Para Ceci, que me das ánimos :)

Enjoy!

(Ningún personaje me pertenece, si así fuera, muchas cosas serían distintas.)


Había sido un día largo y cansado. Mucho papeleo y archivos por completar. Y para su suerte, nada de acción. Aunque esto último no era tan malo después de todo. Abrió la puerta de la casa, y la cerró recargando su espalda en ella. Dio un suspiro cansado, y colgó su saco en el perchero. Se pasaba las manos por el rizado cabello, para hacerse una coleta, cuando le llegó un olor exquisito. Sonrió inmediatamente, y como en automático, se dirigió a la cocina.

Allí encontró a la mujer de su vida. Con un delantal, una rubia coleta, una entallada camiseta y unos pequeños pantaloncillos. La definición de mujer perfecta para Jane. Se acercó por detrás, y pasó sus manos alrededor de su cintura.

La forense al sentirla dejó asomar una sonrisa, y giró el rostro, para darle un buen beso de bienvenida a su preciosa novia.

-Hola amor. - saludó Maura sonriente. La mujer más alta le devolvió la sonrisa, y escondió su rostro en el cuello de la doctora. - ¿Como te fue? - preguntó amable, apagando la estufa y dándose la vuelta para verle el rostro.

-Mhmm... - fue la respuesta de la detective. Quién seguía aferrada a la cintura de la ojiverde, y con la cabeza en su hombro. Maura solo dejó escapar una risa.

-¿Cansada? - preguntó esta vez. Pero la respuesta fue la misma. Volvió a reír. - ¿Un masaje? - dijo algo coqueta. La detective se enderezó rápidamente, con una enorme sonrisa y un brillo excitante en los ojos. - Primero cenamos, ¿te parece? - habló y se acercó a sus labios, dándole un dulce beso.

-Yo podría cenarte a ti. - ronroneó la morena, volviendo a esconder su rostro, pero esta vez dando húmedos besos. Maura inclinó la cabeza un poco, dándole mejor acceso. Y metió las manos bajo la blusa de Jane, acariciando su piel. Disfrutaba de los labios de su novia sobre su cuello. Había cerrado los ojos y abierto la boca.

-Jane... Espera... - murmuró agitada. La separó delicadamente y le miró a los ojos. Sonrió y le acomodó un rizo rebelde. -Cenemos. - dijo firme y le señaló la mesa. Jane con un gesto de cansancio fue hacia la mesa y se sentó. A los segundos, Maura le sirvió un plato con pasta. La morena se iba a levantar para tomar una cerveza, pero la botella fue puesta frente a ella. Sonrió, su novia la conocía muy bien, y la consentía siempre.

-Y, ¿qué tal estuvo hoy? ¿alguna novedad? - preguntó la rubia mientras comían. Jane hizo un gesto de cansancio, no quería hablar del trabajo. Pero sabía que a la forense le gustaba saber sobre lo que le pasaba. Decidió comentarle.

-Frost irá a un seminario. Durante dos semanas tendremos compañero suplente. - habló. Hizo una mueca al final, y ese gesto le provocó una discreta risa a Maura. Rizzoli la vio con los ojos entrecerrados. -No sé quién sea. Solo sé que se llama Hank, Detective Hank. - se encogió de hombros. Dando un último trago a su botella. Se levantó y tomó los platos de ambas y los lavó.

Maura por su parte, se había puesto seria y pensativa. Confiaba en Jane, pero no podía evitar sentir celos. ¿Si era un hombre y le coqueteaba? Bueno, no se preocupaba por un hombre, al final le había escogido a ella. ¿Si fuera una mujer y la seducía? Un escalofrío le recorrió la espalda. Eso podría pasar. Que Jane le cambiara por una mujer más guapa. Sus puños se cerraron con fuerza, y los celos le invadieron.

-Cariño, es tarde. Vamos a la cama. - la voz rasposa de la detective la sacó de sus pensamientos. La vio parada junto a ella con la mano extendida. Maura sonrió y la tomó.

Fueron hacia el dormitorio, se pusieron las pijamas, y se acomodaron como cada noche. La cabeza de Maura en el pecho de Jane. Sus piernas entrelazadas. Y el brazo de la morena, rodeando la cintura de la rubia.

Pasaron un par de horas. Pero la forense no podía dormir, se movía inquieta. Seguía maquinado cosas sobre el detective nuevo. Jane la sentía revolverse, así que prendió la luz algo molesta. Y miró a su chica.

-¿Se puede saber qué pasa? No paras de moverte. - la voz de Rizzoli, aunque somnolienta, sonaba dura y cansada. Maura dio un respingo al escucharla. No sabía que decir. No podía contarle, se molestaría. Y si mentía, le saldría urticaria. - Maura. - de nuevo el tono severo. Como si le estuviesen llamando la atención.

-Lo siento, no puedo dormir. - murmuro la rubia, apartando la vista de la mujer a su lado. A Jane se le pasó la molestia, y con sus brazos atrajo a Maura, apretándola contra ella.

-¿Te preocupa algo, Maur? - preguntó con voz dulce, mientras le acariciaba el cabello, y le daba besos en la frente. Con ese gesto, desarmó a la forense. Era claro que la amaba. No tendría que preocuparse. Pero...

-Jane, ¿me amas? - preguntó con la voz insegura, y alzó el rostro para mirarle. La morena la miró como si tuviera dos cabezas. No podía creer que le preguntase eso. ¿Acaso no se lo había demostrado?

-Más que a mi vida, Maura. - estaba siendo totalmente sincera. Por nada del mundo permitiría que algo le pasara. La protegería y cuidaría de ella hasta la muerte. - Nunca lo dudes, cariño. Te amo, eres mi vida. - se acercó y le dio un beso. Con todos sus sentimientos impregnados. La abrazó con todas sus fuerzas, y con eso pudieron dormir tranquilas.

Por lo menos esa noche...


Primer capítulo, nueva historia...

Un nuevo proyecto que me propuso Ceci.

Chica, you are amazing ;)

Díganme si les gustó, que esperan de esto, no sé, algo que cambiarían.

Todos los comentarios son bien recibidos.