría sido muy feliz, pero él se lo pedía solo porque no quería obedecer a sus padres, eso no era justo.
-No sería un juego, mi adorada peli rosa, ¿qué es un matrimonio? Solo firmas un papel, te colocas un anillo y vives con alguien, somos amigos y los amigos se apoyan, además podríamos hacerlo funcionar, por favor no quiero casarme con una extraña solo porque mis papas creen que es simpática, te lo juro es más divertida una ostra. –dijo con suplica y desesperación.
-Estamos en el siglo XXI y ¿todavía existen los matrimonios arreglados? -dijo ella dudosa, Ikuto jamás suplicaba nada y que se lo pidiera de esa forma la hacía planteárselo, pero que le esperaría al lado de una persona que veía un matrimonio solo como un papel firmado.
-Lo se están locos, dicen que mi abuelo y su abuelo así lo querían, pero la verdad me tiene sin cuidado, terminaría matándome si me tocara verla todos los días, Amu Hinamori, si te casas conmigo te puedo prometer algo. –dijo el agotado, suplicar cosas era lo peor, detestaba depender de otros pero la necesitaba, Amu y el podrían vivir juntos y al mismo tiempo tener vidas separadas.
-¿Que me prometerías? –Ella sabía a su pesar que sin importar lo que él le dijera ella terminaría cediendo, ese era el problema, se supone que en una relación las dos personas tienen que ceder, el amor te hace hacerlo, pero ella estaba amando sola, ella entregaba, sin esperar que él también lo hiciera, lo más doloroso era tener que fingir.
-Te prometo, que si estando casados conoces a alguien y te enamoras, yo te daré el divorcio sin objetar nada y respetare tu decisión. –Ese era su último intento, mirando los ojos ámbares de ella podía notar que estaba por ceder, tal vez por eso no se había podido enamorar de ella, siempre daba mucho de ella sin esperar nada, era demasiado bondadosa para él.
-De acuerdo. –Dijo ella, preguntándose si al estar casada con Ikuto algún día podría amar a alguien más.-Yo te prometo lo mismo si algún día te enamoras de alguien y quieres el divorcio te lo daré.
Ikuto le sonrió, ella sabía que si algún día él le pedía el divorcio para estar con alguien más ella no lo soportaría, sabía que estaba metiendo su corazón y todo su amor en un matrimonio con el chico que amaba pero que no le correspondía, ¿Cuánto daño podría causarle?, pero no le importaba, Ikuto iba a estar con ella eso era lo único que debía importarle ¿Verdad?
-Ya verás que las cosas funcionaran, espera te traje algo. –dijo buscando en el bolsillo de su chaqueta y sacando una pequeña caja de terciopelo azul. –así que Amu Hinamori ¿Te casarías conmigo? –Pregunto con una sonrisa encantadora poniendo la caja en las manos de ella.
A Amu se le detuvo el corazón, entonces él lo sabía, sabia ella aceptaría al final, ¿Tan predecible era? ¿Podría esto ser real? Abrió la caja con sumo cuidado y encontró un bonito anillo con un diamante incrustado en el medio.
-Por favor no hagas que me arrepienta. –dijo y sacando el anillo lo deslizo por su dedo.
