Disclaimer... Los personajes le pertenecen a Stephanie Meyer y la historia es de mi propiedad.


La noche oscura dejaba ver el destello brillante de incontables estrellas. Mis ojos contemplaban el impetuoso cielo que se imponía con su belleza. Un aire agradable refrescaba mi piel, causando un delicioso placer. Sin poder evitarlo mis ojos se cerraban apreciando la perfecta naturaleza del mes de abril. Era mi estación predilecta, aquella que atrapaba el espíritu de mi madre. Ella solía disfrutar este mes, y casi todos los días íbamos al patio trasero para admirar las hermosas flores que imponentemente resurgían de la tierra vistiéndose de esplendor. Le hacía recordar a mi padre, él le encantaba la naturaleza y la primavera. Tanto le gustaba, que un 25 de abril le propuso matrimonio en unos de los jardines botánicos más hermosos de Ohio. René, así se llamaba mi madre, solía llevarme cada año a este maravilloso jardín y recordarme el momento más feliz de su vida, a mí me encantaba lo hiciera porque mantenía una parte viva de mi Padre. Charlie, así se llamaba mi padre, murió cuando tenía ocho años de edad. Padecía de insuficiencia cardiaca la cual heredó de su familia, según me contó mi madre. Nunca conocí a mi familia, pues según mis progenitores, sus respectivos padres habían muerto y eran hijos únicos. Que cruel me parecía la vida a veces, deseaba tener una familia que me hubiese ayudado cuando mi mundo se quebró. Aún recuerdo ese día de primavera donde contemplé la vida en los ojos de mi madre. Yacía en una cama inmóvil, luchando con cada suspiro que escapaba de su pecho.

―Mi pequeña…perdóname…por dejarte tan pronto…―decía con voz ahogada y lágrimas en sus ojos.

―Te amo mamá…te amo…vete tranquila…reúnete con papá para que puedan disfrutar de la primavera eterna en los cielos.―trataba de mantenerme tranquila para no agobiarla, pero sentía que de un momento a otro simplemente estallaría en un quebranto interminable. Mi madre me sonrió y con una lágrima rodando por su mejilla dio su último suspiro. Apenas tenía doce años cuando murió y desde entonces siento que me fue robada la felicidad. Y hoy, aquí recostada sobre la grama artificial que adornaba el patio trasero de mi hogar de acogida, celebraba mi cumpleaños número dieciocho contemplando el majestuoso cielo donde estaba segura se encontraban mis amados padres.

Hoy era el día en que la vida cambiaba para mí. Era el último día que pasaría en mi último hogar de acogida. Había pasado por cuatro hogares diferentes, sinceramente, lugares fríos donde la palabra familia no tiene lugar. Margie, la amiga de mamá trato de tomar mi custodia pero se la denegaron por ser soltera. Gracias a ella he soportado todo este tiempo de hogar tras hogar, al menos nunca salí de Ohio y Margie me visitaba continuamente. Iré a vivir con ella y trabajaré en el ciber café del pueblo para luego comenzar mis estudios en la universidad local. Mis sueños, ser asesora financiera. Mañana comenzaría una nueva etapa en mi vida, una que espero sea con más calor familiar. Sé que nadie podrá sustituir a mis padres ni ofrecerme ese entorno familiar que tanto deseo, pero una cosa sí sé, llevaré a cabo mis sueños, pues era el deseo de mis padres y ahora los míos. Nadie me detendrá en alcanzarlos ni tan siquiera yo misma.