Capítulo 1

Sirius la mira con ojos de embobado. Pero vamos, ¡un chaval de trece años no se puede enamorar! O al menos eso es lo que dice su histérica madre, pero como Sirius la odia no le hace mucho caso.

Gabriela es sin duda la chica más guapa de Hogwarts. Viene de una familia rica, es amiga de todos, vuela de miedo y además no tiene novio, ¡es perfecta para Sirius! Y él sabe que es guapo; se ha fijado en cómo las chicas le miran cuando pasa por delante del Gran Comedor.

Pero eso no impide que le tiemblen las piernas, que se le acelere el corazón y que le suden las manos cuando finalmente se decide a pedirle una cita a la chica de sus sueños. Por un momento, incluso siente que Quejicus es un Adonis a su lado. De repente se da cuenta de lo que está pensando y recobra la razón: que estamos hablando de Sirius Black, ¡por favor! Tampoco hay que sacar las cosas de quicio...

Pero ¿y si le gusta otro?¿Qué se supone que le va a decir si le contesta eso? Claro que antes de que le conteste tiene que preguntárselo. Venga Sirius, vamos, camina hacia ella, un pie delante del otro, vamos. El chico se remanga la camisa, se desabrocha uno, no, dos botones, pasa una mano por su (demasiado) largo pelo hasta los hombros y antes de darse cuenta está frente a Gabriela.

-Hola, Gabriela.

-Hola, Sirius.

Las amigas de la muchacha empiezan a retroceder, excepto una pelirroja, esa cascarrabias de Evans de la que James habla todo el rato. Al final la convencen y se la llevan, dejándolos solos; Sirius da gracias a Godric Gryffindor, a Dumbledore, a los elfos domésticos, a Dios o a quien sea que haya sido.

-Esto, oye, que he pensado que a lo mejor te apetecía... quiero decir, sólo si no tienes nada mejor que hacer, o bueno, si crees que esto es mejor que lo que tienes que hacer... porque claro, si tienes un plan para ir a Hogsmeade igual no quieres, pero si tu plan es comer ranas de chocolate hasta repetir cinco veces todos los cromos a lo mejor sí... bueno, que pensé que a lo mejor te apetecía... o podías... o querías... o no tenías nada mejor que hacer...

-¡Sirius!

-Vale vale, que es que... que si quieres salir conmigo. O sea, no a dar una vuelta, aunque damos una vuelta si quieres, claro, pero yo me refería a salir de pareja... pero no de amigos, aunque si quieres podemos ser sólo amigos, pero quería decir que si quieres ser mi novia.

Gabriela parpadea. Entre el lío que ha montado Sirius, lo rápido que lo ha dicho y todo lo que ha dicho, le cuesta asimilarlo. Sirius. Cita. Paseo. Amiga Sirius. Novia Sirius. Ranas de chocolate. Espera, ¿novia Sirius? ¡La novia de Sirius! Sirius es guapo, muy muy guapo. Demasiado guapo. Pobre, está tan nervioso... Y además de nervioso está tan bueno... ay, Gabriela, siempre pensando en lo mismo...

-Vale-sonríe al chico. Le da un beso en la mejilla y se despide con un "nos vemos". Sirius enrojece violentamente; empieza a reír en voz baja, sin poder creérselo, y se pasa la mano por el pelo continuamente, dejándolo exactamente como estaba hace tres segundos. Luego sale pitando hacia el campo de quidditch para contárselo todo a James. A James se lo tiene que contar, que es su mejor amigo.