Ladybug y Chat Noir recién llegaron a unos de los tejados y se sentaron para realizar el habitual patrullaje nocturno. A los segundos el bichito prendió el láser (que compro ayer) y apuntó a uno de los tejados de enfrente mientras esperaba una reacción del gatito y fueron segundos así. Ladybug mirando a Chat Noir quien este miraba atentamente el punto rojo.
Al ver que a pesar de que lo movió unos metros, él no se movió ni un ápice. Apago el láser, emitiendo un suspiro al estar un poco decepcionada.
— ¿Donde esta? —Pregunto de pronto Chat Noir un poco alarmado mirando de un lado a otro la ciudad.
— ¿Chat?
— El punto rojo... ¿Dónde está?
Ladybug tenía los ojos agrandados y la boca levemente abierta ¿Había funcionado? Ella sabía que Chat Noir era como un gato humano, por sus pupilas, su ronroneo y sus actitudes. Después de todo, la semana anterior había estado jugando con su yo-yo como si fuera una bola de estambre, pero... ¿Había funcionado? Aunque lo esperaba, no lo podía creer.
Lo prendió de nuevo y vio como el gatito se ponía en posición de cazador mientras su cola se movía impacientemente y sus pupilas se dilataban. La luz se desplazó unos metros de su posición y vio como Chat salió disparado hacia allí mientras saltaba y saltaba intentando atrapar al punto rojo con sus garras.
Ladybug quedo estática con el láser en su mano, que de vez en cuando movía. ¡Había funcionado! Siguió moviéndolo de un lugar a otro, mirando como el pobre gatito intentaba atrapar esa luz roja.
Era un poco cruel lo que estaba haciendo y lo sabía, pero no creyó que funcionaria. También era cruel reírse de él, pero no lo pudo evitar cuando los gatos del vecindario también comenzaron la cacería del punto rojo.
Por ese motivo, el láser se movía inestablemente por lo demasiado que el bichito se estaba riendo. Su panza le dolía, ya empezando a sentir como por las comisuras de sus ojos tenía unas pequeñas lágrimas.
Al rato, el gatito dejo de mirar el punto rojo que propiciaba el láser para mirar a su Lady que se estaba divirtiendo como nunca. Él sonrió al verla tan feliz, quien se puso en marcha para capturar inútilmente la luz roja. Una, que sin poder evitarlo, le resultaba muy atrayente.
Pasado cinco minutos, Chat Noir se puso enfrente de su Lady mientras el punto rojo le apuntaba la frente.
— ¿Que estás haciendo? —Le pregunto confundida mientras su risa se detenía— El punto rojo esta allá —Le dijo apuntándole el láser en otro sector mientras los gatos callejeros se peleaban por atraparlo. Él esbozo una sonrisa.
— Aunque fue muy divertido, My Lady —Acercándose muy cerca de su rostro y ahora pintándose en su cara una sonrisa ladeada— Tu eres el único punto rojo que quiero atrapar.
Al decir eso a Chat Noir se le dilataron sus pupilas de tal forma que parecía que la iba a comenzar cazar en cualquier momento y el rostro del bichito adquiría el mismo color que la luz del láser. En menos de un segundo Ladybug se encontraba corriendo y balanceándose con su yo-yo, tratando de escapar del gatito en modo cazador.
Porque ahora el punto rojo que quería atrapar el minino había cambiado y este ahora tenía lunares negros.
