Disclaimer: ReLIFE no me pertenece sino que a su autora Yayoi Sou.
Nervios
Esto tiene que ser un sueño.
-Senpai~ -Canturreó juguetonamente una voz femenina que denotaba ebriedad-
-Oh no –Murmuro con fastidio-
Me corrijo. Es una pesadilla.
¿En que estuve pensando al dejar que Onoya tomara esas dos botellas de sake?
Peor aún, ¿En que estuve pensando al dejarla cumplir ese reto de Arata?
- ¿Sí? –Respondo a ella con mi típica sínica sonrisa-
- Acércate~ -Expresa sonriente la castaña- Te ves muy solitario ahí~
- No –Contradigo aun manteniendo mi expresión- Estás borracha y apestas demasiado.
Era mentira. Estaba ebria, pero el aroma de su perfume se me hacía delicioso.
- Hip ¡Malooo~! hip –Hipea triste en respuesta- ¿Me~ estás diciendo~ sucia~? –Interroga borrando su sonrisa y generando en su lugar una expresión triste y sombría-
Una fuerte carcajada se escuchó de fondo. Probablemente era Arata que al igual que Ann, se había pasado de copas y prácticamente estaba tirado en el suelo.
- No. Solo que apestas a alcohol, Onoya –Respondo-
- Eso… Eso… -Susurra mi kohai bajando su mirada hasta que los mechones de su cabello cubrieran la parte superior de su rostro-
Okey… No me agrada ese tono.
- ¿Onoya? –Interrogo dubitativo-
Antes de que me diera cuenta, ella se había abalanzado sobre mí, con sus delgadas pero fuertes manos apretujando mis hombros.
La ojicarmín eleva su vista hasta que sus ojos chocan contras los míos, provocando un repentino ardor en mis mejillas.
Me había ruborizado.
- Onoya ¿Qué… ? –Formulo pero soy interrumpido-
- Vaya~ ¿Te pusiste rojo, Senpai? –Expresa la mujer con una sonrisa y mirada perversas- ¿Estás nervioso?
Trago seco.
- ¿Y-Yo? ¿Nervioso? –Genial. Empecé a tartamudear. No es buena señal-
- ¡Qué tierno~! ¡Incluso titubeaste! –Exclama con alegría-
Seguido a eso, la kohai ablanda su agarra para responder con un cálido y fuerte abrazo.
- Maldición –Maldigo internamente-
Mis manos comenzaron a temblar.
Mi sonrojo adquirió una tonalidad más fuerte.
Y los latidos de mi corazón se volvieron más rápidos.
¿Qué es esto?
¿Por qué una chica como ella provocaba éstas reacciones en mí?
En cuanto entreabro mis labios con el fin de dialogar con Ann, sus ronquidos se hacen sonoros en mi oído.
-Ya te dormiste ¿No? –Susurro mientras la acomodo con cuidado en el suelo- Pequeña tontita.
Me desprendo mi oscura chaqueta para así resguardar a Onoya del frío invernal de afuera.
Antes de irme hacia una de las habitaciones del departamento, vuelvo mi mirada hacia ella y su inocente sonrisa mientras duerme solo provocó unas reacciones extrañas pero agradables en mi interior.
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Sayonara~