Microrelatos: de aves, gatos y más.
Capítulo 1:Mis ojos en tu rostro.
Narrativa versión Rei Kon.
Y mis ojos se fueron nuevamente hasta tu perfil, como me encantaba ver tu nariz respingada, ver esas marcas azules en tus mejillas, tus pestañas cortas pero quebradas y esos labios…. ¡Oh, Dioses! Cómo amaba ver tus labios, tanto tiempo imaginando como debía sentirse el tacto de ellos sobre los míos. Volteaste e inmediatamente aparté la vista, ¡Uff…cerca! ¿Cuántas veces casi me atrapas?
Seguí disimulando la mirada mientras me ponía a revisar mi bey, Driger era mi cómplice, él lo sabía todo, podía sentirlo; en ocasiones se descontrolaba cuando se me aceleraba el corazón al verte, regresaba a la normalidad después de concentrarme, tener a mi bestia bit de es amanera, solo me hacía sentir culpable; tontos sentimientos humanos.
-¡Concéntrense! No permitiré que dejen de estar en forma- Tu voz… me encantaba aunque no fuese nada del otro mundo. Después de esa orden, seguí entrenando con Driger; nada "a normal" pasó, para mi suerte.
Caída la noche y antes de la cena, decidí tomar una ducha, compartía habitación con el ruso, así que me aseguré de que no entrara al cuarto por el momento. –Está riñendo con Tyson en la sala de estar, no tendría que preocuparme por que invadiera mis 5 minutos privados- Suspiré, entré al cuarto de baño y me deshice de las ropas chinas, entré a la regadera y dejé que mis cabellos largo se empaparan, después todo mi cuerpo en general.
Comencé a pensar en tu voz, en tu perfil, en todo tu cuerpo… -¡No, no, no, no ahora, por favor!- Miré mi entrepierna y efectivamente, tenía una erección. Era ya bastante difícil ser un chico en pleno desarrollo, en una casa llena de más chicos en iguales condiciones, para "intimarse" con uno mismo, se debía tener cautela, más aún cuando tu compañero de cuarto era el causante de tan caliente situación.
Traté de calmarme, pero por un minuto mi mente siguió imaginando ese cuerpo, ahí frente a mí en la ducha. -¡Al diablo!- empecé a manosear todo mi cuerpo y sin importarme los posibles ruidos externos o internos que yo mismo podía generar, me propuse satisfacerme. -¡Ah, hm!- Inundé el cuarto de baño de gemidos y eso bastó, me había corrido en la ducha. Terminé de ducharme y salí con ropas cómodas para ir a cenar, la toalla con la que secaba mi cabello me impidió notar que no estaba solo en la habitación.
-¿Terminaste?- La voz hizo que me petrificara, voltee inmediatamente y ahí estaba Kai, sentado sobre su cama, con la espalda recargada en la pared mientras leía un libro despreocupadamente.
-¿A-acabas de entrar?- Tragué saliva en lo que esperaba su respuesta.
-No- Volteó a verme, dejó el libro sobre la cama y se levantó.
–Kai, em- yo-ah…- Estaba sumamente nervioso y no sabía ni lo que salía de mi boca.
-Solo vine a avisarte que la cena está lista, te esperamos- Apartó la vista de mí y salió de la habitación. Me quedé de pie unos minutos pensando en lo de hace un momento.
-El definitivamente me escuchó-
¡Hola! muchas gracias por leer el primer capítulo de mi fic, como verás es algo muy corto, pero esa es la idea, espero de este modo poder actualizar rápidamente para que puedas acompañarme en mis actualizaciones. ¿Te gustó? espero que sí, por cierto, me harías muy feliz si me dejas tu opinión en un comentario. Gracias, nos leemos pronto. 3
