Nuestros Pequeño Secretos, Nuestros Grandes Pecados
1. La muerte solo es el comienzo...
Solo miraba su alrededor, no había nada más que un verde pasto que recibía con alegría las gotas de lluvia que caían en esa mañana tan triste, hasta el cielo lloraba, pero aquel suelo verde parecía feliz por esa lluvia, unos cuantos árboles se mecían por el viento que soplaba, se arrodillo y tomo una de las pocas flores que se encontraban en ese campo verde que en ese momento no parecía tener final, o al menos no lo lograba divisar y no sabía porque, muchas ocasiones había ido a ese lugar que en su momento tenía su final y le entristecía verlo, pero en ese momento deseaba ver el final de ese campo que se extendía en el horizonte, aun no lograba entender muy bien la situación, hacia un día hacía lo que más le gustaba y ahora lloraba bajo la lluvia, sus ojos estaban ya rojos de tanto llorar, le parecía imposible que aun tuviera lágrimas pues había estado llorando dos días seguidos y la verdad no se cansaba de hacerlo o lo que realmente pasaba era que no podía dejar de llorar, su corazón le dolía, le dolía mucho, tanto tiempo juntos y nunca fue capaz de hablar, de decírselo, pero ya no podía hacer mucho ya no estaba a su lado para hablar, llevo la flor hasta su pecho, no lograba entender nada, aun no lo comprendía ¿Por qué¿Por qué le tenía que pasara esto? No entendía nada y si lo pensaba bien, no quería entenderlo, no quería entender porque quería escapar de su lado, acaso hizo algo mal para que desearan irse, simplemente les dio su amistad, su amor y su confianza, pero por lo que había sucedido eso no fue suficiente, el silencio que solo era interrumpido por el sonido de la lluvia al caer no lograba distraerla, en el colegio solo bastaba con que lloviera y su mente se transportaba a otra parte, pero ese día no, sus lágrimas se confundían con la lluvia, sintió los pasos de alguien que rompían el compás de la lluvia al caer, aunque quería saber quien era, no volteo a mirar, de todas formas no tenía fuerzas para hacerlo, solo quería estar ahí… arrodillada llorando, de nuevo el silencio volvió a reinar en el lugar y esta vez el recién llegado con su voz lo rompió.
- ya todos se van a ir, vine a buscarte ¿quieres que te lleve?
- No es necesario, puedes marcharte también.
- Se que ha sido un golpe fuerte para ti, pero debes superarlo como todos, como yo.
- Soy diferente a ti y si tienes algún problema con eso házmelo saber y no te volveré a molestar.
- No quise decir eso, se que eres muy diferente a mi, se que te debe estar doliendo mucho más que a mi, pero tienes que entender que…
- En menos de 2 días se fueron las dos personas que adoraba, no me pidas que entienda algo que no comprendo.
- De acuerdo, te llamo después.
Diciendo esto se marcho sin decir adiós, de nuevo el silencio se apodero del lugar, su ropa ya empapada dejaba que el frío entumeciera su cuerpo, pero no le importaba nada, si se podía morir en ese mismo instante, no le importaría, miro al cielo, las nubes grises dejaban caer las gotas de agua que caían libremente, no dejaban que el cielo azul se asomase para alegrar un poco ese día, un grito lleno de rabia y de dolor se escucho en aquel verde campo pero lentamente un trueno ahogo el grito, comenzó a golpear el suelo, por los golpes no escucho los pasos acelerados de alguien que se acercaba.
- Ya basta, para, no sigas, te estás lastimando, basta, para por favor- dijo – no sigas…
- No te metas, déjame como todos
- Sabes perfectamente no que soy capaz de hacerlo no podría irme sabiendo que te deje aquí sin compañía.
- No quiero compañías, no lo necesito, la soledad es mi mejor compañía.
- Necesitas compañía, este no es momento tan fácil como parece, mi hermano también se murió y se lo difícil que es.
- Si lo sabes me entenderás.
- Y lo hago… o al menos intento hacerlo
- Bien vete – dijo soltándose bruscamente del chico que la abrazaba, la lluvia no cesaba, antes comenzó a llover más fuerte.
- No lo haré, no me iré sin ti, tu hermano debe de estar muy preocupado.
- Tanto que se fue en un auto y se fue a un abismo, tan preocupado estaba que se mato y se llevo con él la vida de tu hermano y mi novio.
- Hikari… no lo tomes de esa forma, por algún motivo tuvo que alejarse él de ti y mi hermano quizá estaba con él por casualidad.
- No los defiendas, porque ya no están presentes y jamás te agradecerán el hecho de que los defiendas otra vez, como lo hacían siempre que me lastimaban y tú intentabas arreglarlo todo.
- Hikari…
- ¿Por qué no podemos retornar a ese tiempo? Era todo tan sencillo en esos momentos… que sucedió.
- Hay cosas que es mejor dejar así y no buscar su respuesta
- Por que no? No la hay en mi cabeza, no la encuentro en ningún lugar entonces debo buscarla.
- Luego pensarás en eso, lo importante ahora es que vayamos a tu casa y te cambies esa ropa húmeda, podrías enfermarte.
- Y que más da si me enfermo, ya nada me interesa.
- Y tus padres, por que no piensas un poco en ellos, para ellos si que debe ser difícil todo esto y necesitan de su única hija para superarlo, pero te estás encerrando en tu dolor.
- Y yo no necesito superarlo ¿o que? Yo solo debo ayudar a mis padres a que salgan y yo no, todos sufren menos la pobre Hikari, me canse Tk de que todos crean que soy la niña feliz que afronta todo con cara alegre porque ha vivido muchas cosas tristes y eso la ha vuelto fuerte cuando simplemente me a destruido cada momento triste y doloroso por los que he pasado, terminamos porque te encontré saliendo con otra y ahora que me iba a casar con la segunda persona que más amaba y mi hermano se la llevo con él.
- Entonces supongo que usted debe ser la señorita Yagami- dijo una tercera persona que había llegado al lugar, ninguno de los dos se había percatado de la presencia del recién llegado, Hikari no se inmuto ante la pregunta del extraño.
- Si ella es – dijo al ver que su amiga no respondía.
- Bien necesito que me acompañe a la oficina, necesito hacerle algunas preguntas.
- Y para qué? Mi hermano se mato con su mejor amigo en un barranco, no veo por que eso ha de interesarle a las autoridades – respondió ella de mala gana.
- De hecho… las cosas son más complicadas de lo que parecen señorita, el auto tiene los huecos de bala y no solo eso… disculpe ¿sus padres no le dijeron eso? Ellos vieron tanto el carro como a los difuntos – dijo el extraño.
- Que ha dicho – dijo Hikari que se había volteado a verlo con cara de angustia.
- Señorita Yagami, usted no noto un extraño comportamiento en su hermano estos últimos días, algo que nos diera un indicio de por que estaba huyendo, pero más importante de quien estaba huyendo.
- No, él siempre estaba tranquilo, de todas formas mi hermano era muy honrado.
- Pues no se comprobará nada hasta que veamos todos los detalles de este accidente, por favor, en cuanto pueda pasar por la estación de Odaiba hágalo, a más tardar hoy, soy el detective Fujiwara, la estaré esperando - dijo y se dio media vuelta.
- Disculpe, yo soy el hermano de Yamato Ishida, el amigo que murió con Taichi Yagami, usted sabe si…
- Ah si… el difunto Ishida tenía una herida de bala en el brazo izquierdo y un tobillo dislocado, pregúntese usted si su hermano hacia algo más que cantar.
- ¿De bala?
- Si señor, verá… sus padres lo vieron, de todas formas conserve la imagen de su hermano como la tiene, hay cosas que es mejor no saber
- A que se refiere detective.
- Tengo entendido que el difunto Ishida se iba a casar con la señorita Yagami ¿no es así?
- Si señor, la boda era este sábado que viene.
- Que lastima, enamorar a una bella niña para tapar algo que… como dije antes señor…
- Takeru, Takeru Takaishi.
- Bien señor Takaishi, es mejor que no se dañe la imagen de su hermano, pero si quiere saber más acompañe a la señorita Yagami a la estación y quizá se entere de más cosas.
- Gracias – dijo Tk y vio alejarse al detective¿Qué le había querido decir con eso¿acaso su hermano habría estado involucrado en asuntos oscuros? Un llanto lo saco de sus pensamientos y volteó a mirar a la bella castaña que tocaba la lápida de su hermano con la mano derecha.
- Gracias… gracias al cielo no fue porque tú hayas querido morir, hermano perdona por creer que me querías abandonar, perdóname – decía ella llorando, él solo sonrió, al menos esas lágrimas ya eran de tristeza y no de odio y rabia, él recogió la sombrilla que había tirado al ver a Hikari golpeando el suelo, se acerco a ella, al no sentir las gotas caer sobre ella miro hacia el cielo, pero no encontró aquellas nubes grises sino una sombrilla vino tinto y unos dulces ojos azules que la miraban con ternura.
- Ven, vamos a casa, estoy seguro que a Tai no le gusta verte así- dijo el rubio extendiéndole la mano a la castaña, ella la tomo – no es sencillo admitir que no estarán con nosotros, te entiendo, porque mi hermano también se fue con él, pero debo asumir que necesito superar ese golpe…
- Estás sufriendo así como yo… la diferencia es que tú si lo supiste tomar, yo no – dijo ella y camino hasta llegar al sendero de cemento que indicaba la salida - ¿nos vamos?
- Claro – dijo él acercándose, los dos se fueron juntos hasta la salida, tomaron un taxi y se dirigieron a la casa de la Yagami, durante todo el camino no intercambiaron palabra alguna, solo miraban la lluvia caer y a las personas caminando con sombrillas. Tk pago el taxi, ella caminaba bajo la lluvia, por más que su amigo le insistió en que lo esperara ella se adelanto, paso de largo sin responder al saludo del celador, subió las escaleras, no quería usar el ascensor entre menos gente se encontrara mejor, Tk entro al edificio y espero el ascensor; cuando salió del ascensor se encontró con una perdida Hikari que subía por las escaleras, su rostro estaba empapado de lágrimas.
- Pensé que ya habías llegado – dijo el rubio, no recibió respuesta alguna, ella solo lo miro e intento sonreírle, pero fue un intento fallido, por más que quisiera sonreírle a su acompañante no podía, no se sentía capaz y lo único que pudo dejar salir fue una lágrima.
- Lo siento – dijo ella bajando la mirada, él intento acercarse, pero no se podía mover, entendía lo difícil que sería para ella entrar en la casa donde paso tantos momentos con su hermano – te hice esperar un poco.
- No importa quieres que abra la puerta por ti? Solo dime como y…
- Gracias Takeru por tus intenciones, pero estaré bien –dijo sacando unas llaves de sus bolso, se acerco con paso tembloroso y dudoso a la puerta, introdujo la llave, al girarla tuvo miedo de abrir la puerta, cerró los ojos, no podía soltar la llave pero tampoco moverla, sintió algo encima de su mano que le ayudaba a girar la llave, abrió los ojos y vio la mano de Takeru tomando la de ella, por fin pudo soltar la llave y la puerta se abrió lentamente.
- Entra, está haciendo mucho frío y es necesario que te cambies esa ropa húmeda antes de que cojas alguna enfermedad, no quisiera que te enfermaras –dijo el rubio con una sonrisa, ella se dio cuenta de que a él también le costaba sonreír, pero lo hacia aun cuando sus sonrisa no expresaba felicidad.
- Tienes razón –dijo ella y entro al lugar, se detuvo y se volteó a mirar a su acompañante – no quiero estar sola, al menos no ahora, me gustaría que te quedaras acompañándome… claro si no tienes nada que hacer.
- Sabes que no, no tengo novia, estoy de vacaciones y yo tampoco quiero pasar este dolor solo, se que mamá se refugiará en el trabajo y yo estaré aun más solo de lo que estaba y papá… recaerá más en el alcohol y no quisiera ver sus espectáculos, pero tampoco quiero dejar sola a mi mejor amiga, que está pasando un mal momento.
- No soy la única, tú también estas pasando por un muy mal momento, ahora que estamos solos, lo mejor será acompañarnos para superar todo esto.
- Hikari… - murmuró al escuchar a su amiga, pensó que había escondido bien el dolor que sentía ante la pérdida de su hermano, sonrió, ella lo jaló del brazo y cerró la puerta tras de él – por cierto no vas a ir donde el detective.
- … - hikari no respondió nada, dejo su bolso encima de la mesa y fue a la cocina – aun no lo he decidido, no se si realmente quiera enterarme de lo que sucedió esa noche, es verdad que tengo curiosidad… pero si lo que encuentro es algo peor… ¿quieres algo de tomar?
- Un vaso con agua, gracias –dijo él mirándola servirlo – creo que deberías ir, algo paso esa noche y no se puede quedar así nada más, nuestros padres los vieron.
- Lo sé, yo conteste la llamada de la policía buscando el número de mis padres, aunque insistí en saber el motivo de por que los buscaban no me dijeron nada, solo horas después mi madre llamo llorando y me dijo la tragedia, me dijo que lo habían visto y que era inhumano lo que le había pasado, no quise preguntar como estaban ni quise verlo tampoco.
- Mis padres no me dijeron nada sobre eso, simplemente la policía llamo dándome la noticia y cuando llegue allá ellos ya estaban ahí.
- Takeru… aquí tienes –dijo la castaña entregándole al rubio el agua, él lo tomo – tal vez si vaya, es lo más probable… quiero saber por que mi hermano estaba huyendo.
- Yo te acompañare, si no es mucha molestia
- No digas bobadas, te necesitaré a mi lado en ese momento Takeru, bien si quieres puedes disponer de todo el lugar, voy a cambiarme – dijo Hikari y entró a su cuarto, al rato salió con algo en sus manos y entró al baño.
Coloco su ropa en la baranda donde colocaba la toalla, busco sus implementos de aseo y abrió la llave de la ducha, soltó su largo y castaño pelo que cayo sobre sus hombros suavemente, por fin se miro en un espejo, aunque esa mañana se había duchado, no había sido capaz de mirar el espejo, su pelo estaba maltratado, sus maquillaje estaba corrido y sus ojos rojos de tanto llorar, sus parpados estaban rojos, sus labios estaban secos y su tez era demasiado pálida a lo normal, llevaba una blusa negra de mangas largas y de cuello bandeja con una falda negra en picos, dobló la ropa sucia y entro a la ducha, el agua caliente la refrescaba un poco y la calentaba, no había notado lo fría que estaba, no tardó mucho en el baño y salió con un pantalón oscuro y una camiseta negra estilo polo, salió del baño mientras peinaba su pelo, fue a la sala a avisarle a Tk que ya estaba casi lista, pero no lo encontró en la sala, se pregunto si estaría en la terraza, así que se dirigió a su cuarto, entró en él y busco unas medias, se sentó en su cama y sintió que alguien estaba ahí, volteo a mirar.
- lo siento si te asuste, es solo que me dio curiosidad conocer tu casa, disculpa si fui muy atrevido en entrar a tu cuarto – dijo el rubio dejando una fotografía encima del escritorio de la joven, las cortinas estaban cerradas lo que impedía el paso de la luz, parecía de noche, ella abrió un poco las cortinas dejando iluminar su habitación, a comparación de lo que debería ser el cuarto de la menor Yagami estaba en un completo desorden, todo estaba esparcido por el suelo, libros, hojas, ropa, zapatos, cuadernos, esferos, Takeru se sorprendió que al entrar no hubiera pisado algo.
- Perdona tu el desastre de esta alcoba, no he tenido mucho tiempo de organizarla, tampoco he querido hacerlo –dijo ella, él sabía porque, sabía que no era por falta de tiempo, ese era el resultado de la reacción de la castaña al recibir la noticia – aun me pregunto como Tai encontraba todo viviendo así, si entras a su cuarto te darás cuenta que no hay ninguna diferencia con el mío.
- Si quieres puedo ayudarte a organizar tus cosas.
- Más tarde, ahora vamos a ver al detective… no recuerdo su nombre… era…
- Fujiwara, el detective Fujiwara – dijo Tk mirando la ventana, aun recordaba la conversación con aquel sujeto.
- Bien, ya estoy lista –dijo Hikari sacando unos tenis debajo de una montaña de objetos – vamonos.
- ¿No vas a llevar una chaqueta? Esta haciendo mucho frío.
Un saco, lo deje en la alcoba de Tai hace tres días, ya vengo iré a buscarlo –dijo y se levanto, él la tomo del brazo.
- Por que no llevas este? Te combina y con eso salimos rápido de todo esto.
- Si… esa es otra opción – dijo tomando el saco que Tk tenía en sus manos, tomo de nuevo su bolso y las llaves, miro de nuevo su departamento y salió después de Tk, cerró con seguro y bajaron por el ascensor – ni siquiera tengo ganas de arreglarme
- De que hablas, estás preciosa así como estás – dijo Takeru intentando animar a su amiga, a pesar de todos los problemas que habían tenido jamás la había podido dejar de amar, ella se sonrojo y al mismo tiempo se sorprendió ¿Por qué se había sonrojado ante el comentario de su amigo¿Qué acaso ya no lo había olvidado? Ella sabía que jamás se lo podría sacar del corazón, sin embargo había intentado volver a amar al lado de Ishida, pero al parecer el destino le tenía preparada otra cosa.
- Por favor, estoy desorganizada.
- Para mi estás igual de linda que siempre –dijo el rubio y ella sonrió ante esto, de nuevo comenzaba a ver a l rubio de una manera diferente, ya no como su amigo… sino como…
- Debemos apresurarnos, quiero salir lo más rápido de esto –dijo ella, bajaron al parqueadero.
- Yo manejo –dijo el rubio- tu has estado muy depresiva estos días.
- Pero yo soy la que tiene el permiso de conducir en estos momentos.
- De acuerdo no lo traje, pero…
- Pero nada, anda súbete – dijo ella y Takeru obedeció, para que el ambiente no se tornará tan triste, Tk le contaba a Kari algunas de sus anécdotas con su hermano, no tardaron mucho en llegar al departamento de policías de Odaiba, allí preguntaron por el detective y los guiaron a una oficina.
- Señorita Yagami, me alegro que haya decidido venir a hablar conmigo, parece que no vino sola, pero es mejor que haya venido acompañada, lo que va a suceder a continuación es mejor que lo tome acompañada – dijo con cierta frialdad el detective, esto tomo por sorpresa a los dos jóvenes que con el recién comentario del misterioso personaje les aumentaba la curiosidad de conocer lo sucedido.
