Recuerdos de color Sepia
Resumen: Los recuerdos del pasado persiguen a Draco, no dejándolo olvidar a un desaparecido Harry. Deberá aprender a cambiar el sepia por los nuevos colores del futuro.
Advertencias: Angst, Hurt/Confort, Romance, AR (así que no respeta canon)
Nota: No se cuantos capítulos tendrá el fic, pero lo que se es que no será demasiado largo. Intentaré actualizar lo más rápido que pueda, acorde a la cantidad de trabajo que tenga y a mi tiempo libre, pero haré lo posible por subir un capítulo cada semana o cada dos semanas. Si ven alguna falta de ortografía, por favor, avisenme. Cualquier crítica constructiva también, ya que no tengo beta por el momento y se me puede haber pasado algo al editar (y porque el comienzo de este fic esta hace demasiado tiempo atrás escrito. Muchas gracias! Y espero disfruten de la historia :D
Te observo entre la gente. Me gusta hacer esto cada vez que puedo, ya que son casi las únicas ocasiones que tengo para contemplarte.
Las luces del salón se mezclan, creando un efecto maravilloso, todas convergen en ti, como si supieran que debes ser el centro de atención de todos.
Te miro. Te contemplo. Te siento. Y te deseo con tal intensidad, que ni yo soy capaz de medir ese sentimiento completamente.
Quiero tocarte, alcanzarte a través de la multitud con la mirada. Quiero que voltees y me mires aunque sea una sola vez.
Pero entre más te miro, más me duele. Porque eres un ser inalcanzable para mí ahora. Quizás lo fuiste desde el mismo momento en que te conocí.
Me desplazo por el salón, siguiendo tus pasos. Te detienes a charlar con los amigos, te ríes un poco de todo, y aún así, pareces triste.
Yo lo sé. Te conozco mejor que nadie, aún más que esos inseparables amigos tuyos.
Observe, contemple y medí cada movimiento tuyo durante años, esperando.
No sé que esperaba exactamente. A veces pienso en ello y siempre llego a la conclusión de que quería que tu atención fuera para mí. Sólo para mí.
Sigues charlando con todos y con nadie. Nadie te conoce de verdad. Sólo yo he sacado lo mejor y lo peor de ti, Harry.
Pasa el tiempo, lenta y suavemente para mí. Llega el momento en que aparto la mirada, porque temo ser demasiado evidente.
Ese es mi problema, soy un cobarde. Un cobarde conmigo mismo y mis sentimientos.
No he temido enfrentar a todo el mundo y aún así…
Te quiero. Te deseo. Te amo. Y eres inalcanzable para mí. Y duele. Duele terriblemente.
Dejar de mirarte es como quebrar un pedazo más de mi corazón.
Observarte, contemplarte y medirte son la única cosa que puedo seguir haciendo por ti y por mí. Aparecerme en tu camino para enfrentarte y levantarte cuando esté todo mal.
Ya no soporto la fiesta, el ruido de la gente, la música, tus tristes ojos esmeralda y la suave melodía de tu risa.
Dejo la copa que he sostenido todo el tiempo en mi mano sobre una mesa. Y me escabullo hasta uno de los múltiples corredores del castillo.
Es increíble lo melancólico que Hogwarts puede ponerme. Observo fijamente el pasillo, recordando tiempos mejores y más felices para mí.
Es casi como si viera a los estudiantes caminar junto a mí, algunos corriendo para llegar a sus clases, otros charlando sobre el último partido de quidditch.
Estoy tan concentrado en esos recuerdos que no noto los pasos que resuenan a mis espaldas. Una mano se apoya en mi hombro y me giro, sobresaltado.
Eres tú, con tus tristes ojos esmeraldas y sin esa falsa sonrisa en tu rostro. Te muestras ante mí como verdaderamente te sientes. Y eso me asombra.
Me recupero rápidamente, alejándome de ti. Se que lo nuestro no puede ser, así que vuelvo a mi farsa de siempre.
— ¿Necesitas algo, Potter? Te recuerdo que la fiesta es hacia el otro lado y tus esbirros te deben estar esperando.
Me miras. Se que estas pensando en lo mismo que yo, que te quisiera tener aquí y ahora, pero eso no va a suceder.
El mundo es un lugar injusto con nosotros. A ti te quieren siendo el héroe de siempre, casado con alguna linda chica y rodeado de pequeños bebes Potter.
A mí, me quieren alejado de alguien tan bueno como tú. Yo necesito cumplir las obligaciones familiares y dar un heredero al apellido, ahora más que nunca.
Es bastante tentador evadir el honor de la familia, sobretodo cuando la familia que te quedaba esta totalmente muerta.
Se que me quieres. Yo también lo hago, incluso más que tú. Pero entiéndeme, no estoy listo para romper los esquemas del mundo.
No puedo protegerte de todos si llegásemos a transgredir las normas. Y aún sigo siendo un cobarde con mis sentimientos…
Doy media vuelta, y me apresuro en salir pronto de allí. No soporto verte. No quiero verte más así, triste por ti y por mí.
La noche continúa. Después supe que jamás regresaste a la fiesta. Fue la noche que desapareciste del mundo mágico.
Tres años después.
Malfoy Corp. es una empresa exitosa en el mercado. La gente aún recela por los pecados de mi familia, pero siempre terminan comprando, cuando se dan cuenta de la calidad de los productos que fabricamos.
La tienda de pociones ha tenido gran popularidad, incluso hemos expandido nuestra línea de producción, para satisfacer las necesidades de San Mungo.
La línea de escobas es una sensación. Aún no es tan buena como para que la selección de quidditch la adquiera, pero eso pretendemos lograr.
Lo sé. Te preguntarás porque hablo tanto de mi empresa. Me enorgullecen mis logros, mi arduo trabajo a través de estos tres años.
Pero no lo hago sólo por eso. Esto es lo único que aún me mantiene en pie. Después de tres años no he sido capaz de olvidarte.
Quiero pensar que ya habías decidido marcharte cuando desapareciste esa noche.
Lo hago porque no quiero sentirme culpable de ello.
Estoy en mi despacho. Este día no hay demasiado trabajo y me dedico a leer el Profeta, esperando algún día encontrar entre sus páginas la noticia de tu regreso.
Tomo mi taza de café y me dirijo hacia la ventana. Mientras observo, me pregunto que tan diferente hubiese sido todo si hubiera evadido mis miedos y me hubiese quedado junto a ti, esa noche.
La gente camina rápido, haciendo sus compras. Mañana es el aniversario de la derrota de Voldemort. Y todos desean celebrar, aún con el héroe desaparecido.
Mi invitación al gran evento está sobre la mesa. No tengo muchas ganas de aparecer por allí. Pero ya es una costumbre adquirida.
Una lechuza golpea el vidrio. La reconozco enseguida, la lechuza de mi tía Andrómeda es inconfundible.
Abro la ventana y el ave se posa con majestuosidad sobre mi escritorio, esperando. Es sorprendente que todo lo que tía Andrómeda posee, exuda una clase de sobriedad y elegancia característica de los Black.
Acaricio distraídamente a la lechuza, mientras le quito la carta. Es la nota semanal de mi tía, preguntando como me encuentro y por las últimas noticias referentes a los negocios.
Me agrada saber que ya no esta solo. La aparición de Andrómeda ha significado llenar un poco este vacío dejado por la muerte de mis padres.
Tengo la sensación de que ella esta enterada de mis sentimientos por Harry. Y que sabe donde se encuentra él.
Pero no he querido importunarla preguntándole. Me basta pensar en que al menos Potter no ha muerto y alguien sabe donde encontrarlo en caso de extrema necesidad.
Garabateo unas palabras para mi tía, un saludo para el pequeño Teddy, que hace señas desde una fotografía sobre el escritorio, y le invito a almorzar para el día siguiente.
Luego de ello, despacho al ave. Tengo muchos negocios que atender, nuevas ideas que probar, nuevos socios con los que hablar y mucho en que pensar.
Nada hacía presagiar que desde este día todo sería distinto…
