Hola! Este es mi primer FanFic, así que no seáis muy crueles…Espero os guste. Quería escribir este Fic desde hacia tiempo, pero no había podido UU, y aunque es una ida de pinza, me atreví a plasmarla aquí :).
Dragon Ball no me pertenece. Es obra original de Akira Toriyama. No obtengo absolutamente nada con este escrito, sólo la satisfacción de que la gente lo lea.
Piccolo & Chichi - Amor imposible
Capítulo 1: El nacimiento del hijo del Mal
Todos conocemos bien la historia de Dragon Ball, pues bien, este fic comienza muy atrás... Vamos a remontarnos en el tiempo en el mundo de Dragon Ball, antes de la saga de Cell o Frezzer, mucho antes de la boda de Goku y Chichi, vamos a volver al pasado, concretamente a aquel día que Goku mató al terrible Piccolo DaiMaho en su intento de conquistar el mundo. Aquel día, en el que decidió escupir un huevo antes de morir, pidiéndole a su futuro hijo vengar su muerte. Centrados ya en este punto, vamos sólo s cambiar un momento concreto de la historia, el momento en el que aquel huevo cayó en la casa de aquellos ancioanos, esta vez se dirigió a otro lugar, a un pequeño pueblo donde gobernaba el gran Ox Satán que vivía con su hija, la princesa Chichi.
Aquel día Chichi estaba recolectando flores cerca del castillo de su padre, el Gran OxSatán, la noticia de que Goku había acabado por fin con el malvado Piccolo Dai Maho había llegado a su pueblo y ella se encontraba recolectando flores para entregárselas en señal de agradecimiento. Si, a ChiChi le gustaba bastante Goku y siempre se imaginaba casada con él en unos años, además nada haría más feliz a su padre que verse casada con el hombre que salvó al mundo de aquel demonio.
Tras haber hecho un buen ramo de flores, Chichi no pudo evitar lanzarlo al cielo al oír caer caer algo muy cerca de ella, y, a pesar del esfuerzo que hizo la pequeña en aquel regalo, no dudó ni un segundo en correr asustada en busca de su padre para pedirle ayuda. Al llegar con el gran Ox Satán, Chichi le contó lo que había ocurrido, como de repente la tierra se estremeció ante un impacto cerca del río donde solía jugar y oler las flores. El gran rey se levantó consternado y corrió asustado junto a su hija en busca de aquello que había caído del cielo en su propiedad.
Al llegar a aquel punto se sorprendieron al ver que se trataba de un huevo, y no un huevo cualquiera, era un huevo de color verdoso y bastante grande, no podría ser de una gallina o un lagarto. "Quizá una madre dinosaurio habrá perdido a su hijo, pobrecilla..." Pensaba Chichi que siempre había sido una niña muy inocente. Ox Satán examinó el huevo con detenimiento, mientras su hija lo miraba con entusiasmo. En su cabeza ella no quería que ese pobre ser que se encontraba en el interior de aquel huevo creciera solo, por lo que decidió hablar con su padre al respecto.
-¡Papá, papá! ¿Puedo quedármelo? Se ha quedado solo sin sus padres, yo creo que podríamos cuidarlo mientras crece. – Exclamó Chichi entusiasmada.
- No estoy muy seguro, pero no me puedo negar a lo que quiere mi pequeña, no creo que sea algo peligroso, es solo un huevo. - Dijo Ox Satán y cogieron el huevo para llevarlo a su aldea.
Chichi se encargó de cuidar el huevo aquel día, todo el tiempo preguntándose que clase de ser podría haber ahí dentro, podría ser un Terodáctilo, ó una serpiente, ó un dragón, podía ser tantas cosas!... Pero lo que menos imaginaba era lo que había realmente dentro. Tras una hora contemplando aquel huevo, de repente empezó a romperse poco a poco, Chichi curiosa se acercó poco a poco y miró de cerca el nacimiento de la criatura que se encontraba en su interior, no era ni un reptil, ni una serpiente, se trataba de un pequeño niño color verde esmeralda con dos pequeñas antenas colgando de su cabeza, Chichi extrañada pero a la vez intrigada por aquel pequeño, se acercó lentamente al huevo y lo cogió entre sus brazos. Emocionada, corrió de nuevo en busca de su padre.
-¡Papá! ¡Mira lo que ha salido de mi huevo!- Gritó Chichi al llegar, con el niño en brazos.
Ox Satán lo miró con extrañeza, pero a la vez con algo de ternura al ver que se trataba de un niño abandonado. ChChi le rogó poder criar al pequeño, y finalmente OxSatán accedió. El gran rey quería nombrar al pequeño niño Ox Satan Junior, ya que nunca había podido tener un hijo propio, pero sin embargo, el pequeño al mes ya dominaba el habla y había adquirido mucho carácter, por lo que decidió elegir su propio nombre: Piccolo Junior (recordad que los Namek crecen más rápido de lo normal). Esto asustó mucho a Chichi y a su padre, ya que finalmente se dieron cuenta del parecido entre el pequeño niño y aquel malvado que trató de conquistar al mundo.
- Papá... - Dijo Chichi a su padre en privado. – Puede que sea una coincidencia, o que realmente sea el hijo de ese malvado monstruo, pero si podemos criarlo adecuadamente no tiene porque ser igual que su padre. Podríamos salvar al mundo si simplemente le quitamos esa horrible idea de la cabeza.
OxSatán no supo hacer otra cosa que acceder a su suplicas, ciertamente era un niño abandonado y no tenía la culpa de lo que había hecho su padre. Así que con el consentimiento de su padre Chichi decidió criar al pequeño niño de tez verde. Ciertamente, le costó bastante al principio, ya que el niño era bastante agresivo, pero gracias al carácter inocente de Chichi, al ir creciendo se fue volviendo más cortés. Pasaron los meses y el pequeño empezó a tener especial gusto por las artes marciales, por lo que CHichi decidió entrenar con el pequeño, poco a poco, esta se fue convirtiendo en su actividad favorita. Cierto día, Chichi recibió noticias de que el torneo de las artes marciales se celebraría dentro de dos años de aquella fecha, generalmente les avisaban con antelación para darles la oportunidad de prepararse adecuadamente. Chichi emocionada, corrió hacia donde se dirigía su pequeño compañero para contarle de la gran noticia.
- Dentro de 2 años será el próximo torneo de Artes Marciales, ¿No te gustaría que fueramos juntos?– Le preguntó Chichi al pequeño y regordete namek, que aún tenía la apariencia de un niño. El pequeño se emocionó ante la noticia, aún no sabía que Goku estaría allí, sin embargo,sabía por los recuerdos heredados de su padre que debía vengar su muerte, así que asintió emocionado al saber que quizá en aquel torneo podría efectuar su cruel venganza hacia el asesino de su padre.
Para sorpresa de todos, Piccolo y Chichi empezaban a llevarse muy bien, y eso en cierto modo hacía felíz a su padre. Podría ver que finalmente Chichi tenía algo parecido a un hermano, y a la vez parecía que su plan estaba funcionando, ya que el Piccolo que estaba creciendo con ellos no parecía aquel malvado que quería gobernar al mundo y convertirlo en un mundo de maldad. Y eso era cierto, Piccolo estaba perdiendo interés en aquellos planes, realmente disfrutaba la convivencia con la pequeña humana y su padre, sin embargo, aún tenía pendiente la venganza hacia Goku, que sería dentro de dos años, en el 23° torneo de las artes marciales.
Continuará...
