Cameron entró a la oficina de House para encontrarlo muy cómodo en su sillón jugando con la bendita Nintendo DS, tal vez demasiado ensimismado en el aparato como para notar su presencia. Carraspeó sonoramente para que la viera, pero él se limitó a emitir un gruñido que evidenciaba su falta de humor para ser molestado.

El bote de Vicodin que retirara para él esa mañana de la farmacia permanecía aún lleno sobre la mesa. Ni se había molestado en tocarlo.

- Llevas una semana metido en esa maldita cosa, - le recriminó.

- Llevo una semana intentando pasar el Legend of Zelda: Phantom Hourglass. Trato de rescatar a la princesa Zelda y no lo logro...

- House... - trata de llamarle la atención hablando con un tono de enfado, pero él no parece darse cuenta. Al contrario, sigue con el juego.

- De acuerdo, de acuerdo... En realidad se llama Tetra, pero pertenece a la familia real de Hyrule, así que puedo decirle Zelda de todos modos...

- ¡House! Has dado dos diagnósticos sin despegarte de eso. Tus ojos lo van a sufrir, y tarde o temprano también lo harán los pacientes... - intentó razonar. Inútil: él se acomodó en su asiento y continuó pegándole a la pantallita táctil de la consola con el lapicito destinado a ello.

- Diagnostiqué bien a dos pacientes con esto pegado a mí. Ahora date la vuelta y ve a pasar mis consultas como te indiqué hace una hora.

- ¿Acaso hay alguna cosa que sea para ti más importante que ese jueguito? - le gritó frustrada.

- No lo sé. Averígualo y me cuentas...

Cameron lo meditó un momento antes de decidir cambiar de táctica. Se quitó la bata, la colgó del perchero y procedió a inclinarse a su lado de tal forma que el amplio escote de su camisa revelara la mejor vista posible desde el ángulo de su jefe. Acercó sus labios a su oído y susurró, fingiéndose muy interesada:

- ¿Me explicas de qué viene todo este juego?

- Es muy largo y ya estoy por el final. En cuanto termine te lo explico, - evadió sin siquiera mirarla.

Sin perder demasiado tiempo, la inmunóloga lo empujó un poco, obligándolo a dejar un espacio en el sillón que ella aprovechó para acomodarse junto a él lo más cerca que pudo. Apoyó la cabeza sobre su hombro con naturalidad. Lo notó tensarse al primer contacto. El lapicito por fin dejó su frenético golpeteo y tras unos segundos de pausa House cerró la tapa del videojuego, colocó el implemento táctil en su ranura, y dejó todo el aparato a un lado para posar su ahora libre mano sobre la cintura de Cameron.

- Ya averigüé algo que es más importante que tu jueguito. ¿Te cuento? - ofreció con una sonrisa, levantando apenas la cabeza para mirarlo a los ojos.

Él clavó su mirada en ella por un instante, para luego inclinarse rápidamente y darle un fugaz beso en los labios.

- No. Me gustaría averiguar por mí mismo cómo termina tu jueguito...

Sonrió. Y con él Cameron.

La Nintendo DS cayó al suelo desde la mesita cerca de diez segundos después, pero House ni se dio cuenta. Tenía cosas más importantes que hacer que pensar en un tonto juego de video.

FIN

Aclaración: La Nintendo DS es la última consola de videojuegos portátil de la empresa homónima. En wikipedia pueden encontrar más información sobre ella. El Legend of Zelda es un jueguito muy interesante, clásico de Nintendo, en el que un chico (tipo duende o elfo) llamado Link debe emprender un recorrido por diversos laberintos, enigmas y enemigos para rescatar a la enclenque princesa Zelda de las garras del malo de turno. Está bueno, mi hermano es fanático y disfruto mucho viéndolo jugar. El problema es que con todas las versiones se envicia y no lo larga hasta terminarlo.