Mi primer fic de PoT espero les guste…. Batalle un poco con el escribir tenia bloqueo ;O;
En esos momentos Marui Bunta se sentía completamente extraño, miraba a la persona dormida plácidamente en sus piernas. Podía comprender lo que en su interior se acumulaba pero aun así se le hacía extraño, se le hacía extraño estar enamorado.
Inflo el chicle que tenía mascando. Siguió admirando al dormilón del Hyotei, Akutagawa Jiroh.
La expresión de este era dulce, apaciguada. Una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios a causa de los posibles sueños que en aquellos momentos debía tener. Para Marui toda expresión de Jiroh era dulce, tan dulce que le daban ganas de comérselo a besos, pero, al parecer o mejor dicho a ojos de Marui el pequeño Jiroh solo lo sentía hacia él, admiración, amistad pero no el amarlo.
¡Pero qué ingenuas podían ser las personas!
Los ojos de Bunta se cerraron, inflo de nueva cuenta el chicle que extrañamente exploto haciendo que parte del chicle se pegara en sus labios.
¡Ups!- escucho precedido por una leve risa.
Que cruel- dijo con falso tono de molestia, sus dedos se pasaron por sus labios intentando quitarse los pedazos de chicle.
Lo siento- escucho al menor decir. Los dedos de Jiroh se posaron sobre los labios de Bunta, quien sin preverlo, sus mejillas subieron de color.- ¿Te ayudo?- aquella frase salió sola de sus labios. El joven de Rikkaidai solo asintió levemente sintiendo un intenso calor subirle a las mejillas.
Así que como si algo exterior los atrajera, unieron sus labios, Jiroh besaba con dulzura los labios del otro y de tal manera que después de varios minutos ya no tenía indicios de chicle. Ambos sonrieron, Bunta más tímidamente que Jiroh, quien sonreía ampliamente con sus mejillas levemente teñidas de rosa.
Pudo ser que tanto apogeo por parte de Jiroh hiciera que algo en el interior de ambos creciera, que la amistad subiera a nivel de amor y que la admiración se posara sobre un pedestal que lo hacía proclamarse Rey de un corazón.
Marui-san - la voz de Jiroh hizo que Marui dejara de divagar en su mente, este lo miro sorprendido notando las mejillas notablemente encendidas.- Me gustas-
Jiroh-san - Marui sonrió completamente emocionado- también me gustas-
Aquello fue un comienzo con un imposible final. Sus labios se volvieron a juntar con más naturalidad y suavidad, encadenando con profundidad sus almas que no se separarían. Que estarían juntos toda la eternidad.
