Smile For Me

Favor de leer la nota del autor al final del capitulo

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Hacía un buen clima aquel día. Aún era de mañana y muchos de los parisinos comenzaban sus labores diarias. Los autos comenzaban a llenar las calles, los niños caminaban hacia el colegio, los pájaros sobrevolaban la ciudad. Era un día más en la ciudad del amor.

Una joven de rostro afilado, ojos verdes y hermosa cabellera oro caminaba por las calles. Llevaba una bella sonrisa tímida adornándole el rostro. Tenía el pelo sujeto en una coleta baja con una peineta a juego con su vestimenta. Llevaba un vestido azul aguamarina que hacia resaltar el color esmeralda de sus ojos. Portaba unos cuantos cuadernos en mano porque en la mochila ya no había espacio. Aquella joven caminaba con suma elegancia y tenía un porte muy fino. Era toda una dama.

La chica se dirigía hacia la universidad. Consiguió matricularse en el mejor instituto que su economía le permitía. De todas formas, lo que ella necesitaba era un título para comenzar con su carrera, llevaba sólo medio año de haber entrado a la facultad y todo iba demasiado bien. Entró en las instalaciones y buscó su aula. Tomó asiento y esperó que su salón se llenase.

Definitivamente estaba dando un gran paso en su vida.

Un joven de cabellos plateados y mirada seria también caminaba hacia la universidad. Tenía el cabello corto y portaba un pantalón de vestir junto con una camisa gris. De su hombro colgaba un maletín café, donde llevaba sus libros. Las chicas que lo veían pasar lo observaban con detenimiento; ese chico era un total misterio para todos.

Cuando llegó a la universidad lo primero que hizo fue sentarse en el frente. Su destino dependía de lo bien que se desenvolviese en los próximos años en aquel instituto. Lo había decidido desde antes de matricularse. Quería ingresar al mundo de las bellas artes y ser el mejor en ello. Así que haría todo lo que estuviese en su alcance para lograrlo.

Más sin embargo no se imaginó que todo cambiaría dentro de un par de días.

Las clases comenzaron. Y el joven Gabriel Agreste se mostraba interesado en lo que la profesora decía. El mundo de la fotografía y el modelaje eran todo un arte, y no cualquiera lograba comprenderlo, cosa que para Gabriel no se le complicó. Desde hace un par de años había creado escenarios perfectos con una cámara. Pero eran tan sombríos y vacíos como él mismo. Los paisajes que retrataba eran oscuros, casi carentes de color. Lugares abandonados, lagunas, bosques y construcciones de época destacaban entre sus mejores obras. Pero siempre faltaba algo. A pesar de que la perspectiva que él lograba conseguir era perfecta. Había algo que necesitaba desesperadamente pero sencillamente no sabía que era. Y eso lo frustraba demasiado. Odiaba no saber que faltaba.

Tenía su libreta sobre la mesa, donde anotaba sólo los datos necesarios con respecto a la clase. Fechas y sucesos importantes en la evolución del arte. Después de todo sólo era un poco de cultura general. Sobre su regazo había una carpeta llena de fotografías. Había ganado el concurso anual de fotografía y el premio sería una exhibición de sus mejores obras dentro de la universidad. Sus padres, quienes residían en Alemania no aprobaban del todo la carrera de su hijo, sin embargo se sentían orgullosos de él; después de todos los Agreste tenían que ser los mejores en lo que hiciesen.

Por si esto no fuese suficiente para el joven, era un poco infeliz por entrar en la carrera incorrecta. Si bien era un excelente fotógrafo no le apasionaba como diseñar. Sí, Gabriel quería ser un diseñador de modas, pero cuando expresó aquel deseo de forma indirecta delante de sus padres ellos mostraron una enorme desaprobación en los rostros. Y él jamás pudo decir que no. Así que se había decidido por fotografía, pues de ese modo podría estar dentro del mundo de la moda, retratando las creaciones de otros. Era una buena alternativa para su pequeño problema, pero sentía envidia de los nuevos talentos que a diferencia de él, sí podían estudiar lo que quisiesen.

Sus clases siguieron con su curso normal hasta la hora de salida. Con suma elegancia y orden, guardó y recogió todas sus cosas; con carpeta en mano se dirigió hacia las oficinas del instituto. Hablo con las secretarias encargadas de la exhibición que se realizaría exactamente en dos semanas y entregó la carpeta con las imágenes junto con una memoria para que estas pudiesen ser impresas en folios de exposición. Llenó algunos papeles que certificaban que el material era de su completa y total autoría. Lo respaldo con los documentos de derechos de autor y se retiró.

Tenía cosas que hacer y no iba a perder su tiempo con tanto papeleo. Atravesó el pasillo hasta la salida. Subió al auto y partió rumbo a la mansión Agreste.

Alizée iba agotada. Las clases habían sido un poco pesadas, ya era mitad de año y los proyectos finales estaban en proceso. Y ella no tenía ni la más mínima idea de que era lo que presentaría. Quizá un nuevo cuadro, o tal vez algún diseño nuevo… ¿Qué sabía? Tarde o temprano se le ocurriría cuál sería su proyecto, pero tenía que darse prisa. La universidad de París no se andaba con juegos, por consiguiente si quería permanecer allí tenía que presentar algo digno del status y prestigio de la institución.

Vio a un par de personas pasar, todos hablando sobre lo que realizarían. Un par de chicas llevaban rollos de tela cargando junto con un montón de ropa confeccionada, chicos tomando fotos de la estructura del campus, otros componiendo bellas obras con violines y chelos, inclusive pintando cuadros expresando extremada maestría con pájaros y árboles como modelos.

Llegó a su destino y se tiró en su sofá. El departamento no era precisamente grande, pero le bastaba para lo que iban a durar sus años de carrera. Tenía una decoración minimalista, con paredes blancas y ventanales grandes. Las flores en tonos pastel predominaban en cada uno de los detalles, junto con un decorado estilo oriental. No había nada fuera de lo común; sencillamente la residencia de una joven artista, con maniquíes y óleos acomodados de manera que no se rompía la armonía.

Sacó una libreta de su mochila, tomó sus lápices y comenzó a trazar un par de líneas rectas, curvas y elipses. Todo lo que llegaba a su imaginación. No supo cuánto tiempo había transcurrido desde que inició, sin embargo no le importo. Lo único que deseaba en ese momento era crear. Ya entrada la noche había terminado. Su diseño era totalmente perfecto.

Ya sabía que es lo que presentaría.

La habitación era sombría. Sólo podía escucharse un piano, las bellas notas de "Clare de Lune", inundaban el recinto. Gabriel estaba sentado manipulando con maestría aquel instrumento.

Estaba frustrado y la única manera que tenía para desahogarse era con la música. Llevaba allí un buen rato. Tenía que descubrir que era lo que le hacía falta. Odiaba sentirse así; inseguro y débil. Expuesto y vulnerable. Toda la tarde había estado meditando. Intentó insertar de manera digital algunos objetos en las fotografías pero nada daba resultado. Ningún elemento de los que colocaba servía de algo. Sólo hacían que la imagen empeorase.

Cuando se cansó de tocar el piano se cambió la ropa y se acostó en su cama. Colocó ambas manos en su cara preso de la desesperación. Tenía a lo mucho una semana para resolver el enigma; sus padres vendrían al día siguiente, ambos deseaban ver la exposición y quería que ellos se llenasen de orgullo. Sus propios padres le habían aclarado que necesitaban "más" de lo que él ya había hecho.

Pasaron un par de minutos más cuando se sumió en un profundo sueño.

Alizée salió a comprar lo que necesitaba. Contra su pecho sostenía fuertemente un boceto de lo que realizaría. Iba caminando demasiado rápido. Llevaba prisa, pues tenía que conseguir el óleo y las pinturas para después ir a la presentación de la orquesta de París. Ella era la violinista principal y se había esforzado mucho en conseguir el lugar, además de que el vestido de gala que luciría aquella noche lo había confeccionado ella misma, también fue cosido a mano. En resumen; una obra de arte.

Pasó a la tienda, encargó lo que necesitaba y se marchó. El ensayo empezaría en un par de minutos y ya iba retrasada. Cogió el metro para llegar lo más pronto posible al Palais Garnier.

Cuando el metro paro se bajó corriendo. Corrió unos diez minutos hasta llegar al teatro. Cuando llegó apenas estaban acomodando los asientos para todos los partícipes. Respiraba demasiado rápido. Traía el violín colgado de la espalda y en mano traía una bolsa con sus zapatos y el vestido de gala. Sin que nadie lo notase corrió a los camerinos. Tomó una rápida ducha para quitarse el sudor. Se puso el vestido junto con los zapatos y subió al escenario.

Toda la orquesta ya estaba en posición. Cuando ella tomó asiento el ensayo comenzó. Sólo tocaron un par de piezas para corroborar que todo estaba en orden y que el programa no tuviese complicaciones.

Un par de horas después la sala comenzó a llenarse con los espectadores. Alizée estaba nerviosa.

Tal como lo habían dicho, los señores Agreste se presentaron en la mansión. Gabriel tenía una expresión más seria de lo usual, pero siempre fue así con su familia.

A la hora del desayuno, su madre le pidió al chef que cocinase ciertos platillos. Éste se esmeró para que sus platillos fuesen perfectos, más sin embargo a la señora no le pareció, despidiéndolo al momento de probar la comida. El pobre sólo alcanzo a medio desmayarse. Gabriel hizo nota mental de recontratarlo en cuanto su madre se fuese; era de las pocas personas que le hacían compañía dentro de la mansión, sin contar a la "Maid" y al sujeto que se encargaba del aseo.

Todo el día fue un completo asco. Sus padres no hacían nada más que reprocharle que su carrera era una idea errónea y que debió estudiar algo relacionado con los negocios internacionales. Intentó ignorar sus hirientes comentarios, pero mientras más lo hacía, más frecuentes eran las quejas.

Ya entrada la noche, le ordenaron vestirse con un traje negro, pues saldrían a presenciar a la sinfónica de París. Pensó que tal vez se relajaría.

El camino al teatro fue en completo silencio; su madre se dedicó a enviar correos electrónicos a sus empleados sobre las exportaciones que realizarían de Alemania a Francia y viceversa. Su padre de igual modo estaba en la portátil escribiendo informes y revisando contratos. Quería morirse allí mismo. Lo único que lo alegraba en aquel momento era que pronto llegarían y podría disfrutar de un gran evento como lo era aquel.

La limosina aparcó frente al teatro y los tres pasajeros bajaron siendo recibidos por algunos periodistas que reportaban el evento en vivo. Se tomaron un par de fotos para las noticias y se adentraron en la construcción. El salón era sencillamente precioso. Con una decoración exquisita. Tomaron asiento en la primera fila, la cual estaba reservada exclusivamente para ellos. Las luces comenzaron a apagarse y os murmullos callaron. El telón se elevó dejando ver a los componentes. El director se presentó haciendo una leve reverencia junto con todos los demás.

Gabriel observaba atento el escenario, para ser más específicos, a una chica. A la derecha del director observó a una joven de cabello rubio. Portaba un vestido en color azul marino con negro y zapatos a juego. Y aquel rostro serio se transformó. El joven abrió los ojos como platos al ver que la chica tocaba prodigiosamente el violín. Esa melodía podía reconocerla en cualquier parte. Era Dance Macabre. La chica de ojos verdes mostraba pasión y amor a lo que hacía.

Gabriel no apartó su mirada de ella en toda la noche. Estaba impresionado con aquella belleza y elegancia que nunca había visto, pues la mayoría de chicas que conocía eran aburridas y huecas. Llevaba tres horas sentado viéndola. Idolatrándola.

De un momento a otro el telón bajo por unos momentos para después abrirse dejando ver a la misma chica sola, parada en el centro del escenario. A continuación hizo una reverencia y comenzó a tocar el violín. Y se quedó prendado. Ella movía sus dedos entonando el primer Capricho de Niccolo Paganini.

Observo sus movimientos y su elegancia. Su rostro demostraba pasión y felicidad. Y Gabriel lo supo en ese momento. Había encontrado lo que le hacía falta en sus fotografías.

Había encontrado a su musa.

Fin del primer capítulo.

¡Hola a todos! Primero que nada, quiero agradecerles a quienes se han tomado el tiempo de leer mis dos primeras historias "Our Beginning" y "Under The Mask". También gracias por darle una oportunidad a esta nueva historia. ¿Saben? Me causa mucha curiosidad saber cómo es que la madre de Adrien conoció a Gabriel, así que se me ocurrió esta pequeña historia. Tengo planeado que sean dos o tres capítulos, pero quien sabe, quizá sean más o tal vez menos.

Ahora. Quiero aclarar algunos puntos.

1.- Le he puesto Alizée a la madre de Adrien. Sé que aún no ha sido revelado su nombre, sin embargo pensé que merecía uno. Para mí, este es uno de los nombres franceses más bonitos. Además de que hace referencia a una cantante del mismo nombre, quien saltó a la fama con su canción "Moi Lolita".

2.- Muchas personas en internet han hecho la teoría de que la madre de Adrien fue la portadora del Miraculous del Pavo Real, por consiguiente al iniciar hago una clara referencia de ello cuando menciono que llevaba una peineta y vestía de color azul con verde.

3.- La actitud de Gabriel es una especie de combinación entre Adrien y Félix del PV de Miraculous. ¿Por qué? Félix es serio y frio, más sin embargo como Chat Noir es demasiado liberal. Adrien tiene el complejo de querer complacer a su padre, pero quiere llevar una diferente vida de la que su padre planea, pues tiene ciertas limitaciones y obligaciones que no lo dejan ser como un adolescente normal.

4.- Alizée es una especie de Marinette sólo que un poco más madura. Porque, al menos dentro de mi cabeza, me imagino a una mujer alegre, jovial, creativa y liberal. Siempre he pensado que ella era la única que no se dejaba doblegar por Gabriel, pero que a pesar de todo le amaba.

En fin. Espero que les haya gustado este capítulo. No olviden dejarme sus comentarios o bien, mandarme un PM. Me gusta saber que opinan de la historia y ver en que puedo mejorarla, así mismo, ver de que podría escribir un nuevo FanFic. Por cierto, para los usuarios que me han preguntado sobre un MariChat, no se preocupen, está en proceso.

¡Por favor dejarme sus comentarios!

Gracias a:

sonrais777

ElbaKheel

Por tomarse el tiempo de leer y comentar mis dos primeras historias. ¡Un saludo!

¡Gracias por leer!

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Ruroken

JazzLittleMockingjay

Fecha de edición y publicación:

2 de Agosto del 2016, Martes.