Capítulo 1: La propuesta imperfecta
"Es inminente, en cualquier momento todo se va a acabar. Todos están asustados, el pánico colectivo está llegando a su punto máximo; es una pesadilla de la cual quiero despertar… Mi familia… todo por mi familia, daré lo que sea por protegerlos."
El tren de pensamientos de una joven en estado de insomnio no paraba de recorrer a mil revoluciones en su cabeza: no podía dormir bien, todo lo que estaba sucediendo y se veía venir la imposibilitaba, al igual que el resto de los ciudadanos, de hacer su vida normalmente.
Tenía conocimiento de que Vault-Tec estaba avanzando a pasos agigantados en la construcción de diversos refugios subterráneos para guarecer familias que sobrevivían al inminente holocausto nuclear, mas… ¿Sería posible que su familia fuese admitida? Sus hermanos, sobrinos… era muy improbable, pues eran demasiados. Aquello desgarraba su alma y la llenaba de impotencia. ¡no iba a permitir que su familia muriese así sin más!… si tan sólo… hubiese alguna forma de poder "ganarse" admisión, a cualquier precio, sin duda tomaría aquella opción.
Otro vacío día en la universidad, aislando bacterias en la sección de microbiología, observando los cultivos crecer: una colonia pequeñita, se encuentra en un ambiente rico en nutrientes e invitante a una vida pena, aquella pequeña colonia se reproduce sucesivamente consumiendo todo aquel sustrato que la placa entrega, hasta que son tantos que ya no dan abasto los recursos y algunas empiezan a morir en sus propios desechos. Un ápice de maldad invade la mente de la joven, y desea colocar sobre la placa una píldora de kanamicina, la cual produjo un gran halo alrededor del mismo: había aniquilado a todas aquellas colonias circundantes de al menos 1 centímetro de diámetro, - "¿Será que los humanos somos una plaga cual las bacterias, arrasando todo a su paso y por tanto una aniquilación total de nuestra especie sea la solución para sanar la Tierra?" -Divagaba en sus pensamientos, hasta que, a lo lejos en el pasillo de la facultad, husmeó una conversación entre los catedráticos y un señor misterioso de semblante importante: usaba un terno azul marino, su cabello peinado hacia el lado con gomina, a un costado llevaba un maletín con un logotipo desconocido que estaba abarrotado de papeles y carpetas. La joven, a escondidas y en silencio escuchaba atentamente: - "Es importante encontrar sujetos de prueba, pues se trata de una posible cura a los efectos adversos de la cantidad inmensurable de radiación en dispersión que podría estar circundante en la ciudad por al menos 100 años en caso de una detonación atómica, es imperativo…- Un catedrático interrumpe tajantemente la conversación, con aire de molestia y rechazo absoluto- ¡Ya le he dicho que de ninguna manera voy a acceder a su propuesta! ¡no voy a exponer a mis alumnos a que sean ratones de laboratorio! – se acercó al señor misterioso con aire desafiante y apuntó su dedo índice severamente hacia su rostro: - ¡¿es que acaso usted no tiene sentido de la ética? ¿dónde está su humanidad? - El señor misterioso lo observa con una leve sonrisa burlona: - estamos al borde de un colapso humanitario con las bombas, ¿y usted está tan preocupado de los derechos humanos? ¡Ja! Si no logramos encontrar una alternativa para todos aquellos que no son capaces de encontrarse cobijados en un refugio, ya casi no habrá humanidad para entonces, yo velo por aquellas personas que no contarán con un lugar seguro para el holocausto y sucumbirán ante el impacto de las bombas mientras que usted está cómodamente asegurado en un puesto especial en el refug… - Aquello último provocó una gran furia al catedrático, quien interrumpió: - ¡LARGO! ¡LARGO DE MI FACULTAD, FANFARRÓN! - Con una leve sonrisa el señor misterioso se retira lentamente. Todo aquello que había escuchado la joven llamó totalmente su atención: ¿de verdad había esperanza para aquellos que no tenían la posibilidad de habitar un refugio? De ser así, estaba dándose la oportunidad para poder salvar a su familia, así que no lo pensó dos veces y después de dejar el laboratorio asegurado y quitarse el overol de seguridad corrió en búsqueda de aquel señor misterioso. Para su suerte, el señor iba camino a su auto: una enorme limusina negra con el mismo logotipo de la maleta en la puerta lateral, y estaba además resguardada por dos militares equipados con subfusiles Thompson y un uniforme de fatiga verde musgo.
- ¡Señor! ¡Espere! ¡No se vaya por favor! ¡Escúcheme! - gritó mientras se acercaba casi corriendo, pero paró en seco al divisar al par de militares que la miraban fijamente y la apuntaban con sus fusiles, mientras tanto el señor misterioso se voltea con una mueca que era mezcla de desagrado y curiosidad. -Señor, perdone que lo moleste, verá, soy alumna del Sr. Adamson, escuché parte de la conversación que tuvo con él mientras trabajaba en Microbiología – aquello dejó una mueca de alerta en el señor misterioso, mas decidió seguir escuchando a la joven- y si aquello que escuché es cierto, si realmente busca una forma de revertir los efectos nocivos de altas dosis de radiación… yo… yo… quiero ofrecerme, sí. Quiero ofrecerme para que se me realicen pruebas, mi familia no tendrá acceso a un refugio y estoy desesperada por encontrar una forma de que no sean aniquilados por las bombas. Por favor, se lo pido humildemente, seré sólo un sujeto más, pero le adelanto de que a grandes rasgos soy una persona sana, no sufrí ninguna peste o hepatitis en la niñez o que sufra de alguna clase de inmunodeficiencia, en ese sentido estoy bastante bien, bueno, pues, ¿qué me dice? - La mueca del señor misterioso ahora cambió a la sutil sonrisa que realizó al rebatir al Sr. Adamson y luego sentenció: - Muy bien, espléndido- dijo con cierto aire de malicia- Suba al auto y acompáñeme- Hizo un ademán a los militares para que bajaran sus armas y que abrieran las puertas de la limusina. La joven entró en aquel lujoso auto seguido del Sr. Misterioso y el auto se puso en marcha.
Durante el trayecto, la joven explicó al señor su situación, su historia con su familia, así como parte de su historial médico. Intercambiaron ideas con respecto al campo de la genética, inmunología e ingeniería genética, entre ellos cosas que la joven jamás imaginó que existían: esto ya iba en serio, y saber tal información significaría que ya no hay vuelta atrás.
