Esta hecho –pensó con un tono de superioridad mientras cabalgaba a toda velocidad de regreso al castillo, como compitiendo contra la nube mágica que venía a escasos centímetros detrás de ella, Bajo del hermoso corcel y con un movimiento de su mano apareció en la recamara principal, a pesar de que la pequeña de Snow y Charming había desaparecido del EF no podía dejar de sentirse victoriosa. Tomo un par de cosas que podrían servirle por si alguna pieza de su plan no salía precisamente como esperaba y en una carcajada malévola se dejó consumir por su propio encantamiento-

-[Presente] (Seis meses más tarde luego de haberse roto la maldición).-

Era sábado por la mañana cuando abrió la puerta del rustico establecimiento y se sento en la barra para pedirle el desayuno a la abuelita, finalmente las cosas comenzaban a tomar su rumbo, Emma y ella se turnában a Henry, la rubia lo tenía los fines de semana y la morena durante el periodo escolar. La abuelita le sirvió lo que siempre pedía los sábados por la mañana, un café bien cargado con un sándwich de pavo, cuando la campanilla del local sonó avisando la llegada de otro cliente

- Buenos días Regina –Escucho a lo lejos y por su espalda subió un escalofrío que ya conocía a la perfeccion-

- Buenos días, Sheriff. –Fue su respuesta automática-

Desayuno lo más rápido que pudo sintiendo una intensa mirada sobre su espalda y Salio del local hecha una furia. No podía manejar, por lo que aparecio en su amplia habitación con un chasquido de dedos, no había terminado de ponerse ropa de casa cuando su teléfono sonó, sin contestar ya sabia quien era.

- ¿Qué quieres?

- Regina, dejaste el coche de nuevo frente a Granny's voy camino a llevártelo.

- Sabes que no deberías venir aquí

-No la dejo insistir, en un abrir y cerrar de ojos el Hombre guapo que se encargaba de la comisaria estaba frente a la puerta de la mansión Mills, tomo la llave de repuesto que se encontraba en un lugarcillo del que tan solo el tenia conocimiento, abrió la puerta y subio directamente las escaleras en forma de caracol hasta la habitación principal. Sin tocar la puerta entro sobresaltando a Regina, quien se encontraba sentada frente a su amplio tocador cepillando su cabello con delicadeza-

- Que haces aquí? Crei haberte dicho que no vinieras.

–Pregunto a la vez que se levantaba sin percatarse de lo que estaba usando. Shorts de pijama con una vieja camiseta de tirantes y sobre esto una bata de seda color negro que acentuaban la silueta de la mujer-

- Regina, hace 6 meses que no hablamos… Sabes que lo recuerdo todo, sabes que Snow lo hace y que lo acepta. Aun no puedo comprender ¿Por qué aún bajo la maldición decidiste que yo estuviera junto a ella?

- David…. Por favor vete.

- Regina, no puedo aceptar esto… tenemos que hablar.

- Fuera de mi habitación, antes de que haga algo de lo que me arrepienta mas adelante.

-Inconforme con la respuesta de la morena, camino en dirección a ella acercándose totalmente a su cuerpo, acorralándola sin que se diera cuenta contra su propio tocador-

- Regina, se supone que lo habíamos planeado todo juntos… ¿Qué cambio?

–pregunto el intentando entender las razones de la morena-

Ella lo miraba directamente a los ojos sin bajar la guardia. Sabia que un movimiento en falso podría hacer que cometiera una locura.

- Regina, Contéstame.

La morena se escabullo entre sus brazos y abrió la puerta que daba al balcón de su habitación, apoyándose en el borde de este. Respiro profundamente un par de veces y con su mente creo un espejismo para quienes pasaran por su casa no se percataran de lo que sucedia en el balcón.
Por lo que se dio media vuelta y quedo mirándolo fijamente a los ojos, ya que el la había seguido hasta el balcón.-

- David, ella es tu alma gemela.

- Esa no es una respuesta que me convenza, Regina.

- Pues tiene que… Yo… no tengo ningún derecho a interponerme entre ustedes.

- Regina, Fui yo el que te busco aquel dia ¿Lo recuerdas?

[Bosque Encantado antes de la maldición]

Grumpy le había avisado que Snow había caído en una maldición del sueño, por lo que cabalgo lo más rápido que pudo en dirección al castillo de Regina, subio corriendo los mas de mil escalones hasta llegar a la torre donde se encontraba la recamara de la morena y sin previo aviso abrió las puertas de par en par arrinconando a la mujer contra la pared.
Sus bocas se encontraron como en una danza apresurada, dando paso a un juego de lenguas que se convirtió en caricias desenfrenadas mucho mas necesitadas de ser saciadas.

- Por fin…. Juntos…. –susurro el sobre el cuello de la morena-

Las manos del príncipe recorrían con avidez su cuerpo, pero aun había una barrera entre ellos, poco a poco las prendas de ropa fueron cayendo al suelo, haciendo un camino hasta el borde de la amplia cama, donde David tomo a la morena en sus brazos y la dejo recostada en el centro de la cama.

Regina, quien aun llevaba puesto el corse se apresuro a deshacerse de este bajo la mirada devoradora de su príncipe, quien luego de terminar de deshacerse de su ropa se subio en la cama, quedando a la altura de la morena.

- Quiero recorrer cada centímetro de tu cuerpo Regina, deja que te haga el amor con caricias y besos

La morena, que estaba perdida en la mirada profunda del hombre del que increíblemente se había enamorado solo consiguió asentir con la cabeza. David con delicadeza rozo sus labios con los de la contraria, uniéndolos en un tierno beso, que sellaría el pacto de amor eterno entre ellos.

[Presente]

La morena se había perdido en sus pensamientos, recordando cada detalle de lo ocurrido esa tarde en su habitación en el castillo

- No lo he olvidado David

Contesto a la vez que con una de sus manos acariciaba despacio la mejilla del hombre al que aun amaba como el primer día.

- Regina… Aun siento el calor de tus besos, como la primera vez.

- David, tu y yo sabemos que esto está mal.

- ¿Pero quién dictamina lo que esta bien y lo que esta mal si no solo nosotros?

- Nunca quise herirte… crei que era lo mejor para todos.

- Pensaste por mi… no me tomaste en cuenta, aun sabiendo lo que sentía por ti y lo mas grave de todo, me quitaste los recuerdos que tenia a tu lado y me inventaste una vida haciéndome creer que amaba a Snow.

La morena no pudo sostenerle la mirada un minuto mas y agacho la cabeza

- Pense en deshacer el hechizo e intentar conquistarte porque sabia que no ibas a perdonarme, pero cuando pude reunir el valor para hacerlo, Snow ya estaba embarazada… no iba a quitarte eso.

- De cierta forma lo hiciste, enviamos a nuestra hija a este mundo por ti, creyendo que nos odiabas, bueno.. eso fue lo que tu misma hiciste que yo creyera.

- No puedo regresar el tiempo David, lo hecho, hecho esta.

David tomo el rostro de la morena entre sus manos e hizo que lo mirara

- Aquí estoy Regina, frente a ti.. diciéndote que te perdono