¡Hola pequeñas criaturitas de la vida :D! Me paso por aquí para dejar esta historia, es la primero que escribo y la primera que decido subir a facfiction. Os pido que tengáis un poco de compasión conmigo :,D y no me matéis por las futuras faltas de ortografía, a decir verdad no me llevo muy bien con ellas jajaja xD. Y sin nada mas que decir aquí os dejo con el primer capítulo espero que os guste tanto como a mi :3. ¡Bye! Obviamente la historia no me pertenece a mi si no a la genial J.K Rowling, aunque los personajes inventados son enteramente mios.

En mi vida nunca me ha gustado destacar mucho, siempre he preferido ser una mas de la sociedad, pasar desapercibida y llevar una vida tranquila junto a mi familia.
Pero supongo que hay cosas que una no puede elegir y se tiene que conformar con lo que la vida le ha dado y claro, siendo una de las candidatas para heredar las responsabilidades de una de las familias mas importantes del mundo mágico no facilita las cosas.
Me presento, mi nombre es Evangeline Rouse, supuesta heredera junto a mi hermana Elizabeth Rouse.
Nuestra familia se caracteriza por poseer algunos de los magos mas importantes de la historia, también poseemos grandes conocimientos sobre la magia oscura y sobre todo por ser una familia de magos al que no le daba importancia al tema de los muggles.
Es decir,¿qué mas da que ellos no tengan magia? es como lo de ser rico o ser pobre, siempre los ha habido ¿no? pues llasta.
Pero por lo visto no todo el mundo comparte mi opinión,en fin.
Me encontraba tumbada en mi cama pensando y tras meditar un largo rato me levante de un salto, hoy partiría para el que seria mi primer año en Hogwarts y sentía como miles de mariposas revoloteaban por mi estómago cada vez que pensaba en ello.
Y con una sonrisa adornando mi rostro cogí la ropa del armario y entre en el cuarto de baño para prepararme.
Luego de un relajante y largo baño me vestí, mi ropa consistía en una falda de tabla en color gris, junto a una camisa de botones de manga larga en color blanco debajo de un suéter sin mangas de color rosa pastel.
Me puse mis zapatos de tacón de color negro y me dispuse a arreglar mi pelo.
Me quede observando mi reflejo en el espejo durante unos segundo, miraba fijamente mi extraño color.
Blanco.
Tan blanco como la nieve que caía en pleno invierno, aquella era la razón de mi falta de confianza, la gente al verme ponía cara rara incluso algunas veces cara de asco, pensando seguramente que sería un bicho raro o algo por el estilo, pero en cuanto escuchaban mi apellido cambiaban la cara por una de puro interés.
Hipócritas.
Suspire y me dispuse a peinarlo, al tenerlo por la cintura me resultaba muy difícil de domarlo así que siempre optaba por atarlo a una larga trenza,
dejando suelto mi flequillo al lado y un par de mechones.
Luego mire mis ojos, era lo único que me gustaba de mí, azul a la izquierda y verde a la derecha, cielo contra tierra una combinación no muy usual.
Me puse un poco de maquillaje algo de rimel en mis ya largas pestañas y un poco de brillo en los labios y antes de salir del cuarto me puse algo que no me podría faltar, mis guantes de encaje negro.
Había una razón en especial para utilizarlos y era que yo poseía una extra a habilidad de poder ver el pasado de objetos o personas con solo tocarlo.
Muchas veces veía involuntariamente el pasado de las personas y eso me traía pequeños problemas, así que la única forma de evitarlo era poniéndome guantes.
Me mire por ultima vez en el espejo y sonreí, estaba lista.
Cuando me dispuse a salir un pequeño chillido me llamo la atención, baje mi mirada y me encontré con un pequeño hurón albino que me miraba inocentemente con sus pequeños ojos negros.
-¡Oh! Yuki con la emoción me había olvidado completamente de ti, lo siento.- Me agache para cogerlo, y le di un pequeño beso en la nariz,
el me respondió con una lamida en el cachete.
Lo metí en el bolsillo de la falda y me dirigí al comedor donde mis padres me esperaban mientras desayunaban tranquilamente.
-Buenos días.- Los salude con un beso en la mejilla a cada uno.
-Buenos días princesa.- Contesto mi padre enseñando una hilera de perfectos dientes blancos.
Mire sus grandes ojos de color azul que contrastaban perfectamente con su oscuro color de pelo.
-¿Estas nerviosa?.- Esta vez fue el turno de hablar de mi madre, la mire a sus ojos verdes y asentí animada mente con una sonrisa.
Me concentre en mi desayuno y lo devore muy rápido.
-Con vuestro permiso-. Me levante de la mesa y cuando me dispuse a salir mi hermana entro en el comedor Como siempre iba hermosa con su larga melena de color azabache y sus mirada azulada que mostraba mucha seguridad en si misma.
Irónico ¿verdad? tan distintas pero a la vez tan parecidas. Al pasar por su lado la salude con una sonrisa y ella me respondió igual.
Decidí que daría una ultima vuelta por la mansión para recordar todo detalle de ella cuando me fuera para Howarts.
Paseaba tranquilamente por los silenciosos pasillos, a cualquiera persona aquel silencio le había incomodado incluso le habría dado miedo, sin embargo a mi me encantaba y me sentía muy bien, me sentía en paz.
Cuando cruce una de las esquinas algo llamo mi atención, una extraña sombre paso corriendo enfrente mía y se perdía en una de las esquinas.
Yuki se escondió mas en el bolsillo, asustada, yo la acaricie para que se tranquilizara.
Mi corazón empezó a ir un poco mas rápido y empece a sudar un poco, sin pensármelo dos veces corrí tras la sombra pero cuando llegue adonde la había visto allí no había nadie,pase mi vista por todo el lugar pero allí no había ningún rastro de nadie, me di la vuelta lentamente con todos mis sentidos alertas, pero una voz me detuvo.
"No te vayasss Evangeline". Me quede paralizada en el sitio, era una voz de mujer era suave y atrayente,muy atrayente.
Lo mas curioso es que hablaba en parsel algo no muy común.
De repente el aire se había vuelto muy pesado y esa extra a vos seguía repitiéndose en mi cabeza una y otra vez.
Y empece notar como si mi cuerpo empezaba a dejar de obedecer me, era como si estuviera sonámbula, y como si fuera una marioneta empece a andar, era una sensación muy rara y aunque mi cabeza decía que parara mi cuerpo no le hacia caso.
Llegue hasta una pared que no había visto en mi vida y mediante un impulso levante la mano y la coloque en ella.
No sabia exactamente que estaba haciendo pero mi instinto me decía que era lo correcto,tras unos segundo presione la pared y para mi sorpresa a mi izquierda se abrió una puerta.
Me fui acercando poco a poco a la entrada temiendo por si algo saldría de entre las sombras, solo se podía ver el principio de unas escaleras que conducían al interior del pasadizo, por lo demás no se veía absolutamente nada.
Pero como si eso no importara me adentre en las profundidades de allí, aunque no viera nada era como si ya hubiera estado ahí y sabía perfectamente donde tenia que ir.
De repente deje de andar y note como volvía a la normalidad y ya era dueña de mi propio cuerpo, cuando me di cuenta estaba enfrente de una puerta, no se veía mucho debido a la oscuridad pero lo podía deducir, levante la mano y gire la perilla de la puerta y sin mas remedio, entre,
En cuanto pise el interior todas las antorchas se encendieron provocandome un susto, me lleve mi mano derecha al pecho intentando controlar los latidos de este.
Una vez que pude ver bien observe detenidamente la habitación, consistía en una cama, un armario,una pequeña mesita de noche y lo que mas me llamo la atención.
Encima de un escritorio había un cuadro tapado con una manta de color roja, me acerque al cuadro y sin pensármelo dos veces pegue un jalón para dejar al descubierto la pintura.
Mi corazón dejo de latir durante unos segundos y la boca se me seco, aquello si que no me lo esperaba, en el cuadro se podía ver a una hermosa muchacha de un largo cabello blanco y mirada azulada.
Aquella mujer era idéntica a mi, o mejor dicho yo era idéntica a ella, se encontraba sentada en una silla con las manos sobre su regazo,mientras posaba elegantemente.
Me quede unos minutos observando la pintura y pude notar en la esquina derecha inferior una plaquita plateada con un nombre grabado, me acerque un poco para leerlo.
"Evangeline Rouse."
Solo pude sorprenderme mas de lo que estaba, aquello empezaba ya incluso a asustarme, no solo eramos iguales en apariencia si no en el nombre también.
Hasta ahora no note que encima del escritorio había un libro cubierto de polvo y una pequeña cajita de madera al lado, cogí el libro pero no tenia ningún titulo y de todos modos estaba cerrado con un extraño candado.
Aunque intente abrirlo a la fuerza no pude, pensé que quizás al cabo de los años se podría romper pero me equivoque.
Lo deje a un lado y me centre en la pequeña caja, la cogí entre mis manos parecía que en algún momento se partiría entre mis manos, la abrí y adentro se podía ver una pequeña nota.
"Aquella que sea la verdadera descendiente de la princesa Evangeline podrá portar el collar de la familia y con ella los secretos mas antiguos de esta."
Me fije mejor en el interior y pude ver un collar, lo cogí entre mis manos y quede prendada de aquella joya, era verdaderamente hermosa, nunca había visto un collar tan bonito y con algo de temor me lo guarde en el bolsillo.
Pero lo que yo no sabia era que en el cuadro la mujer llevaba puesto el mismo collar y este emitió un pequeño brillo cuando me lo guarde en el bolsillo.
Me volví a centrar en el libro, opte por dejarlo ahí pero mi curiosidad era mas grande y me lo guarde entre el suéter y la falda, no era muy grande así que no se notaba mucho, ya buscaría alguna forma de abrir aquel candado.
-¡Evangeline ¿Dónde estas?!-. La voz de mi madre me alerto de que tenia que regresar, corrí hacia la puerta y antes de salir volví a mirar otra vez aquel cuadro, y entonces salí de allí rápidamente.
La puerta se cerro en cuanto salí por las escaleras, seguramente no volvería otra vez a ese misterioso lugar, y sin mas remedio me dirigí hacia donde provenía la voz de mi hermana.
-¡Evangeline ¿Dónde estabas? Te he llamado mas de 10 veces!.- Me regaño mi madre una vez que llegue a la puerta,donde junto a mis padres me esperaban.
-Vamos cariño no seas así con tu hija, seguramente que estaba distraída paseando por ahí-. Salto en mi defensa mi padre mientras le ponía una mano en el hombro a mi madre.
-Bueno no importa,en 5 minutos partimos hacia Howarst.- Aquello hizo que me pusiera mas nerviosa de lo que ya estaba, para que me tranquilizara mi hermana me puso una mano en el hombro mientras me susurraba que ella estaría conmigo en todo momento.
Ella siempre estaba ahí cuando la necesitaba y era algo que yo admiraba de ella, siempre me protegía y nunca me dejaba sola.
Tras un viaje charlando sobre nuestro primer año en Howarts por fin llegamos al enorme castillo, según nos habían dicho nuestros padres los alumnos no tardarían mucho en llegar y que nosotras tendríamos que ir a ver al director.
Tras una larga despedida en donde mi madre soltó un par de lagrimas alegando de que sus "pequeñas hijas ya habían crecido" nos disponíamos a entrar pero un hombre de largas barbas se nos interpuso en el camino.
-Ustedes deberéis de ser las señoritas Evangeline y Elizabeth Rouse si no me equivoco-. Su voz era calmada y en sus ojos podía notar un brillo peculiar,
-Asi es señor-. Respondió mi hermana rápidamente.
-Bien,yo soy el director de Howarst, Albus Dumbledore ¿me podríais acompañar por favor?.- Pregunto calladamente con una sonrisa,
y con un simple "claro" nos fuimos con el al interior de la escuela.
Por el camino nos estuvo informando de que nos pondría el sombrero seleccionador para decidir a que casa perteneceríamos,tras una larga caminata llegamos a su despacho, mi hermana fue la primera a la que le pusieron el sombrero y tras unos minutos este anuncio fuertemente Gryffindor.
Antes de que Dumbledore me pusiera el sombrero cogí a Yuki y la puse en el suelo, la pobre necesitaba un poco de aire fresco o si no se asfixiaría de estar tanto tiempo metida en el bolsillo.
Una vez que tuve el sobrero puesto pude escuchar una vez que hablaba en el interior de mi cabeza. -Valla esto si que no me lo esperaba,otra Rouse, pero tu sin duda tienes algo en especial, en tu interior guardas un misterioso poder.-
Yo escuchaba atentamente todo lo que el decía en mi cabeza.
-Pero eso es algo que descubrirás con el tiempo, ahora veamos donde te pongo pequeña. Mmmm... sin duda posees la inteligencia de Ravenclaw,
quizás algo fría y calculadora para Hufflepuff, pero en tu interior posees el valor y el coraje de todo un Gryffindor, aunque a veces eres egoísta y haces todo lo posible para obtener lo que quieres, algo que solo un Slytherin posee. Mmm... eres una de las personas a las que mas me ha costado situarla, pero sin duda donde encajas perfectamente es en... ¡Slytherin!.- Grito a todo pulmón el nombre de mi casa, a decir verdad no estaba muy contento ya que tanto como mi hermana y mis padres pertenecen a Gryffindor, pero supongo que ya nada se le puede hacer.
Suspire mientras me quitaba el gorro y lo ponía de nuevo en su sitio.
-Valla hermanita parece que seremos rivales ¿no?-. Decía ella mientras pasaba una brazo por mis hombros y me atraía hacia ella, yo solo reí un poco ante su comentario ya que en cierto modo tenia razón, desde los inicios los leones y las serpientes nunca se han llevado especialmente bien.
-Bueno señoritas todavía queda un poco para que los alumnos lleguen, aquí tenéis el uniforma de cada una,por desgracia no conozco la contraseña de cada casa debido a que cada 2 semanas la cambian-. Nos tendió el uniforme y con un simple movimiento de varita ya lo teníamos puesto.
El director nos miro un poco divertido, aquella escena le parecía muy graciosa, hacia mucho tiempo que no veía a un Gryffindor y un Slytherin juntos, pero lo mas gracioso era que eran casi iguales y parecía que había dos clones.
Nosotras nos miramos extrañadas, cogí a mi pequeño hurón y salimos de allí riéndonos.
-El director es un poco raro ¿no crees?.- Preguntaba divertida Elizabeth mientras cruzábamos los pasillos, yo solo me reí de su comentario, a decir verdad un poco raro era pero supongo que serian gajes del oficio.
Escuchamos el sonido de una campana y ahí supimos que los alumnos habían llegado, empece a sentir nervios otra vez, me preguntaba en la cabeza una y otra vez como serian los mis compañeros o si me dirían cosas sobre el color de mi pelo.
También estaba ansiosa por empezar a aprender cosas nuevas este año, según mi padre nos habían enseñado en casa lo mismo que se enseñaba en el colegio los cursos que faltamos, el decía que era mejor que diéramos clases en casa pero tras meses y meses convenciéndolo de que nos dejaran venir por fin lo conseguimos.
Nos dirigíamos hacia la puerta del gran salón donde según nos había dicho Albus irían todos los alumnos, vimos a un montón de gente acercándose hacia allí, de mientras que entraban nos miraban entre curiosos y un poco extrañados.
Nosotras fuimos las ultimas entrar y cada una nos fuimos sin decir nada a la mesa de nuestra correspondiente casa.
Me senté al final de la mesa bajo las miradas curiosas de todos, mis manos no paraban de sudar y no sabia para donde mirar.
Primero empezaron a subir los niños de primero para seleccionar su casa, y luego el director empezó a decir un discurso sobre las normas del colegio y cosas así.
-Y por ultimo quiero que le deis la bienvenida a dos alumnas que se incorporaran este año para cursar quinto, estuvieron dando clases en su casa pero este año tenemos el honor de tenerla entre nosotros, por favor Evangeline y Elizabeth Rouse levantaros.- Me levante poco a poco de mi asiento, mi hermana y yo compartimos la mirada y luego la pasamos por todo el salón y tras hacer una reverencia con la cabeza me volví a sentar en mi sitio.
Un muchacho que se encontraba enfrente mía se me quedo mirando, y yo le devolví la mirada con la misma intensidad.
Tenia el pelo y los ojos de color chocolate y tras unos segundos sonrió y me estrecho la mano.
-Cristian Princes, encantado.-
-Evangeline Rouse, igualmente.- Le respondí estrechándole la mano y sonriendole.
-Supongo que esa Gryffidor era tu hermana ¿no?.- -Mi hermana gemela para ser exactos.-
-!Wow¡¿Enserio, y como podéis ser tan...?-. Parecía realmente sorprendido al saberlo, no era la primera y la ultima que lo hacía, pero supongo que tenia razón, no todos los días se ven a dos hermanas gemelas tan distintas.
-¿Diferentes? Lo se, yo también me lo pregunto todos los días.- A los pocos segundo nos estábamos riendo como si nos conociéramos de toda la vida.
-¿Evangeline no? Yo soy Amanda Jones, encantada-. Se presento una chica rubia de ojos verdes que estaba sentada al lado mía.
-Igualmente Jones-. Le respondí con una sonrisa.
-Llámame Amanda por favor, no me gusta que me llamen por el apellido-. -De acuerdo, pero me tienes que llamar a mi por mi nombre vale?-. -¡Claro!-. Me respondió ella animadamente.
Me alegre mucho al poder haber hecho amigas tan pronto, normalmente me costaba bastante pero aquellas personas me inspiraban confianza, dirigí mi vista hacia mi hermana y me alegre bastante al verla charlar animadamente con los de su casa.
-Valla parece que Ryddle no te quita la vista de encima-. Me informo Christian mientras se reía.
-¿Quién?-. Pregunte curiosa.
-Tom Rydle, es el mejor estudiante de Howarts, es prefecto y premio anual. Es aquel-. Dirigí mi vista hacia donde miraba Cristian y me encontré con unos oscuros ojos azules que contrastaba perfectamente con su pelo negro.
Había algo raro en ese muchacho, esa mirada escondía mas del que mostraba, no me gustaba nada,me daba escalofríos,
seria mejor no relacionarme mucho con el.
Nos quedamos unos segundo mirándonos, yo fuí la primera en romper el contacto visual, centrándome en mi comida.
-Si que tienes suerte, es tu primer día aquí y ya has captado la atención del chico mas deseado de Howarts-.
-¿El más deseado?-. Pregunté con una ceja alzada.
-Sí, todas las chicas están locas por el, todas menos yo,yo ya tengo a alguien-. Me informo Amanda mientras levantaba los hombros y sonreía.
Era cierto que era muy atractivo y todo eso pero a mi no me llamaba la atención, prefiero dejar de lado el tema del amor y esas cosas y centrarme en los estudios.
Una vez que terminamos de comer nos dirigimos hacia nuestros cuartos, la contraseña para entrar era "Serpiente Venenosa", por lo visto no se complicaban mucho la vida eligiéndola, la rubia me informo de todas las clases que teníamos y de los profesores que se encargarían de enseñarnos demás.
Cuando llegamos me enseño donde dormiría a partir de ahora que por suerte se encontraba al lado de la suya.
Me tumbe en la cama mientras volvía a recordar todo lo que me había pasado este día, y me acorde de que tenia guardado el colgante y el libro, metí la mano en el bolsillo y lo saque. Al instante emitió un pequeño brillo que me pareció familiar, pero me resultó extraño ya que anteriormente nunca lo había visto. Estaba tan concentrada mirándolo que al escuchar la voz de Amanda llamarme me hizo pegar un pequeño salto a causa del susto.
-Evangeline alguien te busca.-. Guarde la joya rápidamente y me dirigí hacia la salida. Allí afuera me esperaba mi hermana con Yuki en los brazos.
-¿Hermana, que haces aquí? Ya sabes que los Gryffindor no son muy bienvenidos por aquí-.
-Ya lo sé, mientras te esperaba un par de niños me mataron con la mirada. Me encontré a tu hurón vagando perdido por ahí, deberías de tener mas cuidado con el o si no alguien le hará daño-. Me regaño mientras me pasaba bruscamente a Yuki.
-Lo siento, la próxima vez tendré mas cuidado con ella-. En realidad sabía perfectamente donde se encontraba,en cuanto lo compre en aquella tienda de animales le puse un hechizo para saber donde se encontraba o si cuando le sucedía algo saberlo de inmediato.
-Bueno te dejo antes de que me sigan torturando con la mirada-. Se despidió ella corriendo, yo le había cogido una patita a Yuki y la movía de un lado para otro despidiendola.
-Bueno pequeña exploradora ¿qué te parece si damos un paseo?-. Mire sus pequeños ojitos negros y pude ver en ellos un brillo que indicaba que sí, yo solté una risilla de mientras que le daba un pequeño besos en la nariz.
La solté en el suelo y empezamos a caminar, a la vez que caminábamos yo canturreaba una canción que me sabia de niña pero por mucho que intentaba recordar nunca me acordaba dónde la aprendí.
Iba tan distraída que no me di cuenta de que pise algo grande y blandito, mire para abajo y vi a una serpiente en posición de ataque mientras no dejaba de mirarme furiosa.
-¡Oh lo siento mucho!-. Me disculpe mientras me agachaba hasta que dar a su altura y juntaba mis manos enfrente de mi cabeza en señal de disculpa.
-Ten masss cuidado tonta-. -¡Oye no tienes que llamarme tonta, ya te he pedido disculpa-. Le dije un poco molesta.
-¿Me hass entendido?-. Preguntaba ella un poco sorprendida.
-Sssi yo también hablo parsssel. Me llamo Evangeline Roussse y esssta de aqui esss Yuki y tu ¿como te llamas?-. Le pregunte con una sonrisa mientras le señalaba a la hurona.
-Nagini, encantada-. Me sorprendí un poco aquella serpiente era muy educada.
Me dispuse a hablar pero una voz me interrumpió.
-Pronto sera el toque de queda, le sugiero que vuelva pronto a su habitación si no quieres tener problemas el primer día de clase,Rouse-. Me levante poco a poco y me tope con los mismo ojos azules de antes.
Tom Ryddle.
-Claro,me dirigía hacia allí ahora mismo pero me tope con ella-. Le mentí mientras le mostraba una falsa sonrisa y miraba a Nagini.
Lo volví a mirar, y nos quedamos asi durante unos segundos y de repente note un pequeño dolor de cabeza,sabia exactamente lo que me pasaba, el muy maldito intentaba ver dentro mis pensamientos para saber si no le estaba mintiendo. Pero por suerte mi padre me entreno muy bien en el tema de la Oclumancia y Legeremancia.
Así que reforcé más el muro que mantenía mis recuerdos resguardados y lo mire con más intensidad.
-Sabes Ryddle es de mala educación hurgar en los pensamientos de la gente sin su permiso-.
Tom parecía muy sorprendido ante mi respuesta, así que mi sonrisa se agrando más todavía, eso si que no se lo esperaba, pues preparate Tom Ryddle porque este sera el principio de un curso lleno de sorpresas.
-Y ahora si me disculpa me voy, encantada de conocerte Nagini, buenas noches Ryddle-. Me di la vuelta y empece a caminar tranquilamente dejando a un muy pensativo Tom.
Una vez que llegue a la habitación casi todas estaban ya preparadas para irse a dormir, así que hice lo mismo, me puse mi pijama y me entregue completamente ak mundo de los sueños.

-En otro lado-

-¿Ssseñor que piesssa de Evangeline Roussse?-. Pregunto Nagini a Tom, curiosa por saber que opinaba de la rara muchacha.
-Piessso que esss alguien muy interessante-. Contestaba el muchacho con un tono de maldad en su voz.
Nagini al escuchar el tono de voz de su amo sabia lo que significaba, a el le había interesado mucho aquella muchacha y no pararía hasta saber el ultimo detalle de ella.
Y sin decir ninguna palabra mas los dos desaparecieron en la oscuridad de noche.

Bueno ¿y qué os ha parecido? espero que os haya gustado y sin tenéis algo de vuestro valioso tiempo dejarme un review con vuestra opinión sobre esta y así poder continuarla, por supuesto que cualquier ayuda,petición,consejo... sera bien recibido :D

¡Nos vemos!