Disclaimer: Bleach y sus personajes no me pertenecen son propiedad de Tite Kubo, pero la historia es completamente mía.

Notas actualizadas. 04/03/2019

Hola chicos he decidido por fin acabar esta historia, ya muchos sabrán las aventuras que he pasado para llegar aquí, sin embargo cuando escribía un nuevo capítulo, me di cuenta que lo mejor era editar la historia por completo, para corregir ciertos errores de ortografía :P no teman no abandono la historia, al contrario actualizare cada 2-3 días. Sin más ¡bienvenidos nuevos y experimentados lectores! NO OLVIDEN DEJAR SU OPINIÓN


Notas antiguas.

Hola de nuevo. Me presento con una nueva historia, por cierto es la segunda que escribo. Creo que ahora tengo una mejor escritura así que espero que les guste, la disfruten y le den una gran oportunidad. Esta historia es contraria a la otra que escribo, será más corta e ira directamente al drama. ¡Así que iniciemos con este nuevo proyecto!

"Jamás en la vida encontraréis ternura mejor y más desinteresada que la de vuestra madre."

- Honoré de Balzac

CAPITULO I –Un cambio en mi vida

Pov Rukia

La tarde había caído. Caminaba por la acera con un rostro cansado, los recuerdos le invadían y le atormentaban lentamente como cuchillas, desgarrando su cordura. La doctora había sido muy clara, debía de cuidar más de sí misma, los mareos, los desmayos y el cansancio se debían a una anemia, si bien no era nada grave sabía que su estado se podía agravar si no comía adecuadamente. Tenía que seguir las indicaciones de tomar las vitaminas que la doctora le había prescrito y comer a sus horas.

Pronto llego a su destino, un suburbio de clase alta. Una gran casa, la cual contrastaba por completo con sus ropas, que por el contrario era muy sencillas. Tomo su llave y se adentró en esa gran casa mientras buscaba señales de su esposo y de su hijo. Busco por el lugar encontrando un vació. Nada, solo la nada como siempre. Probablemente habían salido esa tarde y no le esperaron para avisarle, de seguro ni siquiera notaron su ausencia. Fue a la cocina con el único propósito de preparar la cena. Termino después de un rato y fijo su mirada al reloj que tenía en la cocina, el cual marcaba las 7:00 pm entre el tic tac. Ya no debían tardar, se decía así misma. Como una predicción oyó como la puerta de la casa se abría fuertemente. La voz de Ichigo y de su pequeño hijo de 7 años, Kei se hizo presente mientras se abrían paso rápidamente por la casa y se sentaban en el comedor. Su hijo era la copia exacta de Ichigo solo que tenía el cabello completamente negro y los ojos color violeta al igual que ella.

–¡Papá fue sorprendente como Shinigami gano la carrera!

–Claro, ese hombre es una leyenda y un icono de los deportes Kei, dentro de unos años será una leyenda. Además también ganamos una jugosa apuesta.

–¿Vamos a ir de nuevo?

–En cuanto las carreras de la temporada se programen este mes, te prometo que iremos a todas.

Rukia se acercó con los platos para su familia y los acomodo con cuidado en el comedor mientras intentaba hablar con el pequeño Kurosaki.

–¿Cómo les fue, esta vez fueron a las carreras de autos de Shinigami? ¿Te divertiste Kei?

El niño miro a su madre y le respondió de mala manera –Si madre, fuimos a las carreras.

–¿Y quién gano esta vez? He oído que Shinigami tiene un rival a pesar de que es el mejor corredor de la temporada y que…

–Madre no quiero hablar.

Rukia bajo la mirada y se sentó en el comedor con un nudo en el estómago. No entendía como su dulce hijo había cambiado, antes era tan cariñoso con ella y ahora era cortante, frío y grosero. Ichigo a pesar de observar la situación no intervino en absoluto. Solo se dedicó a seguir hablando de la carrera con su hijo. Sin embargo al verlo probar su comida, toda su atención volvió a él cuando el pelinaranja voto el plano frente a él.

–¡¿Pero qué es esto?! Esta cosa no tiene sal. Debí suponerlo…

Probó inmediatamente la comida y comprobó lo dicho por Ichigo, le faltaba un poco de sal a su comida –Quizá olvide poner un poco más sal, lo siento Ichigo. Dame el plato, en seguida lo cambio.

Ichigo se levantó y no le dio tiempo a su mujer de moverse. –No te molestes, me iré a comer afuera con Kei. – El niño sin preámbulos siguió a su padre mientras los veía alejarse por la puerta.

Rukia se quedó sola en la gran mesa con una mirada triste, la comida que les preparaba la hacía con esfuerzo y con amor... Recogió todo lentamente y lavo los trastos. Se dio una ducha, busco su pijama y entonces en el mismo cajón miro un conjunto de ropa de encaje, bastante sexy. Ahora lo recordaba, esa ropa la había comprado para el pasado cumpleaños de Ichigo, le quería dar una sorpresa, sin embargo ese día especial no pudo hacerlo, debido a que él se ausento toda esa fecha y regreso hasta el siguiente día. Tomo la ropa entre sus manos y se decidió a usarla. Nunca era tarde para los regalos y sería una verdadera pena dejarla olvidada en el cajón.

Esa noche fue larga. Ichigo y Kei llegaron tarde. Se puso una bata y salió de su habitación, se encontró con un Kei dormido en los brazos de su padre mientras este entraba en la habitación de su hijo, lo deposito en su gran cama y le arropo. Rukia miraba todo desde la puerta.

–¿Cómo esta Kei? Parece que el sueño le gano, se ve cansado.

–Cállate Rukia, lo despertaras.

–Ichigo… porque…

–Dije que te callaras. No queremos despertarlo. Vamos a dormir.

Ichigo se dirigió a su habitación ignorando a Rukia. La pequeña Kuchiki lo vio entrar y le siguió.

El pelinaranja se sentó en la cama y empezó a desvestirse para ponerse su pijama. Rukia sabía que era el momento adecuado para el regalo. Se quitó la bata y se acercó sigilosamente mientras contoneaban las caderas. Ichigo miro a su esposa con sorpresa. La pelinegra se acercó y le empezó a dar un masaje en la espalda mientras restregaba su cuerpo contra su esposo. Ichigo había empezado a gruñir por la excitación, tomo a Rukia bruscamente y la puso debajo de él mientras la besaba salvajemente. Poco duro el contacto cuando Ichigo se alejó bruscamente de Rukia y se levantó.

–¡Maldita sea Rukia! ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

Rukia se asustó ante el cambio de actitud de su esposo. –Yo… hace mucho que no tenemos intimidad y pues este era un regalo para tu cumpleaños, quería dártelo.

El Kurosaki tomo su ropa y comenzó a vestirse de nuevo rápidamente –¡Pues no lo hagas! Sabes que de ti ya no me interesa nada, ni siquiera tu cuerpo, si te respondí es porque soy hombre mi cuerpo tiene necesidades, pero no contigo, tú solo me produces repugnancia, asco, eres simplemente una bazofia de persona.

El muchacho salió de la habitación rápidamente mientras dejaba a una Rukia con un corazón cada vez más roto. Ella sabía que había herido a Ichigo hace 7 años, pero pensaba que él lo olvidaría, la comprendería después de que se casaron y que le ayudara, después de todo siempre había sido sincera con él, pero quizá era momento de aceptar que se había equivocado, él nunca le perdonaría. Las lágrimas empezaron a correr por su rostro, no supo siquiera como se quedó dormida aquella noche.

Se levantó temprano para preparar el desayuno. Pasó por la habitación de su hijo y se acercó a su cama, le dio un beso cálido en la frente mientras le sonreía con cuidado le arropo. Llego a la sala y se encontró con un Ichigo dormido en el sillón, estaba mal cubierto por una cobija, así que lo cubrió adecuadamente y se dirigió a la cocina.

Termino de preparar el almuerzo que se llevaría Ichigo y Kei, los envolvió con cuidado y los puso sobre la mesa. El desayuno lo sirvió y espero a que ambos despertaran, un leve mareo le invadió y tuvo que recargarse en una mesa cercana para no caer. ¡Diablos! no había probado ningún alimente ese día y ayer tampoco había comido, no podía descuidarse así, tomo una manzana y empezó a comerla, eso sería suficiente por el momento, comería el desayuno completo junto a Ichigo y Kei cuando despertaran, sin embargo un ruido le detuvo en el acto.

–Tsk… No tienes educación Rukia. Deberías esperarnos para comer.

Rukia volteo al escuchar la voz de su marido y dejo caer la manzana por inercia. –Ichigo… yo...

El muchacho hizo un gesto con la mano dándole poca importancia. –No importa Rukia. Me voy al trabajo temprano, no desayunare.

–Ya veo... supongo que yo llevare a Kei a la escuela

–No, yo lo llevare, de hecho me tome la libertad de despertarlo, ya se subió al auto.

–Pero... ¿el desayuno de Kei?

–Pasaremos a casa de mis padres y dejare que desayune ahí. Mi madre lo llevara a la escuela después.

–¿No quieres que les acompañe? Puedo desayunar con ellos y después llevar a Kei, no me importa regresar a pie a casa.

–No Rukia, él ira con mis padres. Ahora porque no haces algo útil y mejor limpias el lugar, esta cocina es un asco.

Rukia observo como su marido salía del lugar, estaba por empezar a limpiar cuando miro los dos recipientes con comida en la mesa. ¡Los desayunos! Tomo ambos y corrió en búsqueda de su hijo y marido, corrió a la gran cochera, los vio subir al coche. Le daban la espalda, por lo que aún no se habían dado cuenta de su presencia. Se acercó lentamente hasta que empezó a escuchar la plática de ambos y quedo petrificada en el acto al escucharles, se escondió rápidamente en otro de los autos de la cochera, así escucho con más atención mientras evadía las miradas de ambos.

–Entonces Kei, ¿te gustaría ir de nuevo conmigo y con Riruka a la playa?

–¡Si papá! La última vez que fuimos estuvo super, la señorita Riruka me trata muy bien, quiero que me vuelva a llevar a buscar conchas y hacer castillos de arena.

–Sabes estaba pensando en ir más bien… a acampar la próxima vez. Podríamos comprar comida y hacer bombones asados en una fogata.

Al pequeño niño le brillaron los ojos – ¿Enserio? Y ¿habrá historias de terror?

–Por supuesto.

Ichigo sonreía al ver a su hijo, aunque un ruido extraño lo saco de su pensamiento.

–¿Qué fue eso?

El pelinegro se llevó las manos al estómago –Creo que tengo algo de hambre. ¡Por cierto olvide el almuerzo de mamá!

Ichigo frunció el ceño y bufo –Ve por el, yo te espero en el auto.

–No lo quiero.

–¿Por qué? ¿Sabe mal? Sabes que tu madre se esfuerza por acerté un buen almuerzo.

–No es eso…

–Entonces… ¿Qué sucede hijo?

–La verdad es que nunca como su comida, siempre la tiro al llegar a la escuela

–Sabes Kei, la verdad yo tampoco como sus bentos, Rukia siempre les pone corazones o hace figuras raras con la comida y eso hace que se me quite el hambre. Pero dime hijo ¿por qué la tiras? ¿te sabe mal?

–No. No quiero comer su comida si es posible, ella es una persona mala y no me gusta estar cerca.

–¿Mala? ¿Por qué dices eso?

–Porque tú la odias, por eso yo la odio también. Es una mujer mala. En la escuela se burlan de mi por su culpa, me dicen bastardo delincuente, hijo de vagabunda. Dicen los otros niños que ella es una mala persona porque es una mujerzuela que te engaño para sacarte todo tu dinero, también dicen que está loca, que mato a un hombre y que si no le hubieras ayudado estaría en prisión.

Ichigo cambio en tono de voz a uno agresivo –¿Quiénes fueron los que te dijeron bastardo delincuente e hijo de vagabunda? No dejare que nadie te insulte.

–Ya no importa papá. ¿Por qué no mejor te casas con la señorita Riruka? Ella es educada, muy buena y los otros niños que la han visto dicen que parece un ángel, si eso pasa podre tener una nueva mamá y ya no me molestaran.

–¿Por qué dices eso hijo?

–Por favor papá, soy pequeño pero yo sé que te gusta y que tú le gustas a ella. En la playa los vi besándose varias veces.

Rukia no podía seguir escuchando más de esa plática, se volvió a alejar sigilosamente y entro de nuevo a la casa. Se dirigió a la sala y se sentó en el sillón de la misma. Con ambos almuerzos en sus manos, abrió primero el de su pequeño hijo Kei. Arroz, pasta, pollo y verduras al vapor, todo se encontraba formando un conejito y un león. Miro el dibujo por un rato y una lágrima se le escapo. Su matrimonio y su familia eran una farsa. ¿Porque la vida le hacía pagar de esa manera su error? Dejo el almuerzo a un lado y después abrió el de su esposo. El contenido era el mismo solo que la imagen formada era la de un conejo y coneja dándose la mano. Las lágrimas se le escaparon y tomo una decisión.

Se dirigió a su habitación y tomo una maleta. La misma que había usado en su luna de miel, nunca más había vuelto a salir con Ichigo después de eso. Metió su ropa y papeles importantes, incluyendo el dinero que mantenía guardado, no era mucho, pero sería suficiente, tomo una fotografía que tenia de ella, Ichigo y Kei, justo el día de su nacimiento, la metió en su maleta, se quitó su anillo de compromiso y lo dejo sobre su cama.

Salió de la gran casa y se dirigió a la calle, paro un taxi rápidamente y subió a él, después de darle unas cuantas indicaciones al chofer llegaron a su destino. El aeropuerto internacional de Tokio. No fue difícil comprar unos boletos de avión para la siguiente hora con sus pocos ahorros.

Paso control de seguridad y migración, por fin se sentó en la sala de espera con una fuerte opresión en el pecho, tendría que aguardar para abordar en el avión que aria escala en el aeropuerto. Un mareo fuerte le volvió a invadir y estuvo a punto de caer. Sin embargo unos fuertes brazos le sostuvieron justo a tiempo.

–¡Ey!¿estás bien mujer?

Con la mirada borrosa intento enfocar el rostro de la persona que le había ayudado. Un gran hombre de pelo celeste le sostenía. Se levantó rápidamente y se disculpó.

–Perdón, no quería molestarlo no he comido muy bien y creo que se me bajo la azúcar.

El chico saco una barra energética de su chaqueta y se la ofreció a la pelinegra.

–Come esto, no es mucho pero te hará bien.

Rukia dudo en tomarlo cuando el altavoz del aeropuerto anuncio su vuelo. "Pasajeros del vuelo 75 con destino a - favor de abordar por la puerta 15 con pasaporte en mano y ticket de vuelo"

El chico le dio la barra y se apresuró a hablar –¡Vaya ese es mi vuelo! No te vuelvas a desmoronar mujer, con lo pequeña que eres podrías lastimarte.

Rukia se enfadó, siempre le molestaban con su estatura –¡No soy pequeña! ¡Soy estatura promedio! Además es curioso, pero también es mi vuelo.

–Entonces mueve el trasero, no quiero perder mi vuelo y más vale que comas eso, no quiero que detengan el viaje porque te desmayas a mitad del avión.

–Sabes no eres muy amable, pareciera que te comportas como un patán.

–¿Quieres amabilidad? Yo te salve y ni siquiera me has dicho tu nombre.

Rukia sabía que el chico tenía razón en parte. Al menos debió presentarse. –Soy Rukia Kuro… soy Rukia, Rukia Kuchiki.

–¿Rukia? Nada mal. Soy Jaegerjaquez Grimmjow, pero dime Grimmjow.


Notas antiguas.

¡Esto es nuevo! Sé que tal vez debí adelantarle más a mi otra historia, pero la inspiración me pedía a gritos que escribiera esto. Espero les agradara la idea. Aclaración extra, esta historia es 100% IchiRuki. Aquí va la mala noticia, creo que le daré prioridad a mí otra historia y a esta la estaré actualizando mínimo una vez cada 2 semanas, pero puedo cambiar de opinión, no lo sé... Todo depende de lo que mi cerebro, trabajo e inspiración quieran. Pero ese sería su horario de actualización en primera instancia, mínimo cada 2 semanas. No olviden dejarme un lindo review con su opinión del capítulo y tampoco olviden pasarse a mi otra historia "Flor del desierto". Saludos y nos leemos pronto.

Notas actualizadas 04/03/2019

Gracias por leer, nos vemos pronto y no olviden dejar su opinión. Muchos saludos y emociones positivas. Vinsmoke fuera.