Él tenía esa mirada penetrante que parecía llegar hasta mi alma. Él estaba enojado y me hacía sentir peor. En algún punto supe que ya no podía mirarlo más, sabía que debía correr, alejarme. De alguna manera él lo supo, así que tomó mi brazo firmemente pero sin hacerme daño. Conmigo peleando, me jaló hacía sus brazos.

"¿Quién te hizo esto?" me preguntó con suavidad, no quería asustarme más. Yo hice lo que me fue posible para alejarlo y él se tornó un poco brusco. Mi espalda terminó contra la pared mientras su cuerpo me mantenía aprisionada. "Te lo dije antes, eres mía" su voz era terminante. "Dime quien te hirió" demandaba una respuesta.

"No le pertenezco a nadie" lo desafié.

Él gruñó sabiendo que yo no me rendiría. "Amo tu fuerza pero solo preguntare una vez más." Estaba muy asustada, sin embargo no le daría una respuesta.

Entonces, la puerta se abrió y un pequeño niño asustado irrumpió en mi recamara. "Por favor líder, no se enoje, déjela ir" él rogó. "Su reina fue lastimada defendiéndonos de lobos extraños en el bosque."

"¡¿Qué hacían ahí?!" Shaoran exclamó furioso sin soltarme.

El niño tembló aterrado. "Estábamos jugando. Lo lamento."

"Ni siquiera deberías estar aquí. ¡Vete! Lidiare contigo después" ordenó el hombre sosteniéndome. El pequeño salió despavorido, azotando la puerta. Me sentí terrible por eso. "Debería castigarte por no decirme" me gruñó.

"Has lo que quieras" yo no había querido estar ahí en primer lugar.

"Sabes que te amo y te deseo. Podría tomarte ahora mismo" me susurró al oído. No sabía si él sabía que yo no lo detendría porque lo amaba también pero si no lo hacía, yo jamás se lo diría. Era demasiado peligroso para el mundo si yo aceptaba estar con cualquiera, había poderes inimaginables en juego. Él acarició suavemente mi amoratada mejilla. "Nunca te haría daño. Quiero hacerte feliz, solo debes permitírmelo. Déjame protegerte "su voz era tan sincera que era difícil para mí alejarlo.

"Estoy cansada" le dije haciendo un esfuerzo para evitar que las lágrimas en mis ojos cayeran.

"Permíteme quedarme. Quiero sostenerte mientras duermes."

Intenté una vez más empujarlo, en ese momento estaba demasiado cansada para conseguirlo.

Él me tomó entre sus brazos y me recostó sobre mi cama. Se recostó a mi lado sosteniéndome. Solo por ese momento me permití disfrutar la cercanía a él.

Desperté llorado y gritando sola como lo había hecho desde que recordaba. Las pesadillas eran horribles. Siempre era difícil calmarme después.

"Hermosa" él entró rápidamente. No estoy segura del momento en que se había ido. "Fue un mal sueño" me sostuvo contra su pecho desnudo.

"Por favor, déjame ir" imploré. No podría soportar que el muriera por mi culpa.

"No," respondió suavemente "lo has intentado sola por mucho tiempo. Ahora estoy aquí y te cuidaré." Me sentí protegida pero no podía quedarme. Lloré un poco más contra su piel. "¿Mi reina, te gustaría contarme?"

"No puedo" sollocé desesperada.

"Solo hay algo que debes saber" tomó mi barbilla para hacerme mirarlo "pase lo que pase, no te permitiré ir." Él me besó en la comisura de los labios. Sentí que me derretía entre sus brazos pero me detuve como siempre lo he hecho desde que lo conocí hace algunas semanas. "Sé que sientes algo por mí pero no comprendo porque lo ocultas. ¿Qué quieres mi amor? Te daré cualquier cosa para hacerte feliz."