Estaba estresada, cansada y enojada, llevaba días tratando de diseñar un castillo de hielo. Dibujaba, borraba y finalmente desechaba, tenía mi pequeño apartamento lleno de hojas con bocetos por todos lados, no lograba dibujar el castillo que fuera a la par con la reina de las nieves, de hecho ni siquiera tenía el diseño de su personaje, todo era un desastre y la fecha de entrega cada vez está más cerca.

-¡Ugh!, no lo lograre a tiempo-dije con frustración-¡Inspiración vuelve a mí!, ¡Te necesito!-sumergí mi cara entre la montaña de hojas que había en mi escritorio-Quiero dormir…

De alguna forma quería huir de mi trabajo, en verdad estaba agotada y solo quería descansar un poco, mis asistentes y yo llevábamos casi dos semanas tratando de hacer el diseño de la reina y su castillo, pero no lográbamos dar en el clavo. Era la primera vez que me pasaba algo parecido, por lo general mi imaginación se dejaba llevar con facilidad y me permitía diseñar personajes peculiares sin ningún problema, adaptarlos a cualquier personalidad que se me ocurriera y colocarlos en las locas historias que pasan por mi cabeza, pero en esta ocasión tenía la trama, los ambientes, los lugares, los personajes con sus respectivas personalidades y sin embargo me faltaba el diseño de una de las protagonistas y su lugar de desarrollo, no sé porque me moleste en crear a un personaje con una personalidad e historia tan compleja, por lo general voy por lo sencillo, pero la reina de las nieves logro atraparme completamente y ahora estoy en un gran problema por su culpa.

-Necesito más café…-me levante del escritorio con lentitud, las hojas se cayeron y se dispersaron en el suelo, con un poco de dificultad logre salir de mi estudio y dirigirme a la cocina, pero antes de poder servir mi café el timbre sonó-¿Quién será?...¡Oh!, claro, la experta que menciono Kristoff.

Kristoff mi editor y de alguna forma mejor amigo, me menciono hace unos días que contactaría a una experta en dibujar castillos para que me ayudara con mi bloqueo, tal vez ofreciendo algunas ideas y con suerte me ayudaría a obtener el castillo deseado. Me moví con rapidez para abrir la puerta y dejar entrar a mi salvadora.

-¡Hola!, ¡Hola!, no sabes cómo me alegra que estés aquí, sigo con ese bloqueo y no logro diseñar el castillo, ¡Ugh!, llevo días sin dormir y estoy al borde del colapso mental, muchas gracias por venir, Kristoff me dijo que te contactaría, nunca especifico cuando, pero nunca es un mal momento para recibir ayuda, así que gracias por tomarte el tiempo de venir hasta acá, sé que tienes una agenda muy ocupada o algo así me menciono Kristoff, de todas forma de haber sabido que venias hoy hubiera arr…

-Ehm…Hola –deje de balbucear al escuchar la voz de la persona frente a mí, ante el impulso de empezar a dibujar el maldito castillo no me había dado cuenta de la chica que estaba enfrente de mi puerta, ¡Dios! Sí que es hermosa, con un hermoso cabello color plateado que lo recoge con una simple trenza hacia un lado, unos grandes pero bastante atractivos ojos de color azul, fríos y penetrantes en la piel, también un rostro sin imperfecciones y los pantalones que estaba usando acentuaban muy bien sus caderas.

-¡Wow! Eres hermosa…-solté sin pensar. Cállate Anna, no digas todo lo que piensas.

-¡Oh!, ¿Gracias?-Me contesto algo dudosa, levantando una de sus cejas y dedicándome una mirada quita alientos.

-Lo sí…siento, no quise decir eso en voz alta, no es que no lo pensara por qué bueno si lo hice, pero no por que estuviera mirándote con detalle, porque no lo hice, bueno tal vez un poco, pero es que en verdad eres muy hermosa, es un poco difícil no distraerse y…y…solo estoy haciendo las cosas aún más raras, ¿no es así?-solté un suspiro de derrota, en verdad debo aprender a callarme cuando las situaciones ya son lo suficientemente raras. ¿Es muy difícil mantener la boca cerrada?, no lo creo en el Colegio se me daba muy bien quedarme callada en las clases de matemáticas, tal vez para no tener que responder ninguna pregunta, de todos modos, vamos Anna tu puedes, mantén la boca cerrada.

-un poco a decir verdad-me contesto con calma

-soy Anna, Anna Summer, es un placer conocerte-¿ves?, no fue tan difícil, de vez en cuando puedes actuar como una persona normal.

-Mucho gusto Anna, soy Elsa Winters, de hecho vine pa…

-¡Oh!, ¡Si claro!, se por qué viniste, lamento dejarte aquí afuera, es solo que me deje llevar y cuando me dejo llevar como que no pienso muy claramente, a veces me pregunto si en alguna ocasión lo hago-abrí la puerta completamente para que Elsa pudiera entrar a mi pequeño apartamento, ella se mostraba algo dudosa en entrar, genial ya la había asustado-amm puedes pasar, tengo café caliente por si quieres un poco…-le dije nerviosa a este punto ya estaba mirando la punta de mis pies, mi única salvación y tenía que asustarla con mis balbuceos y mi extraña personalidad.

-no soy muy fanática del café, pero gracias-me dio una sonrisa educada y entro en el apartamento.

Cuando cerré la puerta me di cuenta que mi apartamento estaba hecho un completo desastre, si, era consiente que lo había descuidado un poco en este mes, incluso recuerdo uno que otro comentario bromista por parte de Kristoff respecto a mi desorden, pero hasta ahora me había dado cuenta de la gravedad del asunto y no podía estar más avergonzada por el hecho de que Elsa lo viera en ese estado. ¿Qué pensara de mí?, claro que no he dado la mejor impresión.

-Lamento mucho desorden, es que tengo que decidir entre arreglar todo o dormir un poco y la verdad con todo lo que he tenido que hacer este mes, he preferido dormir, no es que sea así todo el tiempo, no soy desorganizada, un poco tal vez, pero lo normal para una chica, no que quiera decir que es normal que una chica sea desorganizada o que tú lo seas, pero…ah…olvídalo, vamos al estudio, con suerte solo tendrá hojas por todos lados-note que Elsa abrió la boca para decir algo, pero no le di la oportunidad pues me gire y camine directo a mi estudio, ya me había avergonzado suficiente por un día, aunque bueno el estudio tampoco estaba en su mejor condición-…y aquí es donde la magia sucede, todo lo que ves en el suelo son bocetos del castillo, los recogería pero…ahmm, de todas formas , ninguno de los bocetos me parece acorde al personaje-tome los bocetos que estaban sobre mi escritorio y se los acerque. Ella tenía una expresión de asombro por todo su rostro, podía ver como su mirada viajaba por las 4 paredes de mi estudio, posándose sobre varios dibujos que tenía en el lugar, habían unos cuantos bocetos y versiones finales de la hermana de la reina de las nieves, también tenía dibujos de mi historieta principal, pero una vez le di mis bocetos se concentró totalmente en los castillos.

-Vaya talento que tienes para dibujar-me dijo con cierta chispa en sus ojos, yo no pude evitar sonrojarme, era un simple alago de una experta del dibujo, en varias ocasiones los había recibido por parte de otros expertos, pero, ¿Por qué estoy roja como un tomate?, ¿Qué pasa conmigo?.

-Gracias…

-¿Para quién es el castillo?-me pregunto sin levantar su mirada de los bocetos

-para la reina de las nieves, la protagonista de la nueva historia que estoy haciendo…

-¿Puedo ver un dibujo de ella?

-De hecho aún no lo tengo…ese es uno de los varios problemas que tengo-le conteste con timidez, era una pena que aún no tuviera su diseño y un fastidio a la vez.

Elsa despego su mirada de los bocetos y la centro en mí, sentí el peso de su mirada glacial y como traspasaba mi piel, un extraño sentimiento invadió mi pecho.

-¿No es más fácil diseñar el personaje y luego sus accesorios o demás objetos de acuerdo a lo que cuadre con su diseño?-otra vez estaba levantando una de sus cejas, no sé si lo hacía conscientemente, pero era una expresión muy sexy, Espera, ¿yo dije eso?, concéntrate Anna, no es el momento de pensar esas cosas.

-si…pero no fue capaz de realizar el diseño de la reina, así que pensé que si lograba dibujar el castillo, tal vez, de alguna forma lograría dibujar a la reina, pero, como puedes ver no he tenido éxito.

-es una lástima, tenía curiosidad por verla

-con suerte la veras pronto, es decir, para eso estas aquí, ¿no?, Kristoff me dijo que eras una excelente dibujante de castillos, tal vez me podrías dar algunos concejos o mostrarme alguno de tus dibujos para guiarm…

-claro, el asunto de la experta de castillos-me dijo sonriente-yo no soy esa persona, soy tu nueva vecina de al frente

No le dije nada, cómo iba a decirle algo si mi boca estaba casi tocando el piso, me sentía como una completa idiota por no preguntar o darme cuenta antes. Claro, por eso todas las extrañas miradas y dudas para entrar al apartamento, además desde que abrí la puerta no he cerrado la boca y no le di muchas oportunidades de explicar la situación, ¿Por qué tengo que ser tan yo?.

-de hecho vine a preguntarte la fecha de la próxima asamblea general. El portero no fue muy claro con eso, pero tengo entendido que son obligatorias-Elsa continuo hablando, pero mi mente estaba desconectada, no sé cómo se mantenía tan calmada después de todo, tan solo quería que la tierra me comiera o que los extraterrestres me abdujeran, lo que sea, siempre y cuando me sacaran de esta situación.

-oh…-Buena esa Anna, vamos ya te dijo por que vino, trata de evitar que las cosas sigan siendo tan extrañas o más bien deja de ser extraña.

-Pero por lo que veo tienes tus propios problemas, lamento mucho molestarte-Elsa se giró para salir

-¡ESPERA!-no tienes por qué gritar idiota, están en la misma habitación-digo, espera, bueno, sí, pero uhm, si tengo la fecha de la asamblea, anoto todas las fechas y asuntos importantes en mi calendario, para evitar que Kristoff o los jefes o la presidenta de la asamblea o mi mamá me regañen por olvidar algo, lo siento, uhm ya te la doy-camine entre la multitud de hojas y abrí el cajón de mi escritorio para sacar un calendario de tamaño mediano-es el sábado de la otra semana, por lo general las hacen en la hora de la noche que es cuando la mayoría ha regresado del trabajo, claro que como yo trabajo aquí, siempre estoy disponible, no quiere decir que no salga porque si lo hago, de vez en cuando pero lo hago, así que si recuerdo como es la luz del sol.

-me alegra saberlo-me contesto con una risita, me gusta su risa-gracias por la fecha y de nuevo persona la interrupción, espero que logres dibujar a la reina y su castillo

-igual yo, lamento todo, sé que debió ser súper raro, pero yo no soy así, no todo el tiempo o eso me gusta pensar, de todas formas lamento si de incomode en alguna ocasión, no tenía ni idea, debí preguntar…lo que me recuerda, Bienvenida al edificio, espero que el lugar sea de tu agrado, para mí lo ha sido, deberías evitar hablar con los vecinos del sexto piso, son algo raros y ruidosos, ¡ugh, no que yo no lo sea, ¿verdad?, con todo este incidente ya sabes, ehm, lo siento, no debería quitarte más de tu tiempo.

-Está bien, Anna. Fue una experiencia bastante interesante a decir verdad, una nueva forma de conocer a tus vecinos.

-Jeje si, se puede decir de esa manera-tenía una sonrisa estúpida plasmada en mi cara, no sé por qué, pero no podía evitar sonreír ante el pensamiento de que no fue TAN raro para ella.

-Gracias por todo, nos vemos-sin decir nada más salió del estudio, en silencio la acompañe hasta la puerta y se la abrí, ella me dirigió otra sonrisa y seguramente le devolvía una más grande, pero no tan bien vista como la de ella. Salió y se giró para despedirse una vez más, saco sus llaves, abrió la puerta y la cerro desapareciendo de mi vista.

-Soy una idiota…


-Fue súper extraño y de hecho desde ese día no la he vuelto a ver, todo fue tan…raro-le comente a Kristoff mientras terminaba de dibujar una pagina

-bueno, tu eres rara

-¡Hey!-le conteste con indignación, pero tampoco es como si pudiera negar ese hecho

-Es verdad y lo sabes

-se supone que eres mi mejor amigo, deberías animarme

-En estos momentos soy tu editor y solo me preocupo por que termines la historieta

Había pasado una semana desde el incidente con Elsa, para el disgusto de mi editor no había estado totalmente concentrada en mi trabajo y ahora tenía que soportarlo todo el tiempo sobre mis hombros, vigilando que dibuje. Es una de las desventajas de trabajar con tu mejor amigo y que sea el que tiene la autoridad sobre ti, porque aunque disfruto de su compañía, no es lo mismo cuando él está en plan de trabajo.

-Eso estoy haciendo, ¿No es así chicos?-me dirigí hacia mis dos asistentes, buscando un poco de ayuda.

-Eso creemos-respondieron al mismo tiempo. Obviamente puse demasiadas esperanzas sobre ellos, gran error.

Olaf y Malvavisco han sido mis asistentes desde que empecé a trabajar para Oken's, una editorial que publica Comics hacia todo tipo de público, sin ellos seguramente jamás podría cumplir las fechas de entrega para cada edición, por eso aprecio tanto su trabajo y dedicación, además con tantos años trabajando juntos ya somos como una pequeña familia, sometida ante la monarquía y explotación de Kristoff.

-¿ves?, eso creen, con eso debe bastar-no levante la mirada de mi dibujo, más que todo para no tener que ver la cara de incredulidad de Kristoff, así que solo lo escuche suspirar.

-Por ahora es suficiente para calmar a los jefes-él tomo una silla y la coloco a mi lado, para luego sentarse y empezar a observarme-¿Cómo vas con el castillo?

-aun nada-le conteste con rapidez, el tema solo me estresaba más

-¿Qué tan difícil puede ser?, ya tienes a la reina dibujada, deberías poder dibujar el castillo en base a su diseño

-no es tan fácil como crees, es como si yo no pudiera dibujar el castillo, por el simple hecho de no ser ella.

-¿De qué hablas?, tú la creaste

-pero ella creo el castillo, es complicado…-deje de dibujar para girarme y ver la cara de Kristoff, el pobre está totalmente confundido

-te estas enfocando mucho en su personaje

-no es así, como te dije solo es complicado…-retome el dibujo, tenía que adelantar paginas si quería terminar a tiempo

-Creo que tiene que ver con su vecina-comento Olaf sin despegar la mirada de su escritorio, me congele de inmediato al escucharlo

-¿Qué tiene que ver la vecina con todo esto?, claro aparte del aparente gusto que tiene Anna por ella

-¡NO ME GUSTA!-grite, mi cara estaba completamente roja para este punto.

-la reina luce exactamente igual a su vecina, Elsa-respondió con un tono despreocupado y un poco juguetón

-¡Oh!, ¿acaso la conoces?-una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro de Kristoff, estoy segura de que a partir de este punto la relación laboral termino.

-Olaf, por favor no…-le suplique sin saber por qué.

-sí, es adorable, hable con ella el otro día en la portería, estaba cuadrando algo de unos trajes que tenía que llevar a su apartamento pero el portero no estaba para ayudarla, así que me ofrecí y…

-¿Conociste el apartamento de Elsa?, ¿Qué tal es?-lo interrumpí, maldito Olaf se me adelanto y se supone que yo soy la vecina, debía haber salido a ayudarla, pero claro yo no he salido del apartamento desde que empezó el bloqueo.

-sí, ¿Por qué?

-so…solo sana curiosidad…

-Shhh, déjalo continuar-me dijo Kristoff a la vez que le hacía una seña a Olaf para que continuara

-…y hablamos un rato, incluso me ofreció galletitas-Olaf soltó su típica risita-aunque no quiso darme un abrazo-se puso serio-…pero fuera de eso es muy amable, carismática y bonita-a lo último recupero la sonrisa, es muy raro verlo sin ella.

-Así que por eso saliste con el dibujo de la reina de la noche a la mañana-me dijo Kristoff sonriente, no sé por qué su sonrisa no me daba muy buena espina, tal vez porque era malvada.

-sí, bueno, ¡pfff!, no debo dar explicaciones de lo que hago o dibujo-me defendí pobremente

-Pues sí que debo conocer a tu vecina, porque dibujaste a la reina sumamente hermosa

-de hecho es aún más bella en persona-interrumpió Olaf entre risas-Anna no logro captar todo su encanto

-intente, dame crédito por eso-dije un poco irritada

-Quieren callarse y ponerse a trabajar-Gruño Malvavisco que siempre ha sido el más responsable de los cuatros.

-Si señor-respondimos los tres al tiempo, a la vez que regresábamos a nuestras labores.

Las horas pasaron y cuando menos me di cuenta ya eran las siete de la noche, la asamblea empezaría en una hora. No tuvimos muchas pausas, solamente para ir al baño, así que avanzamos bastante en la historia, por lo menos las partes que no involucraban dibujar el castillo.

-Creo que me iré-dijo Kristoff levantándose de la silla y estirándose un poco-deberían irse a descansar, hicieron un buen trabajo, merecen dormir.

-lo sé, pero hasta que no termine de colorear los fondos de estas tres páginas que me quedan no creo que me vaya-respondió Malvavisco sin dejar de trabajar ni un segundo

-yo tampoco me iré hasta que no termine de agregar las tramas y los diálogos a las paginas ya terminadas-contesto Olaf, quien tenía la lengua por fuera, demostrando su total concentración en colocar los globos de texto

-yo si me iré a dormir-me levante con dificulta de mi escritorio-mi espalda me está matando y mis manos gritan de dolor

-Floja…

-¡No lo soy!-le di un suave golpe o eso es lo que digo, a Kristoff en el hombro-he trabajado más que nunca, deja de quejarte e insultarme

-¡Auch!, está bien, pero deja el maltrato, puedo denunciarte-exagero Kristoff que se frotaba el hombro como si le hubiera pegado con fuerza, aunque puede que si lo hubiera hecho.

-ya lárgate-empecé a empujarlo hacia la puerta. Él es una persona bastante grande y musculosa, ni se por qué se queja del golpe de una mujer, así que fue algo difícil empujarlo hasta la salida de mi apartamento

-Ya, ya, calma, yo puedo, suelta…-se quejó todo el camino, cuando al fin llegamos abrí la puerta con rapidez y lo empuje con mucha fuerza para sacarlo

-Vete a tu casa a hacer algo productivo, te la pasaste todo el día sentado haciendo nada y me dices floja, ¿a mí?

-estaba supervisando, eso es hacer algo, además tú también te la pasaste todo el día sentada-cruzo los brazos y me miro con indignación

-¡Dibujando!, ¡por Dios de eso vivo!-le conteste con frustración. ¿Por qué es tan difícil hacerlo entender?, terco, terco, ¿Por qué soy su amiga?.

-y yo superviso que dibujes, de eso vivo

-Como te ganas la vida de fácil, la próxima vez reconsi…

-Hola Anna-escuche una melodiosa voz en el pasillo, tanto Kristoff como yo nos callamos y giramos la cabeza para ver de dónde vino la voz, vaya sorpresa al ver a Elsa ahí.

-Elsa…-dije con voz de en sueño, ya me había acostumbrada a verla a través de la reina de las nieves, que tal vez olvide lo hermosa que es en persona-Hol…Hola, ¿yo?, ¡Hola!, ¿Cómo estás?

-muy bien, ¿Tu cómo has estado?

-¡Genial!-medio grite, de un momento a otro estaba nerviosa, recordé todo el incidente que tuvimos, debo estar roja en estos momentos.

-¿Tu eres Elsa?-le pregunto Kristoff con un poco de rudeza, ella un poco confundida asintió con la cabeza-¡Ja!, Olaf tenía razón, no le hiciste honores con la reina

-¡Callate!-por reflejo y con disimulo le pegue una patada en el tobillo, una muy suave por supuesto, para que dejara de hablar.

-¡Aaaahg!, ¿Por qué hiciste eso?, ¡Dios!, Anna, ahora no poder caminar-se apoyó en la pared y empezó a mover con suavidad su pie

-Lo siento, lo siento….eh, no que digo, no sé de qué hablar, más bien vete a alimentar a Sven, el pobre debe estar muerto de hambre-me hice la loca para evitar cualquier pleito con Kristoff enfrente de Elsa.

-No puedo caminar, ¿De dónde demonios sacas tanta fuerza?-siguió quejándose

-Deja de quejarte y vete-empecé a empujarlo una vez más hacia las escaleras al final del pasillo, mientras me alejaba gire para ver a Elsa y sonreírle como si nada pasara-Nos vemos cuando tenga el castillo-Le dije a Kristoff una vez llegamos a las escaleras, le di la espalda y regrese.

-¿Tu amigo está bien?-me pregunto Elsa a lo que regresaba

-si…creo-respondí algo dudosa y sin poder mirarla a la cara-de todas formas, me disculpo por lo rudo que puede ser Kristoff, es todo un montañero en esas cosas, es por eso que se le da mejor hablar con Sven, su perro con nombre de reno, raro, ¿No?, a veces le gusta dar voces extrañas al pobre, es decir yo entiendo que uno puede tener una gran conexión con una mascota, pero creo que él se pasa y nada de lo que digo te debe interesar…-¿Por qué tengo que ponerme tan nerviosa en su presencia?, debo dejar de balbucear y decir cosas que no son de interés global, vamos Anna.

-Todo lo contrario, tienes unas amistades muy interesantes. El otro día conocía a Olaf, es un muchacho muy dulce a decir verdad.

-Si lo es, además es un gran asistente, no sé qué haría sin él. Hablando de Olaf, tengo que pedirte disculpas por su comportamiento, él nos comentó que trato de abrazarte, en verdad lo siento, tiene esa extraña costumbre, ya todos nos acostumbramos, pero debió de ser incómodo para ti, lo siento mucho.

-No tienes nada que disculparte, al contrario, yo debería disculparme con él, no quería parecer ruda al haber rechazado su abrazo, es solo que me tomo desprevenida.

-¡Oh!, no, no, tranquila, lo entiendo perfectamente y seguro él también, no te preocupes-le sonreí como tonta, perdiendo mi mirada en su figura, no sé cómo se las arreglaba para verse tan radiante, tan hermosa, además me está devolviendo la sonrisa.

-¿Cómo vas con la reina y su castillo?, tu amigo, Kristoff, ¿no es así?, creo que comento algo al respecto

-la reina, bien…ya…-perdí mi voz al recordar a quien se parece la reina de las nieves, por alguna razón me empecé a poner aún más nerviosa de lo que ya estaba, un temor se apodero de mi mente, y si le parecía extraño que dibujara a la reina a su imagen y semejanza, por supuesto que le parecería extraño, ¿A quién no?-sí, bien, ehh…un avance supongo, no que no haya avanzado en el resto de la historia, porque si lo he hecho, Kristoff nos tiene terminando todas las páginas que no involucren el castillo, porque bueno, amm, con ese asunto si no ha habido ningún avance, si…

-¡Oh!, es una lástima, pero me alegra saber que ya tienes a la reina, tengo curiosidad por verla.

-Claro…espera, ¡¿Qué tu qué?!-alce un poco mi tono de voz, no estaba prepara para afrontar su reacción al ver a la reina, además sería una situación muy vergonzosa para mí-digo, si, te la puedo mostrar, no hay problema-me quede estática sin saber qué hacer, Elsa me miraba esperando alguna otra reacción de mi parte, pero mi cuerpo no se movía, no podía, no quería, sencillamente no-Peeeero hoy no será posible, ahora los chicos están concentrados terminando unas páginas del día de hoy y no creo que sea conveniente interrumpirlos…

-Oh…por supuesto, lo siento mucho, todos deben estar ocupados y yo aquí molestando-se puso un poco triste, pude verlo en su rostro, ahora me sentía mal, pero no podía dejarla entrar a mi apartamento y menos a mi estudio, donde habían retratos de ella por todos lados, en cada una de las 35 páginas de mi historia….no, no podía, pero tampoco quería verla triste.

-no, no, no pienses eso, jamás molestarías, digo a Olaf ya le agradas y a Malvavisco, no es que se llame así, se llama Mateo, pero es blanquito, regordete y suavecito, por eso lo llamamos así, de todas formas, estoy segura de que le agradarías, de hecho pensaría que eres muy bonita, cosa que si eres, pero no molestarías, ¿Qué tal si lo dejamos para otro día?, te puedo mostrar los dibujos de mi historieta principal y todo lo que quieras ver-Eso es, así se cuándo va a visitarme y puedo esconder todo rastro de la reina.

-¿Tienes otra historia?, bueno todo suena muy bien, me encantaría verla-la tristeza desapareció de su rostro y no pude evitar sentir que un peso se me quito de encima.

-Sip, ya llevo dos años de publicación, es bastante popular, creo, eso me gusta pensar…-tengo que calmarme un poco, porque siente que no he parado de balbucear desde que la salude.

-seguro que si lo es-me sonrió-entonces espero ver esos dibujos, fue lindo volver a verte

-L…lo mismo digo…

-¿Nos vemos en la asamblea?-me pregunto a la vez que abría la puerta de su apartamento

-¡Definitivamente!-alce mi voz una vez más, cálmate Anna, cálmate

-Bien, nos vemos-la puerta se cerró y el pasillo quedo en completo silencio

-Te veo mal-escuche una voz cerca de mi oído, sin pensarlo y por reflejo grite y lance un puño hacia la dirección de la voz-¡AUCH!, ¡maldita sea Anna!, ¡mi nariz!-de inmediato me recupere del susto y mire a la persona que golpee.

-¿Kristoff?, ¿Qué haces aquí?, pensé que ya te habías ido…

-No podía perderme tu espectáculo de rareza y balbuceo-dijo en un tono chistoso pues estaba apretando su nariz con la mano-creo que estoy sangrando…

-No seas exagerado-rodé los ojos y me gire hacia la entrada del apartamento-eso te pasa por chismoso

-puede ser, pero también porque soy un buen amigo y al parecer la única voz de razonamiento que tienes, solo dime querida Anna, ¿Qué harás cuando la historia se publique?

-Hay una alta posibilidad de que ella jamás la vea

-No creo, recuerda que es para el concurso anual de Oken's, el cual este año es patrocinado por el ministerio de educación, ya sabes todo el cuento de realzar los valores familiares, dejar moralejas y lecciones de valor para los niños.

-¿Y?-le pregunte confundida, no entendía su punto

-las historias concursantes serán promocionadas y distribuidas por toda la ciudad, hay una alta posibilidad de que si lo vea, ¿Qué harás?-y ahí estaba Kristoff, mi gran amigo, el único que puede hacerme entrar en razón y recordarme que soy una completa idiota.

Sin nada más abrí la puerta del apartamento

-¿Anna?, ¿me escuchaste?, Ann…-sin dejarlo terminar cerré la puerta-¡Aghhhhh!, ¡Mi cara!-escuche en el otro lado de la puerta.

-Soy una verdadera idiota…


Era un invierno muy fuerte, la tormenta no paraba, no podía ver nada, caminaba sin rumbo, sin idea de que hacer, pero no tenía frio, todo lo contrario, era como si la tormenta me abrazara y me mantuviera caliente, podía estar perdida, pero no me sentía sola. Después de caminar un rato la tormenta desapareció y logre ver una extraña figura a lo lejos, camine en esa dirección y entre más me acercaba mejor podía ver, era Elsa, no tenía duda, Elsa en el traje de la reina de las nieves tenia los brazos abiertos y con una sonrisa acogedora, como si me esperara. Camine con más rapidez afanada por dejarme caer en sus brazos, pero cuando ya iba a llegar escuche su voz.

-Hola Olaf-me detuve de inmediato. ¿Olaf?, ¿Por qué Olaf?, soy Anna no Olaf.

-Hola Elsa-escuche la voz de Olaf quien apareció entre la nieve, totalmente cubierto, como si fuera un muñeco de nieve, camino hacia los brazos de Elsa para abrazarla-Me alegra verte otra vez.

-Lo mismo digo, solo vine a dejar esta carta, estaba en mi correo y estoy segura de que es de Anna-¿Carta?, ¿Qué carta?, estamos en el medio de la nada.

-Awwww muchas gracias-escuche la risita de Olaf- ¿Por qué no entras?, tenemos café y té de hierbas por si quieres un poco-¿Entrar a dónde? No hay ningún lugar al cual entrar.

-Me encantaría un poco de té, gracias Olaf

En ese momento me di cuenta, mis ojos se abrieron con brusquedad y salte del sofá donde estaba descansado, no dormida, jamás dormida, solo descansando.

-¡NO!-grite, Sin embargo fue demasiado tarde, la escena ante mis ojos me dejo muda de inmediato, podía ver la espalda de Olaf y la de Elsa, los dos mirando hacia...mi estudio.

-¡Anna!, me alegro que te despertaras-comento entre risas Olaf que se había girado para verme a la cara-mira quien está aquí, Elsa-se rio otra vez-ya que despertaste me retiro, ya termine todo lo que tenía que hacer, nos vemos Anna, Elsa-no pude decirle nada, no tenía palabras, ¿Cómo se lo podía tomar tan natural?, ¿acaso no se da cuenta de lo que acaba de hacer?, al parecer no, Olaf se retiró de mi apartamento con una sonrisa y despreocupado.

-y…y…yo puedo explicarlo-tartamudee, mi cuerpo temblaba, Elsa me daba la espalda y no podía ver su reacción, no sé si tenía su mirada fija en cada una de las páginas que hay sobre mi escritorio o los de mis asistentes, donde obviamente sale ella, las reina de las nieves que prácticamente luce como ella.

-La reina de las nieves… ¿soy yo?-después de un silencio incomodo la primera en hablar fue ella, un extraño escalofrió recorrió mi cuerpo, no porque hubiera utilizado un tono amenazante o furioso, sino porque lo dijo con mucha calma y seguía sin verle la cara.

-Lo siento mucho-solté de repente, no podía soportarlo más-en verdad lo siento, es decir yo solo quede muy impresionada con tu belleza y en verdad no debería estar diciéndolo, pero solo sentí la necesidad de dibujarte, nunca tuve la intención de usarte como la reina y menos sin tu permiso, lo siento mucho, pero es que deje el dibujo que hice de ti sobre el escritorio y Kristoff solo llego al día siguiente y lo vio y pensó que era la reina y con todo lo que me ha estado insistiendo con que la dibujara y saliera con algo no fue capaz de negarlo y….y….no te enojes.

-Anna, Anna, cálmate-Elsa se giró y me miro con ternura, coloco sus manos sobre mis hombros y me obligo a que la mirara a los ojos-no estoy enojada, en absoluto, estoy impresionada, sorprendida y alagada, es decir, ¿Cómo puedo estar enojada?, el dibujo es muy hermoso.

Deje de temblar y me concentre en sus ojos, estaba perdida en ellos hasta que escuche sus palabras, no sabía qué hacer ni cómo reaccionar.

-yo…no pude captar toda tu belleza…-fue lo único que pude decir, mi mayor arrepentimiento hasta ahora

-Anna…-una gran sonrisa se dibujó en su rostro, hasta ahora nunca la había sonreír así, mi corazón se aceleró de inmediato y mi cara se tornó roja-es hermosa, gracias-la distancia entre las dos desapareció cuando sentí sus brazos sobre mi espalda y su cabeza al lado de mi hombro, me estaba abrazando y ante todo mi cuerpo iba a explotar en cualquier momento, eso sin contar mi mente.

Después de un gran abrazo que para mi gusto duro mucho, Elsa se separó de mí y mis ojos se volvieron a encontrar con los suyos, ella seguía sonriendo y yo estaba peor.

-¿Estas bien?-me pregunto con sincera preocupación, yo solo me limite a asentir con la cabeza, no encontraba mi voz, además estaba avergonzada de lo roja que estaba-me alegro.

-¿En…enton…entonces no hay problema con que te dibuje como la reina?-fue lo único que tuve el valor para decir, Genial Anna, siempre traes temas que no van con el ambiente.

-ningún problema, ahora muero de ganas por verla terminada y también por ver el castillo-dijo con entusiasmo, hoy había visto diferentes facetas de Elsa en menos de una hora y pese a lo rara que estaba actuando, en realidad estoy muy feliz.

-El castillo…si, aun no lo tengo…

-¿Aun con el bloqueo?, ¿algún motivo en especial?

-es solo que…no puedo hacerlo porque no soy la reina de las nieves.


-Anna, escúchame bien, Anna, solo queda hoy y mañana, dos días, solo dos días y aun no has terminado las páginas que involucran el castillo, ¿Cuándo piensas hacerlas?, la fecha de entrega ya llego-Tenia a Kristoff en el altavoz, llevaba un buen tiempo dándome sermones porque aún no había hecho el diseño del castillo

-no lo sé, cuando pueda dibujar el maldito castillo-le dije con frustración mientras me enfocaba en terminar las páginas que no lo involucraban

-Si terminas las páginas que no involucran el castillo, el día de hoy, ¿Cuántas te harían falta para terminar la historia en su totalidad?

-Ammm, no lo sé, dame un segundo-me dirigí hacia Malvavisco-¿Sabes cuantas?

-Haciendo cuentas de tus bocetos a lápiz, unas diez paginas

-Gracias-me volví a enfocar en el teléfono-ya lo escuchaste

-¡Por Dios Anna!, Diez páginas es mucho, mira cuanto has sufrido por hacer 25 páginas en casi dos meses, incumplirás el plazo y todo habrá sido en vano-me sentía mal, no solo físicamente, también emocionalmente, sabía que no cumpliría el plazo, lo sabía, todo lo que he hecho en este tiempo se iría a la basura, todo sería por nada.

-de hecho hay una posibilidad de que si podamos terminar-dijo Malvavisco con confianza, levante mi mirada y me enfoque en él

-¿De verdad?

-¿En serio?

-sí, pero tendrías que dibujar el castillo, ya, es decir tengo un buen plan-el timbre sonó en ese momento-ese debe ser Olaf, de todos modos, si Anna se decide por un diseño y nos distribuimos de la manera correcta, creo que es factible terminar esas diez páginas para cumplir el plazo-volvió a sonar el timbre

-Olaf tiene llaves, ¿Por qué no abre?-dije algo irritada

-seguro se le quedaron, déjame abro-Malvavisco se levantó de su escritorio y se dirigió a la puerta

-¡Espera!, sigue hablando, en verdad necesito algo que sea convincente-le grito Kristoff a través del teléfono

-Como decía-siguió Malvavisco con voz alta mientras caminaba hacia la puerta-Cuando Olaf llegue, él podría encargarse de hacer las bases de los colores, Anna no es necesario que termines de hacer todo el delineado del dibujo base pues al fin y al cabo con el estilo de coloreado que usamos siempre termina destacándose las partes fuertes y no las débiles, eso nos ahorr…-de un momento a otro la voz de Malvavisco dejo de escucharse en el apartamento

-¿Qué le paso?, ¡Hey Malvavisco!

Me levante del escritorio para asomarme a la puerta pero una voz me detuvo

-Hola, tú debes ser Mateo, es un placer conocerte, soy Elsa-prácticamente corrí hacia la puerta para toparme con Malvavisco totalmente mudo y con la cabeza agachada, el pobre seguramente estaba sonrojándose

-¡Elsa!, Buenos días-la salude acercándome con más calma y alejando a Malvavisco de la puerta

-Buenos días Anna, lamento pasarme tan temprano, pero tenía que darte esto antes de irme a trabajar-Elsa saco un sobre de manila y lo poso en mis manos-pensé en lo que me dijiste hace unas noches y…sé que no se compara con tu trabajo pero espero que sea de ayuda

Con mucha curiosidad saque el contenido del sobre y con lo que vi, perdí totalmente el aliento, era el castillo de hielo, con colores claros y perfectamente diseñado, mis ojos se aguaron al ver tanta maravilla en un dibujo, de inmediato sentí la conexión, era exactamente lo que buscaba desde un inicio.

-Es increíble…yo no tengo palabras para describirlo… ¿lo hiciste tú?-pregunte estupefacta, no sabía que podía dibujar, incluso dibujaba mejor que yo. Saque el resto del contenido del sobre y vi varias perspectivas del castillo

-sí, soy diseñadora de modas así que se un poco de dibujo, pero durante un tiempo estuve interesada en la arquitectura y bueno fue bastante divertido para mi hacer ese castillo-me dijo con timidez, una ligero rubor apareció en sus mejillas

-wow, sencillamente, wow…yo…q…¿Qué te hizo dibujarlo?

-tu, quiero decir, lo que dijiste aquella noche, acerca de que tú no eras la reina de las nieves, bueno se supone que yo lo soy, tal vez fuera capaz de hacer el castillo que tanto querías, así que me puse a hacer un poco de búsqueda y a realizar algunos bocetos, lamento que me demorara tanto, solo espero que no sea muy tarde.

No le dije nada más y me lance a abrazarla con fuerza, pude sentir que estaba tensa al principio, seguramente porque la tome de sorpresa, pero luego su cuerpo se empezó a relajar y me devolvió el abrazo.

-No es tarde, muchas gracias Elsa, no sé cómo te pueda pagar lo que has hecho, en verdad, solo…acabas de salvarme-aunque no quisiera, rompí el abrazo para sonreírle a Elsa, ella estaba roja, era la primera vez que la veía de esa forma, mi corazón se aceleró aún más que aquella noche cuando fue ella la que me dio el abrazo, mi estómago tuvo una sensación de revoloteo en su interior.

-fue…todo un placer-me sonrió abrió la boca para decir algo más pero una sonidito, como una alarma la interrumpió-lo siento Anna, voy tarde para el trabajo, hablamos después-se fue apresurada

Regrese al apartamento y Malvavisco seguía de pie mirando al suelo

-Es mucho más hermosa en persona, ¿No es así?-le di unas cuantas palmaditas en la espalda para ver si volvía en sí. Él solo asintió con la cabeza.

-¡Chicos!, ¿Qué ha pasado?, ¿está todo bien?-Escuche a Kristoff a lo lejos, había olvidado que estaba al teléfono

-Vamos chico, termina de contarle el plan a Kristoff y digámosle las buenas noticias

De esa manera Malvavisco logro recobrarse del impacto de ver a Elsa y le comento su plan a Kristoff, Olaf llego y empezamos a trabajar con bastante determinación, las horas pasaron y alrededor de las 3 de la tarde, terminamos las 25 páginas, ya solo faltaban las 10 que involucraban el castillo. Para lograrlo empleamos la estrategia de Malvavisco y el ritmo mejor bastante pero si queríamos mantener la calidad aun había que cuidar detalles, pero la noche había llegado y los chicos estaban cansados.

-lo siento Anna, hoy no terminaremos

-Está bien Olaf, aún nos queda un día, sé que podemos hacerlo.


-Jamás vamos a terminar, solo son diez páginas, ¿Por qué no se terminan?, ¿Qué hora es?, oh dios, ya son las siete, ¿Qué voy a hacer?-dije con pánico, aún no hemos terminado, solo diez páginas y no hemos terminado

-Anna cálmate, no entres en pánico, ya los estoy ayudando, no te preocupes terminaremos a tiempo-Kristoff trato de calmarme pero sus palabras no lograron llegar

-¡Ya era hora!, por fin haces algo productivo, porque déjame decirte tu pequeño pedazo de …-el sonido de la puerta interrumpió mi voz

-¡Chicos!, miren a quien conseguí para que nos ayudara-canto Olaf quien apareció en la entrada del estudio con Elsa a su lado

-¡Elsa!-dijimos los tres al tiempo

-Hola chicos-saludo ella tímidamente

-me la encontré cuando regresaba de la tienda, le comente la situación y dijo que estaría encantada de ayudar

-¡NO!-dijimos Kristoff y yo al tiempo, Olaf y Elsa nos miraron con confusión

-¿Por qué?-se quejó Olaf

-Porque distrae a Malvavisco y a Anna-contesto Kristoff

-porque no quiero molestarla….¡Hey!, no es cierto, no para nada, no lo escuches, solo dice cosas sin sentido, de todos modos Elsa, tú ya hiciste mucho por mí, aun no sé cómo agradecerte por el castillo, yo en verdad no puedo pedirte nada más.

-Anna no es ninguna molestia en verdad, déjame ayudarte, hacer lo que tú haces me parece bastante interesante y quisiera poder participar-ella junto a Olaf hicieron cara de cachorrito para que aceptara, lo que me hizo pensar ¿que tanto se hablaban esos dos?, porque al parecer siempre se encontraban, de todas formas no podía negarme

-está bien…-suspire derrotada

Kristoff le explico las cosas en las que Elsa podía colaborar y cinco nos pusimos manos a la obra para poder terminar las diez páginas restantes…y la portada. La noche no tuvo descanso, mis manos estaban acalambradas pero debía dibujar y después pintar, seguramente Malvavisco y Olaf estaban en la misma situación pues teníamos el mismo trabajo, mientras que Kristoff y Elsa recortaban los cuadros de texto, las tramas y agregaban los diálogos a las paginas terminadas, además de que Elsa preparo café y té para todos en más de una ocasión, alrededor de las tres de la mañana todo estuvo terminado.

-¡LO LOGRAMOS!-grite con alegría, todos compartieron mi entusiasmo por milésimas de segundo hasta que caímos rendidos ante el cansancio y nos dejamos llevar por el sueño.


-Tienes que decirle-me comento Kristoff mientras se llevaba a la boca un sándwich extra grande de jamón

-¿Decirle qué a quién?-pregunte confundida a la vez que me llevaba una buena porción de torta de chocolate a la boca

Hace una semana que entregamos "Frozen" la historieta de la reina de las nieves y el día de hoy publicaban las ediciones y también nombraban al ganador, la verdad lo que menos me importaba era el premio, ni siquiera concurse por ganármelo, tan solo tenía una idea y quería dibujarla, pero termino siendo sumamente agotador, por eso aprovechamos para salir a comer algo en una cafetería cerca al edificio, necesitaba la luz del sol.

-Fue fe fusta, fecirle a Felsa Fue fe fusta-me dijo Kristoff con la boca llena

-no hables con la boca llena, no entiendo nada de lo que dices

-Que te gusta, decirle a Elsa que te gusta

-JA JA, muy gracioso, no le voy a decir eso, se asustaría y jamás me volvería a hablar

-No seas dramática, vamos anímate, invítala a salir, es una gran oportunidad para que tengas novia

-Mira quien lo dice, que recuerde nunca he conocido una novia tuya y te conozco desde los siete años

-No estamos hablando de mí, estamos hablando de ti

-dudo que ella aceptara-lance un suspiro, la verdadera razón de mis rechazos a invitar a salir a Elsa, era el simple miedo de que me rechazara

-también le gustas, no sé cómo no te das cuenta, te ayudo con el castillo, muestra interés en tu trabajo, siempre te visita en las noches después de una larga jornada de trabajo, para mi es bastante obvio

-¿en verdad lo crees?

-sip, no hay razón para mentirte-me dedico una sonrisa dulce, de esas que me da para que confié en él, pero siempre hay un motivo para hacerlo, se la devolví y termine de disfrutar mi torta de chocolate.

Esa noche estuve todo el tiempo mirando la perilla de mi puerta para estar pendiente de cuando llegara Elsa, estaba decidida a invitar a salir, algo simple, un paseo por el parque y luego ir a comer helados, tal vez una cena en un restaurante elegante, no gasto mucho de lo que me pagan, así que puede darle lujos a ella, no mucha presión, algo normal. Después de un rato Elsa llego y sin darle ninguna oportunidad de hacer otro movimiento abrí la puerta del apartamento.

-¡ELSA!-grite, no, Anna, no volvamos a lo mismo, están en el mismo lugar, no hay necesidad de gritar, vamos Anna muestra un poco de avance en la relación-Digo Hola Elsa

-Hola Anna, ¿Me estabas esperando?-me pregunto burlona, pude ver una pequeña sonrisa en sus labios a la vez que me levantaba la ceja

-sí, digo no, claro que no, no es como si hubiera estado casi toda una hora mirando por la perilla para ver que llegaras, digo eso sería raro, pfff, yo solo por casualidad te vi y quise saludarte-respondí nerviosa, mis piernas empezaron a temblar y todo el valor que había reunido desapareció en un instante

-¿Solo eso?, es lindo de tu parte

-bueno no, si, no, en realidad quería pedirte algo…-Tu puedes, tu puedes, solo repite después de mí, ¿Quieres ir a una cita conmigo?, solo son 5 palabras, muy simples, te las sabes muy bien, dilo Anna, dilo-¿Qui…qui…qui….quieres…i…i….casarte conmigo?-¿Pero que acabas de decir?, ¿Qué acabas de decir?, no eso no, es muy pronto, tu tonta Anna, mira su cara, esta horrorizada-Quiero decir, no casarte conmigo, yo no me quiero casar contigo, no que no quiera, porque bueno eso sería un honor, seria genial, me harías muy feliz, pero es muy pronto y digo no nos conocemos muy bien y seguro hay mejores pretendientes que yo…

-sí-me contesto sonriente, una simple palabra logro detenerme, demasiadas emociones para mí, demasiadas, no sé cómo manejarlo, ¿Se casara conmigo?-iré a una cita contigo, es demasiado pronto para hablar de matrimonio-no dije nada, ella tomo mis manos y se acercó a mi cara dejando dulce beso en mi mejilla- ¿te parece mañana a las 6?-solo asentí, creo-bien, nos vemos mañana-entro a su apartamento y me quede de pie, sola en el pasillo.

¿Tengo una cita con Elsa?, ¡Tengo una cita con Elsa!, para mañana, Dios debo planear todo, no sé qué hacer, es en la noche, llevarla a cenar seria bue…

Todo se volvió negro, seguramente me desmaye.


Posiblemente, no estoy segura, no sea del todo un One-shot, tengo aun otra idea que iría bien con esta historia, pero igual me gustaría saber sus opiniones.

Gracias por tomarse la molestia de leer, lamento si es muy largo, ahora recuerden que ninguno de los personajes de Frozen me pertenecen, todos los errores son míos, estoy abierta a cualquier crítica u opinión y en verdad espero que hayan disfrutado de la historia.