Give me love.

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Summary: En la mirada de Haruno Sakura se notaba lo tierna y cálida que podía llegar a ser, pero en sus ojos también se contemplaba lo maldita e hija de puta que naturalmente era con todo el mundo. /Sasusaku/ ADV: Sasuke ciego/.

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Haruno Sakura se encontraba sentada en la sala de espera de un hospital privado. Su dedo golpeaba impaciente la mesita de espera junto a ella. Sus brazos se encontraban congelándose debido al clima tan frio de la habitación. Sus mejillas y nariz estaban cubiertas de un ligero color rojo y el ligero abrigo negro no ayudaba mucho a suavizar la temperatura.

Por primera vez desde que llego hecho un ligero vistazo al lugar. Lo primero que capto su mirada fueron las grandes ventanas de vidrios que dejaban ver el panorama afuera; los copos de nieve comenzaban a caer, otra vez, pues desde la noche anterior no había parado de nevar. Podía ver a personas corriendo para cubrirse bajo algún local de comida o algunas afortunadas abriendo su paraguas. Doctores, enfermeras y familiares de pacientes salían tapándose con alguna carpeta o sus propias manos mientras corrían en busca de su automóvil. Quizá era su hora de comer o habían salido de alguna operación y necesitaban descansar.

Sakura aparto la vista, acomodo su largo cabello suelto tratando de cubrir su cuello. Se movió incomoda en su asiento, realmente odiaba los hospitales.

A unos metros de distancia se encontraba una pareja. La mujer de algunos cuarenta años a lo mucho, se encontraba durmiendo en el pecho de su esposo mientras este trataba inútilmente de cubrirla con su chaqueta. Sakura la observo por unos segundos hasta que tuvo que girar la vista para no parecer entrometida. Sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar, su largo cabello desordenado y el poco maquillaje que llevaba se encontraba corrido, por su parte el hombre parecía impune, si ella no lo hubiera observado tan atentamente podría haber jurado que no le afectaba en absoluto el estar ahí, a no ser por las grandes ojeras debajo de sus ojos negros que seguramente estaban ahí por haber pasado noches en vela esperando noticias de algún familiar.

Hacía algunos cuarenta minutos un doctor se había acercado a ellos a decirles acerca del estado de su hijo, no escucho lo que dijo pero por la reacción incontrolable de la madre fueron malas noticias. Había estado llorando hasta hacía algunos minutos que tomo alguna clase de medicamento recomendado por el mismo médico para controlarse y había quedado dormida al instante.

Un joven de cabello negro y largo se acercó lentamente a ellos. Cuando paso a su lado la miro por unos segundos y después paso de largo. Saludo a su padre, y conversaron por unos segundos. Después dio pequeños golpes en el brazo de su madre hasta que esta despertó.

—Cariño— llamo la mujer con una voz casi inaudible. El tomo su mano y la acaricio suavemente.

—He venido por ustedes, tienen que comer algo. — Su madre negó rápidamente y se rehusaba a irse. El joven insistió por varios segundos hasta que logro convencerla con la condición de que irían rápido y a un lugar cercano. A los pocos segundos las tres siluetas se perdieron entre los pasillos.

Ella casi sintió lastima por ellos. Rápidamente trato de despejar su mente, los problemas de los que se encontraban en esa sala de espera no era de su incumbencia y francamente no le importaban, quizá había sentido curiosidad solo eso.

La pantalla de televisión colocada en la pared la distrajo por algunos minutos. Lo único que veía era la cara de un reportero en medio de la ventisca de nieve dando pronósticos de tiempo.

—….Se recomienda no salir de casa. La tormenta aumentara en las próximas horas y podría causar... — La señal se había cortado dejando una pantalla con rayas grises y un sonido molesto. La recepcionista se acercó y apago el televisor manualmente.

Después se giró a ella y le miro preocupada. —Señorita. — la llamo. — ¿Quiere que le traiga un café? Su padre ha salido de emergencia al hospital del sur para una operación y no podrá recibirla hoy…— La joven fue cortada ante la mirada molesta de la peli rosa.

— ¿Por qué no me has avisado antes? — exigió saber furiosa. Algunos giraron a verla curiosos, la castaña frente a ella se paralizo al ínstate y empezó a jugar con sus dedos nerviosa. —Lárgate, eres una inútil— La chica salió casi corriendo apenada y podría jurar que algunas lágrimas amenazaban con salir.

Sakura estaba furiosa. Tomo su bolso y comenzó a caminar hacía la salida, sus tacones altos resonaban por el piso bajo ellos. Chocaba con algunas personas en los pasillos, algunos se hacían a un lado asustados y otros tanto murmuraban insultos pero nadie se atrevió a detenerla.

Suspiro frustrada.

Se la había hecho, otra vez. Había cancelado todos sus planes para poder tener la tarde libre y pasar al hospital para salir a comer con su padre y el, no solo la había hecho esperar dos horas sentada en un incómodo asiento con sus palmas congeladas, se había ido. ¡Y se había ido sin avisarle!

Él era el jefe del hospital más prestigioso y exclusivo del estado, tenía fama internacional como uno de los mejores doctores para operaciones complicadas pero eso no le daba derecho a plantar su única hija.

Estaba a punto de sacar las llaves de su auto para largarse de ahí cuando un estruendo la desconcertó. Tuvo que sujetarse de una pared junto a ella para no caer. La tormenta había comenzado y los grandes vientos hacían imposible el avanzar por no mencionar la poca visualización que dejaban. Pasó de ello y siguió su rumbo, cuando llego a las grandes puertas de salida un guardia la detuvo.

—Lo lamento Señorita Haruno pero no puede salir — ella era conocida por la mayoría del personal del hospital. Sakura levanto una ceja curiosa. —La tormenta ha causado muchos accidentes y se ha dado la alerta roja para prohibir la salida. Tendrá que permanecer aquí hasta que mejore el clima. —

Estaba a punto de negarse y Salir de todas formas pero los grandes vientos azotando la hicieron considerar la situación. Miro al guardia con superioridad y se alejó dejándolo desconcertado. Caminaba rumbo a la oficina de su padre, al menos ahí tendría un lugar acogedor y acceso a una laptop para no aburrirse tanto.

Doblo una esquina cuando visualizo a lo lejos una cabellera azul y tez blanca.

Hyuga Hinata.

Joder.

Hinata era pasante de enfermería en el hospital, sus padres eran amigos y ellas por ende se conocían. Además estudiaban en la misma escuela. Lo que le faltaba, esa chiquilla estúpida la seguía a todos lados como un perrito faldero. Era fácil de manipular pero no estaba de humor hoy para fingir que le agradaba.

Antes de que la viera se escabullo por el pasillo y abrió la primera puerta que encontró.

Habitación 202.

Sakura soltó un suspiro de alivio y se recargo en la puerta dejando caer su peso. Sonrió victoriosa hasta que una voz proveniente del lugar la desconcertó.

— ¿Quién eres? —

Un joven peli negro se encontraba acostado en la cama y no dejaba de mirarla.

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Nueva historia.

Siempre quise hacer algo así, Sakura siendo una perra, Sasuke siendo "débil". Sobre RN lo seguiré solo que se me han ido las ideas.

¿Opiniones?

¡Espero que les guste!